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jueves, 2 de junio de 2011

Salón de lectura: "La Tierra de las cuevas pintadas". Jean M. Auel

Llega,  tras nueve años (que dan idea del enorme y minucioso trabajo de recopilación que hace la autora), la última incorporación a la saga de "Los hijos de la Tierra" en la que, adornada con una airosa trama argumental y unos atractivos personajes, se nos hace un repaso creíble, riguroso, fundamentado y ameno  (adornado quizás en exceso de múltiples muestras de alto erotismo) sobre lo que debió ser la vida del primer ser humano sobre la tierra.

Esta saga se compone de:


El Clan del Oso Cavernario
La pequeña Ayla, de cinco años, perdida tras un terremoto y atacada por un león cavernario, es acogida por un grupo de Neandertales. Tanto sus características y destrezas físicas como su agilidad mental la distinguen del resto como miembro de otra raza humana, "los otros": Broud, futuro líder del clan, siempre hará todo lo posible para destruirla... . Pero Ayla, protegida por su tótem, es ante todo una superviviente.
El valle de los caballos
Ayla es expulsada del Clan y encuentra refugio en El Valle de los Caballos, allí descubrirá la forma de domesticar a animales y «el fuego de piedra» y se encontrará con Jondalar, sin duda miembro de la misma raza a la que ella pertenece.
Los cazadores de mamuts
Ayla y Jondalar deciden viajar y se transladar cerca del Mar Negro, con los Mamutoi, que deben su nombre a ser cazadores de mamuts, a los que honran espiritualmente. Ayla deberá luchar para ser acogida por una gente que desprecia a los miembros del Clan, los "cabezas chata", a quienes consideran simples animales.
Las llanuras del tránsito
Jondalar convence a Ayla para viajar a caballo hacia sus lugares de origen, a través de las grandes llanuras en la Europa de la Era Glacial. Conocerán otras tribus, aprenderán otras culturas y ténicas de supervivencia hasta culminar el viaje.
Los refugios de piedra
Ayla y su compañero Jondalar llegan hasta el Valle de la Dordoña francesa, donde habita la tribu de la familia de Jondalar, los Zelandonii. Nuevas pruebas de adaptación y demostraciones de su valía ante los cromañones y sus creencias para que nuestra protagonista llegue a ser plenamente aceptada. Allí nace su hija, Jonayla.
Y llegamos a La Tierra de las Cuevas pintadas en la que un nuevo viaje (esta vez para convertir a Ayla en zelandoni - figura mítica, entre maga y curandera, que une el mundo espiritual y el físico-)  nos va describiendo minuciosamente las característica de las numerosas cuevas con muestras del enigmático y curioso arte rupestre, tan presente en el territorio que abarca la novela.

Como ha quedado expuesto, queda claro que la que esto suscribe se encontraba entre los múltiples seguidores (más de 45 millones de ejemplares, en 35 idiomas) que esperaban esta continuación, quizás cierre, de la saga.

Para quien sea de su interés, concluir que hay una primera película: El clan del oso cavernario

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