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miércoles, 26 de julio de 2023

26 de julio - #abuelos. Ana Ma MATUTE, Bernard Shaw.

  Día de los ABUELOS. 

 Aunque a nivel internacional se celebre el 1 de Octubre el Día Internacional de las Personas de Edad, en bastantes países latinoamericanos se ha elegido el día de hoy para esta celebración, por ser el día en el que la liturgia católica conmemora a san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesús.

Un verdadero placer sumarnos a esta celebración y felicitar a quienes tienen la dicha de dejar en sus nietos el legado de su existencia. ¡Felicidades, abuelos! y, cómo no, felicidades a sus nietos. ¡Disfrutadlos!
Vídeo con el enternecedor poema que Alberto Cortez dedicara a su abuelo, emigrante gallego.
https://www.youtube.com/watch?v=pZTKaPVppP0 (Activad los subtítulos)

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 Autores del s.XX en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha

- de 1856, George BERNARD SHAW, dramaturgo y periodista irlandés, Premio Nobel de Literatura en 1925. Falleció el 2 de noviembre de 1950.
Fue un socialista notable, destacado miembro de la 'Sociedad Fabiana', que buscaba la transformación de la sociedad a través de métodos no revolucionarios.
Shaw se volvió vegetariano cuando tenía veinticinco años, después de una lectura de H. F. Lester (Escenas en el matadero, 1892). En 1901, rememorando la experiencia, dijo: «Fui caníbal durante veinticinco años. Por el resto de tiempo, he sido vegetariano». Como convencido vegetariano, fue un firme anti-viviseccionista y antagonista de deportes crueles con animales por el resto de su vida. La inmoralidad de comer animales fue una de las causas más cercanas a su corazón y es un tópico frecuente en sus obras y prefacios. Su posición, mantenida sucintamente, fue: «Un hombre de mi intensidad espiritual no come cadáveres».
Entre sus obras con más proyección,  Pigmalión y My Fair Lady (de la que surgió la afamada obra musical).

LA MADRE.—La verdad, Freddy, es que tú eres muy torpe. Anda, vete otra vez y no vuelvas sin un coche. No podemos pasar la noche aquí.
FREDDY.—Si os empeñáis, iré; pero me calaré en tonto.
LA HIJA.—Como lo que eres. A ti todo te sale por una friolera, mientras tanto…
FREDDY.—Bueno, bueno; no hables más, y sea lo que Dios quiera. (Abre su paraguas y sale corriendo, pero tropieza con una florista que viene precipitadamente para resguardarse de la lluvia, y cuyo canasto de flores se cae al suelo de modo astimoso. Un relámpago deslumbrador seguido de fuerte trueno ilumina el incidente.)
LA FLORISTA.—¡Anda, pasmao! ¡Vaya con el señorito cegato! Nos ha amolao el cuatro ojos. ¡Ay, qué leñe!
FREDDY.—Bastante lo siento, pero tengo prisa. (Escapa corriendo.)
LA FLORISTA.—(Recogiendo sus flores y volviendo a colocarlas en el canasto.) Vaya unas maneras que tienen algunos! ¡Moño, las tienen de…! ¡Y poco barro que hay! ¡Pues ya nos hemos ganao el jornal! (Se agacha y sigue arreglando sus flores lo mejor que puede, al lado de la señora. No es una muchacha muy hermosa. Tiene unos dieciséis años. Su traje modesto está bastante ajado.unos  Su calzado se halla en mal estado. Su tez atestigua el efecto continuo de la intemperie. No es que, en general, no esté limpia y algo cuidada; pero, al lado de las señoras elegantes, el contraste es bastante grande. Sin embargo, se ve que con un poco de cuidado sería una muchacha muy aceptable.)
LA MADRE.—No sea usted deslenguada, que mi hijo lo hizo sin querer.

LA FLORISTA.—Anda, ¿conque es hijo de usted, señora? Bien. Pues mire: podrá usted pagarme las flores estropeás. No se figure usted que a mí me las regalan.
LA HIJA.—¡Pagarle las flores! No faltaba más; haber tenido usted cuidado.
LA MADRE.—Ten juicio, Clara, que la chica sale perjudicada. ¿Tienes dinero suelto?
LA HIJA.—No llevo más que una pieza de seis peniques.
LA MADRE.—Pues venga. Toma, chica, por lo que te han estropeado.
LA FLORISTA.—Muchísimas gracias, señora, y que tenga usted mucha saluz.
LA HIJA.—Seis peniques tirados… No vale un penique todo el canasto.
LA MADRE.—Calla, mujer; no vale la pena.
LA FLORISTA.—¡Qué buena es la señora! ¡Si toas fuan así!…
 (Fragmento de Pigmalión)


 - de 1875, Antonio MACHADO, poeta español, miembro tardío de la Generación del 98, fallecido en el exilio un 22 de febrero de 1939, en el fin de la Guerra Civil española.
Su obra inicial, de corte modernista, evolucionó hacia un intimismo simbolista con rasgos románticos, que maduró en una poesía de compromiso humano. Dicho en palabras de Gerardo Diego, «hablaba en verso y vivía en poesía». Fue uno de los distinguidos alumnos de la ILE (Institución Libre de Enseñanza), con cuyos idearios estuvo siempre comprometido.
Hizo oposiciones en Madrid y en 1907 ocupó su plaza como profesor de francés en Soria. ¿Por qué Soria? Ángel Lázaro dejó escrito lo que el propio poeta contestaba, cuando los amigos le preguntaban sobre su decisión: "«Yo tenía un recuerdo muy bello de Andalucía, donde pasé feliz mis años de infancia. Los hermanos Quintero estrenaron entonces en Madrid El genio alegre, y alguien me dijo: ″Vaya usted a verla. En esa comedia está toda Andalucía″. Y fui a verla, y pensé: ″Si es esto de verdad Andalucía, prefiero Soria. Y a Soria me fuí».
«...cinco años en Soria —escribiría luego en 1917— orientaron mis ojos y mi corazón hacia lo esencial castellano...—y añade— Ya era, además, muy otra mi ideología». En lo literario, así quedó reflejado en su siguiente libro, Campos de Castilla; en lo profesional, inició su vida de maestro de pueblo; en lo sentimental, descubrió a Leonor, el gran amor de su vida (se casan: ella tiene 15 años, él, 34; contra todo pronóstico, un matrimonio feliz hasta que ella muere, un 1 de agosto de 1912).
Buscando el olvido, pide traslado a Baeza. Fruto de esa época será su siguiente libro Nuevas canciones. Vinieron luego su carrera de Filosofía y Letras, Segovia, Madrid, Guiomar...

Entre sus obras: "Poesías completas" (1933), y teatro "Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel"(1926), o "La Lola se va a los puertos"(1929).

Cuando el correo llegue, que el caballero aguarda,
la tarde habrá caído sobre la tierra parda
de Soria. Todavía los grises serrijones,
con ruina de encinares y mellas de aluviones,
las lomas azuladas, las agrias barranqueras,
picotas y colinas, ribazos y laderas
del páramo sombrío por donde cruza el Duero,
darán al sol de ocaso su resplandor de acero.
La venta se oscurece. El rojo lar humea.
La mecha de un mohoso candil arde y chispea.
El enlutado tiene clavado en el fuego
los ojos largo rato; se los enjuga luego
con un pañuelo blanco. ¿Por qué le hará llorar
el son de la marmita, el ascua del hogar?
Cerró la noche. Lejos se escucha el traqueteo
y el galopar de un coche que avanza. Es el correo.

 (Fragmento de 'Al maestro "Azorín" por su libro Castilla' )

- de 1926, Ana María MATUTE, novelista española miembro de la Real Academia Española, y la tercera mujer que recibe el Premio Cervantes, en el 2010. Recordada en su obituario, un 25 de junio de 2014.
La de Matute es la infancia robada por el trauma de la guerra y las consecuencias psicológicas del conflicto y la posguerra en la mentalidad de una niña, y una juventud marcada por la Guerra, que se reflejan en sus primeras obras literarias centradas en "los niños asombrados" que veían y, muy a pesar suyo, tenían que entender el sinsentido que les rodeaba. 
En todas sus obras —que se inician con gran lirismo y poco a poco se sumergen en un realismo exacerbado—, la mirada protagonista infantil o adolescente es lo más sobresaliente y marca un distanciamiento afectivo entre realidad y sentimiento o entendimiento.
Entre sus obras: Los Abel (1948),  Fiesta al noroeste (1952, premio Café Gijón), Pequeño teatro (1954, premio Planeta), Primera memoria (1959, Premio Nadal), Los hijos muertos (1959, premio de la Crítica), Los soldados lloran de noche (1963, premio Fastenrath de la Academia de la Lengua ), El polizón de Ulises (1965, Premio Nacional de Literatura Infantil Lazarillo), El río (1973),  Sólo un pie descalzo (1984, premio Nacional de Literatura Infantil), Olvidado rey Gudú (1996, cuento de hadas), Aranmanoth (2000, otra obra de corte medieval), Cuentos de infancia (2002, recopilación de nueve cuentos e ilustraciones que Matute escribió cuando tenía entre cinco y catorce años), le valieron el Premio Nacional de las Letras Españolas en 2007), Paraíso inhabitado (2008) y Demonios familiares (póstuma, 2014).

MI abuela tenía el pelo blanco, en una ola encrespada sobre la frente, que le daba cierto aire colérico. Llevaba casi siempre un bastoncillo de bambú con puño de oro, que no le hacía ninguna falta, porque era firme como un caballo. Repasando antiguas fotografías creo descubrir en aquella cara espesa, maciza y blanca, en aquellos ojos grises bordeados por un círculo ahumado, un resplandor de Borja y aún de mí. Supongo que Borja heredó su gallardía, su falta absoluta de piedad. Yo, tal vez, esta gran tristeza.
Las manos de mi abuela, huesudas y de nudillos salientes, no carentes de belleza, estaban salpicadas de manchas color café. En el índice y anular de la derecha le bailaban dos enormes brillantes sucios. Después de las comidas arrastraba su mecedora hasta la ventana de su gabinete (la calígine, el viento abrasado y húmedo desgarrándose en las pitas, o empujando las hojas castañas bajo los almendros; las hinchadas nubes de plomo borrando el brillo verde del mar). Y desde allí, con sus viejos prismáticos de teatro incrustados de zafiros falsos, escudriñaba las casas blancas del declive, donde habitaban los colonos; o acechaba el mar, por donde no pasaba ningún barco, por donde no aparecía ningún rastro de aquel horror que oíamos de labios de Antonia, el ama de llaves. ("Dicen que en el otro lado están matando familias enteras, que fusilan a los frailes y les sacan los ojos... y que a otros los echan en una balsa de aceite hirviendo... ¡Dios tenga piedad de ellos!") Sin perder su aire inconmovido, con los ojos aún más juntos, como dos hermanos confiándose oscuros secretos, mi abuela oía las morbosas explicaciones. Y seguíamos los cuatro —ella, tía Emilia, mi primo Borja y yo—, empapados de calor, aburrimiento y soledad, ansiosos de unas noticias que no acababan de ser decisivas —la guerra empezó apenas hacía mes y medio—, en el silencio de aquel rincón de la isla, en el perdido punto en el mundo que era la casa de la abuela. La hora de la siesta era quizá la de más calma y a un tiempo más cargada del día. Oíamos el crujido de la mecedora en el gabinete de la abuela, la imaginábamos espiando el ir y venir de las mujeres del declive, con el parpadeo de un sol gris en los enormes solitarios de sus dedos. A menudo le oíamos decir que estaba arruinada, y al decirlo, metiéndose en la boca alguno de los infinitos comprimidos que se alineaban en frasquitos marrones sobre su cómoda, se marcaban más profundamente las sombras bajo sus ojos, y las pupilas se le cubrían de un gelatinoso cansancio. Parecía un Buda apaleado.
(Fragmento de "Primera memoria")


- de 1940, César CALVO, poeta peruano. Fue miembro de la Generación del 60 (Perú), cuya obra refleja el interés de este grupo en usar imágenes de la cultura y sociedad contemporáneas en la poesía; además de incorporar, en algunas ocasiones, otras propias de su región amazónica natal. También su obra se relacionaría con su militancia comunista.
Fue gran amigo de los pobres, irremediable amante de las mujeres y dulce protector de niños y animales. Su identificación y gran amor por la Amazonía y la ecología, lo llevó a dirigir la filial del Instituto Nacional de Cultura en Iquitos en 1975 durante el cual también fue Director de la Fundación Pro Selva en la misma ciudad, dedicada a la protección y difusión de la cultura amazónica.
En los tramos finales de su vida, al padecer de una enfermedad - parecía oír sonidos extraños- fue ayudado, para su recuperación, por el poeta laureado Rafael Alberti.
 Entre sus obras: Poemas bajo tierra (1960), Poemas y canciones, disco grabado con Reynaldo Naranjo y el acompañamiento en guitarra de Carlos Hayre, Cancionario (1967),  Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonia (novela, 1981), y Los lobos aúllan contra Bulgaria (1990).

¿Y si de pronto huyeran
el valor y el destino
-como alas- de este pájaro
que me lleva a los vientos
o a la muerte?
Tal vez mañana mismo.
Si de pronto volara
de mi pecho
el corazón, cayera
como llave en un pozo:
¿Tú abrirías la puerta, cruzarías
al umbral a mi paso señalado?
Buscando entre los muertos
Es a ti a quien hablo,
a ti que creces
como una larga herida
en mi memoria, a ti que ignoras
como yo
los tatuajes de mi brazo. Es
a ti a quien hablo.
El cuerpo del hermano.
Bajo mi cuerpo
tiéndete, acerca tus oídos
a la tierra: ¿Oyes cómo mis manos
te acarician, como el mar suena
todavía
desde tu corazón?
Nuestro cuerpo encontremos.
Tras la puerta, otro fuego
devora las montañas,
los sueños
y los hombres. No digas
nunca: "hay tiempo,
hay tiempo". Tal vez
mañana mismo,
buscando entre los muertos
el cuerpo del hermano,
nuestro cuerpo encontremos.
('Preguntas y penumbras' y otros poemas)

Fallecidos en esta fecha

- de 1959, Manuel ALTOLAGUIRRE, poeta español recordado en su natalicio, un 29 de junio de 1905. En 1926 creó, junto a Emilio Prados, la celebérrima revista "Litoral", que aglutinó a la que sería conocida como «Generación del 27».
Durante la Guerra Civil Española, Altolaguirre se convierte en miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas y director de 'La Barraca' (promocionado por García Lorca, llevaba el teatro a las zonas más interiores de la España campesina), y llegó incluso a alistarse en las fuerzas republicanas, realizando proyectos de imprenta y editoriales con fines propagandísticos. 
A pesar de su condición como reconocido intelectual republicano, en agosto de 1936, su hermano Luis Altolaguirre, junto a su antiguo amigo el poeta José María Hinojosa, fueron fusilados ante la tapia del cementerio de San Rafael de Málaga por un grupo de milicianos anarquistas. Otro hermano del poeta, Federico Altolaguirre, militar y amigo de Franco, sería también fusilado meses después. Esta trágica sucesión de acontecimientos y la propia guerra le condujeron a un colapso emocional tras huir de España por los Pirineos en enero de 1939 y ser confinado en un campo de concentración en Francia. 
 Ingresado en una institución psiquiátrica durante una semana, es rescatado por diversos colegas, y consigue llegar con su esposa, Concha Méndez, a casa de Paul Eluard. 
Max Ernst y Pablo Picasso colaboraron para que la familia viajase rumbo a América, en marzo de 1939. Vivió primero en Cuba, entre 1939 y 1943, año en que pasó a  México junto a su familia. En torno a 1944 inició una relación con María Luisa Gómez Mena, con la que terminaría casándose; seguiría manteniendo sin embargo una buena relación con su primera esposa. 
Su actividad más destacada en México fue el cine, como guionista y productor. Como guionista y director firmó la película El Cantar de los Cantares basada en el comentario de Fray Luis de León, obra que reflejaba una honda preocupación religiosa. En 1959 regresó de nuevo a España para presentarla fuera de concurso en el Festival de Cine de San Sebastián. Cuando volvía a Madrid del estreno en San Sebastián, el coche que conducía se estrelló en Cubo de Bureba, en la provincia de Burgos. Le acompañaba su esposa María Luisa, que murió en el acto; él fallecería tres días después, el 26 de julio de 1959.
Entre su poética: Las islas invitadas (1926 y 1936), Poemas de las islas invitadas (1944) y  Nuevos poemas de las islas invitadas (1946).

Sentirse solo en medio de la vida
casi es reinar, pero sentirse solo
en medio del olvido, en el oscuro
campo de un corazón, es estar preso,
sin que siquiera una avecilla trine
para darme noticias de la aurora.


Y el estar preso en varios corazones,
sin alcanzar conciencia de cuál sea
la verdadera cárcel de mi alma,
ser el centro de opuestas voluntades,
si no es morir, es envidiar la muerte.
( Mis prisiones)