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jueves, 4 de agosto de 2011

Fracaso escolar: la lectura

 Un 80% del fracaso escolar proviene de dificultades lectoras.

 La causa más frecuente del fracaso escolar no es la asignatura, sino las dificultades de lectura y en la forma de expresarse. 


Olvidamos que el lenguaje es nuestro medio de expresión, utilizado en todas las materias. 
 

Resolver bien un problema matemático o físico depende en gran parte de su lectura y comprensión.


viernes, 29 de julio de 2011

Salón de lectura: Almudena Grandes. "Estaciones de paso"


Antes de presentaros las impresiones sobre esta obra vemos la necesidad de precisar ¿Qué es un cuento? Entendemos que al igual que no es poesía deslizar frases divididas asimétricamente en renglones, no es cuento todo lo que aparece como tal.
Investigamos, pues, y hallamos en ciudadseva.com (paraíso de cuentos y relatos cortos) una coherente distinción entre cuento, relato y novela corta, de autor anónimo, titulado Estructura, desarrollo y panorama histórico del cuento. Un fragmento:(...) Narración breve, oral o escrita, de un suceso imaginario. Aparecen en él un reducido número de personajes que participan en una sola acción con un sólo foco temático. Su finalidad es provocar en el lector una única respuesta emocional. La novela, por el contrario, presenta un mayor número de personajes, más desarrollados a través de distintas historias interrelacionadas, y evoca múltiples reacciones emocionales.

Etimológicamente, cuento deriva de la palabra latina computum, que significa cálculo, cómputo, enumeración, clasificación,. De cálculo y enumeración pasó a significar la enumeración de hechos, y, por extensión, "cuento" significa recuento de acciones o sucesos reales o ficticios.

Es más difícil decir con exactitud cuándo se originó el cuento, y ello se debe en gran parte a los equívocos que conlleva su mismo nombre. Cabría, por lo tanto, distinguir en el concepto cuento, dos aspectos distintos: el relato fantástico y la narración literaria de corta extensión, oponiéndose así a la idea de novela, estos dos aspectos no son excluyentes, a menudo se dan en la misma obra, y tienen como base común el hecho de tratarse de relatos breves, generalmente en prosa; pero suelen representar dos vertientes claramente diferenciadas del mismo genero literario. (Ver más)

Necesitábamos este inciso para aclarar al lector qué podemos esperar cuando nos hallamos ante una colección de cuentos, porque podemos encontrar "de todo": Desde apuntes o bocetos garabateados improvisadamente para ser desarrollados posteriormente en una novela, hasta lo que se entiende verdaderamente por "cuento" en su más estricta significación a partir de nuestras lecturas infantiles (un universo corto de fantasía repleto de sugerencias y moralejas).

No se le permite lo mismo (que haya "de todo") al osado escritor novel que pretende integrarse en el universo de los escritores a través de su participación en un concurso, porque se enfrenta al gran dilema: ¿qué se le pide en un concurso de cuentos? ¿qué diferencia existe con uno de relatos cortos?
- El mío es precioso, resultado del trabajo de uno o dos meses -piensa-, y, sin embargo... ni mención. Yo diría que es mejor que el que ha ganado, claro que el mío...
Y ahí tenemos al pobre y bisoño autor sumido en un complejo entramado de sutiles extrañezas y elucubraciones acerca de cómo clasificar su escrito y,  por tanto, de dónde presentarlo.

Dicho esto, por ser ella quien es y escribir como escribe, se le permite a Almudena Grandes calificar como "cuentos" a algunos que en los concursos a los que nos hemos referido no pasarían ni la primera selección.
 En "Estaciones de paso", 2005, vamos desde el pasotismo verbal barriobajero de "Demostración de la existencia de Dios", a la defensa del arte taurino en "Tabaco y negro" (porque la crueldad existe, y no es sólo con los animales), magnífico relato, que no cuento, por cierto; pasando por "El capitán de la fila india" que no se sabe a ciencia cierta si trata sobre la degradación del concepto de familia en general (matrimonio y parientes) o de una venganza tras unos ideales rotos.
 Un "¡chapeau!" a "Receta de verano" (la vida sigue y pide paso a pesar de todo y contra todo- y éste sí es un cuento, o lo que entendemos como tal-), y terminando con un aceptable "Mozart y Brahms y Corelli" que, en mi opinión, se queda en el intento, aunque eso sí, en no se sabe qué intento.
¿Qué tienen en común? Todos sus protagonistas son adolescentes o rememoran hechos de ese periodo  vital.
En fin, tendréis que leerlo para saber si vosotros, los que habéis tenido a bien llegar hasta aquí, sois de mi misma opinión.
Espero vuestros comentarios :).

lunes, 11 de julio de 2011

Salón de lectura: Rosa Ribas."En caída libre"

La comisaria Cornelia Weber-Tejedor debe abandonar su papel de policía e infiltrarse en el grupo de limpiadoras del aeropuerto para resolver una nueva investigación.

La necesidad de recubrirse de una nueva piel, la de Cornelia Lenz, y simular otra vida, siempre con la amenaza de ser descubierta, nos muestra a una mujer asustada, avergonzada por las circunstancias que llevan a algunas de sus compañeras a hacer lo que hacen, obligada a caer en el delito, la hipocresía y la falsedad por el cumplimiento de su deber, que desaconseja pero no impide tomar afecto a esas nuevas amistades que la llevarán a replantearse muchas cosas y a una caída en picado hasta la resolución del caso.

Hemos visto a la autora crecer en estilo y calidad literaria, en argumentación y desarrollo; y a su personaje, envolvernos y hacernos cómplices de sus pensamientos y actitudes, de sus recelos y de su cambio de piel, su metamorfosis.

¿Puede una policía olvidar su objetividad, su cumplimiento del deber, cuando entra en los porqués de quienes delinquen, enredados en una tela de araña sin escapatoria?

domingo, 3 de julio de 2011

Salón de lectura: Rosa Ribas. "Con anuncio"

De nuevo hallamos a nuestra comisaria hispano alemana, Cornelia Weber-Tejedor, enriquecida con múltiples facetas apenas esbozadas en la novela anterior también comentada aquí: "Entre dos aguas".

Esta vez el caso se presenta en una agencia de publicidad conmocionada por los preparativos de una campaña sobre la ciudad de Fráncfort con la que pretenden vencer a sus competidoras más inmediatas y afectada por la llegada de unos preocupantes  anónimos, acompañados de atentados a la propiedad e insultos a los trabajadores que evidencian que quien los hace conoce bien a los miembros de la agencia.

Uno por uno vamos conociendo a los empleados de la misma y escudriñando en sus vidas y en los probables porqués de dichos panfletos, cuando llega el primer asesinato...

Al mismo tiempo que la trama va acertadamente reflejando las peripecias de la investigación, que capta ampliamente nuestro interés  hasta llegar a su desenlace, se nos presenta más detalladamente la figura de la protagonista, sus anhelos, sus deseos, sus problemas familiares, su lucha contra algunos miembros de la Comisaría con los que entra en rivalidad no sólo por ser mujer, que también, sino por opiniones y actitudes, la afinidad con sus compañeros más cercanos...

En resumen, una obra mucho más completa y acertada que la primera, que es, en mi opinión, como un acertado boceto que promete la belleza del dibujo posterior, que sería la novela que aquí comentamos.

He iniciado, pues, con interés y espectación la lectura de la tercera novela que, por ahora, cierra la serie.

Por supuesto, os comentaré mis impresiones. Un saludo.

Leyendo "Don Quijote". 1ª parte. Cap.11

Capítulo undécimo
De lo que sucedió a Don Quijote con unos cabreros

Dispuestos a pasar la noche junto a los cabreros, no pudo pasar desapercibido a Don Quijote el buen olor que despedía un guiso que estaban haciendo para cenar, y aceptaron gustosos la invitación que les hicieron de compartirlo con ellos.

Frente a los delirios de grandeza de nuestro caballero, aprovecha Cervantes la ocasión para acercarnos algo más al carácter y naturaleza sencilla de Sancho, pues queriendo Don Quijote mostrarse benévolo y espléndido, permitiendo a Sancho, que estaba de pie, sentarse con ellos, desdeña el supuesto honor que su amo quería hacerle, pues prefiere la comodidad a tener que guardar etiquetas: ¡Gran merced! dijo Sancho; pero sé decir a vuestra merced, que como yo tuviese bien de comer, tan bien y mejor me lo comería en pie y a mis solas, como sentado a par de un emperador. Y aún si va a decir verdad, mucho mejor me sabe lo que como en mi rincón sin melindres sin respetos, aunque sea pan y cebolla, que los gallipavos de otras mesas, donde me sea forzoso mascar (...)
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