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martes, 20 de junio de 2017

Iriarte- Fábula 2 - El oso bailarín


Un oso pide opinión sobre cómo baila... y se lleva una sorpresa.
No importa tanto que te alaben como quién lo hace :)

  Un oso, con que la vida
  ganaba un piamontés*,
  la no muy bien aprendida danza,
  ensayaba en dos pies.
  Queriendo hacer de persona,
  dijo a una mona: "¿Qué tal?"
Era perita* la mona,
  y respondiole: "Muy mal".
Yo creo, replicó el oso,
  que me haces poco favor.
  ¡Pues qué! ¿Mi aire no es garboso?
  ¿No hago el paso con primor?
  Estaba el cerdo presente,
y dijo: "¡Bravo! ¡Bien va!
  Bailarín más excelente
  no se ha visto ni verá."
Echó el oso, al oír esto,
sus cuentas allá entre sí,
  y con ademán modesto
  hubo de exclamar así:
  "Cuando me desaprobaba
 la mona, llegué a dudar:
  mas ya que el cerdo me alaba,
muy mal debo de bailar."
  Guarde para su regalo
  esta sentencia un autor:
  si el sabio no aprueba, malo;
  si el necio aplaude, peor.

  Nunca una obra se acredita tanto de mala,
como cuando la aplauden los necios.
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* Nacido en el Piamonte (Italia).
* Experta.

miércoles, 7 de junio de 2017

Mitos griegos para niños Penélope, la mujer de Ulises.

Este es el mito griego de Penélope, la mujer más fiel, que fue esposa de Hércules ( también llamado Odyseo o Ulises) y le esperó todo el tiempo que tardó en regresar.

Se cuenta que engañó a sus pretendientes durante 20 años, hasta que al fin la obligaron a que hiciera algo con ellos porque no podía seguir así. Entonces, pidió que usaran el arco de Hércules para atravesar con flechas los agujeros de 12 hachas.

Solo pudo hacerlo un mendigo, que resultó ser el propio Hércules.

Mira los trabajos de Hércules:

https://www.youtube.com/playlist?list=PL0nktq1eq1R9jv91JwvtP5NwKdf5erWOh



martes, 30 de mayo de 2017

Cristina Sánchez-Andrade, Rosa Montero, Rosa Ribas, Lorenzo Silva. La biblioteca aumenta

Mes del libro, nuevas lecturas en la mesilla.

Presentación de "Alguien bajo los párpados" de Cristina Sánchez-Andrade por Soledad Puértolas, nada menos, en la Librería Alberti.


Feria del Libro de Madrid.

"La Carne" y "Escribe con ROSA MONTERO"


"La luna en las minas" con ROSA RIBAS.


"Recordarán tu nombre" con LORENZO SILVA.


Desde luego, compartiremos experiencias en nuestro Salón de Lectura.

domingo, 28 de mayo de 2017

ELE Mi calle



Vemos cómo es una calle grande en Madrid: El Paseo de la Reina Cristina en el barrio de Atocha-Retiro.

Aprende a describir tu calle. Manzana, edificios, parque, iglesia, comercios, etc...



martes, 9 de mayo de 2017

Leyendo "Don Quijote". 1ª parte. Cap. 14

Capítulo decimocuarto
Donde se ponen los versos desesperados del difunto pastor, con otros no esperados sucesos

CANCION DE GRISOSTOMO
Ya que quieres, cruel, que se publique
de lengua en lengua, y de una en otra gente,
del áspero rigor tuyo la fuerza,
Haré que el mismo infierno comunique
al triste pecho mío un son doliente,
con que el uso común de mi voz tuerza. (...)


Una vez leída la canción de Grisóstomo, el que la leyó dijo que iba en perjuicio del buen crédito y buena fama de Marcela, a lo cual respondió Ambrosio, que "cuando este desdichado escribió esta canción estaba ausente de Marcela, (...) y como al enamorado ausente no hay cosa que no lo fatigue, ni temor que no le dé alcance, así le fatigaban a Grisóstomo los celos imaginados y las sospechas temidas como si fueran verdaderas". Por defenderla iba Vivaldo a leer otro papel, cuando "por cima de la peña donde se cavaba la sepultura, pareció la pastora Marcela tan hermosa, que pasaba a su fama en hermosura".

En cuanto la vio, Ambrosio, con ánimo indignado, la interpeló sobre sus intenciones, a lo que ella respondió que solo quería aclarar algunos puntos que atentaban contra su buena fama entre las que la principal era: "Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera, que sin ser poderosos a otra cosa, a que me améis os mueve mi hermosura, y por el amor que me mostráis decís y aun queréis que esté yo obligada a amaros. (...) mas no alcanzo que por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama". Pensamiento muy moderno y avanzado en una época en que las mujeres estaban subordinadas a la voluntas de su padre, hermano o esposo en esas cuestiones. Y continúa: "Yo nací libre, y para poder ser libre escogí la soledad de los campos; (...) Fuego soy apartado, y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras; y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo, ni a otro alguno, el fin de ninguno dellos, bien se puede decir que no es obra mía que antes le mató su porfía que mi crueldad"

Dicho lo cual, se dio la vuelta y desapareció "dejando admirados, tanto de su discreción como de su hermosura, a todos los que allí estaban".Lo cual visto por Don Quijote, puesta la mano en el puño de su espada, en altas e inteligibles voces, dijo: ninguna persona, de cualquier estado y condición que sea, se atreva a seguir a la hermosa Marcela, so pena de caer en la furiosa indignación mía.
Nadie se movió si no fuera para continuar el entierro. Cerraron la sepultura con una gruesa peña, en tanto que se acababa una losa que, según Ambrosio dijo, pensaba mandar hacer un epitafio, que había de decir de esta manera:

Yace aquí de un amador
el mísero cuerpo helado,
que fue pastor de ganado,
perdido por desamor.
Murió a manos del rigor
de una esquiva hermosa ingrata,
con quien su imperio dilata
la tiranía de amor.

Se separaron. Don Quijote se despidió de sus huéspedes y de los caminantes, que le rogaron se viniese con ellos a Sevilla, pero Don Quijote no quería ni debía ir a Sevilla, hasta que hubiese despojado todas aquellas sierras de ladrones malandrines, de quien era fama que todas estaban llenas.

Don Quijote determinó de ir a buscar a la pastora Marcela, y ofrecerle todo lo que él podía en su servicio, aunque lo que vino después no era precisamente lo que él pensaba, según se cuenta en el discurso desta verdadera historia.

¡Seguimos!