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sábado, 29 de abril de 2023

Refrán en mano.- "Como alma en pena"

               Aunque hayan corrido, y correrán probablemente, ríos de tinta sobre el tema, difícilmente se puede demostrar la existencia de una vida ultraterrena: nadie ha regresado de la muerte para contarlo.

Aun así, y si respetamos el adagio "Cuando el río suena, agua lleva", aparentemente debemos creer en la existencia de espíritus, trasgos, poltergeists, lloronas, la estantigua castellana, la Santa Compaña gallega, las ánimas... Todas ellas, en fin, almas en pena condenadas a vagar tras su muerte hasta recibir digna sepultura, unas; tras ser vengadas, otras; o, a veces, por toda la eternidad, o hasta cumplir una misión pendiente.

Muchas pueden ser las causas, muchas sus manifestaciones. Unas juguetonas, como los poltergeists, otras en busca de venganza, terroríficas todas.

Sea como sea, siempre les es común la tristeza, la desesperación; por lo que el desafortunado al que se aplica este vagar como alma en pena es siempre una persona triste, digna de lástima, a quien la suerte ha vuelto la espalda y difícilmente encuentra salida a su situación.

Recogido en "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!
 
Muchas son las muestras literarias, cinematográficas y artísticas que han desarrollado el tema. Sin embargo, quiero destacar hoy la maestría de Gustavo Adolfo Bécquer y señalar entre todas, no por su mayor maestría, sino por el tema que nos ocupa, la de "El monte de las ánimas" que podéis leer en ciudadseva.com, de las que ofrezco un fragmento y un vídeo con la narración:

Aquello no fue una cacería, fue una batalla espantosa: el monte quedó sembrado de cadáveres, los lobos a quienes se quiso exterminar tuvieron un sangriento festín. Por último, intervino la autoridad del rey: el monte, maldita ocasión de tantas desgracias, se declaró abandonado, y la capilla de los religiosos, situada en el mismo monte y en cuyo atrio se enterraron juntos amigos y enemigos, comenzó a arruinarse.
Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos, envueltas en jirones de sus sudarios, corren como en una cacería fantástica por entre las breñas y los zarzales. Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos, y al otro día se han visto impresas en la nieve las huellas de los descarnados pies de los esqueletos. Por eso en Soria le llamamos el Monte de las Ánimas, y por eso he querido salir de él antes que cierre la noche.
 
  
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Ejercicio propuesto: La COMPARACIÓN
 
Podemos verla como recurso literario, pero también en los grados del adjetivo.
 
Marian Navarro. Educacion, nuestro empeño

viernes, 14 de abril de 2023

Refrán en mano.- "Colgar el sambenito"

 Con relación al grabado de Goya "Aquellos polbos" incluido entre sus Caprichos, nos comprometimos a explicar qué era el sambenito (no San Benito, aunque tenga relación con los monjes benedictinos) que ha dado origen a esta expresión que comentamos.
Sabemos que es dar mala fama a alguien, atribuirle algo que normalmente no merece para rebajarlo y hacerle de menos ante los demás.
Para explicar su origen debemos remontarnos a la época en que la Inquisición hacía de las suyas y su crueldad e injusticia empezaron a ser notorias.
En general, este Tribunal juzgaba y condenaba materias concernientes a brujería, quiromancia, blasfemia, falsos conversos, etc., imputaciones todas ellas de muy fácil acusación y difícil demostración, por lo que la confesión se lograba en la mayoría de los casos mediante tortura.
Pero el pasar por el Tribunal no era bastante: Cuando alguien caía bajo una de esas acusaciones estaba obligado a llevar permanentemente un saco bendecido (saco bendito>sac benito>sambenito, que al parecer es el origen del nombre) con una cruz de San Andrés (a partir del Cardenal Cisneros) y una coroza ( con forma de mitra o capirote hechos de papel prensado).
Hasta a los muertos se les desenterraba para ejecutar la sentencia.
Y por si no era suficiente, cumplido el tiempo en que debiera llevar el condenado la vestimenta, ésta quedaba expuesta en la iglesia con el nombre de la familia, el crimen juzgado y el castigo impuesto , y aún más, cuando el saco se deterioraba era sustituido por un paño con las mismas inscripciones, para que con ello perdurase la infamia y la vergüenza sobre la víctima, familia y descendientes.
Dada la injusticia de semejante castigo (y hasta de la misma acusación, de la que muchos de ellos no eran siquiera culpables), se considera "colgar el sambenito" a alguien cuando se le acusa de algo, prevaricando (sabiendo que la sentencia es injusta).

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Han sido pocas las veces que la Iglesia ha rectificado acerca de injusticias cometidas por ese "santo Tribunal", pero el Papa Juan Pablo II reconoció sus errores. Copio un fragmento de la carta dirigida al cardenal Roger Etchegaray con motivo de la publicación de las «Actas del Simposio Internacional "La Inquisición"», el 15 de Junio del 2004.

"El 12 de marzo de 2000, con motivo de la celebración litúrgica que caracterizó la Jornada del Perdón, se pidió perdón por los errores cometidos en el servicio a la verdad recurriendo a métodos no evangélicos. La Iglesia debe realizar este servicio imitando a su Señor, manso y humilde de corazón. La oración que dirigí entonces a Dios contiene los motivos de una petición de perdón, que es válida tanto para los dramas ligados a la Inquisición como para las heridas en la memoria que han provocado: «Señor, Dios de todos los hombres, en algunas épocas de la historia los cristianos a veces han transigido con métodos de intolerancia y no han seguido el gran mandamiento del amor, desfigurando así el rostro de la Iglesia, tu Esposa. Ten misericordia de tus hijos pecadores y acepta nuestro propósito de buscar y promover la verdad en la dulzura de la caridad, conscientes de que la verdad sólo se impone con la fuerza de la verdad misma. Por Cristo nuestro Señor".

Son muchas las obras que tratan sobre este Tribunal, y una de ellas que podía consultarse en línea es: "La Inquisición en España" de José Antonio Escudero.