Ha salido a la palestra y es
vox pópuli este término para denunciar prácticas mercantiles irregulares -por no decir presuntamente ilícitas-por las que un aparato eléctrico o electrónico tiene una
obsolescencia programada.
Recurriendo al diccionario digital de la RAE, y tras
marear la perdiz que nos lleva de una definición a otra (¡cómo le gusta a nuestro diccionario a veces
andarse por las ramas!) hasta llegar a aclararnos algo.
Veamos:
Obsolescencia. 1. f. Cualidad de obsolescente. (Por cierto, aclaremos que el 1 indica una sola definición o significado, y la f. femenino ;)). Vale, busquemos...Obsolescente. Del lat. obsolescens, -entis.
1. adj. Que está volviéndose obsoleto. Vocabulario obsolescente.Aparte de que viene del latín y que funciona como adjetivo, seguimos sin aclararnos. Dicen que a la tercera va la vencida:Obsoleto.
obsoleto, ta. Del lat. obsolētus. 1. adj. Anticuado o inadecuado a las circunstancias, modas o necesidades actuales. Un sistema de enseñanza obsoleto.
2. adj. Dicho especialmente de una palabra: Que ha dejado de usarse.Dos acepciones, usos o significados de este adjetivo. Tal vez el 2 es el que nos hace comprender algo más, pero me temo que recurriremos al "libro gordo" de Google (en mi adolescencia era de Petete) para llegar al "quid" de la cuestión.
Nos enteramos de que el término se acuñó con los móviles, que tras una actualización empezaban a ralentizarse y dejar de funcionar sin una causa justificada, hasta que se descubrió que en un periodo aproximado de dos años, nuestros aparatos empezaban a fallar o simplemente se fundían sin remedio, por lo que ante el costo de la supuesta reparación -si es que tenía arreglo- lo mejor era comprar uno nuevo y así tenían garantizado los fabricantes la continuidad del negocio. Esta obsolescencia programada, es decir, provocar que el aparato en cuestión tenga una durabilidad determinada, calculada desde su fabricación
Terminamos con un fragmento del interesante artículo sobre 'obsolescencia' en wikipedia:
El objetivo de la obsolescencia no es crear productos de calidad, sino exclusivamente el lucro económico, no teniéndose en cuenta las necesidades de los consumidores, ni las repercusiones medioambientales en la producción y mucho menos las consecuencias que se generan desde el punto de vista de la acumulación de residuos y la contaminación
que conllevan. Esta práctica ha creado un creciente malestar entre los
consumidores, por lo que en tiempos recientes, activistas, medios de
comunicación, organizaciones e incluso los mismos consumidores y varias
empresas están llevando acciones para revertir esta práctica. Hace tiempo ya que entramos en una dinámica en que salía más económico
comprar un aparato nuevo que arreglarlo pero, aparte de mesarse los
cabellos y clamar contra lo que supondría semejante fraude, ¿alguien ha
oído hablar de sentencias judiciales o indemnizaciones a los usuarios
perjudicados? ¿Obligar, por ejemplo, a someter los productos a reponer por presuntas malas prácticas de las empresas a un canon por el que se haga un trueque o un mínimo desembolso?
Lo dejamos caer... y ahí queda esto.