Más consejos: Destacamos la importancia de "leer bien" para aprovechar el estudio. No siempre sabemos leer.
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sábado, 2 de julio de 2022
Cómo estudiar -6.1 - La lectura
lunes, 6 de junio de 2022
Refrán en mano .- "A pan de quince días, hambre de tres semanas" o "A buen hambre, no hay pan duro"
¿Saben que con harina y agua se hace el "engrudo", que sirve de
pegamento por su consistencia? Una vez sólido es difícil de disgregar,
aunque sea fácilmente soluble al agua.
Sinónimo de "A buen hambre no hay pan duro", ningún asco hará a ese pan quien tiene hambre... de tres semanas o del tiempo que sea.
A nadie debería faltar nunca algo que llevarse a la boca, algo con qué alimentarse. Y situaciones como ésta, de hambre y necesidad, que pueden recordar (como testigos directos) los padres de nuestros padres tras la Guerra Civil española y la segunda Guerra Mundial, persiste desgraciadamente en nuestros días.
Mejor que dar pescado, es dar una caña y enseñar a pescar, dice otra de nuestras sentencias... pero mientras dura ese proceso de aprendizaje, recordemos a esos necesitados y pensemos en la cantidad de comida que derrochamos y tiramos.
.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
Cuando
hay hambre hay tristeza, desesperación, una enorme impotencia... Niños
con barrigas infladas rellenas del aire, de la necesidad, que deforman
sus cuerpos; embarazos inusitados en seres esqueléticos que abren al
mundo unos ojos grandes, impresionantes, que nos miran fijamente y
preguntan: ¿Por qué?
Chusa
no podía responder a esa pregunta, pero sí ser consciente de la
injusticia, de la paradoja: sólo unos bloques separaban la necesidad,
del derroche; la pobreza, de la abundancia; el ayuno obligado, del
hartazgo; la abstinencia, de la gula. Algo había que hacer y ella iba a
intentar hacerlo. ("Vertedero", de M.A. Navarro)
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" http://educacion-ne.es/refranes.htm
Labels:
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lunes, 21 de marzo de 2022
Iriarte Fábula de los dos loros y la cotorra
Viendo que está muy de actualidad por lo que pasa con el inglés, traemos esta fábula de Iriarte (S.XVIII)
jueves, 3 de marzo de 2022
domingo, 12 de septiembre de 2021
Recursos Literarios La PARONOMASIA
La PARONOMASIA Es una figura retórica fonética, o figura de dicción, que se basa en la semejanza de palabras por su sonido aunque con significado diferente.
domingo, 30 de mayo de 2021
jueves, 12 de abril de 2018
¿Es poesía una canción? Por la boca vive el pez
Esta sección pretende romper una lanza en favor del premio Nobel de Literatura concedido a Bob Dylan como poeta. Ciertamente, hay letras de canciones que son poesía.
Al no contar con vuestras sugerencias, nos movemos por nuestras sensaciones y recuerdos que pueden muy bien no coincidir con los vuestros. Es el riesgo que hay que correr al manifestarse en general. No obstante, esperamos ir acertando.
Son muchas las letras de Fito&Fitipaldis que merecerían estar en esta sección, por ejemplo 'Antes de que cuente diez', 'Que viene y va', 'Me acordé de ti' o 'Trozos de cristal', pero traemos
"Por la boca vive el pez"
Autor: Fito Cabrales
https://youtu.be/iUXs4Nt3Y7Y
Algo, lo que me invade,
todo viene de dentro.
Nunca lo que me sacie.
Siempre quiero, lobo hambriento.
Todo me queda grande
para no estar contigo.
Sabes, quisiera darte
siempre un poco más de lo que te pido.
Sabes que soñaré,
si no estás, que me despierto contigo.
Sabes que quiero más,
no se vivir solo con 5 sentidos.
Este mar cada vez guarda mas barcos hundidos.
Tu eres aire, yo papel,
donde vayas yo me iré,
si me quedo a oscuras
luz de la locura ven y alumbrame.
Alguien dijo alguna vez
por la boca vive el pez
y yo lo estoy diciendo,
te lo estoy diciendo otra vez.
Dime por qué preguntas
cuanto te he 'echao' de menos,
si en cada canción que escribo, corazón,
eres tú el acento.
No quiero estrella errante,
no quiero ver la aurora
quiero mirar tus ojos del color de la cocacola
Sabes que soñaré,
si no estas, que me despierto contigo.
Sabes que quiero más,
no se vivir solo con 5 sentidos.
Este mar cada vez guarda mas barcos hundidos.
No estás conmigo siempre que te canto,
yo hago canciones para estar contigo,
porque escribo igual que sangro,
porque sangro todo lo que escribo.
Me he dado cuenta cada vez que canto
que si no canto no sé lo que digo.
La pena está bailando con el llanto
y cuando quiera bailará conmigo.
La vida apenas solo dura un rato
y es lo que tengo para estar contigo
para decirte lo que nunca canto,
para cantarte lo que nunca digo.
Al no contar con vuestras sugerencias, nos movemos por nuestras sensaciones y recuerdos que pueden muy bien no coincidir con los vuestros. Es el riesgo que hay que correr al manifestarse en general. No obstante, esperamos ir acertando.
Son muchas las letras de Fito&Fitipaldis que merecerían estar en esta sección, por ejemplo 'Antes de que cuente diez', 'Que viene y va', 'Me acordé de ti' o 'Trozos de cristal', pero traemos
"Por la boca vive el pez"
Autor: Fito Cabrales
https://youtu.be/iUXs4Nt3Y7Y
Algo, lo que me invade,
todo viene de dentro.
Nunca lo que me sacie.
Siempre quiero, lobo hambriento.
Todo me queda grande
para no estar contigo.
Sabes, quisiera darte
siempre un poco más de lo que te pido.
Sabes que soñaré,
si no estás, que me despierto contigo.
Sabes que quiero más,
no se vivir solo con 5 sentidos.
Este mar cada vez guarda mas barcos hundidos.
Tu eres aire, yo papel,
donde vayas yo me iré,
si me quedo a oscuras
luz de la locura ven y alumbrame.
Alguien dijo alguna vez
por la boca vive el pez
y yo lo estoy diciendo,
te lo estoy diciendo otra vez.
Dime por qué preguntas
cuanto te he 'echao' de menos,
si en cada canción que escribo, corazón,
eres tú el acento.
No quiero estrella errante,
no quiero ver la aurora
quiero mirar tus ojos del color de la cocacola
Sabes que soñaré,
si no estas, que me despierto contigo.
Sabes que quiero más,
no se vivir solo con 5 sentidos.
Este mar cada vez guarda mas barcos hundidos.
No estás conmigo siempre que te canto,
yo hago canciones para estar contigo,
porque escribo igual que sangro,
porque sangro todo lo que escribo.
Me he dado cuenta cada vez que canto
que si no canto no sé lo que digo.
La pena está bailando con el llanto
y cuando quiera bailará conmigo.
La vida apenas solo dura un rato
y es lo que tengo para estar contigo
para decirte lo que nunca canto,
para cantarte lo que nunca digo.
viernes, 2 de marzo de 2018
Salón de lectura.- ''Música para feos'', de Lorenzo Silva
Estamos acostumbrados a escuchar hablar del autor principalmente como comisario del Getafe Negro y de la serie de novelas policiacas protagonizadas por una pareja de guardias civiles: el brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro.
Aunque seguidora y ávida lectora de todas ellas [a saber: El lejano país de los estanques (1998), El alquimista impaciente (2000, Premio Nadal), La niebla y la doncella (2002), Nadie vale más que otro. Cuatro asuntos de Bevilacqua (2004), La reina sin espejo (2005), La estrategia del agua (2010), La marca del meridiano (2012, Premio Planeta), Los cuerpos extraños (2014), Donde los escorpiones (2016), Tantos lobos (2017) y la anunciada próxima publicación de Lejos del corazón (2018)] lo que traemos a esta sección es la lectura de una pequeña joyita (diminutivo sentimental) que despertó en mí tal atractivo y ternura que robé horas al sueño para leer las 224 páginas en una sola noche:
"Música para feos" (2015, Destino)
Al final de su web, https://www.lorenzo-silva.com/ , podemos encontrar y escuchar la banda sonora con los títulos que aparecen y envuelven la atmósfera del relato.
El tema no puede parecer más insulso y trillado: un enamoramiento, una fugaz historia de amor. Ya está.
Dicho así puede parecer que esta crítica va a desollar a su autor, pero nada más lejos de nuestra intención.
Es la forma de construir y desarrollar la trama lo que la hace crecer a nuestros ojos y la convierte en un mar de sensibilidad y ternura que envuelve con las canciones, aún sin oírlas, y los intercambios casi siempre a distancia entre los protagonistas, Mónica y Ramón.
Como decimos, es un tema clásico: dos personas se conocen, se reencuentran, comienzan un romance que se desarrolla convirtiéndose en palabras de ella en “Lo único limpio y hermoso que de veras he tenido” y termina inesperadamente.
Ya está. No hay más. Pero te transporta al mundo inmaterial de los sentimientos y contra eso difícilmente se puede luchar.
Una obra de arte, señor Silva. Quede aquí mi admiración.
Continuó hasta que me vio abrir el portal. Entonces hizo un gesto de despedida, sonrió y se dio la vuelta. Se alejó calle arriba sin volverse ni una sola vez. Me fijé en su nuca, su espalda, sus pasos regulares y seguros. Algo se me quedó revoloteando en el estómago. Algo muy extraño, que no
había conocido nunca antes. Acababan de plantarme, muy posiblemente me habían tomado el pelo, y
sin embargo, cuando apoyé la cabeza en la almohada y cerré los ojos, sentí que nada de eso tenía la menor importancia, que todo estaba bien y que, contra todos los pronósticos que yo misma había hecho al principio de la noche, como quizá no habría sucedido si él hubiera subido y atrapando al vuelo la ocasión me hubiera echado un polvo sobre la marcha, la vida era bella y yo no era infeliz.
En Amazon:
Tapa blanda EUR 8,50. Kindle EUR 8,07
En CasaDelLibro:
Tapa blanda EUR 17,10. Kindle EUR 8,49
Aunque seguidora y ávida lectora de todas ellas [a saber: El lejano país de los estanques (1998), El alquimista impaciente (2000, Premio Nadal), La niebla y la doncella (2002), Nadie vale más que otro. Cuatro asuntos de Bevilacqua (2004), La reina sin espejo (2005), La estrategia del agua (2010), La marca del meridiano (2012, Premio Planeta), Los cuerpos extraños (2014), Donde los escorpiones (2016), Tantos lobos (2017) y la anunciada próxima publicación de Lejos del corazón (2018)] lo que traemos a esta sección es la lectura de una pequeña joyita (diminutivo sentimental) que despertó en mí tal atractivo y ternura que robé horas al sueño para leer las 224 páginas en una sola noche:
"Música para feos" (2015, Destino)
Al final de su web, https://www.lorenzo-silva.com/ , podemos encontrar y escuchar la banda sonora con los títulos que aparecen y envuelven la atmósfera del relato.
El tema no puede parecer más insulso y trillado: un enamoramiento, una fugaz historia de amor. Ya está.
Dicho así puede parecer que esta crítica va a desollar a su autor, pero nada más lejos de nuestra intención.
Es la forma de construir y desarrollar la trama lo que la hace crecer a nuestros ojos y la convierte en un mar de sensibilidad y ternura que envuelve con las canciones, aún sin oírlas, y los intercambios casi siempre a distancia entre los protagonistas, Mónica y Ramón.
Como decimos, es un tema clásico: dos personas se conocen, se reencuentran, comienzan un romance que se desarrolla convirtiéndose en palabras de ella en “Lo único limpio y hermoso que de veras he tenido” y termina inesperadamente.
Ya está. No hay más. Pero te transporta al mundo inmaterial de los sentimientos y contra eso difícilmente se puede luchar.
Una obra de arte, señor Silva. Quede aquí mi admiración.
Continuó hasta que me vio abrir el portal. Entonces hizo un gesto de despedida, sonrió y se dio la vuelta. Se alejó calle arriba sin volverse ni una sola vez. Me fijé en su nuca, su espalda, sus pasos regulares y seguros. Algo se me quedó revoloteando en el estómago. Algo muy extraño, que no
había conocido nunca antes. Acababan de plantarme, muy posiblemente me habían tomado el pelo, y
sin embargo, cuando apoyé la cabeza en la almohada y cerré los ojos, sentí que nada de eso tenía la menor importancia, que todo estaba bien y que, contra todos los pronósticos que yo misma había hecho al principio de la noche, como quizá no habría sucedido si él hubiera subido y atrapando al vuelo la ocasión me hubiera echado un polvo sobre la marcha, la vida era bella y yo no era infeliz.
En Amazon:
Tapa blanda EUR 8,50. Kindle EUR 8,07
En CasaDelLibro:
Tapa blanda EUR 17,10. Kindle EUR 8,49
miércoles, 21 de febrero de 2018
Garabateando.- 'Para ser novelista', de John Gardner.
Seguimos leyendo y aprendiendo de 'los buenos' para conseguir que nuestros garabateos mejoren, siempre que las musas estén a nuestro favor.
Ya venimos viendo que el común de los que escriben sobre el tema opina que el escritor nace, y luego se hace.
En ello estamos, y siguiendo los consejos de lectura que vimos en este artículo vamos a entresacar las mejores líneas de 'Para ser novelista', ensayo de 199 páginas.
Una crítica sobre esta obra:
«John Gardner acumuló durante su vida más de veinte años de experiencia docente y se nota, porque sabe responder exactamente a las preguntas que con toda probabilidad hará cualquier escritor en cierne, es decir: ¿Cómo saber si se tienen las cualidades necesarias para el oficio? ¿Qué estudios se necesitan? ¿Cuáles son los entresijos del proceso de creación y publicación de una novela?... Para quienes deseen conocer las respuestas, leer este libro constituirá una auténtica satisfacción.»
(Anne Tyler, Baltimore Sun).
Vamos allá:
- No es del todo cierto que todo escritor tenga un agudo sentido del ritmo de la frase -la música del lenguaje- o de las connotaciones y del registro lingüístico (ámbito de uso) de las palabras. Hay grandes escritores que lo son a pesar de sus ocasionales deslices: frases malsonantes, metáforas inadecuadas e incluso empleo disparatado de palabras. [...] Pero aunque algunos grandes escritores escriban a veces con torpeza, está claro que uno de los rasgos del escritor nato es su aptitud para encontrar o (a veces) inventar maneras interesantes de decir las cosas.[...] El escritor con sensibilidad para el lenguaje sabe encontrar sus propias metáforas no sólo porque se le ha enseñado a evitar los tópicos, sino porque disfruta buscando la metáfora gráfica y precisa, la que, por lo que él sabe, nunca se le ha ocurrido a nadie.
- El talento sólo si no existe es imposible de cultivar. Bueno, normalmente. Por otro lado, si al leer comenzamos a sospechar que al escritor sólo le interesan las palabras, ello nos hace temer por su suerte como tal. Las personas normales, quienes no han sido víctimas de una mala enseñanza universitaria, no leen novelas únicamente por leer palabras. Abren una novela esperando encontrar una historia, confiando en que aparezcan personajes interesantes, posiblemente algún paisaje atrayente aquí y allá y, como mínimo, alguna que otra idea -y un abundante y sugestivo cargamento de ideas como máximo-. Aunque hay excepciones, la principal preocupación del buen novelista, por regla general, no es la brillantez lingüística -por lo menos, en su forma más llamativa y evidente-, sino contar su historia de forma que provoque reacciones en el lector, que le haga reír o llorar o sentirse intrigado, lo que sea que dicha historia concreta, explicada de la mejor manera posible, le incite a hacer.
- Generalmente, el escritor que se preocupa más de las palabras que de la historia (personajes, acción, escenario, ambiente) no consigue crear ese sueño vívido y continuo: se estorba demasiado a sí mismo; embriagado de poesía, no distingue el grano de la paja. [...]
El escritor interesado principal o exclusivamente en el lenguaje está mal equipado para escribir novelas porque no posee el carácter y la personalidad que se requiere para ello. Por «carácter» me refiero a lo que a veces se denomina la naturaleza «inscrita» del individuo, a su yo innato; por «personalidad» aludo a la suma de rasgos típicos que se advierten en su manera de relacionarse con los que le rodean. En otras palabras, mi intención es distinguir entre el yo interno y el externo.
- Hay dos cosas que pueden hacer que el lector siga adelante: argumento e historia (y ambas están presentes, poco o mucho, en la buena ficción).
- Nadie que vea la realidad de forma distorsionada puede escribir buenas novelas, porque al leer comparamos los mundos ficticios con el real. La ficción creada por quienes adoptan en la vida actitudes que nos parecen infantiles o tediosas cansa enseguida.
- Lo único que hay que hacer es saber exactamente lo que se pretende decir -por ejemplo diciéndolo y revisando después lo dicho, para saber si realmente dice lo que se pretendía- y seguir trabajándolo, jugando con el lenguaje, hasta corregir todo aquello a lo que creamos que se le pueda poner objeciones.
- Si el escritor prometedor sigue escribiendo -escribe día tras día, mes tras mes- y lee muy atentamente, empezará a «cogerle el truco». Llegar a este punto es tan importante en el arte como pueda serlo en el atletismo. Las ciencias prácticas, entre las que se cuenta la ingeniería verbal que permite escribir novela comercial, se pueden enseñar y aprender. El arte, hasta cierto punto, también; pero, exceptuando ciertas cuestiones de técnica, el arte no se aprende, simplemente se le coge el truco.
- Otro indicador del talento del joven escritor es su perspicacia. El buen escritor ve las cosas con agudeza, con realismo, con precisión y con criterio selectivo (es decir, sabe escoger lo importante), y no necesariamente porque tenga por naturaleza mayor poder de observación que los demás (aunque con la práctica lo adquiere), sino porque tiene interés en ver las cosas con claridad y escribirlas con rigor.
- Hay otro tipo de planteamiento que requiere un tipo de perspicacia más elevada, que exige ser preciso de una forma, para mí, infinitamente más difícil. Me refiero al novelista capaz de meterse en la piel de sus personajes.[...] Tiene que ser capaz de dar a conocer de forma precisa y convincente cómo ve el mundo un niño, una joven, un asesino entrado en años o el gobernador de Utah. [...] Una vez admitido que el novelista tiene que ser capaz de abogar por toda clase de personas, de ver por sus ojos, de sentir por sus nervios, de aceptar sus más arraigadas opiniones, por estúpidas que sean, como hechos manifiestos (para ellas), se trata simplemente de comenzar a hacerlo; y a fuerza de insistir en ello -de releer, de volver a reflexionarlo, de revisarlo minuciosamente- se acaba haciéndolo bien.... [...] Hay mil maneras de estar triste, feliz, aburrido o malhumorado, y el adjetivo abstracto no dice casi nada. El ademán preciso, sin embargo, refleja con toda exactitud el único sentimiento que corresponde al momento. A esto es a lo que se refieren los profesores de literatura cuando dicen que hay que «mostrar» en lugar de «decir», A esto y a nada más, habría que añadir.
Realmente se trata de un escrito interesante, que penetra en las entrañas de las inquietudes de cualquier escritor novel y está repleto de buenas apreciaciones que lo hacen difícil de extractar (sería muy largo). Está a vuestra disposición en epub o pdf.
Ya venimos viendo que el común de los que escriben sobre el tema opina que el escritor nace, y luego se hace.
En ello estamos, y siguiendo los consejos de lectura que vimos en este artículo vamos a entresacar las mejores líneas de 'Para ser novelista', ensayo de 199 páginas.
Una crítica sobre esta obra:
«John Gardner acumuló durante su vida más de veinte años de experiencia docente y se nota, porque sabe responder exactamente a las preguntas que con toda probabilidad hará cualquier escritor en cierne, es decir: ¿Cómo saber si se tienen las cualidades necesarias para el oficio? ¿Qué estudios se necesitan? ¿Cuáles son los entresijos del proceso de creación y publicación de una novela?... Para quienes deseen conocer las respuestas, leer este libro constituirá una auténtica satisfacción.»
(Anne Tyler, Baltimore Sun).
Vamos allá:
- No es del todo cierto que todo escritor tenga un agudo sentido del ritmo de la frase -la música del lenguaje- o de las connotaciones y del registro lingüístico (ámbito de uso) de las palabras. Hay grandes escritores que lo son a pesar de sus ocasionales deslices: frases malsonantes, metáforas inadecuadas e incluso empleo disparatado de palabras. [...] Pero aunque algunos grandes escritores escriban a veces con torpeza, está claro que uno de los rasgos del escritor nato es su aptitud para encontrar o (a veces) inventar maneras interesantes de decir las cosas.[...] El escritor con sensibilidad para el lenguaje sabe encontrar sus propias metáforas no sólo porque se le ha enseñado a evitar los tópicos, sino porque disfruta buscando la metáfora gráfica y precisa, la que, por lo que él sabe, nunca se le ha ocurrido a nadie.
- El talento sólo si no existe es imposible de cultivar. Bueno, normalmente. Por otro lado, si al leer comenzamos a sospechar que al escritor sólo le interesan las palabras, ello nos hace temer por su suerte como tal. Las personas normales, quienes no han sido víctimas de una mala enseñanza universitaria, no leen novelas únicamente por leer palabras. Abren una novela esperando encontrar una historia, confiando en que aparezcan personajes interesantes, posiblemente algún paisaje atrayente aquí y allá y, como mínimo, alguna que otra idea -y un abundante y sugestivo cargamento de ideas como máximo-. Aunque hay excepciones, la principal preocupación del buen novelista, por regla general, no es la brillantez lingüística -por lo menos, en su forma más llamativa y evidente-, sino contar su historia de forma que provoque reacciones en el lector, que le haga reír o llorar o sentirse intrigado, lo que sea que dicha historia concreta, explicada de la mejor manera posible, le incite a hacer.
- Generalmente, el escritor que se preocupa más de las palabras que de la historia (personajes, acción, escenario, ambiente) no consigue crear ese sueño vívido y continuo: se estorba demasiado a sí mismo; embriagado de poesía, no distingue el grano de la paja. [...]
El escritor interesado principal o exclusivamente en el lenguaje está mal equipado para escribir novelas porque no posee el carácter y la personalidad que se requiere para ello. Por «carácter» me refiero a lo que a veces se denomina la naturaleza «inscrita» del individuo, a su yo innato; por «personalidad» aludo a la suma de rasgos típicos que se advierten en su manera de relacionarse con los que le rodean. En otras palabras, mi intención es distinguir entre el yo interno y el externo.
- Hay dos cosas que pueden hacer que el lector siga adelante: argumento e historia (y ambas están presentes, poco o mucho, en la buena ficción).
- Nadie que vea la realidad de forma distorsionada puede escribir buenas novelas, porque al leer comparamos los mundos ficticios con el real. La ficción creada por quienes adoptan en la vida actitudes que nos parecen infantiles o tediosas cansa enseguida.
- Lo único que hay que hacer es saber exactamente lo que se pretende decir -por ejemplo diciéndolo y revisando después lo dicho, para saber si realmente dice lo que se pretendía- y seguir trabajándolo, jugando con el lenguaje, hasta corregir todo aquello a lo que creamos que se le pueda poner objeciones.
- Si el escritor prometedor sigue escribiendo -escribe día tras día, mes tras mes- y lee muy atentamente, empezará a «cogerle el truco». Llegar a este punto es tan importante en el arte como pueda serlo en el atletismo. Las ciencias prácticas, entre las que se cuenta la ingeniería verbal que permite escribir novela comercial, se pueden enseñar y aprender. El arte, hasta cierto punto, también; pero, exceptuando ciertas cuestiones de técnica, el arte no se aprende, simplemente se le coge el truco.
- Otro indicador del talento del joven escritor es su perspicacia. El buen escritor ve las cosas con agudeza, con realismo, con precisión y con criterio selectivo (es decir, sabe escoger lo importante), y no necesariamente porque tenga por naturaleza mayor poder de observación que los demás (aunque con la práctica lo adquiere), sino porque tiene interés en ver las cosas con claridad y escribirlas con rigor.
- Hay otro tipo de planteamiento que requiere un tipo de perspicacia más elevada, que exige ser preciso de una forma, para mí, infinitamente más difícil. Me refiero al novelista capaz de meterse en la piel de sus personajes.[...] Tiene que ser capaz de dar a conocer de forma precisa y convincente cómo ve el mundo un niño, una joven, un asesino entrado en años o el gobernador de Utah. [...] Una vez admitido que el novelista tiene que ser capaz de abogar por toda clase de personas, de ver por sus ojos, de sentir por sus nervios, de aceptar sus más arraigadas opiniones, por estúpidas que sean, como hechos manifiestos (para ellas), se trata simplemente de comenzar a hacerlo; y a fuerza de insistir en ello -de releer, de volver a reflexionarlo, de revisarlo minuciosamente- se acaba haciéndolo bien.... [...] Hay mil maneras de estar triste, feliz, aburrido o malhumorado, y el adjetivo abstracto no dice casi nada. El ademán preciso, sin embargo, refleja con toda exactitud el único sentimiento que corresponde al momento. A esto es a lo que se refieren los profesores de literatura cuando dicen que hay que «mostrar» en lugar de «decir», A esto y a nada más, habría que añadir.
Realmente se trata de un escrito interesante, que penetra en las entrañas de las inquietudes de cualquier escritor novel y está repleto de buenas apreciaciones que lo hacen difícil de extractar (sería muy largo). Está a vuestra disposición en epub o pdf.
martes, 13 de febrero de 2018
Palabras al día.- "Portavoza"
NOTA: Ya sé, ya sé que se ha hablado de esto al derecho y al revés y aunque queramos presentar en esta crítica un aspecto didáctico y diferente, quisiéramos hacer constar que estos articulillos los vamos preparando para cada sección semanal, que no suelen ser fruto de la improvisación y se preparan con algo de tiempo.
Así pues, nuestras disculpas a quien le pueda parecer reiterativo...
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Vamos a ver, vamos a ver... que esto se nos va de las manos.
Que el diccionario es machista no lo vamos a negar a estas alturas -está ampliamente demostrado (mostraremos algunas rectificaciones del Diccionario en otro artículo)- y no es raro, dado que la palabra es a la lengua lo que el hablante es a la cultura que representa.
Pero no es el caso.
Lo que sucede es que me rechinaron los oídos -como camión a toda velocidad intentando hacer uso de los frenos- cuando una de nuestras representantes en el Senado esgrime el término "portavoza" para feminizar una palabra que ya de por sí es femenina: "Voz", la voz.
Tan ridículo fue que se perdió todo el mensaje subliminal -o no- que vino después.
A ver, señorita mía, el término "porta-voz" sirve para denominar a quien hace uso de la palabra en representación de un grupo y lleva (porta) su ideología u opinión (voz).
El portavoz, la portavoz.
Aunque no sean sus estudios de Lengua Española los que la hayan encumbrado a la representación de sus múltiples votantes, su condición de parlamentaria (persona que 'parla'=habla) la obliga a conocer su idioma y a pensar detenidamente en el qué y el cómo de lo que dice, que para demagogia * (demagogos y demagogas) ya tenemos bastante con la que cae, ¿no cree?
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
demagogia
1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
Así pues, nuestras disculpas a quien le pueda parecer reiterativo...
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Vamos a ver, vamos a ver... que esto se nos va de las manos.
Que el diccionario es machista no lo vamos a negar a estas alturas -está ampliamente demostrado (mostraremos algunas rectificaciones del Diccionario en otro artículo)- y no es raro, dado que la palabra es a la lengua lo que el hablante es a la cultura que representa.
Pero no es el caso.
Lo que sucede es que me rechinaron los oídos -como camión a toda velocidad intentando hacer uso de los frenos- cuando una de nuestras representantes en el Senado esgrime el término "portavoza" para feminizar una palabra que ya de por sí es femenina: "Voz", la voz.
Tan ridículo fue que se perdió todo el mensaje subliminal -o no- que vino después.
A ver, señorita mía, el término "porta-voz" sirve para denominar a quien hace uso de la palabra en representación de un grupo y lleva (porta) su ideología u opinión (voz).
El portavoz, la portavoz.
Aunque no sean sus estudios de Lengua Española los que la hayan encumbrado a la representación de sus múltiples votantes, su condición de parlamentaria (persona que 'parla'=habla) la obliga a conocer su idioma y a pensar detenidamente en el qué y el cómo de lo que dice, que para demagogia * (demagogos y demagogas) ya tenemos bastante con la que cae, ¿no cree?
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Del gr. δημαγωγία dēmagōgía.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
sábado, 3 de febrero de 2018
Literatura medieval Las jarchas
La muestra más antigua de poesía en lengua romance, escrita con caracteres árabes.
jueves, 1 de febrero de 2018
¿Es poesía una canción? "Deseos de cosas imposibles"- La Oreja de Van Gogh
En apoyo a que un compositor-cantautor pueda recibir un Premio Nobel de Literatura, rebuscamos en la discografía española (recordemos que esta lengua es la protagonista en este blog) y traemos en esta ocasión una bella canción con una letra aún más bella por su creatividad e imágenes.
Se trata de "Deseos de cosas imposibles", de la Oreja de Van Gogh (aunque se menciona a Amaia Montero, la cantante del grupo, no queda claro si su autoría es grupal o individual).
https://www.youtube.com/watch?v=n_5c6_xJfto
Dice:
Igual que el mosquito más tonto de la manada
yo sigo tu luz aunque me lleve a morir,
te sigo como les siguen los puntos finales
a todas las frases suicidas que buscan su fin.
Igual que el poeta que decide trabajar en un banco
sería posible que yo en el peor de los casos
le hiciera una llave de judo a mi pobre corazón
haciendo que firme llorando esta declaración:
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo a tí.
Igual que el mendigo cree que el cine es un escaparate,
igual que una flor resignada decora un despacho elegante,
prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño
y reir será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Pero igual que se espera como esperan en la Plaza de Mayo
procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso
un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver
reduciendo estas palabras a un trozo de papel.
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo... Me callo porque es más cómodo engañarse,me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré,
en silencio te amaré,
en silencio pensaré tan solo en tí.
Naturalmente, nos encantaría recibir vuestras sugerencias y comentarios.
Se trata de "Deseos de cosas imposibles", de la Oreja de Van Gogh (aunque se menciona a Amaia Montero, la cantante del grupo, no queda claro si su autoría es grupal o individual).
https://www.youtube.com/watch?v=n_5c6_xJfto
Dice:
Igual que el mosquito más tonto de la manada
yo sigo tu luz aunque me lleve a morir,
te sigo como les siguen los puntos finales
a todas las frases suicidas que buscan su fin.
Igual que el poeta que decide trabajar en un banco
sería posible que yo en el peor de los casos
le hiciera una llave de judo a mi pobre corazón
haciendo que firme llorando esta declaración:
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo a tí.
Igual que el mendigo cree que el cine es un escaparate,
igual que una flor resignada decora un despacho elegante,
prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño
y reir será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Pero igual que se espera como esperan en la Plaza de Mayo
procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso
un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver
reduciendo estas palabras a un trozo de papel.
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo... Me callo porque es más cómodo engañarse,me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré,
en silencio te amaré,
en silencio pensaré tan solo en tí.
Naturalmente, nos encantaría recibir vuestras sugerencias y comentarios.
martes, 16 de enero de 2018
El niño y la sardina - Anticuento de Javier Tomeo
Se lo define como un cuento fantástico, pero se supone que todos los cuentos lo son.
Este es un cuento que no lo es. Esta mamá es más real de lo que parece...¿ o es una antimamá?
Todo lo contrario de lo que se supone que debe ser un cuento: es un cuento perverso, de Javier Tomeo.
¿Qué opinas?
Ejercicios tras la lectura:
http://www.mimundo.fr/lycee/lycee_0lva/el_nino_y_la_sardina.pdf
jueves, 11 de enero de 2018
¿Es poesía una canción? Sabina. "Así estoy yo sin ti"
En esta sección que pretende reivindicar letras de cantautores como pura poesía, la semana pasada la escritora Carolina Olivares nos hablaba de "Princesa" de Joaquín SABINA, y el escritor Pedro de Andrés (por cierto, a ver si alguien nos chiva su natalicio para rellenar el hueco que tiene en las efemérides de este blog) nos sugería letras del grupo MAREA.
De acuerdo con los dos, traemos aquí en primer lugar (por orden de sugerencias) a Sabina y su "Así estoy yo sin ti".
Podríamos haber recordado otras como "Nos sobran los motivos", "Y sin embargo", "Contigo", "A la orilla de la chimenea", "Amores que matan", "Donde habita el olvido", "Calle Melancolía", "El boulevard de los sueños rotos", "Hay mujeres", "La del pirata cojo", "Más de cien mentiras", "Noches de Boda", "Que se llama Soledad", "Ruido" y tantas y tan bellas como ha compuesto nuestro admirado cantautor para interpretarlas él mismo o para otros, pero la sucesión de imágenes y comparaciones de esta canción que tan acertadamente retratan la añoranza, el vacío que deja un ser querido, merece, en nuestra opinión, este lugar de honor.
Si queréis utilizarla en vuestras clases de español, podemos comentar aquí las expresiones menos claras.
Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso...,
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdido como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones...,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el desierto,
quemado como el cielo de Chernovil,
solo como un poeta en el aeropuerto...,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños,
como el perfume del desengaño...,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile...,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
miércoles, 18 de octubre de 2017
domingo, 27 de agosto de 2017
domingo, 24 de enero de 2016
Leyendo el "Quijote". 1ª parte. Capítulo 6 (vídeo)
Capítulo sexto
Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo
Todavía dormía nuestro caballero cuando ya sus amigos, el ama y la sobrina se dispusieron a hacer limpieza en su biblioteca para librarle -un poco tarde, quizás- de los malos efectos que algunos podían haberle producido. Y así, analizando de uno en uno al principio y más en general después, hicieron tres apartados en los que Cervantes demuestra conocer ampliamente la literatura de su época y se permite, además, una crítica a sí mismo:
Libros para conservar:
Los cuatro de Amadís de Gaula, por ser los primeros y no tener culpa de las atrocidades que hicieran sus seguidores.
Salva el Palmerín de Inglaterra porque "Todas las aventuras del castillo de Miraguarda son bonísimas y de grande artificio, las razones cortesanas y claras que guardan y miran el decoro del que habla, con mucha propiedad y entendimiento"
De Historia del famoso caballero Tirante el Blanco, comenta: "Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo es este el mejor libro del mundo; aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con otras cosas de que todos los demás libros de este género carecen."
De libros pastoriles, salva el cura La Diana de Gil Polo; de los diez libros de Fortuna de Amor, compuesto por Antonio de Lofraso, comenta: "tan gracioso ni tan disparatado libro como ese no se ha compuesto, y que por su camino es el mejor y el más único de cuantos de este género han salido a la luz del mundo".
De el Pastor de Filida "No es ese pastor, dijo el cura, sino muy discreto cortesano; guárdese como joya preciosa".
La Araucana de don Alonso de Ercilla; la Austríada de don Juan Rufo, jurado de Córdoba y el Montserrat de Cristóbal de Virues, poeta valenciano. "pueden competir con los más famosos de Italia: guárdense como las más ricas prendas de poesía que tiene España".
Ya cansados, iban a tirar el resto de libros cuando asoma Las lágrimas de Angélica, de Luis Barahona de Soto, que resulta también salvado "porque su autor fue uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España, y fue felicísimo en la traducción de algunas fábulas de Ovidio. "
Libros para quemar:
Las sergas de Esplandián, hijo legítimo de Amadís de Gaula
"Amadís de Grecia, y aun todos los de este lado, a lo que creo, son del mismo linaje de Amadís" "Pues vayan todos al corral, dijo el cura, que a trueco de quemar a la reina Pintiquiniestra, y al pastor Darinel, y a sus églogas, y a las endiabladas y revueltas razones de su autor, quemara con ellos al padre que me engendró, si anduviera en figura de caballero andante."
Don Olivante de Laura. El autor de ese libro, dijo el cura, fue el mismo que compuso a Jardín de Flores(...) solo sé decir que este irá al corral por disparatado y arrogante.
Les siguieron Florismarte de Hircania, El caballero Platir, El caballero de la Cruz, Bernardo del Carpio, Roncesvalles, Palmerín de Oliva, la Diana llamada Segunda del Salmantino, el Pastor de Iberia, Ninfas de Henares y Desengaño de Zelos.
Libros "en cuarentena" que no merecían ser quemados, pero convenía mantener aparte:
Al llegar a Espejo de Caballerías, arremete Cervantes contra los malos traductores "y aquí le perdonáramos al señor capitán, que no le hubiera traído a España, y hecho castellano; que le quitó mucho de su natural valor, y lo mismo harán todos aquellos que los libros de verso quisieren volver en otra lengua, que por mucho cuidado que pongan y habilidad que muestren, jamás llegarán al punto que ellos tienen en su primer nacimiento."
Don Belianís. "Pues ese, replicó el cura, con la segunda y tercera y cuarta parte, tienen necesidad de un poco de ruibarbo para purgar la demasiada cólera suya, y es menester quitarles todo aquello del castillo de la fama, y otras impertinencias de más importancia, para lo cual se les da término ultramarino, y como se enmendaren, así se usará con ellos de misericordia o de justicia".
Pasan a otra sección de la biblioteca en la que hallan la Diana, de Jorge de Montemayor, y creyendo el cura que la poesía bucólica poco daño podía hacer, le advierte la sobrina de Don Quijote: "Bien los puede vuestra merced mandar quemar como a los demás, porque no sería mucho que habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo estos se le antojase de hacerse pastor, y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo, y lo que sería peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza" por lo que deciden reservarlo por las partes en prosa.
No desaprovecha Cervantes el "guardarse las espaldas" cuando de amigos se trata al comentar el Tesoro de varias poesías. "Como ellas no fueran tantas, dijo el cura, fueran más estimadas; menester es que este libro se escarde y limpie de algunas bajezas que entre sus grandezas tiene; guárdese, porque su autor es amigo mío, y por respeto de otras más heroicas y levantadas obras que ha escrito" y el Cancionero de López Maldonado, pero resulta curioso que incluya una autocrítica de su obra La Galatea "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro tiene algo de buena invención, propone algo y no concluye nada. Es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la enmienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega;"
Y así concluye este capítulo. ¡Seguimos!
Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo
Todavía dormía nuestro caballero cuando ya sus amigos, el ama y la sobrina se dispusieron a hacer limpieza en su biblioteca para librarle -un poco tarde, quizás- de los malos efectos que algunos podían haberle producido. Y así, analizando de uno en uno al principio y más en general después, hicieron tres apartados en los que Cervantes demuestra conocer ampliamente la literatura de su época y se permite, además, una crítica a sí mismo:
Libros para conservar:
Los cuatro de Amadís de Gaula, por ser los primeros y no tener culpa de las atrocidades que hicieran sus seguidores.
Salva el Palmerín de Inglaterra porque "Todas las aventuras del castillo de Miraguarda son bonísimas y de grande artificio, las razones cortesanas y claras que guardan y miran el decoro del que habla, con mucha propiedad y entendimiento"
De Historia del famoso caballero Tirante el Blanco, comenta: "Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo es este el mejor libro del mundo; aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con otras cosas de que todos los demás libros de este género carecen."
De libros pastoriles, salva el cura La Diana de Gil Polo; de los diez libros de Fortuna de Amor, compuesto por Antonio de Lofraso, comenta: "tan gracioso ni tan disparatado libro como ese no se ha compuesto, y que por su camino es el mejor y el más único de cuantos de este género han salido a la luz del mundo".
De el Pastor de Filida "No es ese pastor, dijo el cura, sino muy discreto cortesano; guárdese como joya preciosa".
La Araucana de don Alonso de Ercilla; la Austríada de don Juan Rufo, jurado de Córdoba y el Montserrat de Cristóbal de Virues, poeta valenciano. "pueden competir con los más famosos de Italia: guárdense como las más ricas prendas de poesía que tiene España".
Ya cansados, iban a tirar el resto de libros cuando asoma Las lágrimas de Angélica, de Luis Barahona de Soto, que resulta también salvado "porque su autor fue uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España, y fue felicísimo en la traducción de algunas fábulas de Ovidio. "
Libros para quemar:
Las sergas de Esplandián, hijo legítimo de Amadís de Gaula
"Amadís de Grecia, y aun todos los de este lado, a lo que creo, son del mismo linaje de Amadís" "Pues vayan todos al corral, dijo el cura, que a trueco de quemar a la reina Pintiquiniestra, y al pastor Darinel, y a sus églogas, y a las endiabladas y revueltas razones de su autor, quemara con ellos al padre que me engendró, si anduviera en figura de caballero andante."
Don Olivante de Laura. El autor de ese libro, dijo el cura, fue el mismo que compuso a Jardín de Flores(...) solo sé decir que este irá al corral por disparatado y arrogante.
Les siguieron Florismarte de Hircania, El caballero Platir, El caballero de la Cruz, Bernardo del Carpio, Roncesvalles, Palmerín de Oliva, la Diana llamada Segunda del Salmantino, el Pastor de Iberia, Ninfas de Henares y Desengaño de Zelos.
Libros "en cuarentena" que no merecían ser quemados, pero convenía mantener aparte:
Al llegar a Espejo de Caballerías, arremete Cervantes contra los malos traductores "y aquí le perdonáramos al señor capitán, que no le hubiera traído a España, y hecho castellano; que le quitó mucho de su natural valor, y lo mismo harán todos aquellos que los libros de verso quisieren volver en otra lengua, que por mucho cuidado que pongan y habilidad que muestren, jamás llegarán al punto que ellos tienen en su primer nacimiento."
Don Belianís. "Pues ese, replicó el cura, con la segunda y tercera y cuarta parte, tienen necesidad de un poco de ruibarbo para purgar la demasiada cólera suya, y es menester quitarles todo aquello del castillo de la fama, y otras impertinencias de más importancia, para lo cual se les da término ultramarino, y como se enmendaren, así se usará con ellos de misericordia o de justicia".
Pasan a otra sección de la biblioteca en la que hallan la Diana, de Jorge de Montemayor, y creyendo el cura que la poesía bucólica poco daño podía hacer, le advierte la sobrina de Don Quijote: "Bien los puede vuestra merced mandar quemar como a los demás, porque no sería mucho que habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo estos se le antojase de hacerse pastor, y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo, y lo que sería peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza" por lo que deciden reservarlo por las partes en prosa.
No desaprovecha Cervantes el "guardarse las espaldas" cuando de amigos se trata al comentar el Tesoro de varias poesías. "Como ellas no fueran tantas, dijo el cura, fueran más estimadas; menester es que este libro se escarde y limpie de algunas bajezas que entre sus grandezas tiene; guárdese, porque su autor es amigo mío, y por respeto de otras más heroicas y levantadas obras que ha escrito" y el Cancionero de López Maldonado, pero resulta curioso que incluya una autocrítica de su obra La Galatea "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro tiene algo de buena invención, propone algo y no concluye nada. Es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la enmienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega;"
Y así concluye este capítulo. ¡Seguimos!
viernes, 27 de noviembre de 2015
Leyendo el "Quijote". 1ª parte. Capítulo 5 (video)
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viernes, 10 de julio de 2015
Leyendo el "Quijote". Parte 1ª. Capítulo 2. Llega a la venta. (vídeo)
Capítulo segundo
Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso D. Quijote
No pasó mucho tiempo, ya que tantas y tantas vueltas daba al tema en su cabeza para que todo siguiera punto por punto las leyes de caballería, en que se diera cuenta de que le faltaba una de las condiciones principales: ¡nadie le había nombrado caballero! y así, difícilmente iba a poder hacer lo que quería.
Era Don Quijote muy orgulloso y esas risas le sentaron muy mal y tal vez hubiera llegado a mayores si el encargado de la venta, el ventero, viendo cómo iba armado, no hubiera usado sus mejores dotes de persuasión para convencerle de que descansase, aunque aclarando que no tenían habitaciones. A lo que Don Quijote, muy satisfecho, responde con dos versos del romance anónimo:
Mis arreos son las armas
mi descanso el pelear,
mi cama los duras peñas,
mi dormir siempre velar;
las manidas son oscuras
los caminos por usar,
así ando de sierra en sierra
por orillas de la mar,
a probar si en mi ventura
hay lugar donde avadar;
pero por vos, mi Señora,
todo se ha de comportar.
Pero, aunque muy satisfecho, no podía estar tranquilo hasta que consiguiese lo principal: el ser armado caballero.
¡Seguimos!
Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso D. Quijote
Bien, pues ya tenemos a nuestro caballero completamente decidido "y
así, sin dar parte a persona alguna de su intención, y sin que nadie le
viese, una mañana, antes del día (que era uno de los calurosos del mes
de Julio), se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su
mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza, y por la puerta
falsa de un corral, salió al campo con grandísimo contento y alborozo" .
No pasó mucho tiempo, ya que tantas y tantas vueltas daba al tema en su cabeza para que todo siguiera punto por punto las leyes de caballería, en que se diera cuenta de que le faltaba una de las condiciones principales: ¡nadie le había nombrado caballero! y así, difícilmente iba a poder hacer lo que quería.
No se echó atrás, sin embargo, y decidió "hacerse
armar caballero del primero que topase, a imitación de otros muchos que
así lo hicieron, según él había leído en los libros que tal le tenían".
Dejándose Don Quijote llevar por Rocinante, pues no tenía una dirección
determinada y creía que así dejaba más espacio a que fuera la suerte o
el azar la que decidiera, Cervantes no puede evitar imitar irónicamente
el lenguaje de muchos de los escritores barrocos describiendo la salida
del sol:
"Apenas había el rubicundo
Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas
hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados
pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua
armonía la venida de la rosada aurora que dejando la blanda cama del
celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los
mortales se mostraba".
A esas horas tan tempranas
iba, pues, nuestro caballero por el campo de Montiel (comarca española
de La Mancha baja) y pensando en aquel sabio a quien le correspondería
escribir contando sus importantes hazañas y quejándose de los desdenes
de su señora Dulcinea (a la que, recordemos, hacía mucho tiempo que ni
veía ni hablaba; ajena totalmente al ascenso en su posición social
gracias a las locuras de Don Quijote), aunque Cervantes juega con la
supuesta historia del primer cronista de sus hazañas (el supuesto
Cideamete Benenjeli que escribió el manuscrito encontrado por él), pasó
el día sin que nada importante sucediese, más que el calor y el hambre
con el que, ya al anochecer, encuentra una venta (lugares de reposo y
descanso de caminantes, parecidos a nuestros actuales mesones y
hostales) y a ella se dirige creyendo "que
era un castillo con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata,
sin faltarle su puente levadizo y honda cava, con todos aquellos
adherentes que semejantes castillos se pintan." .
No se atrevía a ir más allá Don Quijote, aguardando a que alguien en el "castillo" anunciase su llegada, y "En
esto sucedió acaso que un porquero, que andaba recogiendo de unos
rastrojos una manada de puercos (que sin perdón así se llaman), tocó un
cuerno, a cuya señal ellos se recogen,". Era la señal que
Don Quijote esperaba y al ver que huían asustadas dos mujeres "de la
vida" que en la puerta estaban, a las que -¡cómo no!- tomó por nobles
damas e intentó tranquilizarlas con tal lenguaje y hechos que ellas, por
su ridículo aspecto y su rara forma de hablar, comenzaron a reír.
Era Don Quijote muy orgulloso y esas risas le sentaron muy mal y tal vez hubiera llegado a mayores si el encargado de la venta, el ventero, viendo cómo iba armado, no hubiera usado sus mejores dotes de persuasión para convencerle de que descansase, aunque aclarando que no tenían habitaciones. A lo que Don Quijote, muy satisfecho, responde con dos versos del romance anónimo:
Mis arreos son las armas
mi descanso el pelear,
mi cama los duras peñas,
mi dormir siempre velar;
las manidas son oscuras
los caminos por usar,
así ando de sierra en sierra
por orillas de la mar,
a probar si en mi ventura
hay lugar donde avadar;
pero por vos, mi Señora,
todo se ha de comportar.
El
resto del capítulo es duro, porque no para el autor de ridiculizar a
nuestro protagonista a través de las bromas de las "doncellas" que
pretenden desnudarle sin conseguir quitarle "la
gola, ni quitarle la contrahecha celada, que traía atada con unas
cintas verdes, y era menester cortarlas, por no poderse quitar los nudos" es decir, la parte de la supuesta armadura que cubrían su cabeza y hombros.
En fin, llega la hora de comer y "Pusiéronle
la mesa a la puerta de la venta por el fresco, y trájole el huésped una
porción de mal remojado, y peor cocido bacalao, y un pan tan negro y
mugriento como sus armas. Pero era materia de grande risa verle comer,
porque como tenía puesta la celada y alzada la visera, no podía poner
nada en la boca con sus manos, si otro no se lo daba y ponía; " y en esa ridícula situación llega un castrador de puercos que hizo sonar "su
silbato de cañas cuatro o cinco veces, con lo cual acabó de confirmar
Don Quijote que estaba en algún famoso castillo, y que le servían con
música, y que el abadejo eran truchas, el pan candeal, y las rameras
damas, y el ventero castellano del castillo; y con esto daba por bien
empleada su determinación y salida.".
Pero, aunque muy satisfecho, no podía estar tranquilo hasta que consiguiese lo principal: el ser armado caballero.
¡Seguimos!
miércoles, 3 de junio de 2015
Refrán en mano: "Miel sobre hojuelas"
Miel sobre hojuelas
Estamos hablando de un típico postre manchego. Las hojuelas o "florones" (así los llaman donde los probé, en Barbolla, provincia de Segovia) se hacen con una masa bastante insulsa, con la curiosidad de que es el cascarón del huevo lo que sirve de medida. Está compuesta de: 1 huevo, 250 gr. Harina (más o menos), azúcar, 1 cascarón de aguardiente, 2 cascarones de aceite, una pizca de sal y unas gotas de vinagre.
Se fríen en abundante aceite caliente y se recubren con azúcar o miel. Es tradición hacerlas (como tantas otras frituras destinadas a "compensar" los días de abstinencia) coincidiendo con la Cuaresma (carnaval y Semana Santa).
Pues bien - para quien le guste, claro - se convierten en un manjar cuando se les añade miel. Y de ahí, de esta receta popular, pasa a convertirse en frase hecha para referirse a que algo es muy apropiado o viene muy bien para la ocasión.
Frases como: "La vida no es miel sobre hojuelas, pero hay miel y hay hojuelas" (Doménico Cieri), "no todo es miel sobre hojuelas", "va como miel sobre hojuelas"... se suman a las que catalogan la miel como aspecto dulce de la vida, elemento que la hace más agradable
"El oro y la miel, donde están parecen bien",
"Miel y queso saben a beso",
"Hacerse de miel",
"La luna de miel",
"Más moscas se cazan con miel que con hiel",
"No se hizo la miel para la boca del asno"
o " Poca hiel hace amarga mucha miel".
Es lógico, pues, considerar que es recurso muy utilizado en la literatura:
"Cuando me dices: Soy tuya, tu voz es miel y es aroma, es igual que una paloma torcaz que a su macho arrulla" (Francisco Villaespesa).
"Qué ausencia cruel de pan y miel, cuando te fuiste" (Eladia Blázquez).
"No es digno de saborear la miel aquel quien se aleja de la colmena por miedo a las picaduras de las abejas" (William Shakespeare).
"Nuestro ideal no llega a las estrellas, es sereno, sencillo; quisiéramos hacer miel como abejas, o tener dulce voz o fuerte grito, o fácil caminar sobre las hierbas o senos donde mamen nuestros hijos" (Federico García Lorca).
Ejercicio propuesto: Miel/hiel-->dulce/amargo . ¿Qué otros sustantivos o adjetivos antónimos usamos en nuestras expresiones cotidianas?
Ejemplo: No todo es blanco o negro, también existe el gris.
.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
Se fríen en abundante aceite caliente y se recubren con azúcar o miel. Es tradición hacerlas (como tantas otras frituras destinadas a "compensar" los días de abstinencia) coincidiendo con la Cuaresma (carnaval y Semana Santa).
Pues bien - para quien le guste, claro - se convierten en un manjar cuando se les añade miel. Y de ahí, de esta receta popular, pasa a convertirse en frase hecha para referirse a que algo es muy apropiado o viene muy bien para la ocasión.
Frases como: "La vida no es miel sobre hojuelas, pero hay miel y hay hojuelas" (Doménico Cieri), "no todo es miel sobre hojuelas", "va como miel sobre hojuelas"... se suman a las que catalogan la miel como aspecto dulce de la vida, elemento que la hace más agradable
"El oro y la miel, donde están parecen bien",
"Miel y queso saben a beso",
"Hacerse de miel",
"La luna de miel",
"Más moscas se cazan con miel que con hiel",
"No se hizo la miel para la boca del asno"
o " Poca hiel hace amarga mucha miel".
Es lógico, pues, considerar que es recurso muy utilizado en la literatura:
"Cuando me dices: Soy tuya, tu voz es miel y es aroma, es igual que una paloma torcaz que a su macho arrulla" (Francisco Villaespesa).
"Qué ausencia cruel de pan y miel, cuando te fuiste" (Eladia Blázquez).
"No es digno de saborear la miel aquel quien se aleja de la colmena por miedo a las picaduras de las abejas" (William Shakespeare).
"Nuestro ideal no llega a las estrellas, es sereno, sencillo; quisiéramos hacer miel como abejas, o tener dulce voz o fuerte grito, o fácil caminar sobre las hierbas o senos donde mamen nuestros hijos" (Federico García Lorca).
Ejercicio propuesto: Miel/hiel-->dulce/amargo . ¿Qué otros sustantivos o adjetivos antónimos usamos en nuestras expresiones cotidianas?
Ejemplo: No todo es blanco o negro, también existe el gris.
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo! http://educacion-ne.es/refranes.htm
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