Esta expresión, que utilizamos figuradamente como piropo para indicar que una persona "vale mucho" ( sin importar si es más o menos gruesa), para ensalzar sus méritos, fue utilizada en otros tiempos literalmente, es decir, se pesaba a la persona para convertir el resultado en monedas o especies que servían como compensación a la familia de un asesinado o como ofrenda a la Iglesia a cambio de favores, como la curación de un enfermo, solicitados principalmente por intercesión de un Santo.
Con este mismo sentido y explicación se dice también:
"Vale su peso en oro"