En este día de 1492, parte Cristóbal Colón del puerto de Palos de la Frontera (España), en el primero de los viajes en el que "descubrirá" América. En esta misma fecha de 1498, entra en el golfo de Paria, Venezuela, y es el primer europeo en avistar América del Sur.
Allí se mencionan cuatro regiones a los que los vikingos ponen nombre: Groenland (Tierra Verde), Helluland (Tierra de Arroyos), Markland (Tierra de Bosques) y Vinland
(Tierra de Viñedos) tras su llegada al Norte de Canadá en el s.X. Vale,
pero no siguieron descubriendo y pronto se marcharon de allí.
Rizando el rizo, se dice que el continente fue descubierto por grupos de cazadores recolectores
siberianos que cruzaron el estrecho de Bering en la Prehistoria y con
cuyos descendientes se toparon tanto los vikingos como los
conquistadores españoles.
Muy bien, supongo que si la humanidad tuvo unos primeros pobladores que
luego se extendieron y multiplicaron para poblar la tierra, y si es
cierto que todo se inició allá por Mesopotamia (donde estaría el Jardín
del Edén), pues ésos serían los auténticos descubridores de América...
Pero como entiendo que no es eso lo que se considera "descubrir", me quedo más con la rivalidad entre Américo Vespucio y Colón como responsables de originar lo que se lió después. :)
- de 1884, Rómulo GALLEGOS, escritor y político venezolano recordado en su fallecimiento, un 5 de abril de 1969, primer presidente electo de Venezuela, en 1948; ocupó su cargo apenas nueve meses por el golpe de Estado de 1948.
Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha.
Dos bogas lo hacen avanzar mediante una lenta y penosa maniobra de galeotes. Insensibles al tórrido sol, los broncíneos cuerpos sudorosos, apenas cubiertos por unos mugrientos pantalones remangados a los muslos, alternativamente afincan en el limo del cauce largas palancas, cuyos cabos superiores sujetan contra los duros cojinetes de los robustos pectorales, y encorvados por el esfuerzo, le dan impulso a la embarcación, pasándosela bajo los pies de proa a popa, con pausados pasos laboriosos, como si marcharan por ella. Y mientras uno viene en silencio, jadeante sobre su pértiga, el otro vuelve al punto de partida reanudando la charla intermitente con que entretienen la recia faena, o entonando, tras un ruidoso respiro de alivio, alguna intencionada copla que aluda a los trabajos que pasa un bonguero, leguas y leguas de duras remontadas, a fuerza de palancas o coleándose, a tres, de las ramas de la vegetación ribereña.
En la paneta gobierna el patrón, viejo baquiano de los ríos y caños de la llanura apureña, con la diestra en la horqueta de la espadilla, atento al riesgo de las chorreras que se forman por entre los carameros que obstruyen el cauce, vigilante al aguaje que denunciare la presencia de algún caimán en acecho. (Fragmento de 'Santa Bárbara', pdf).
- de 1942, Isabel ALLENDE,
hija de un primo hermano de Salvador Allende, es una fecunda escritora
chilena, considerada la escritora viva de lengua española más leída del
mundo (la tirada total de sus libros alcanza 65 millones de ejemplares y
sus obras han sido traducidas a 35 idiomas).
A principios de los años 1970 incursionó en la dramaturgia. Su obra de teatro El embajador se estrenó en 1971 y en 1973, La balada del medio pelo y Yo soy la Tránsito Soto. Finalmente, hacia 1975, se estrenó Los siete espejos.
A raíz del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra Salvador
Allende y del advenimiento de la dictadura, abandonó Chile dos años más
tarde y se exilió en Venezuela, donde vivió hasta 1988. Desde entonces
vive en Estados Unidos y en 2003 obtuvo la ciudadanía de ese país.
Su hija Paula murió en 1992, a los 28 años de edad, a causa de una porfiria que la dejó en coma en una clínica de Madrid. La dolorosa experiencia la impulsó a escribir Paula,
libro autobiográfico epistolar publicado en 1994 donde relata cómo
fueron su niñez y juventud hasta llegar a la época del exilio. Dos años
después, fundó The Isabel Allende Foundation, en homenaje a su hija,
quien había trabajado de voluntaria en comunidades marginales (en
Venezuela y España) como educadora y psicóloga.
Entre sus grandes éxitos literarios están: La casa de los espíritus (1982), De amor y de sombra (1984), Eva Luna (1987), Cuentos de Eva Luna (1990), Paula (1994), o Afrodita (1997). Entre otros galardones, obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 2010.
Ultimas novelas: El juego de Ripper (2014), El amante japonés (2015), Más allá del invierno (2017), Largo pétalo de mar (2019), Violeta (2022), El viento conoce mi nombre (2023).
La leyenda familiar comienza a
principios del siglo pasado, cuando un fornido marinero vasco desembarcó
en las costas de Chile, con la cabeza perdida en proyectos de grandeza y
protegido por el relicario de su madre colgado al cuello, pero para qué
ir tan atrás, basta decir que su descendencia fue una estirpe de
mujeres impetuosas y hombres de brazos firmes para el trabajo y corazón
sentimental. Algunos de carácter irascible murieron echando espumarajos
por la boca, pero tal vez la causa no fue rabia, como señalaron las
malas lenguas, sino alguna peste local. Compraron tierras fértiles en
las cercanías de la capital que con el tiempo aumentaron de valor, se
refinaron, levantaron mansiones señoriales con parques y arboledas,
casaron a sus hijas con criollos ricos, educaron a los hijos en severos
colegios religiosos, y así con el correr de los años se integraron a una
orgullosa aristocracia de terratenientes que prevaleció por más de un
siglo, hasta que el vendaval del modernismo la reemplazó en el poder por
tecnócratas y comerciantes. Uno de ellos era mi abuelo. Nació en buena
cuna, pero su padre murió temprano de un inexplicable escopetazo; nunca
se divulgaron los detalles de lo ocurrido esa noche fatídica, quizás fue
un duelo, una venganza o un accidente de amor, en todo caso, su familia
quedó sin recursos y, por ser el mayor, debió abandonar la escuela y
buscar empleo para mantener a su madre y educar a sus hermanos menores.
Mucho después, cuando se había convertido en hombre de fortuna ante
quien los demás se quitaban el sombrero, me confesó que la peor pobreza
es la de cuello y corbata, porque hay que disimularla. Se presentaba
impecable con la ropa del padre ajustada a su tamaño, los cuellos tiesos
y los trajes bien planchados para disimular el desgaste de la tela. (Fragmento de Paula, pdf)
- de 1947, Mempo GIARDINELLI, escritor y periodista argentino. Preside una Fundación dedicada al fomento de la lectura y es una de los
más respetadas autoridades latinoamericanas en la materia.
Es autor de novelas, libros de cuentos y ensayos. Ha
publicado en medios de comunicación de casi
todo el mundo. Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas y ha recibido
numerosos galardones literarios, entre ellos el Premio
Rómulo Gallegos 1993.
Entre sus novelas: La revolución en bicicleta (1980), El cielo con las manos (1981), Luna caliente (1983), ¿Por qué prohibieron el circo? (1983), Qué solos se quedan los muertos (1985) , Final de novela en Patagonia (2000), La última felicidad de Bruno Fólner (2015), Esto nunca existió (2022). Entre sus cuentos: Chaco For Ever (2016), Celeste y el pitogüé (2018)
En todo momento supe que lo que hacía
era horroroso, pero lo hice. Una vez que me lancé por esa cornisa del
Infierno, como una bola en el bowling que adquiere velocidad y fuerza a
medida que se desliza, no me detuve más. No importaba cuántos pitotes
iba a voltear. Sólo importaba rodar. Un hombre que está por cumplir
cincuenta años y se siente hecho, en el sentido de que ya hizo las cosas
que quiso y pudo, y entonces está entre aburrido y desasosegado, no
tiene más que dos alternativas: o empieza a disponerse a la vejez,
satisfecho por lo que hizo o frustrado por todo lo que no logró; o
dispara sus últimos cartuchos y lo hace a todo o nada. Yo decidí esto
último. Y Gris me hizo la pata. La muy inconsciente. Les diré:
Resistencia es una ciudad que mijuadre llamaba Peyton Place, por una
serie que fue muy famosa en los primeros años de la televisión en blanco
y negro: La Caldera del Diablo, no sé si se acuerdan. Bueno, igual que
Peyton Place, Resistencia es un pueblo norteamericano, sólo que
equivocado de lugar en los mapas y rodeado de un cinturón de pobreza
impresionante, de esos que los norteamericanos jamás dejan ver. Allí
nunca pasa nada, hasta que un día pasa de todo. El calor nos vuelve
locos, y ésa es la única explicación a las cosas que pasan, cuando
pasan. Yo no sé lo que provoca, pero una noche porque generalmente todo
sucede de noche enloquecemos. Se te acaba el dinero, o la cerveza, o te
hartaste de ver las mismas boludeces en la tele, y sentís que debes
hacer algo. Romper algo, tirar todo abajo, gritarle a tu vecino, pegarle
a tu mujer, no sé, algo. (El décimo infierno)
Fallecidos en esta fecha
Su primer éxito fue El grito pelado en 1967. Le siguieron La Pucha (1969), Encantada de conocerlo (1979), Convivencia (1979), Periferia (1982) y Camino negro (1983).
Su mayor éxito teatral fue la pieza Chúmbale (estrenada en 1971) y en televisión, el clásico de la TV argentina Los Campanelli (1971-72) que había ideado junto a Juan Carlos Mesa y Jorge Basurto y en donde también participaba como actor.
Fue el guionista de No toquen a la nena (1976), El infierno tan temido (1980), Los gauchos judíos (1982) y Plata dulce (1982), entre otros.
Durante el Proceso de Reorganización Nacional en Argentina debió exiliarse en España.
Una gomería en el Camino Negro. La suciedad está enquistada ahí desde hace lustros. Paredes mal encaladas, piso de tierra. Hay amontonados o abandonadas al azar. En la mesa de trabajo también reina el desorden: las herramientas abandonaron el panel donde alguna vez estuvieron ordenadas: máquinas y potes de pegamento rinden culto al descuido. Hay una máquina de aire comprimido en el suelo, una bañera muy vieja llena de agua sucia, que sirve para comprobar las pinchaduras. Hay profusión de calendarios y publicidad del ramo, al lado de fotos con audaces poses femeninas, recortadas de revistas. Una escalera de pintor, toscamente casera, sirve para llegar a los altos, una especie de depósito. Abajo hay tres puertas: una da al baño, la otra a una miserable oficina y la tercera al exterior. Esta última se cerrará con una cortina metálica, oxidada y torcida. Al comenzar la acción se escucha una radio a todo volumen: es una audición de música popular de baja calidad artística, presentada por locutores gritones y confianzudos.Segundos después aparece desde el exterior un hombre trayendo una rueda de camión con una pinchadura. La hace rodar hasta dejarla apoyada por ahí. Como no encuentra nadie a la vista, llama la atención golpeando las manos. Nadie sale a recibirlo. Investiga entonces a través de las puertas. (Inicio de Camino negro)