Hoy es el Día de las LIBRERÍAS
Decimotercera edición, para resaltar la importancia de las librerías independientes en la promoción de la lectura y la cultura. (Más información)
el Día del RECUERDO o Día de la AMAPOLA, es un día reservado en países de la Mancomunidad Británica de Naciones, para recordar los sacrificios de los miembros de las fuerzas armadas y los civiles en tiempos de guerra, específicamente desde la Primera Guerra Mundial. (Fuente)
Es también el Día del SOLTERO (single) o Día Mundial del SHOPPING y el Día Mundial del ORIGAMI, en el que se celebra el arte del plegar y replegar papel consiguiendo formas únicas.
Leonard COHEN poeta, novelista y cantautor canadiense nacido un 21 de septiembre de 1934, cuya carrera fue una continua exploración de temas como la religión, la política, el aislamiento, las relaciones personales y la sexualidad.
Entre sus publicaciones escritas: Death of a Lady's Man (poesía, 1978), Book of Mercy (poesía, 1984), Stranger Music (poemas y canciones, 1993) y Book of Longing (poemas y dibujos, 2006).
("Bien, Marianne, hemos llegado a este tiempo en que somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos; pienso que te seguiré muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podrás tocar la mía". Cita). https://youtu.be/YrLk4vdY28Q
- En el 1951, en Argentina, las mujeres votan por primera vez. Su artífice, Evita Perón
lo hace por primera y última vez (enferma de cáncer) en el policlínico
Presidente Perón. Su esposo, Juan Domingo Perón, fue reelegido como
presidente constitucional.
Famoso por sus relatos para público infantil, es el único español que ha obtenido el premio Andersen.
Además del mencionado premio Andersen, que recibió en 1968, obtuvo el premio nacional de literatura en 1957.
Después del éxito del relato de Marcelino, volvió a retomar el personaje en Historias menores de Marcelino Pan y Vino y Aventuras en el cielo de Marcelino Pan y Vino. Además escribió ¡Adiós, Josefina! y Ladis un gran pequeño, que tuvo sus secuelas en Cosas de ratones y conejos.
Hace casi cien años, tres franciscanos pidieron permiso al señor alcalde de un pequeño pueblecito para que les dejase habitar, por caridad, unas antiguas ruinas que estaban abandonadas a unas dos leguas del pueblo, en terrenos de los cuales era propietario el municipio. El alcalde, hombre piadoso, accedió a ello por su propia cuenta, sin consultar para nada con los concejales. Partieron los frailes no sin bendecir a su bienhechor, y, llegados a las ruinas que ya conocían, se pusieron a cavilar sobre cómo hacer allí en seguida un refugio para pasar la noche.
El lugar correspondía a una granja desde la cual, en otros tiempos, trataron los vecinos de aquel pueblo de hacer frente a los franceses, cuando éstos invadieron España allá por mil ochocientos y pico', o por lo menos desviarlos para evitar la ruina del pueblo.
Entre los frailes había uno joven que era muy dispuesto e ingenioso y en seguida vio por dónde había que comenzar: estaban por allí las grandes piedras que sirvieran a la construcción del primitivo edificio, aunque no todas enteras. Había árboles cerca para hacer madera y corría por no muy lejos un riachuelo que les prometía a los pobrecillos frailes no morir de la sed. Mas como el día iba muy avanzado, a pesar de que salieran del pueblo antes del amanecer -venía uno viejo con ellos, de paso muy vacilante-, pensó el buen fraile en comenzar por el principio, con lo que, buscando unos palos y armando sobre ellos la vieja manta que traían, arregló entre las piedras un pequeño espacio cubierto y, encendiendo luego fuego, instaló al viejo y envió al otro por agua al arroyo, mientras él mismo asaba a la lumbre unas patatas que cierta buena mujer les diera como limosna. (Así comienza 'Marcelino, pan y vino', pdf).
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Entre finales de los 50 y principios de los 60 es detenido varias veces por hacer propaganda del entonces clandestino Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el que llegaría a ser miembro de la Comisión Ejecutiva, donde trabaría amistad con el dirigente Enrique Múgica Herzog. Así mismo, formaba parte durante sus últimos años de vida de la Academia Errante.
Sobre cirugía y psiquiatría escribió más de cincuenta artículos y dos libros: Dilthey, Jaspers y la comprensión del enfermo mental (1955), publicación en forma de libro de su tesis doctoral, y Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial (1964), en el que se evidencia la influencia del existencialismo sartriano.
Los ensayos versan sobre literatura, política y antropología y en el ámbito estrictamente literario, escribe poesía, relatos y novela. Su primer libro es un conjunto de poemas titulado Grana gris (1945); en 1962 aparece Tiempo de silencio. Sus relatos se recogen en el volumen póstumo titulado Apólogos, publicado al cuidado de Salvador Clotas en 1970.
Martín-Santos deja inacabada su segunda novela al morir, Tiempo de destrucción, editada posteriormente al cuidado de José-Carlos Mainer. Se tienen noticias, no obstante, de otras tres novelas, quizá sólo proyectos, quizá perdidas: El vientre hinchado, El saco y una «novela de tema carcelario»..
Sonaba
el teléfono y he oído el timbre. He cogido el aparato. No me he
enterado bien. He dejado el teléfono. He dicho: «Amador». Ha venido con
sus gruesos labios y ha cogido el teléfono. Yo miraba por el binocular y
la preparación no parecía poder ser entendida. He mirado otra vez:
«Claro, cancerosa». Pero, tras la mitosis, la mancha azul se iba
extinguiendo. «También se funden estas bombillas, Amador.» No; es que ha
pisado el cable. « ¡Enchufa!» Está hablando por teléfono. «¡Amador!»
Tan gordo, tan sonriente. Habla despacio, mira, me ve. «No hay más.» «Ya
no hay más.» ¡Se acabaron los ratones! El retrato del hombre de la
barba, frente a mí, que lo vio todo y que libró al pueblo ibero de su
inferioridad nativa ante la ciencia, escrutador e inmóvil, presidiendo
la falta de
cobayas. Su sonrisa comprensiva y liberadora de la
inferioridad explica -comprende- la falta de créditos. Pueblo pobre,
pueblo pobre. ¿Quién podrá nunca aspirar otra vez al galardón nórdico, a
la sonrisa del rey alto, a la dignificación, al buen pasar del sabio
que en la península seca espera que fructifiquen los cerebros y los
ríos? Las mitosis anormales, coaguladas en su cristalito, inmóviles
-ellas que son el sumo movimiento-. Amador, inmóvil primero, reponiendo
el teléfono, sonriendo, mirándome a mí, diciendo: «¡Se acabó!». Pero con
sonrisa de merienda, con sonrisa gruesa. «Qué belfos, Amador.» La cepa
MNA tan prometedora. Suena otra vez el teléfono. Lo olvido. «¿Por qué se
ríe, Amador? ~De qué se ríe usted?» Sí, ya sé, ya. Se acabaron los
ratones. (Inicio de 'Tiempo de silencio')
Publicó su primer poemario, Las adivinaciones, en 1952, tras haber obtenido con él un accésit del Premio Adonais. Dos años antes había ganado el Platero de poesía.
Su carrera continuó en Iberoamérica, donde fue profesor universitario en Bogotá. En la capital colombiana escribió su primera novela, Dos días de septiembre, galardonada en 1961 con el Premio Biblioteca Breve y publicada al año siguiente.
En abril de 2009 publica La noche no tiene paredes, compuesto por 103 poemas, donde hace una reivindicación de la incertidumbre, porque, en sus propias palabras, «el que no tiene dudas, el que está seguro de todo, es lo más parecido que hay a un imbécil.»
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Recibió, entre otros, el Premio Rómulo Gallegos en 1977, el Cervantes en 1987 y el Príncipe de Asturias de las Letras en 1994.
Yo despierto... Me despierta el contacto de ese objeto frío con el miembro. No sabía que a veces se puede orinar involuntariamente. Permanezco con los ojos cerrados. Las voces más cercanas no se escuchan. Si abro los ojos, ¿podré escucharlas?... Pero los párpados me pesan: dos plomos, cobres en la lengua, martillos en el oído, una... una como plata oxidada en la respiración. Metálico todo esto. Mineral otra vez. Orino sin saberlo. Quizás —he estado inconsciente, recuerdo con un sobresalto— durante esas horas comí sin saberlo. Porque apenas clareaba cuando alargué la mano y arrojé —también sin quererlo— el teléfono al piso y quedé boca abajo sobre el lecho, con mis brazos colgando: un hormigueo por las venas de la muñeca. Ahora despierto, pero no quiero abrir los ojos. Aunque no quiera: algo brilla con insistencia cerca de mi rostro. Algo que se reproduce detrás de mis párpados cerrados en una fuga de luces negras y círculos azules. Contraigo los músculos de la cara, abro el ojo derecho y lo veo reflejado en las incrustaciones de vidrio de una bolsa de mujer. Soy esto. Soy esto. Soy este viejo con las facciones partidas por los cuadros desiguales del vidrio. Soy este ojo. Soy este ojo. Soy este ojo surcado por las raíces de una cólera acumulada, vieja, olvidada, siempre actual. Soy este ojo abultado y verde entre los párpados. Párpados. Párpados. Párpados aceitosos. (Inicio de 'La muerte de Artemio Cruz')
Articulista y colaborador en obras relacionadas con la historia de Palencia, es académico de la Institución Tello Téllez de Meneses desde el 20 de enero de 1994 y correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 2000.
Queremos dar a conocer aquí unas breves líneas que un testigo del seísmo en Palencia escribió "para los venideros", al mismo tiempo que dar noticia sobre el tratamiento de este suceso en otras fuentes documentales.
El franciscano Fray Luis Diez Elices, maestro de novicios del convento de San Francisco por aquellas fechas, debía estar leyendo un pequeño libro manuscrito, que el Padre Zea años atrás había escrito con el afán de recopilar algunos datos extraídos de los ricos fondos del archivo del convento palentino, cuando fue testigo del terremoto y aprovechó unas hojas en blanco al final del libro que leía para narrar lo que vio, junto a otras noticias de años precedentes. (Inicio de 'Palencia y el terremoto de Lisboa')
Fallecieron en esta fecha
En 1954 gana el premio Óssa Menor con Paraules al vent, su primera obra. Una esclerosis múltiple le lleva a dedicarse solamente a la escritura.
Sus libros de poesía Estimada Marta (Premio de la crítica, 1978) y L'àmbit de tots els àmbits o Llibre d'absències (El ámbito de todos los ámbitos o Libro de ausencias, premio Ciutat de Barcelona, 1981), vendieron miles de ejemplares.
Sus últimas obras publicadas: Cinc poemes de possibles variacions melangioses (1998), Haikús en temps de guerra (2002), Després de tot (2002), premio Laureà Melà y Allà dalt de la muntanya (2003) premio Borreguet.
“Después de todo aún queda espacio
para repensar la vida y convertirla
en un ámbito mucho más silencioso,
al amparo de los inhóspitos desbarajustes
y las inevitables adversidades.Porque el secreto es que no hay secreto
y los ritmos y las pausas son la cara
quizá oculta del tiempo no vivido
mientras hacíamos proyectos y nos jugábamos
el pasado y el futuro en inefables
minucias con ademán circunspecto.Y ahora ¿qué nos queda además del recelo
y las carencias? ¿Qué compartiremos
con la gente que amamos y nos ama?
¿La oscura complacencia de los secretos
o la riqueza absurda del misterio? Nada de eso y todo ello, porque el sutil
espejo discreto que nos enciende la mirada
es la nada que siempre descubrimos
sin querer, tercos y audaces,
después de todo, después de cada cosa.” ('Después de todo').
- de 2010, Carlos Edmundo DE ORY, nacido un 27 de abril de 1923, fue un poeta, ensayista, epigramista y traductor español , principal representante del "Postismo", movimiento fundado junto a Eduardo Chicharro Briones y Silvano Sernesi.
En 1951 se inició una nueva etapa en su poesía con la publicación del manifiesto introrrealista. En él abogaba por la creación de un arte que sea manifestación de la realidad interna del hombre, expresado en un lenguaje que ha de surgir como invención a partir de misteriosos estados de conciencia.
En 1968 creó el APO (Atelier de Poésie Ouverte). Se inicia entonces una tercera etapa, en la que la labor poética es entendida como creación colectiva.
Como estatuas de lluvia con los nervios azules
secretos en sus leyes de llaves que abren túneles
sucios de fuego y de cansancio reyes
han guardado sus gritos ya no más
Cada uno en el otro engacelados
de noches tiernas en atroz gimnasio
viven actos de baile horizontal
no caminan de noche ya no más
Se rigen de deseo y no se hablan
Y no se escriben cartas nada dicen
juntos se alejan y huyen juntos juntos
ojos y pies dos cuerpos negros llagan
fosforescentes olas animales
se ponen a dormir y ya no más. (Los amantes)