"La vida es bella, disparatada y dolorosa. Esta fábula para adultos intenta disfrutar de la belleza, colocar el dolor y reírse de ese disparate formidable". Rosa Montero.
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Así presenta su autora este auténtico retrato de la soledad, del conformismo, del fracaso asumido y aceptado, de la renuncia a disfrutar de lo poco que la vida nos da o nos puede dar si sabemos captarlo, apreciarlo cuando llega.
No sé dónde leí que la felicidad es una mariposa que se posa en tu hombro un instante y echa el vuelo para no volver... y creo que de esto trata esta novela.
Rosa Montero, una vez más, capta nuestra atención sobre unos personajes absolutamente cotidianos, anónimos, que rescata de su patina camufladora para dotarlos de la importancia que adquiere un ser vivo cuando lo está, cuando se hace presente con sus grandezas y defectos, mínimos por su cotidianeidad, intrascendentes casi en el fluir de acontecimientos sociales que envuelven nuestro día a día, pero fuertes, transcendentes y con la fuerza de un terremoto para remover hasta el fondo los cimientos y convicciones de un taxista enamorado que no acepta la vida sin su mujer, un médico que, al contrario, no sabe porqué sigue con su compañera cuando hace tanto que caminan por separado, y sus contrarias, sus opuestas, una emigrante prostituta que se aferra a lo que la vida le da porque ha conocido lo más bajo de ella, y una anciana que en el final del camino descubre lo importante de seguir viviendo.
Los personajes secundarios y avatares de la acción, prenden nuestro interés y nos enredan en ese remolino que poco a poco reúne a los protagonistas en un lugar común: un bar "de madrugada", noctámbulo, cercano a un club de alterne.
No sé qué varita mágica hace a Rosa Montero convertir en humanidad cualquier tema que toca. El dolor de la vida, la muerte, el desengaño, la apatía de vivir, están siempre presentes, pero junto a ellas la esperanza, la fe en que es posible algo mejor y la confianza en el ser humano, en la fraternidad, en esa preciosa teoría del compartir átomos que entenderemos solo con su lectura, porque es una obra para ser leída más que para ser contada.
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Este libro ha llegado a mis manos como regalo de cumpleaños de una manera maravillosa, una mariposa posándose en mi hombro en el momento adecuado. Gracias.
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Así presenta su autora este auténtico retrato de la soledad, del conformismo, del fracaso asumido y aceptado, de la renuncia a disfrutar de lo poco que la vida nos da o nos puede dar si sabemos captarlo, apreciarlo cuando llega.
No sé dónde leí que la felicidad es una mariposa que se posa en tu hombro un instante y echa el vuelo para no volver... y creo que de esto trata esta novela.
Rosa Montero, una vez más, capta nuestra atención sobre unos personajes absolutamente cotidianos, anónimos, que rescata de su patina camufladora para dotarlos de la importancia que adquiere un ser vivo cuando lo está, cuando se hace presente con sus grandezas y defectos, mínimos por su cotidianeidad, intrascendentes casi en el fluir de acontecimientos sociales que envuelven nuestro día a día, pero fuertes, transcendentes y con la fuerza de un terremoto para remover hasta el fondo los cimientos y convicciones de un taxista enamorado que no acepta la vida sin su mujer, un médico que, al contrario, no sabe porqué sigue con su compañera cuando hace tanto que caminan por separado, y sus contrarias, sus opuestas, una emigrante prostituta que se aferra a lo que la vida le da porque ha conocido lo más bajo de ella, y una anciana que en el final del camino descubre lo importante de seguir viviendo.
Los personajes secundarios y avatares de la acción, prenden nuestro interés y nos enredan en ese remolino que poco a poco reúne a los protagonistas en un lugar común: un bar "de madrugada", noctámbulo, cercano a un club de alterne.
No sé qué varita mágica hace a Rosa Montero convertir en humanidad cualquier tema que toca. El dolor de la vida, la muerte, el desengaño, la apatía de vivir, están siempre presentes, pero junto a ellas la esperanza, la fe en que es posible algo mejor y la confianza en el ser humano, en la fraternidad, en esa preciosa teoría del compartir átomos que entenderemos solo con su lectura, porque es una obra para ser leída más que para ser contada.
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Este libro ha llegado a mis manos como regalo de cumpleaños de una manera maravillosa, una mariposa posándose en mi hombro en el momento adecuado. Gracias.