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Como
ya se comentó al hablar del dicho: "
Cada moneda tiene dos caras"
(en "De abuelos a nietos") nos
hallamos ante esta sentencia en la que no sólo se refiere al hecho de
apostar en un juego de azar, sino que, poniéndolo en relación con el
juego de la vida, se suele usar cuando una persona, normalmente
desesperada, "pone toda la carne en el asador" y arriesga el todo por el
todo.
Aunque
en este juego la ley de probabilidades sea del 50%, sabemos que no es
así en la vida, en la que hay mucho que arriesgar para ganar; y aunque
refranes que ya hemos visto, aconsejen prudencia ("Quien guarda, halla")
también tenemos "quien no se moja, no coge peces".
Probablemente en muchos casos, habrá que mojarse y dejar a la
suerte que sea la que decida.
El porqué se habla de "cara " y "cruz " al referirnos al anverso y el reverso de las mismas, parece provenir de la Alta Edad Media en la que los escudos
(monedas de ese nombre)
tenían dos líneas perpendiculares en el centro, tomando forma de aspa o
cruz.
En el anverso,
como sucede hoy en día siguiendo la tradición numismática
(1), se representaba una imagen simbólica
del país - como un monumento, planta o animal característico y
representativo-, o el retrato de una divinidad o del gobernante en el
momento de acuñación (2) de la moneda) , y
en el reverso, una leyenda con su valor.
Aunque esto no suceda en
todos los países, sólo tenemos que mirar las monedas del euro para
darnos cuenta de que este sistema persiste.
En cuanto a las medallas
religiosas cristianas, era habitual representar en la "cara " la imagen
objeto de veneración o culto cuya protección se invocase, y en el
reverso, la cruz, símbolo del cristianismo.
Volviendo a nuestro tema, recuerdo a una profesora de latín a la que quisimos mucho, llamada Visitación
Infante, que cuando respondíamos alguna pregunta al azar, decía: "¡Claro! Si tiene
barba, San Antón, y si no, la Purísima Concepción...¿no?". Lo afirmaba
porque notaba la duda en nuestra respuesta, pero luego, con la
experiencia, comprobamos que
equivocándose es como más se aprende.
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Relacionado con el hecho de
jugársela, en ambas interpretaciones (con el juego y con
la vida) tenemos en la brillante obra de
Fedor Dostoievski "El jugador", un análisis de la ludopatía escrito
en el XIX, que nada desmerece a cualquier análisis psicológico
actual del personaje de un ludópata.
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(1).- Ciencia referente a las monedas.
(2).- Imprimir y sellar una pieza de metal, por medio de cuño o troquel