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lunes, 7 de febrero de 2011

Salón de lectura: Juan Marsé.- "El amante bilingüe". "Si te dicen que caí".

Me debía este repaso a la literatura de Juan Marsé desde hacía tiempo, desde que en mi época de estudiante "la muchacha de las bragas de oro", aunque Premio Planeta 1978, más por la interpretación de Victoria Abril en la película que por la temática, me llevara a su obra escrita. 

Y es que este variable e inconformista autor ha tenido una trayectoria cambiante, aunque exitosa de cara a la filmografía de la época del cine de transición , con obras repudiadas por el mismo autor ("Esta cara de la luna") y otras tan ensalzadas como vilipendiadas por la crítica, conocidas a través de los Premios literarios, que son los que parecen rubricar la categoría de un autor (parafraseando el refrán: "tantos tienes, tanto vales", aunque ya haya comentado algunas veces que lo que en realidad persiguen dichos premios es más el éxito comercial que el literario).

Pues bien, resumiría la trayectoria de este autor, con escritos como "El embrujo de Shangai", "Ültimas tardes con Teresa" o "Rabos de lagartija", con el título de otra de sus obras: "La gran desilusión".

Porque precísamente eso es lo que nos transmite: desilusión.
 
La del esposo repudiado por ser de distinta clase social, marginado y autoexcluido, incapaz de sobreponerse al daño, que adopta una doble personalidad (el amante culto de habla catalana que mendiga con su acordeón y el murciano chulo barriobajero )  para reconquistar a su mujer en un principio, para volver luego en realidad a sus raíces, fundiendo los dos en uno, en lo que al parecer siempre había debido ser, al papel que debía haber representado: el 'charnego' emigrante en Cataluña, despreciado y minusvalorado, y sin embargo, atractivo.

Por otro lado, también llevada al cine, la desilusión vital en esas memorias de la juventud desgranadas en un 'despacho-botica' entre una monja y un bedel que retratan las peripecias de Java, trapero de posguerra, marchante, otra vez el personaje de un chulo de baja estofa, sobreviviendo y trapicheando como puede.

 Aunque se haya quejado el autor en algún prólogo de no haber tenido tiempo de corregir estilo y sintaxis antes de verlas publicadas, es mi opinión el que tales 'menudencias' le traen sin cuidado. No hay duda, en mi opinión, de que se trata de una literatura original y personalísima escrita en primer lugar para el gusto de quien la escribe.