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lunes, 27 de agosto de 2012

23- "Darse con un canto en los dientes"


 "Darse con un canto en los dientes"

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Al igual que en el caso de una caída es mejor darse contra un canto (1) que perder la mitad de los dientes al estrellarse directamente contra el suelo, hay multitud de ocasiones en las que podemos estar contentos porque las cosas no hayan salido peor de lo que salieron.
Este refrán, por tanto, dicho también como "podemos darnos con un canto en los dientes", se expresa siempre con algo de consuelo, conformándose con el resultado y dando gracias porque el daño no haya sido mayor.
La verdad es que el origen de la expresión no está nada claro... aún usamos darse golpes de pecho (recordemos el rito de hacerlo mientras se dice "por mi culpa, por mi gran culpa"). Era una especie de penitencia a cambio de una petición a la gracia divina, pero nunca lo he encontrado con esa mención a la dentadura.
Sabemos, eso sí, que en la iglesia medieval mantenían mortificaciones procedentes de ritos judíos como la flagelación o darse con un canto en el pecho, pero esas disciplinas solían ser penitencias por favores solicitados, no por los recibidos. Parece claro entonces que podría ser algo así como un intercambio o promesa: "si me concedes esto, yo...", que sí sabemos que existe.
Dado que no he encontrado referencia clásica al refrán, me inclino a interpretarlo como empecé: dentro de lo que podría haber pasado, es un resultado menos malo que el "dejarse los dientes", o dicho de otra forma, "darse de morros" o "partirse la boca". Para concluir: darse por contento del resultado.
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(1) 2. m. Extremidad, punta, esquina o remate de algo. Canto de mesa, de vestido.
          8. m. Trozo de piedra.

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