Se celebra el Día Nacional SIN JUEGOS DE AZAR, el Día Mundial de la PSORIASIS y el Día Mundial del ICTUS.
El Día Nacional (que no internacional) SIN JUEGOS DE AZAR apoya a los ludópatas que están luchando por dejar de serlo con asociaciones como FEJAR, PADIB o los centros de atención a las drogodependencias (CAD).
.
Las enfermedades cerebrovasculares constituyen, en la actualidad, uno de los más importantes problemas de salud pública. Son la tercera causa de muerte en el mundo occidental, la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas y una de las principales causas de déficit neurológico en el anciano..
Perteneciente al Grupo Cántico, fue el poeta más independiente del grupo, el más remiso y el último en publicar. Le interesaba más la vida que la literatura; de ahí el carácter experiencial y vivencial de su lírica.
Su trayectoria poética incluye obras como: El aire que no vuelve (1955), Los silencios (1958), Por la pendiente oscura, (1982; fechado entre 1947 y 1965, recoge textos de sus comienzos poéticos), La antesala (1983), El canto de las arpías (1993)... A partir de ésta, el poeta se independiza del grupo con obras como Rodolfo el patinador (1995).
trae uno de sus días soleados y dulces
en los que ya se siente rozar la Primavera.
Desde este mirador veo Córdoba: sus torres
y sus casas bañadas en el sol de la tarde,
con un silencio apenas roto por unos pájaros
o por llantos de niños en las casas cercanas.
A veces toda la ciudad vibra entera
y el aire es dulcemente rasgado
por la campana de un convento que toca a Vísperas.
Primero es el Císter, luego la Encarnación,
lejos se oyen apenas Santa Isabel y el Corpus. (Fragmento de Paisaje con campanas)
- de 1927, Pablo ANTOÑANA, escritor español de ideología nacionalista vasca. Fallecido un 14 de agosto de 2009, fue colaborador habitual de los diarios Egin y Gara.
En 1946 ralizó su primer cuento "Pablo Ordoky o el corte de pelo de un estudiante", además de realizar colaboraciones en la prensa.
En 1961 le fue otorgado el premio Ciudad de San Sebastián de Cuentos con "El tiempo no está con nosotros". Y en el mismo año recibió el Premio Sésamo de novela por "No estamos solos".
Fue finalista en el Premio Nadal, con La cuerda rota, novela que permaneció inédita hasta 1995.
Todo era borroso e inexacto. Si les hubieran preguntado cuándo habían subido al camión y oyeron las voces aquellas, a lo lejos, perdidas y olvidadas, que les decían sus cosas de un modo triste y amargo, no sabrían decirlo.
—Subir uno a uno. Y arriba, echarse boca abajo sobre la cama. El camión tiene sitio para cuarenta, pero le cargaremos sólo treinta.
Había muchos hombres como ellos, en el sótano de la casa a donde les habían llevado en taxi, desde distintos lugares, ya pasada la raya que separa Portugal del resto del mundo. Los taxistas cobraban al contado mil o dos mil pesetas. Miraban los billetes con dibujos y brillos, los guardaban dentro del cuerpo. Siempre eran billetes nuevos. Y siempre salía bien la cuenta. (Fragmento de 'La cuerda rota')
Autodidacta y de ideas combativas, se trasladó a Madrid en 1897, un hecho decisivo en su vida literaria, ya que inició entonces una colaboración importante con distintos periódicos y revistas con una orientación socialista reformista. En esos años también da inicio a su amistad con regeneracionistas e intelectuales, especialmente con Azorín y Baroja, con quienes formó el grupo conocido bajo el nombre de «Grupo de los Tres».
Aunque Maeztu escribió aisladamente poesía, algún cuento, una novela (La guerra del Transvaal, 1900, escrita en colaboración con Pío Baroja y Valle-Inclán y firmada con el pseudónimo Van Poel Krupp) y una obra de teatro inédita (El sindicato de las esmeraldas), su tarea fue básicamente la de un periodista que pone su prosa al servicio de unas ideas. Algunos de sus artículos fueron recogidos en libros, aunque no todos: Hacia otra España (1899), La crisis del humanismo (1919), Defensa de la Hispanidad (1934) y Defensa del Espíritu (póstuma).
Entre sus ensayos de carácter literario, cabe mencionar Don Quijote, don Juan y la Celestina (1926) —una meditación acerca de Don Quijote como héroe de una España decadente, de Don Juan como vacío espiritual y de la Celestina como degradación— y La brevedad de la vida en la poesía lírica española (1935), pronunciado como discurso de ingreso en la Real Academia Española.
.
El caso es que este héroe y poeta, conocedor de la excelsa armonía de ser todo, cuerpo y alma, llega a los cincuenta años de su edad, fecha en que poco más o menos, aparece en su espíritu el pensamiento central del Quijote fracasado por completo: como militar, puesto que no progresó en la carrera de las armas; como escritor, porque sus comedias no le permiten vivir con decoro; como hombre de carrera, puesto que se gana la vida cobrando malas deudas; como hombre de honor, porque está preso, y aun como hombre, puesto que se halla manco. (Fragmento de Don Quijote, Donjuán y la Celestina)
.
Al acabar sus estudios, en 1947, ya era un autor reconocido, sobre todo tras la publicación en 1943 de Lautaro, joven Libertador de Arauco. Regresó luego a Chile, donde fue una figura central en los grupos de escritores nucleados en la Universidad de Concepción.
El éxito masivo le llegó con Caballo de Copas (1957), novela que el filósofo y escritor español Fernando Savater consideró la mejor sobre carrera de caballos escrita en español.
Fue académico de número de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y una de las figuras más destacadas en la introducción de la literatura latinoamericana en los Estados Unidos, donde su influencia fue enorme.
Sus obras sobre historia de la literatura —La novela hispanoamericana del siglo XX (1967), Literatura chilena del siglo XX (1967), Literatura chilena contemporánea (1969), Literatura y revolución (1970), Literatura y praxis en América latina (1974)— se encuentran entre lo principal del género.
Esta mañana, como todos los días, recogí el "San Francisco Chronicle" del jardín, y luego, sentado a la mesa, sorbiendo el café con lentitud, acepté el reto de las letras de imprenta y miré el titular mas grande. La columna negra es hoy un crespón de luto. Leí las palabras con objetividad y dejé, luego, que se asentaran, goteando letra por letra, hasta su último residuo. Después pensé en ellas. Y me pareció increíble. Un flujo de sentimientos angustiosos me sacudió interiormente. No, no puede ser. ¿Por que? ¿Por que a él, precisamente a él? La noticia de una muerte siempre viene con una descarga retardada. La impresión primera es parecida a un desdoblamiento. Una parte de nosotros mismos nos enfrenta y nos repite, esforzándose por convencernos, que la noticia es verídica. A veces nos sorprende —¡cómo no se sorprenderán los demás!— el no sentir ninguna emoción y el no poder expresar ninguna pena que parezca sincera. Nos hacen falta lágrimas y sollozos. Fríos y mudos, nos quedamos meditando. De repente advertimos que la idea de esa muerte ya ha prendido en nosotros, y, al notar que nos hemos acostumbrado a ella, la desesperación estalla y nos vuelca el alma en un vórtice de quejas. Entonces si sabemos que hacer. Sabemos como se llora ante la impotencia. Pero supongamos que el muerto fue un caballo. No una persona que se comportó en vida como un caballo, sino un caballo, un verdadero caballo. Equus caballus. (Fragmento inicial de 'Caballo de copas').