"Sarna
con gusto, no pica"
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Sabiendo que la sarna es una enfermedad de la piel favorecida por la
falta de higiene, que destaca precisamente por la terrible picazón
que produce al introducirse los ácaros bajo ella y, literalmente,
excavar túneles para desovar, llama más la atención este dicho.
Y es que cuando una persona ha decidido hacer frente a todo "a pesar de
los pesares" la sentencia se utiliza como resumen para indicar que
si bien alguien lo está pasando mal, no hará nada por remediarlo porque estar así ha sido su elección.
Y es que "sarna con gusto no pica, pero mortifica", o "sarna con
gusto no pica; y si pica, no mortifica" concluye algunas veces el
refranero. Quiere decirse que la persona puede ser perfectamente
conciente de que la suya no es la mejor de las situaciones, pero por
orgullo, amor o simplemente por el "qué dirán" (como pueda ser el caso
de los maltratos) la persona en cuestión seguirá soportándolo
estoicamente.
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Tenemos claros ejemplos en nuestra literatura
renacentista y romántica, en la que los poetas, empeñados en poner su
amor en damas inalcanzables (si eran casadas, mejor), sufrían
inconsolables penas de amores.
Un ejemplo:
el llanto de Salicio en la Égloga I de Garcilaso de la Vega
"Salid sin duelo, lágrimas, corriendo"
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