- de 1898, en Francia, el escritor Émile ZOLA
publica su famoso discurso contra el antisemitismo «Yo acuso» en el
diario L'Aurore. Se trata de un alegato en favor del capitán Alfred Dreyfus (judío
y alsaciano, a quién se acusaba de alta traición), en forma de carta
abierta al entonces presidente de Francia Félix Faure
He juzgado necesario recoger en este volumen los artículos que fui publicando sobre el
caso Dreyfus durante un periodo de tres años, de diciembre de 1897 a diciembre de 1900,
a medida que se desarrollaban los acontecimientos. Un escritor que ha emitido juicios y
ha tomado responsabilidades en un caso de tanta gravedad y tanto alcance tiene el deber
de poner a la vista del público el conjunto de su actuación, los documentos auténticos, los
únicos que podrán servir para juzgarle. Y si ese escritor no fuese tratado hoy con justicia,
podrá entonces esperar en paz, pues el porvenir dispondrá de toda la información que
deberá bastar algún día para sacar a la luz la verdad.
No obstante, no me he apresurado a publicar este volumen. Quería, en primer lugar, que
el expediente buera completo, que hubie se concluido un periodo concreto del caso; he
tenido que esperar, pues, que la ley de amnistía concluyera un periodo que puede
considerarse, al menos por el momento, como final. En segundo lugar, me repugnaba
enormemente la idea de que se pudiera creer que buscaba publicidad o que me movía el
afán de lucro en una cuestión de lucha social de la que el profesional de las letras no
quería en absoluto beneficiarse. He rechazado todas las ofertas, no he escrito sobre ello ni
novelas ni obras de teatro. Tal vez así logre que por lo menos no me acusen de haber sacado
dinero de esta historia tan desgarradora que ha trastornado a toda la humanidad. (Comienzo del prólogo a J'Accuse')
- de 1927, se descubre el testamento ológrafo de HERNÁN CORTÉS, conquistador de México.
Decidió formalizar su testamento en Sevilla, ante el escribano Melchor
de Portes, el 11 de octubre de 1547. En él se acordó de recompensar los
grandes servicios que le había prestado su paisano Diego González.
Asimismo, protocolizó el compromiso matrimonial de sus hijos Martín, de
quince años, y Juana, de nueve, con los hijos del Conde de Aguilar.
Tan claro estaba su poderío económico que en 1546 su fortuna se estimaba
en 500.000 pesos de oro. Poseía ingenios azucareros, estancias,
haciendas y decenas de casas. En los años 40 se confeccionó una lista de
posibles prestamistas para la Corona y aparecía el conquistador de
México, a quien se le suponía poder aportar hasta 10.000 ducados.
El mismo viernes de su muerte, decidió llamar urgentemente a un
escribano público para otorgar un codicilo con sendas modificaciones
testamentarias: una, que lo enterrasen donde sus albaceas determinasen
hasta su traslado final al monasterio de Concepcionistas que él mismo
fundó en Culiacán (a pesar de estas disposiciones, hasta en ocho
ocasiones han cambiado de lugar de reposo sus restos), y, dos, revocar
los mil ducados a perpetuidad que había dejado a su hijo natural Luis
Cortés, destinándolos al Duque de Medina Sidonia. Ni fuerza tuvo para
firmar, haciéndolo en su nombre Fray Diego Altamirano.
- de 1933, el Gobierno republicano español sofoca violentamente la rebelión obrera y libertaria iniciada tres días antes en CASAS VIEJAS (Cádiz).
Efemérides literarias
Nacidos en este día
En 1946 crea, junto a Alberto Vanasco, el HIGO Club, un movimiento de agitación cultural que promueve, ya en esa época, una suerte de happenings (exhibiciones de pintura y escultura que duraban pocos minutos y eran acompañadas de lecturas de poemas en pleno centro de Buenos Aires, 1946-47). Es en ese momento cuando publica Celdas de la sangre, una colección de sonetos clásicos de forma y heterodoxos de contenido.
En 1948 se vincula al Grupo de Arte Concreto-Invención, liderado por Tomás Maldonado y Edgar Bayley (herederos de la línea de Vicente Huidobro y Pierre Reverdy, en lo poético, y de la Bauhaus, el Constructivismo y De Stijil, en las artes visuales). Simultáneamente colabora en la realización de las revistas Contemporánea y Conjugación de Buenos Aires, entre otras. Ya en 1948 había escrito, en colaboración con Vanasco, No hay piedad para Hamlet, Premio Municipal de Buenos Aires y Premio Nacional Florencio Sánchez (1957).
Desde 1960 hasta fines de 1962 vive en Madrid, Roma y París; en esta ciudad hace crítica literaria para los servicios exteriores de la Radio Televisión Francesa junto a Mario Vargas Llosa. En 1963 y 1964 reside en Cuba donde estudia y trabaja en el Instituto de Cine (I.C.A.I.C); prepara un documental sobre la vida y obra de Wilfredo Lam y escribe el guion de Desarraigo, largometraje dirigido por Fausto Canel que es laureado en el Festival de San Sebastián de 1965 y que, por otra parte, es el primer film cubano que recibe una distinción en un país fuera del área socialista. En 1964 un jurado presidido por Blas de Otero, otorga el premio de poesía Casa de las Américas a su libro El uso de la palabra. Nuevamente en Buenos Aires, en 1967, invitado por el Instituto Di Tella, escribe y dirige Libertad y otras intoxicaciones, donde por primera vez se trata el tema de la tortura, el aborto y dos hombres y dos mujeres se besan en escena. Con este espectáculo, el autor comienza a desarrollar cuestiones que serán recurrentes en su obra poética y dramática: Eros y Tánatos, el derecho a la diferencia (la sociedad que señala y excluye), el peligro y la sospecha de que todos llevamos dentro al enemigo, al perseguidor, cualquiera sea el color político, étnico o religioso. Entre 1989 y 1991, alterna entre México, Guatemala y Estados Unidos. En el 2008, Fondo Nacional de las Artes, edita una Antología con prologo de Liliana Heer. El mismo año, la Fundación Argentina para la Poesía le otorgó el Gran Premio de Honor. En mayo de 2010 se publica su nuevo libro, "Los Pájaros Perdidos". Falleció el 14 de mayo de 2012 a los 86 años.
Solidario en la nieve olfatea
Perseguidor de huellas y tufos
La víctima comparece
Salto
Dentellada
Sangre sobre la nieve
Breve pasión que otro verdugo
Desde lejos
Abolirá de un balazo
El reino de la necesidad no conoce moral. ('Hablemos del lobo' y otros poemas)
.
- de 1935, Marcos AGUINIS, escritor argentino que se formó en diversas áreas que incluyen la medicina, el psicoanálisis, el arte y la historia. Su obra y pensamiento se centran en la independencia, la democracia y el rechazo al autoritarismo.
En 1963 apareció su primer libro y, desde entonces, ha publicado once novelas, dieciséis libros de ensayos, cuatro libros de cuentos y dos biografías. Ha recibido, entre otros, el Premio Planeta (España), el Premio Fernando Jeno (México), Premio Benemérito de la Cultura de la Academia de Artes y Ciencias de la Comunicación, Premio Nacional de Sociología, Premio Lobo de Mar, Premio Nacional de Literatura, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, Premio Swami Pranavananda, la Plaqueta de Plata Anual de la Agencia EFE por su contribución al fortalecimiento de la lengua y cultura iberoamericanas, el Premio Esteban Echeverría (Gente de Letras), el Premio J. B. Alberdi (Hispanic American Center for Economic Research) y fue designado por Francia Caballero de las Letras y las Artes.
Entre sus obras: El combate perpetuo (biografía, 1981), Todos los cuentos (cuentos, 1995), La matriz del infierno (novela, 1997), Los iluminados (novela, 2000), Asalto al paraiso (novela, 2002), ¿Qué hacer? (ensayo, 2005), El atroz encanto de ser argentinos 1 y 2 (ensayo, 2001 y 2007), La pasión según Carmela (novela, 2008), ¡Pobre patria mia! (ensayo, 2009), El Elogio del Placer (ensayo, 2010), Liova Corre hacia el Poder (novela, 2011), La furia de Evita (novela, 2013), La novela de mi vida (2016), Sabra: solo contra un imperio (2014), Incendio de ideas (2017), La amante del populismo (2022).
La iglesia de la Encarnación fue construida sobre un terreno expresamente cedido por la muy recordada Marquesa Pontificia Encarnación Lagos, viuda de Santillán Mendoza. Acatando sus piadosos deseos, la iglesia se erigió con líneas de recatada elegancia, como fueron sus últimos años de vida. El luto, las plegarias y las limosnas le ganaron la misericordia del Todopoderoso. Y su memoria es venerada por las familias capitalinas de más granada devoción.
Con el transcurso del tiempo otras iglesias concentraron a la aristocracia, pero la Encarnación siguió perteneciendo a una élite de impoluta y señorial dignidad.
El Obispo confió el céntrico templo a dos sacerdotes vanguardistas, Buenaventura y Torres, para alejarlos de anteriores actividades un tanto enojosas. Disímiles en edades, aspectos, temperamentos y experiencias, estos curas discutieron durante varios meses sus proyectos, antes de lanzarse a la captación del estudiantado. Torres tenía profundos conocimientos teológicos, filosóficos y socioeconómicos. Buenaventura cargaba con una prolongada y dura experiencia en zonas alejadas de la civilización. (Inicio de 'La cruz invertida')
Al bajar del taxi ha mirado el cielo; un movimiento instintivo de la barbilla, de las cejas que dibujan un arco. En su rostro se refleja la curiosidad. Podría extrañar tanto interés por unas nubes que rompen la nitidez del atardecer: una forma de ocultar la prisa por marcharse, la urgencia de sustituir trazos de niebla por una línea más firme; un azul por otro azul. Toma el maletín, que es su único equipaje. No le gusta llevar demasiados enseres cuando viaja. Va hasta el mostrador de facturación, donde no tiene que hacer mucha cola. Todo está calculado: el tiempo justo que le garantiza el asiento que quiere, una ventanilla para apoyar la cabeza, medio adormecido. La parada en el quiosco donde comprará la prensa, un café en la barra del bar, los pasos por la cinta que le conduce al módulo tres. No dedicará atención a las tiendas que hay en el ancho pasillo que recorre como un autómata. Hace años que no lleva regalos de sus viajes a nadie. Se sienta en una silla cerca de la puerta de embarque, dispuesto a partir. (Inicio de 'Pasiones romanas')
Fallecieron en esta fecha
José María Sánchez Silva consiguió su fama a raíz del relato Marcelino pan y vino, que fue llevado al cine por Ladislao Vajda, y se convirtió en uno de los grandes éxitos del cine español a nivel internacional. Además del mencionado premio Andersen que recibió en 1968, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1957. Después del éxito del relato de Marcelino, volvió a retomar el personaje en Historias menores de Marcelino Pan y Vino y Aventuras en el cielo de Marcelino Pan y Vino. Además escribió ¡Adiós, Josefina! y Ladis un gran pequeño, que tuvo sus secuelas en Cosas de ratones y conejos.
Hace casi cien años, tres franciscanos pidieron permiso al señor alcalde de un pequeño pueblecito para que les dejase habitar, por caridad, unas antiguas ruinas que estaban abandonadas a unas dos leguas del pueblo, en terrenos de los cuales era propietario el municipio. El alcalde, hombre piadoso, accedió a ello por su propia cuenta, sin consultar para nada con los concejales. Partieron los frailes no sin bendecir a su bienhechor, y, llegados a las ruinas que ya conocían, se pusieron a cavilar sobre cómo hacer allí en seguida un refugio para pasar la noche.
El lugar correspondía a una granja desde la cual, en otros tiempos, trataron los vecinos de aquel pueblo de hacer frente a los franceses, cuando éstos invadieron España allá por mil ochocientos y pico', o por lo menos desviarlos para evitar la ruina del pueblo.
Entre los frailes había uno joven que era muy dispuesto e ingenioso y en seguida vio por dónde había que comenzar: estaban por allí las grandes piedras que sirvieran a la construcción del primitivo edificio, aunque no todas enteras. Había árboles cerca para hacer madera y corría por no muy lejos un riachuelo que les prometía a los pobrecillos frailes no morir de la sed. Mas como el día iba muy avanzado, a pesar de que salieran del pueblo antes del amanecer -venía uno viejo con ellos, de paso muy vacilante-, pensó el buen fraile en comenzar por el principio, con lo que, buscando unos palos y armando sobre ellos la vieja manta que traían, arregló entre las piedras un pequeño espacio cubierto y, encendiendo luego fuego, instaló al viejo y envió al otro por agua al arroyo, mientras él mismo asaba a la lumbre unas patatas que cierta buena mujer les diera como limosna. (Así comienza 'Marcelino, pan y vino').
En 1948, cuando sólo contaba con 18 años, comenzó a ejercer su carrera literaria, publicando sus primeros poemas en el periódico El Caribe. Desde ese momento, comenzó a escribir libros de poesía y ensayos (géneros literarios que mantendría hasta el final de su carrera).
A los veintiocho años ganó el Premio Nacional de Poesía. En 1958 escribió La lumbre sacudida, y dos años después, Cantos latinoamericanos, dos libro de poesía que tuvieron un gran éxito.
En 1965, cuando los estadounidenses invadieron la República Dominicana, Abelardo Vicioso se enfrentó al ejército de la bahía y animó a los dominicanos a hacer lo mismo. Así, su poema Canto a Santo Domingo Vertical se convirtió en un himno para la juventud dominicana de la época, al igual que ocurrió con Yanqui, vuelve a tu casa.
En 1997 se convirtió en Presidente vitalicio de la Casa del Poeta. En el 2004, comenzó a escribir su primera (y única) novela autobiográfica con el título de Las memorias del Teniente Veneno. Sin embargo, poco antes de que terminara de escribir el libro, el 13 de enero del 2004 falleció en su ciudad natal de Santo Domingo debido a problemas cardiorrespiratorios. Fue su hijo Carlos quien logró publicarlas en el 2008.
Mar a donde nos llegan gruesas lluvias amargas.
Mar sin olas, sin playas ni veleros distantes.
Mar debajo del ruido. Mar en profundidades.
Donde no viven sombras, porque allí todo es sombra
salvo la sombra verde de mi canto.
Mar encontrado al fondo de mi sueño.
Fondo triste del mar con ternura anhelando.
Mar distante del polvo y de los trasatlánticos.
Enemigo del cielo y aún del hombre enemigo.
Mar para sonreír sin que se muere nadie.
Mar sin islas que lloren por una voz ausente.
Mar sin fusiles. Mar sin soledades.
Sin espigas de arroz ni voluntades tristes,
ni tristes niños ni perennes lazos.
Mar al fondo del mar y de mi sangre.
Principio del vivir, descamisado;
desvestido de todo lo superfluo,
de mis uñas, corbatas y arrabales.
Mar hecho a la medida de mi alma.
Mar confidencia de los peces sabios
donde habita mi amor enardecido.
Mar sin piratas. Sin esos fabulosos capitales.
Ajeno de la furia de moscas y de aviones.
Como un perro veloz que corre por mis venas
y ladra y ladra y ladra de entusiasmo. ('Canto al fondo del mar' y otros poemas)
- de 2017, HORACIO GUARANY, cantor, compositor y escritor argentino nacido el 15 de mayo de 1925. Ganador del Premio Konex de Platino en 1985 como el más importante cantante masculino de folklore de la historia en Argentina.
De padre indígena correntino y madre española, fue el 12º de 14 hermanos.
Fue pionero del Festival Nacional de Cosquín en 1961, y fue un clásico, año tras año, con conocidas composiciones como «Guitarra de medianoche», «Milonga para mi perro», «La guerrillera», «No sé por qué piensas tú», «Regalito» o «Si se calla el cantor».
Entre sus numerosas canciones, escribió algunas novelas como: El loco de la guerra (1992), Las cartas del silencio (1993), Sapucay (1994) y Memorias del cantor, casi una biografía (2002).
porque la vida misma es todo un canto,
si se calla el cantor muere de espanto
la esperanza, la luz y la alegría.
Si se calla el cantor se quedan solos
los humildes gorriones de los diarios,
los obreros del puerto se persignan,
quién habrá de luchar por sus salarios.
Qué ha de ser de la vida si el que canta,
no levanta su voz en las tribunas,
por el que sufre, por el que no hay ninguna razón
que lo condene a andar sin manta.
de qué sirve la rosa sin el canto,
debe el canto ser luz sobre los campos,
iluminando siempre a los de abajo.
Que no calle el cantor porque el silencio,
cobarde apaña la maldad que oprime,
no saben los cantores de agachadas,
no callarán jamás de frente al crimen.
Que se levanten todas las banderas,
cuando el cantor se plante con su grito,
que mil guitarras desangren en la noche,
una inmortal canción al infinito.
Si se calla el cantor...calla la vida...
- de 2020, fallece ISABEL CLARA SIMÓ.
Nacida en Alicante, el 4 de abril de 1943, fue una escritora española, filósofa, profesora y periodista en lengua catalana, además de política militante de SI (Solidaridad Catalana por la Independencia).
A pesar de no ser catalana, se le considera una de las autoras modernas más importantes de literatura catalana. Ha sido galardonada en múltiples ocasiones; entre otras distinciones, en 1978 con el Premio Víctor Català por És quan miro que hi veig clar; en 1993 recibió el premio Sant Jordi por La Salvaje, en 1999 le fue concedida la Cruz de Sant Jordi por su trayectoria literaria, en el 2001 le otorgaron el premio Andròmina de narrativa por Hum... Rita!: el hombre que husmeaba mujeres, el Premio de la Crítica de los Escritores Valencianos en ensayo, por En legítima defensa y el Premio Joanot Martorell de narrativa por Amor meva.
Como periodista, ha sido directora del semanario Canigó y fue columnista en el diario Avui. Fue Delegada del Libro del Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña.
De entre sus más de cuarenta obras destacan, el libro de relatos Dones (1997) y la recopilación de artículos en el periódico Avui, con el título En legítima defensa. También debe destacarse el éxito de crítica y público de la obra teatral Còmplices, llevada a escena por Pep Cortès.