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Aunque
muchas veces lo he oído en casa como sinónimo de que siempre hay algún
remedio o apaño para las cosas, o de que cada quién tiene quien comparta
su forma de ser, es decir, que siempre puede encontrar pareja; también
podríamos hallarnos ante un refrán paralelo al de "al perro flaco
todo se le vuelven pulgas...",
porque del descosido al roto hay poco trecho y si antes estaba mal,
luego puede estar peor.
En
otra acepción del mismo, cambiando algunas palabras, dice: "Vale
tanto para un roto como para un descosido". Es decir, es una
persona que se lleva bien con todo el mundo o que le resulta fácil
arreglar cosas.
En
cualquiera de sus acepciones, habrá que entrar en el mundo de la
costura, tomar aguja, hilo y dedal y entenderemos la diferencia entre
zurcir un roto o reparar un descosido.
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Ya comentado en nuestro
salón de lectura, recomendaría ( no sólo
por la relación de su título con nuestro tema) "El tiempo entre costuras" de
María Dueñas. Un buen libro para conocer cómo vivió la España "del otro lado"
(la del continente africano) los tiempos de nuestra desdichada Guerra Civil.
©"De abuelos a
nietos". Mª A. Navarro
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