En este día del 1915 falleció Luis COLOMA, escritor y periodista español, creador de entre otros, el personaje del RATONCITO PÉREZ. Fue a raíz de un cuento dedicado a Alfonso XIII cuando se le cayó un diente (tenía el infante 8 años).
En esta misma fecha de 1936 hace su última representación en Barcelona (España) el grupo de teatro "LA BARRACA", creado por Federico García Lorca en 1931 con ayuda gubernamental, al comienzo de la Segunda República,
y puesto en marcha en el verano de 1932.
"La Barraca" tenía como objetivo llevar el teatro clásico español a zonas con poca actividad cultural de la Península Ibérica. Se desarrolló de modo complementario con el Teatro del pueblo, dirigido por Alejandro Casona, dentro del proyecto de las "Misiones Pedagógicas" creadas por Manuel Bartolomé Cossío, a partir de las misiones ambulantes diseñadas por Giner de los Ríos.
"La Barraca" tenía como objetivo llevar el teatro clásico español a zonas con poca actividad cultural de la Península Ibérica. Se desarrolló de modo complementario con el Teatro del pueblo, dirigido por Alejandro Casona, dentro del proyecto de las "Misiones Pedagógicas" creadas por Manuel Bartolomé Cossío, a partir de las misiones ambulantes diseñadas por Giner de los Ríos.
Este día es también el DÍA DE LAS AMÉRICAS , instaurado como símbolo de su unión voluntaria en una
comunidad continental.
Cada año, sea por promulgación presidencial o
legislativa, esta efeméride es conmemorada en ciudades, pueblos y
comunidades desde 1931.Se eligió el 14 de abril por ser la fecha de 1890 en que, mediante resolución de la Primera Conferencia Internacional Americana (celebrada en el Distrito de Columbia, entre octubre de 1889 y abril de 1890), se crearon la Unión de las Repúblicas Americanas y su secretaría permanente, la Oficina Comercial de las Repúblicas Americanas. Estas dieron paso a la Unión Panamericana y finalmente a la actual Organización de los Estados Americanos (OEA) en 1948.
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Autores del s.XX en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
- de 1977, Lauren MENDINUETA, poeta, ensayista y traductora colombiana.
Su poesía aborda, con rigor expresivo y profundidad conceptual, los temas de la muerte, el dolor, la soledad, la incertidumbre de la vida, el amor y la belleza. Ha realizado, además, diversos talleres de creación poética, ensayos críticos y conferencias sobre la poesía femenina hispanoamericana. Actualmente reside en Lisboa (Portugal).
Su poesía aborda, con rigor expresivo y profundidad conceptual, los temas de la muerte, el dolor, la soledad, la incertidumbre de la vida, el amor y la belleza. Ha realizado, además, diversos talleres de creación poética, ensayos críticos y conferencias sobre la poesía femenina hispanoamericana. Actualmente reside en Lisboa (Portugal).
Una de sus obras más analizada ha sido La vocación suspendida (2008).
Otras obras: Donde se escoge el pasado (2003), Marie Curie, dos veces Nobel (2004), Autobiografía ampliada (2006), Poesía en sí misma (Antología, 2007), Del tiempo, un paso (2011) , Una Visita al Museo de Historia Natural (2015), La Realidad Alterada. (Poesía, 2016), Mi Primer Fernando Pessoa (traducción, 2018), Libre en la jaula (Antología virtual, 2020), Una visita al museo de Historia Natural y otros poemas (2021), La vocación suspendida. (2022), Vivir tan adentro (2023).
El libro que estoy escribiendo
Es una tumba anticipada. Si hiciera una lista de aquello
Que no me queda
Sería esta:
NO ME QUEDA UN CUERPO.
Tal vez escribir un poema fue lo mejor
Aunque la poesía no sirve de nada.
A veces creí
Estar fuera de la Historia
¡Maldita ilusión Para escapar de un tiempo cruel!
Pude ser silenciosa como los otros
Pero no pude olvidar
El sonido de las letras.
Sé que un poema
No justificará mi elección
Y que la muerte
No puede vencer a la Historia.
Entonces
¿Por qué le temo a este libro? ('Poema póstumo')
Fallecidos en esta fecha
- de 1976, José REVUELTAS, escritor y activista político mexicano nacido un 20 de noviembre de 1914, es reconocido por obras como El apando y El luto humano, por el cual recibió el Premio Nacional de Literatura en 1943.
Su obra literaria abarcó la novela, el cuento, el drama y también
(aunque en menor escala) la poesía. Su primera obra data de 1941 con la
publicación de Los muros de agua; le siguen El luto humano, Dios en la tierra de 1944 y Los días terrenales, de 1949. En ese año también presenta su obra de teatro El cuadrante de la soledad.
Otras obras: En algún valle de lágrimas (1956), Los motivos de Caín (1957), Dormir en tierra (1960) y Los errores (1964). Su encarcelamiento en Lecumberri, en el año 1968, le inspira para escribir El apando, publicado en 1969. En 1974 escribe Material de los sueños, su última obra literaria.
Estaban presos ahí los monos, nada menos que ellos, mona y mono; bien, mono y mono, los dos, en su jaula, todavía sin desesperación, sin desesperarse del todo, con sus pasos de extremo a extremo, detenidos pero en movimiento, atrapados por la escala zoológica como si alguien, los demás, la humanidad, impiadosamente ya no quisiera ocuparse de su asunto, de ese asunto de ser monos, del que por otra parte ellos tampoco querían enterarse, monos al fin, o no sabían ni querían, presos en
cualquier sentido que se los mirara, enjaulados dentro del cajón de altas rejas de dos pisos, dentro del traje azul de paño y la escarapela brillante encima de la cabeza, dentro de su ir y venir sin amaestramiento, natural, sin embargo fijo, que no acertaba a dar el paso que pudiera hacerlos
salir de la interespecie donde se movían, caminaban, copulaban, crueles y sin memoria, mona y mono dentro del Paraíso, idénticos, de la misma pelambre y del mismo sexo, pero mono y mona, encarcelados, jodidos. (Inicio de 'El apando')
Estaban presos ahí los monos, nada menos que ellos, mona y mono; bien, mono y mono, los dos, en su jaula, todavía sin desesperación, sin desesperarse del todo, con sus pasos de extremo a extremo, detenidos pero en movimiento, atrapados por la escala zoológica como si alguien, los demás, la humanidad, impiadosamente ya no quisiera ocuparse de su asunto, de ese asunto de ser monos, del que por otra parte ellos tampoco querían enterarse, monos al fin, o no sabían ni querían, presos en
cualquier sentido que se los mirara, enjaulados dentro del cajón de altas rejas de dos pisos, dentro del traje azul de paño y la escarapela brillante encima de la cabeza, dentro de su ir y venir sin amaestramiento, natural, sin embargo fijo, que no acertaba a dar el paso que pudiera hacerlos
salir de la interespecie donde se movían, caminaban, copulaban, crueles y sin memoria, mona y mono dentro del Paraíso, idénticos, de la misma pelambre y del mismo sexo, pero mono y mona, encarcelados, jodidos. (Inicio de 'El apando')
- de 2006, José María MÉNDEZ CALDERÓN, escritor salvadoreño. Recordado en su nacimiento, un 23 de septiembre de 1916.
En el ámbito literario, «Chema» Méndez ganó el segundo lugar compartido
del certamen nacional de cultura con la colección de cuentos Tres mujeres al cuadrado en 1963. Años después, nuevamente como fiscal de la universidad, suscribió en 1966 con la Universidad de Harvard
la compra de valiosa bibliografía para la institución. Para 1968 fue
elegido rector de la misma, cargo en el que se mantuvo hasta 1970. Ese
mismo año ganó el primer premio en la rama de cuento en los Juegos Florales de Quetzaltenango con Tiempo irredimible, galardón que repitió en 1974 con Espejo del tiempo, y Tres consejos en 1994, por lo que fue designado como «Maestre de la narrativa centroamericana» en ese certamen.
En su obra literaria sobresalen el humor y el ingenio, y entre sus escritos se encuentran: Disparatario (1957), Cuentos del alfabeto (1992), Diccionario personal (1992), Antología definitiva (1995), cuentos peligrosos y otros cuentos (1996), 80 a los 78. Cuentos de Chema Méndez (1996), La pena de muerte: un ensayo, tres cuentos y una adenda (1997), y Las Mormonas (1998).
Obtuvo el Premio Nacional de Cultura
en 1979, y en 1999 la Asamblea Legislativa salvadoreña le nombró
«Escritor distinguido de El Salvador». También fue miembro de número de
la Academia Salvadoreña de la Lengua.
Él dormía recostado hacia el lado izquierdo, casi boca abajo.
Ella iniciaba la diaria faena —barrer, trapear, lavar ropa, preparar la comida— levantándose a las seis y sacudiéndole enérgicamente hasta despertarlo. De otra manera quedaría tirado en la cama, toda la mañana, vencido por la modorra alcohólica.
Suena el timbre del reloj despertador. Comprueba la hora de la carátula fosforescente porque está muy oscuro. Enciende la luz, se pone la bata raída, la única que tiene, y se dirige a la cama de Julio. Lo toma por el brazo, le da media vuelta hasta ponerlo cara al techo y empieza a zarandearlo. El expediente no da resultado. Viéndole insensible a las sacudidas, cae en la tentación, que a menudo la perturba, de no despertarlo. Que se cumpla la amenaza de dos Aurelio (otra falta y al carajo). Ya no le importa que el futuro se ponga más negro. Que venga la miseria total, la muerte por hambre. Ella tendrá valor para enfrentarlas. Las continuas penurias han venido a ser una especie de entrenamiento. Mientras esas ideas le dan vuelta en la cabeza, enciende la pequeña cocina de gas, se acerca a la ventana, aparta las cortinas para que penetre la claridad del alba. Casi no entra luz. Grandes nubarrones, una lluvia levísima, hacen gris el aire, empañan los cristales. El cielo fosco le abate el ánimo y la empuja a las meditaciones inútiles. Lo de él es irremediable. De nada han servido consejos, súplicas. Dinero botado el que se gastó en la clínica, en los siquiatras. Tiempo perdido el de los alcohólicos anónimos que trataron de convencerlo. Sólo un milagro, como decía su madre, podría salvarlo. Pero los milagros no existen. Dios no podría ser el autor de los milagros, tampoco existe. Lo sabe perfectamente después de haber quemado su fe en rosarios, velas, misas, comuniones, que para nada sirvieron. (Fragmento de 'Tiempo irredimible, cuento')
Él dormía recostado hacia el lado izquierdo, casi boca abajo.
Ella iniciaba la diaria faena —barrer, trapear, lavar ropa, preparar la comida— levantándose a las seis y sacudiéndole enérgicamente hasta despertarlo. De otra manera quedaría tirado en la cama, toda la mañana, vencido por la modorra alcohólica.
Suena el timbre del reloj despertador. Comprueba la hora de la carátula fosforescente porque está muy oscuro. Enciende la luz, se pone la bata raída, la única que tiene, y se dirige a la cama de Julio. Lo toma por el brazo, le da media vuelta hasta ponerlo cara al techo y empieza a zarandearlo. El expediente no da resultado. Viéndole insensible a las sacudidas, cae en la tentación, que a menudo la perturba, de no despertarlo. Que se cumpla la amenaza de dos Aurelio (otra falta y al carajo). Ya no le importa que el futuro se ponga más negro. Que venga la miseria total, la muerte por hambre. Ella tendrá valor para enfrentarlas. Las continuas penurias han venido a ser una especie de entrenamiento. Mientras esas ideas le dan vuelta en la cabeza, enciende la pequeña cocina de gas, se acerca a la ventana, aparta las cortinas para que penetre la claridad del alba. Casi no entra luz. Grandes nubarrones, una lluvia levísima, hacen gris el aire, empañan los cristales. El cielo fosco le abate el ánimo y la empuja a las meditaciones inútiles. Lo de él es irremediable. De nada han servido consejos, súplicas. Dinero botado el que se gastó en la clínica, en los siquiatras. Tiempo perdido el de los alcohólicos anónimos que trataron de convencerlo. Sólo un milagro, como decía su madre, podría salvarlo. Pero los milagros no existen. Dios no podría ser el autor de los milagros, tampoco existe. Lo sabe perfectamente después de haber quemado su fe en rosarios, velas, misas, comuniones, que para nada sirvieron. (Fragmento de 'Tiempo irredimible, cuento')
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- de 2014 , ALBERT MANENT, escritor y activista cultural español del ámbito de la lengua catalana. Nacido un 23 de septiembre de 1930, coincide en fechas de nacimiento y muerte (no en años) con el autor anteriormente citado, José Ma Méndez Calderón.
Destacó en el campo de la poesía, la narrativa, las memorias y biografías de literatos y políticos, la crítica y la historia. Por otra parte destacó en los movimientos de resistencia contra el franquismo (también desde el exilio).
Su carrera ha contado con numerosos reconocimientos: Mestre en Gai Saber, el premio Ramón Trias Fargas (por una biografía de Fèlix Millet publicada en 2003) o la publicación del libro de homenaje Records d'ahir i d'avui. Homenatge a Albert Manent i Segimon amb motiu dels 70 anys.
En 2011 fue galardonado con el Premio de Honor de las Letras Catalanas.
Entre sus obras: Hoste del vent (poesía, 1949), La nostra nit (poesía, 1951),
Llunari de noms i mots (2003), La guerra civil i la repressió del 1939 a 62 pobles del Camp de Tarragona (2006), La represa. Memòria personal, crònica d'una generació (1946-1956) publicada en el 2008.
A principios de siglo se hizo famosa la máxima del político conservador y primer ministro del Gobierno español Antonio Maura, según la cual «el pensamiento no delinque». Parecidamente, es lógico afirmar que las lenguas no delinquen, sino que lo que se dice, sea cual fuere la lengua en que se expresa, sí que puede ser materia de delito. Pero la historia reciente nos ha demostrado que, ya desde los inicios de la desdichada guerra civil de 1936-1939, el catalán -y, por supuesto, el vascuence y el gallego- fue tipificado como lengua en sí delictiva. En el barullo polémico que a menudo alzan hoy algunos, se olvidan las lecciones de esta historia reciente, cuando un régimen que imperó casi cuarenta años consideró como uno de sus leitmotiv, de sus pilares, el castigo de las lenguas que, per se, eran delictivas. Veamos una docena, entre los centenares de ejemplos, que podríamos aducir.La hostilidad contra los catalanes huidos a la zona de Franco ha sido recogida por muchos autores. El consecuente falangista José María Fontana Tarrats explicó, en su obra Los catalanes en la guerra de España, que «nuestra costumbre de hablar en catalán nos dio bastantes disgustos ( ... ). Quien tuvo por este motivo una bronca más que regular fue don Paco Torras, el gran industrial de Granollers, ex diputado y ex senador, célebre en Cataluña por su españolismo a ultranza y por su denodada enemiga al catalanismo». Por la misma razón se explica que el delegado de orden público de San Sebastián aplicara las siguientes multas: «A José Juan Jubert, cien pesetas, y a Javier Gilbert Porrera, cien pesetas, por hablar en catalán de mesa a mesa en el comedor de un hotel» (Diario Unidad, 7 de enero de 1938). (Fragmento del artículo 'Cuando las lenguas delinquen' en ElPaís.com)
Destacó en el campo de la poesía, la narrativa, las memorias y biografías de literatos y políticos, la crítica y la historia. Por otra parte destacó en los movimientos de resistencia contra el franquismo (también desde el exilio).
Su carrera ha contado con numerosos reconocimientos: Mestre en Gai Saber, el premio Ramón Trias Fargas (por una biografía de Fèlix Millet publicada en 2003) o la publicación del libro de homenaje Records d'ahir i d'avui. Homenatge a Albert Manent i Segimon amb motiu dels 70 anys.
En 2011 fue galardonado con el Premio de Honor de las Letras Catalanas.
Entre sus obras: Hoste del vent (poesía, 1949), La nostra nit (poesía, 1951),
Llunari de noms i mots (2003), La guerra civil i la repressió del 1939 a 62 pobles del Camp de Tarragona (2006), La represa. Memòria personal, crònica d'una generació (1946-1956) publicada en el 2008.
A principios de siglo se hizo famosa la máxima del político conservador y primer ministro del Gobierno español Antonio Maura, según la cual «el pensamiento no delinque». Parecidamente, es lógico afirmar que las lenguas no delinquen, sino que lo que se dice, sea cual fuere la lengua en que se expresa, sí que puede ser materia de delito. Pero la historia reciente nos ha demostrado que, ya desde los inicios de la desdichada guerra civil de 1936-1939, el catalán -y, por supuesto, el vascuence y el gallego- fue tipificado como lengua en sí delictiva. En el barullo polémico que a menudo alzan hoy algunos, se olvidan las lecciones de esta historia reciente, cuando un régimen que imperó casi cuarenta años consideró como uno de sus leitmotiv, de sus pilares, el castigo de las lenguas que, per se, eran delictivas. Veamos una docena, entre los centenares de ejemplos, que podríamos aducir.La hostilidad contra los catalanes huidos a la zona de Franco ha sido recogida por muchos autores. El consecuente falangista José María Fontana Tarrats explicó, en su obra Los catalanes en la guerra de España, que «nuestra costumbre de hablar en catalán nos dio bastantes disgustos ( ... ). Quien tuvo por este motivo una bronca más que regular fue don Paco Torras, el gran industrial de Granollers, ex diputado y ex senador, célebre en Cataluña por su españolismo a ultranza y por su denodada enemiga al catalanismo». Por la misma razón se explica que el delegado de orden público de San Sebastián aplicara las siguientes multas: «A José Juan Jubert, cien pesetas, y a Javier Gilbert Porrera, cien pesetas, por hablar en catalán de mesa a mesa en el comedor de un hotel» (Diario Unidad, 7 de enero de 1938). (Fragmento del artículo 'Cuando las lenguas delinquen' en ElPaís.com)