El día de hoy fue designado por las Naciones Unidas como el Día Mundial de la CIENCIA para la PAZ y el DESARROLLO.
Autores del s.XX y XXI en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
En 1939 se trasladó a México con su familia, país que ya no abandonará nunca. Fundó varias revistas literarias y colaboró como editor en diversas publicaciones culturales mexicanas.
Quiero sembrarme en ti. No me conformo
con tu piel, ni con tu risa, con tu aliento.
No me bastan tus ojos y tus labios.
Tu sangre quiero.
Tenderte junto a mí,
desmadejar tu pelo
sobre el césped, sentirlo embravecido
como el torrente negro.
Deslizar mi silencio por tu lengua.
Beber de ti en tus pechos.
Surcarte libre, único, infinito,
como el barco en el mar y el pájaro en el cielo.
Enamorar tu entraña con mi entraña.
Herir de paz tu cuerpo.
Yo callo triste, tú besas mis manos,
mientras gime de amor mi pensamiento. ('Canción de amor y sombra')
Era miembro numerario de la sección de Lengua y Literatura del Instituto Menorquín de Estudios (IME) y estaba casado con la filóloga menorquina Josefina Salord i Ripoll.
Le apasionaba la enseñanza y el conocimiento, especialmente todo lo relacionado con la lengua y le gustaba escribir, pero no se consideraba poeta.
Ara que tot ha acabat,
pens en la teva lliçó:
posares dignitat on solament vèiem injustícia;
on tan sols hi havia ràbia, ens donares serenitat.
Segur que,
on sigui que siguis,
si hi ha Déu,
en cloure’t els teus ulls mortals,
t’haurà obert també
aquells altres de més grans,
que el poeta li demanà
per veure la seva faç immensa.
Ara, estimat,
tot s’atarda en aquestes
avingudes solitàries;
i el sol ponent daura
les fulles que cauen,
lentes,
com desistint.
Ara, ets amb mi a casa, pertot…
m’esperes. (TU: ESPERANÇA)
.
Dame un poema de hierro que restalle
sobre las vacías cabezas y una mano firme
en la muesca dela antorcha, un poema
de sangre y de huesos impacientes
y la pluma de carne firmando sentencias
en las culposas mentes de los jinetes locos;
que convierta en sal a los cobardes,
un poema de hierro oxidado y torvo
paleteando en el estanque a medianoche,
cuando ni los muertos sueñan con la aurora.
Un martillo de palabras para dejar al mundo
con las cuencas vacías; rabioso ademán,
piedra encendida en la boca de los que duermen
mientras el agua sube en el Gran Cuarto Esférico;
un puñetazo en el sexo de la muchacha arrodillada,
idiota, paciente humanidad, que no ve, que no oye,
sólo conversa con las cenizas de sus dioses muertos. ('El poema de hierro')
A fines de 2008, publicó su libro Operación Jaque, la verdadera historia, crónica en la que narra, con estructura de novela, los detalles de la audaz operación de inteligencia del Ejército Nacional de Colombia que culminó con la liberación, sin disparar un solo tiro –gracias a un elaborado engaño–, de Íngrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y once militares y policías colombianos que habían estado por años secuestrados por la guerrilla de las FARC.
El mayor Gonzalo Dávila, comandante de la sección de analistas de la efatura de inteligencia técnica del Ejército de Colombia estaba disfrutando del descanso dominical cuando la llamada de uno de los criptoanalistas de su oficina, que trabajaba en la interceptación y desciframiento de comunicciones de la guerrilla, le trajo una noticia que había esperado desde hacía varios años.
- Mi mayor, usted no me lo va a creer pero tengo una coordenada de los secuestrados.
El oficial quedó de una pieza. Desde el año 2004, cuando participó en una operación del Comando de Operaciones Especiales del Ejército en la que estuvieron cerca de ubicar con precisión a los políticos colombianos, los tres contratistas estadounidenses y las decenas de militares y policías que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantenían secuestrados en las selvas del suroriente del país, la suerte de los rehenes se había convertido en su obsesión. (Fragmento de 'Operación Jaque')
Mantuvo el cargo de jefe de la sección Política del diario Crítica hasta su cierre, en 2010. Fue uno de los responsables del portal independiente LaNotaDeTapa.com, junto a Damián Glanz y Claudio Zlotnik, y de su versión radiofónica en FM Milenium. Posteriormente condujo como productor ejecutivo los noticieros de 360TV.
En 2012 fue designado jefe de la sección Política del diario Perfil, cargo que ocupa actualmente.
Los pálidos ojos azules de Jacob Frenkel parpadean nerviosos detrás de sus lentes sin marco. Sujeta el tubo del teléfono con el puño apretado y masculla sus ruegos en inglés.
- Es importante que el FMI entienda que...
La fugaz señal telefónica que atraviesa el planeta desde Buenos Aires hasta Washington sostiene las esperanzas de un gobierno, la política y la economía reducidas a una súplica.
Solo las palabras de Frenkel quiebran el silencio del salón.
- Horst, las medidas que ha tomado el gobierno argentino... -intenta explicar el banquero. Los rasgos inexpresivos responden adecuadamente al estereotipo de un veterano ejecutivo de finanzas, la tez pálida salpicada por una imperceptible llovizna de pecas rojas, nariz redondeada, una brizna de canas en torno a la calvicie y la boca pequeña, insignificante, donde emergen las palabras que repiquetean sin impacto en los oídos de Horst Köhler. (Fragmento de 'Dos semanas, cinco presidentes')
Tras pasar unos años en Argentina durante la dictadura de Primo de Rivera, a la vuelta colaboró con el Faro de Vigo, entre otros medios.
En los primeros días de la Guerra Civil, fue detenido en la sede del periódico y encarcelado en la prisión habilitada en el antiguo lazareto de la isla de San Simón. Fue asesinado en noviembre de 1936 y su cuerpo hallado en una carretera próxima a Redondela.
Su más destacado trabajo literario fue como dramaturgo, estrenando en Vigo en 1923, en colaboración con Ramiro del Valle, la comedia en dos actos, La hora grande. Con Ramón Fernández Mato estrenó otra comedia, Peregrino de la ilusión.
En gallego publicó diversos artículos en periódicos y revistas como A Nosa Terra.
Fue partícipe de los eventos de la Revolución mexicana. Después de los eventos de la Decena Trágica se pronunció en contra del régimen de Victoriano Huerta, motivo por el cual abandonó el país. Poco después regresó y se incorporó al movimiento revolucionario constitucionalista de Venustiano Carranza. En 1909, fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Entre sus obras: Las dos razas (1928). Voces de combate (1929). Ídolos caídos (1931). Perfiles de Saltillo (1933). Ideales de la Revolución (1935). En defensa de la civilización (1940). Historia política de la Revolución (1946).
Los movimientos populares que le han dado rostro a Mexico han sido producto de las fuerzas sociales. Responden no sólo a la existencia de problemas nacionales, sino a la voluntad de definir una identidad; de buscar ser una nación igual entre iguales y diferente, a la vez, a todas las demás. Este año se cumplen 175 anos del comienzo de la independencia Nacional y 75 de haberse iniciado el proceso histórico de la Revolución Mexicana. Esta coincidencia de celebrar dos momentos fundamentales en la histona nacional ha motivado at gobierno de la República a invitar, respetuosamente, a los representantes de los poderes Judicial y Legislativo a integrar una comisión de carácter nacional para celebrar estos acontecimientos.
La Comisión Nacional ha propuesto que estas celebraciones no se limiten a los festejos y otros actos conmemorativos, sino que reflejen e inscriban en la conciencia colectiva una huella de la herencia que disfrutamos, de los valores que nos agrupan, de la enorme capacidad para vencer obstáculos que nos caracteriza y del talento para inventar juntos nuestro futuro.
De ahí la importancia de que el programa nacional de celebraciones incluya, de manera central, un esfuerzo editorial que conserve en la memoria colectiva todo aquello que los mexicanos debemos a los movimientos de Independencia y de Revolución. (Fragmento de 'Historia Política de la Revolución', tomo 1)
Su obra está contenida en los libros Cometas sobre los muros de 1940, Equis andacalles de 1942 y Días y noches de 1946. El libro que había comenzado bajo el título de Tiempo y tiempo quedó inconcluso debido a su fallecimiento. El mismo fue editado como una obra recopilatoria por un grupo de sus amigos de la revista "Asir".
Fuera locura pero hoy lo haría;
atar un moño azul en cada árbol.
Ir con mi corazón de calle a calle.
Subir a los pretiles,
gritarles que les quiero.
Fuera locura,
pero hoy lo haría.
Durante su estadía en Talca, en 1904, se inicia en la literatura junto a su amigo Fernando Santiván, y colabora con los diarios "La Actualidad", "La Libertad", y en la revista "Zig-Zag".
Desde su primera publicación, Cuentos del Maule en 1912, demostró una marcada influencia de los grandes maestros realistas, como Maupassant y Dickens, lo que fue una constante en su proyecto literario. La crítica de la época lo consideró el maestro del criollismo en Chile.
En 1936 se le otorga el premio municipal de Santiago y en 1944 el Premio Nacional de Literatura.
Destacamos entre sus últimas obras: Mapu (1942), Viento de Mallines (1944), El Choroy de Oro (1946), Chile, País de Rincones (1947) y El Caracol (1952), La Paquera (1958); La Isla de los Pájaros (1959) y Memorias y otras confidencias (publicado postumamente en 1971).
Pichuca, la única hija del Ojo de Buey, no estaba dormida, sin embargo el silencio que dulcemente la rodeó apenas los tres borrachos abandonaron el cuarto, terminó de despertarla. Como en los amaneceres, sentóse en su colchoncito de hojas de maíz, que a cada uno de sus movimientos crujía como si bajo él gritasen un millón de grillos asustados. Se restregó los ojos una y otra vez. El silencio como una araña invisible, empezó a tejer en torno suyo una tela de medrosa soledad. Soledad hecha de ruidos confusos y tenues; sordo correr de ratones, baratas que se perseguían en los viejos papeles despegados, dulce sollozo de una llave de agua a medio cerrar en el ancho patio del conventillo. El sobresalto trajo la claridad de la conciencia. Estaba sola. Creyéndola dormida, sus padres y su padrino salieron a divertirse. En su cabecita sobreexcitada, esta Noche Buena que alegraba a todos y de la cual la eliminaban a ella, había prendido como un prodigio. La angustia apretó la garganta con sus anillos de serpiente. Fue un sollozo convulsivo, primero; llanto aliviador y luminoso, después. En su húmedo bienestar brilló, entonces, una resolución: conocer el secreto de la Noche Buena. (Fragmento del cuento 'Trapito sucio')
A los 23 años estrena en el Teatro de la Princesa la comedia El último amor y más adelante El semejante a sí mismo. Colabora en los diarios El Globo, La Mañana, Abc y El Imparcial. Por esta época ve la luz su primer libro, Los hijosdalgos del Hampa.
Durante la guerra no dejó de publicar en El Liberal y El Heraldo artículos en los que defendía el régimen legal establecido,aunque nunca militó en partido alguno. Por ello fue detenido el 10 de abril de 1939 y enviado a prisión por haber dirigido durante tres años Blanco y Negro; el Consejo de Guerra lo condenó a muerte, conmutándose esta por la de cadena perpetua, gracias a la intervención del General Millán Astray, amigo y admirador del escritor, aunque de ideologías encontradas.
El fin de la Guerra Civil, supuso para el escritor el fin de su carrera literaria, pues ya no tenía cabida en el nuevo régimen. Se le trasladó a la prisión de la de Isla de San Simón, en Redondela en el fondo de la ría de Vigo. Cuando se cerró este penal fue enviado a la cárcel de Vigo, situada en la calle del Príncipe. Pasó cinco años de reclusión, hasta que fue liberado, estableciendo su residencia en Redondela hasta el fin de sus días.
Diego San José contó su experiencia carcelaria en De cárcel en cárcel, importante documento de la época. Continuó escribiendo, bajo el pseudónimo de Román de la Torre, aunque ya muy pocos libros verían la luz.
Menzigüela era una moza de buen rejo, cara rolliza y cuerpo bizarro, alta de pechos y tan ampulosa de caderas, que parecía una yegua cordobesa.
Puesta en el trabajo no le hacía ascos al menester casero, y como aquella inmortal «Dulcinea» que anda en las páginas del mejor libro que se escribió en lengua castellana, sabía abrazarse muy bien con un costal de trigo, cuyo contenido, cribado luego por sus manos gordezuelas, no parecía sino granos de oro.
Blas era un buen hombre, cumplido y trabajador, de tan recia complexión, que a tirar a la barra no había quien le ganase entre todos los mozos de la comarca; pero de tan contadas palabras, que para sacarle las pocas que era capaz de pronunciar, era menester Dios y ayuda.
Diz que los coloquios de entrambos amadores pudiera escucharlos un fraile cartujo, sin añorar el silencio que recomienda la rigurosidad de su estrecha regla. La Menzigüela se daba por contenta con estar a la vera de su buen mozo, que es verdad que lo era por modo extremo.(Fragmento de Las Astillas, cuento de 'La vieja España galante')
Pronto me largaré, reanudó, haré como tú, me iré muy lejos, no me gusta esta ciudad. Es como si se hundiese poco a poco… Natalia dijo: yo también creía que se hundía, pero fuera he comprendido que la ciudad se lleva dentro. Màrius no dijo nada. De pronto, preguntó, con voz más normal, ¿quién era Julián Grimau? ¿Por qué me lo preguntas? Porque en el Instituto repartieron octavillas por lo de Puig Antich y hablaban de uno que se llamaba Grimau. Natalia pensó, ¡cuántas cosas, en estos años! Grimau era un dirigente comunista que asesinaron un año después de que yo me fuese, en la primavera. ¿Cuándo te fuiste tú, el año de la nieve de Barcelona?, preguntó Màrius. Sí, el año de la nieve de Barcelona. Y el año de las riadas, añadió. ¿Quieres saber una cosa?, dijo Màrius, este país me da asco. A mí también me lo daba, dijo Natalia, y he vuelto. Yo no habría vuelto… Pero es que un buen día descubrí, aclaró Natalia, que no me daba asco el país, sino que me daban asco los que me rodeaban. También sentía asco de mí misma. ¿Y sabes por qué? Pues porque, al fin y al cabo, tenía miedo de que llegase el tiempo de las cerezas. Y para querer el tiempo de las cerezas hay que tener fe en que un día llegará. ¿Qué es el tiempo de las cerezas? Natalia se lo explicó. Charlaron mucho rato, mientras que los ruidos de la ciudad tomaban consistencia y las brumas de la noche desaparecían del todo. (Tiempo de cerezas, fragmento)
- de 2001, Julio César DA ROSA, escritor, periodista y político uruguayo nacido un 9 de febrero de 1920.
En 1952 publicó Cuesta arriba, su primer libro de cuentos. Esta fue la primera
obra de una prólifica producción literaria de la cual probablemente Buscabichos -orientada al público infantil- sea la más reconocida.
Su obra literaria obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1977, el Gran Premio Municipal de Literatura José Enrique Rodó en 1982 y el Gran Premio Nacional a la Labor Intelectual en 1999.
Entre sus últimas obras: Yunta brava (junto a Claudio Silveira Silva. 1990), Hijos de la noche (1993), Tata viejo (1999), Aguafuerte y cuentos viejos (2000), Antología del cuento criollo del Uruguay. Volumen I (en colaboración con su hijo Juan Justino Da Rosa. 2001).
Antologías y recopilaciones de cuentos: Cuentos completos (incluye Cuesta arriba, De Sol a sol, Camino adentro y Juan de los desamparados, 1966) y Mis cuentos preferidos (1968).
Era por el lado de la madre, que le
venía a Severiano Lemos la vocación por el uniforme. Los Márquez habían
sido y eran casi todos gente de espada. Servidores en cuanto bochinche
hubo desde los tiempos de la independencia, contaban con una media
docena de coroneles, ocho o diez capitanes y varios comisarios "del
apellido", que vuelta a vuelta andaban reluciendo en boca de los de la
familia. Esto, sin necesidad de acordarse para nada de una punta de
sargentos y milicos que menudeaban en las planillas del ejército y de la
policía.
Si no hubiese sido por ese empuje de la sangre materna, lo
que era por la línea del padre de Severiano podía "esperar sentau" que
le fuese a brotar alguna simpatía por los "botones". Del tatarabuelo
para abajo -es decir, "lo oriental y conocido"- el que "enfrenasen" de
los Lemos era hombre de chacra, campo, monte, camino o frontera, enemigo
de milicos, doctores, políticos y cuanto "bicho" hubiese con tufo a
mando, enredos o autoridad.
De modo que cuando a Severiano se le
"destapó" del todo la como "comezón miliquera" que le había venido
notando el padre sin decir nada desde tiempo atrás, en la casa se armó
el gran alboroto. Siendo como era el menor de los cuatro varones, le
tocó hacer ver su vocación en momentos en que ya no había quien pudiera
esperar allí un sonido tan fuerte de tono. Los hermanos, cada uno según
sus preferencias, se habían venido distribuyendo los trabajos de las
pocas cuadras, como en un anticipo de lo que cada cual reclamaría al
repartírselas. Uno se había hecho cargo de la chacra, otro de los
bichos, otro del monte. Don Timoteo los había ido dejando hacer aquello,
con la naturalidad de quien lo esperara como un fruto del tiempo. A
medida que los muchachos terminaban la escuela -luego de repetir dos
veces el tercer año, como era costumbre- pasaban a ocupar el lugar de su
elección en el establecimiento. (Fragmento de 'Milico').