- de 1969, a las 2.56 (hora internacional UTC-Tiempo Universal Coordinado) Neil Armstrong, comandante de la misión Apolo 11, pisa la superficie lunar; y poco después lo hace Edwin E. Aldrin. Son los primeros pasos del hombre sobre la Luna.
Autores del s.XX y XXI en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
- de 1899, nació Ernest HEMINGWAY, escritor y periodista estadounidense, Premio Nobel de Literatura en 1953. Autor citado con ocasión del aniversario de su muerte, por suicidio (muerte trágica compartida por generaciones, debido quizás a una enfermedad hereditaria, hemocromatosis), un 2 de julio de 1961.
Ganó el Premio Pulitzer en 1953 por El viejo y el mar y al año siguiente el Premio Nobel de Literatura por su obra completa. Publicó siete novelas, seis recopilaciones de cuentos y dos ensayos. Póstumamente se publicaron tres novelas, cuatro libros de cuentos y tres ensayos. Muchos de estos son considerados clásicos de la literatura de Estados Unidos.
Enamorado de la cultura española, dio al mundo obras inspiradas en ella como: Fiesta (The Sun Also Rises, 1926), Muerte en la tarde (Death in the Afternoon, 1932) o Por quién doblan las campanas (For Whom the Bell Tolls, 1940). Otras obras universales: Adiós a las armas (A Farewell to Arms, 1929) o la ya citada El viejo y el mar (The Old Man and the Sea, 1952).
—¿Eres una sádica, Brett? —pregunté yo. —Espero que no.
—Dijo que era una sádica sólo porque tiene un estómago que funciona perfectamente.
—No será por mucho tiempo.
Bill logró que Mike cambiara de conversación y dejara en paz a Cohn. El camarero trajo los vasos de absenta.
—¿Te gustó realmente eso? —preguntó Bill a Cohn.
—No, no puedo decir que me gustara. Pero creo que es un espectáculo maravilloso.
—¡Dios mío, eso sí! ¡Qué espectáculo! —dijo Brett.
—Desearía que le quitaran la parte de los caballos —dijo Cohn.
—No son lo más importante —dijo Bill—. Después de un rato uno ya no experimenta ninguna sensación de repugnancia.
—Sólo al empezar se hace un poco duro —dijo Brett—. El momento terrible para mí es aquel en que el toro arremete contra el caballo.
—Los toros estaban bien —dijo Cohn.
—Eran muy buenos —dijo Mike.
—La próxima vez quiero sentarme abajo —dijo Brett, bebiendo un sorbo de absenta.
—Quiere ver de cerca a los toreros —dijo Mike.
—¡Qué tipos tan interesantes! —dijo Brett—. Ese chico, Romero, no es más que un chiquillo.
—Es un chico condenadamente guapo —dije—. Estuvimos arriba, en su habitación, y me di cuenta de que jamás había visto un muchacho más bien plantado.
—¿Qué edad crees que tiene?
—Diecinueve o veinte años.
—¡Caramba! (Fragmento de "Fiesta").
- de 1905, Miguel MIHURA, escritor, dibujante y humorista español recordado en su obituario, un 28 de octubre de 1977.
Segundo periodo: obras cómico-costumbristas, de corte policíaco y de enredo, con títulos como Maribel y la extraña familia (1959), Ninette y un señor de Murcia (1964).
tendencia a la castidad, sino porque en Murcia, como en cualquier capital de provincia, siendo soltero, no se presentan demasiadas ocasiones de demostrar que se es hombre, a no ser que se líe uno a bofetadas con el camarero de un café… Como yo soy de derechas y vendo catecismos en la librería, no considero apropiado liarme a mamporros con mis clientes. Y como tampoco puedo hacer lo otro, estoy un poco incómodo en la ida, y, según algunas virtuosas amigas de mi tía, estoy cargado de manías. (Fragmento del prólogo de 'Ninette y un señor de Murcia') ..
El fogón es distinto: no discute;
tiene alma para el baile, y el velorio;
tira la lengua al cuento, y si es de penas,
le sangra el corazón entre rescoldos.
Hay veladas de invierno en mi tapera,
en que ya frío el mate, estoy muy solo;
y él, envuelto en cenizas, no se duerme;
me mira como el perro: con un ojo.
De mañana, le arrimo charamuscas
y su amor me renace generoso.
Y es que sabe tener, como el poeta,
la facultad de no morir del todo,
y el sino de ir naciendo tras los días
en renovada fiesta de cachorro. (El Fogón, en "Grillo Nochero")
.- de 1958, Liliana BODOC, escritora argentina.
Y ocurrió hace tantas Edades que no
queda de ella ni el eco del recuerdo del eco del recuerdo. Ningún
vestigio sobre estos sucesos ha conseguido permanecer. Y aun cuando
pudieran adentrarse en cuevas sepultadas bajo nuevas civilizaciones,
nada encontrarían.
Lo que voy a relatar sucedió en un tiempo
lejanísimo; cuando los continentes tenían otra forma y los ríos tenían
otro curso. Entonces, las horas de las Criaturas pasaban lentas, los
Brujos de la Tierra recorrían las montañas Maduinas buscando hierbas
salutíferas, y todavía resultaba sencillo ver a los lulus, en las largas
noches de las islas del sur, bailando alrededor de sus colas.
He
venido a dejar memoria de una grande y terrible batalla. Acaso una de
las más grandes y terribles que se libraron contra las fuerzas del Odio
Eterno. Y fue cuando una Edad terminaba y otra, funesta, se extendía
hasta los últimos refugios.
El Odio Eterno rondaba fuera de los
límites de la Realidad buscando una forma, una sustancia tangible que le
permitiera existir en el mundo de las Criaturas. Andaba al acecho de
una herida por donde introducirse, pero ninguna imperfección de las
Criaturas era grieta suficiente para darle paso. (Fragmento de "Los días del venado").