Durante muchos años, día a día (unos con más formalidad que otros, es cierto), hemos puesto nuestro empeño en actualizar este blog.
Aparentemente era siempre lo mismo, pero no es así. Se han incorporado las nuevas obras de los que están en activo, nuevos miembros se han incorporado a la actualidad literaria, nuevos premiados y autores noveles abriéndose camino en este complicado mundo literario, sacando a la luz meritorias mujeres literatas que el tiempo y la ingratitud dejaron en el baúl, condenándolas al olvido...
En fin, un trabajo diario tan ingrato y poco reconocido (al final un escritor espera ser leído) como ilusionante a nivel personal, al que damos fin a mis 69 años. Un principio de año se presta a ello.
Mi agradecimiento a quienes aún nos leen y mis mejores deseos en este nuevo año 2025:
Que los políticos hagan el trabajo para el que se les paga y se les pone ahí, el bien común, dejando de lado (sé que es difícil, porque está cada vez más claro que el poder corrompe) la ambición de un estatus que les hace creer imbatibles, lejos de la Justicia. Comprarán a todos los estamentos, puede, engañarán a muchos con sus falsas promesas y bulos, quizás, pero la Justicia popular estará allí llegado el momento. O eso esperamos.
Que figuras como Putin, Netanyahu y otros se crean con el derecho a masacrar, confundir, machacar, denigrar y violar derecho tras derecho, y que haya gente que los apoyen y mantengan ahí, da qué pensar sobre qué hemos hecho de la vida y de la Tierra que dejamos a las futuras generaciones.
Realmente el ciudadano de a pie solo ejerce su libertad sin ira, porque bastante tiene con buscar el sustento, mantener su casa y familia... y vivir (o sobrevivir).
En fin, se trata de equivocarse y rectificar -si te dejan- un día tras otro. Eso es vivir.
Si hay que buscar una utopía, busquémosla. Nosotros ya pusimos -o lo intentamos- nuestro granito de arena.
Gracias y hasta siempre. ¡Feliz Año!