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viernes, 13 de febrero de 2015

Mariano José de Larra. Vuelva usted mañana.

¿Sabías que... un 13 de febrero de 1837 se suicidó, a los 27 años, Mariano José de Larra ? Extraordinario periodista, inciso y mordaz, bajo el seudónimo de "el pobrecito hablador" ya merecía la inmortalidad solo con su "Vuelva usted mañana", artículo que reproduzco completo...
¿Os suena de algo?

 Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza. Nosotros, que ya en uno de nuestros artículos anteriores estuvimos más serios de lo que nunca nos habíamos propuesto, no entraremos ahora en largas y profundas investigaciones acerca de la historia de este pecado, por más que conozcamos que hay pecados que pican en historia, y que la historia de los pecados sería un tanto cuanto divertida. Convengamos solamente en que esta institución ha cerrado y cerrará las puertas del cielo a más de un cristiano. Estas reflexiones hacía yo casualmente no hace muchos días, cuando se presentó en mi casa un extranjero de estos que, en buena o en mala parte, han de tener siempre de nuestro país una idea exagerada e hiperbólica; de éstos que, o creen que los hombres aquí son todavía los espléndidos, francos, generosos y caballerescos seres de hace dos siglos, o que son aún las tribus nómadas del otro lado del Atlante: en el primer caso vienen imaginando que nuestro carácter se conserva tan intacto como [nuestras ruinas] nuestra ruina; en el segundo vienen temblando por esos caminos, y preguntan si son los ladrones que los han de despojar los individuos de algún cuerpo de guardia establecido precisamente para defenderlos de los azares de un camino, comunes a todos los países.
Verdad es que nuestro país no es de aquellos que se conocen a primera ni a segunda vista, y si no temiéramos que nos llamasen atrevidos, lo [comparáramos] compararíamos de buena gana a esos juegos de manos sorprendentes e inescrutables para el que ignora su artificio, que estribando en una grandísima bagatela, suelen después de sabidos dejar asombrado de su poca perspicacia al mismo que se devanó los sesos por buscarles causas extrañas. Muchas veces la falta de una causa determinante en las cosas nos hace creer que debe de haberlas profundas para mantenerlas al abrigo de nuestra penetración. Tal es el orgullo del hombre, que más quiere declarar en alta voz que las cosas son incomprensibles cuando no las comprende él, que confesar que el ignorarlas puede depender de su torpeza.
Esto no obstante, como quiera que entre nosotros mismos se hallen muchos en esta ignorancia de los verdaderos resortes que nos mueven, no tendremos derecho para extrañar que los extranjeros no los puedan tan fácilmente penetrar.
Un extranjero de éstos fué el que se presentó en mi casa, provisto de competentes cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus cuantiosos caudales en tal cual especulación industrial o mercantil, eran los motivos que a nuestra patria le conducían.
Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, me aseguró formalmente que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba pronto objeto seguro en que invertir su capital. Parecióme el extranjero digno de alguna consideración, trabé presto amistad con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Admiróle la proposición, y fué preciso explicarme más claro.
--Mirad --le dije--, monsieur Sans-délai, que así se llamaba; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.
--Ciertamente --me contestó--. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizados en debida forma; y como será una cosa clara y de justicia innegable (pues sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo que hay que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los quince, cinco días.

Al llegar aquí monsieur Sans-délai, traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna jovialidad, no fué bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.
--Permitidme, monsieur Sans-délai --le dije entre socarrón y formal--, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses de estancia en Madrid.
--¿Cómo?
--Dentro de quince meses estáis aquí todavía.
--¿Os burláis?
--No por cierto.
--¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!
--Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.
--¡Oh!, los españoles que han viajado por el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal [siempre] de su país por hacerse superiores a sus compatriotas.
--Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis.
--¡Hipérboles! Yo les comunicaré a todos mi actividad.
--Todos os comunicarán su inercia.

Conocí que no estaba el señor de Sans-délai muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, bien seguro de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí.
Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido; encontrámosle por fin, y el buen señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días: fuimos.
--Vuelva usted mañana --nos respondió la criada--, porque el señor no se ha levantado todavía.
--Vuelva usted mañana --nos dijo al siguiente día--, porque el amo acaba de salir.
--Vuelva usted mañana --nos respondió al otro--, porque el amo está durmiendo la siesta.
--Vuelva usted mañana --nos respondió el lunes siguiente--, porque hoy ha ido a los toros.
--¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y Vuelva usted mañana --nos dijo--, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio.

A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido Díez, y él había entendido Díaz y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos.
Es claro que faltando este principio no tuvieron lugar las reclamaciones.
Para las proposiciones que acerca de varios establecimientos y empresas utilísimas pensaba hacer, había sido preciso buscar un traductor; por los mismos pasos que el genealogista nos hizo pasar el traductor; de mañana en mañana nos llevó hasta el fin del mes. Averiguamos que necesitaba dinero diariamente para comer, con la mayor urgencia; sin embargo, nunca encontraba momento oportuno para trabajar. El escribiente hizo después otro tanto con las copias, sobre llenarlas de mentiras, porque un escribiente que sepa escribir no le hay en este país.
No paró aquí; un sastre tardó veinte días en hacerle un frac, que le había mandado llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le obligó con su tardanza a comprar botas hechas; la planchadora necesitó quince días para plancharle una camisola; y el sombrerero, a quien le había enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos días con la cabeza al aire y sin salir de casa.
Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando faltaban, ni respondían a sus esquelas. ¡Qué formalidad y qué exactitud!
--¿Qué os parece de esta tierra, monsieur Sans-délai? --le dije al llegar a estas pruebas.
--Me parece que son hombres singulares...
--Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca.

Presentóse con todo, yendo y viniendo días, una proposición de mejoras para un ramo que no citaré, quedando recomendada eficacísimamente.
A los cuatro días volvimos a saber el éxito de nuestra pretensión.
--Vuelva usted mañana --nos dijo el portero--. El oficial de la mesa no ha venido hoy.
--Grande causa le habrá detenido --dije yo entre mí. Fuímonos a dar un paseo, y nos encontramos, ¡qué casualidad! al oficial de la mesa en el Retiro, ocupadísimo en dar una vuelta con su señora al hermoso sol de los inviernos claros de Madrid.

Martes era el día siguiente, y nos dijo el portero:
--Vuelva usted mañana, porque el señor oficial de la mesa no da audiencia hoy.
--Grandes negocios habrán cargado sobre él--, dije yo.

Como soy el diablo y aun he sido duende, busqué ocasión de echar una ojeada por el agujero de una cerradura. Su señoría estaba echando un cigarrito al brasero, y con una charada del Correo entre manos que le debía costar trabajo [acertar] el acertar.
--Es imposible verle hoy --le dije a mi compañero--; su señoría está, en efecto, ocupadísimo.
Diónos audiencia el miércoles inmediato, y ¡qué fatalidad! el expediente había pasado a informe, por desgracia, a la única persona enemiga indispensable de monsieur y [su plan] de su plan, porque era quien debía salir en él perjudicado. Vivió el expediente dos meses en informe, y vino tan informado como era de esperar. Verdad es que nosotros no habíamos podido encontrar empeño para una persona muy amiga del informante. Esta persona tenía unos ojos muy hermosos, los cuales sin duda alguna le hubieran convencido en sus ratos perdidos de la justicia de nuestra causa.
Vuelto de informe, se cayó en la cuenta en la sección de nuestra bendita oficina de que el tal expediente no correspondía a aquel ramo; era preciso rectificar este pequeño error; pasóse al ramo, establecimiento y mesa correspondiente, y hétenos caminando después de tres meses a la cola siempre de nuestro expediente, como hurón que busca el conejo, y sin poderlo sacar muerto ni vivo de la huronera. Fué el caso al llegar aquí que el expediente salió del primer establecimiento y nunca llegó al otro.
--De aquí se remitió con fecha de tantos --decían en uno.
--Aquí no ha llegado nada --decían en otro.
--¡Voto va! --dije yo a monsieur Sans-délai-- ¿sabéis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el alma de Garibay, y que debe de estar ahora posado como una paloma sobre algún tejado de esta activa población?

Hubo que hacer otro. ¡Vuelta a los empeños! ¡Vuelta a la prisa! ¡Qué delirio!
--Es indispensable --dijo el oficial con voz campanuda--, que esas cosas vayan por sus trámites regulares.
Es decir, que el toque estaba, como el toque del ejercicio militar, en llevar nuestro expediente tantos o cuantos años de servicio.
Por último, después de cerca de medio año de subir y bajar, y estar a la firma o al informe, o a la aprobación, o al despacho, o debajo de la mesa, y de volver siempre mañana, salió con una notita al margen que decía: "A pesar de la justicia y utilidad del plan del exponente, negado".
--¡Ah, ah, monsieur Sans-délai! --exclamé riéndome a carcajadas--; éste es nuestro negocio.
Pero monsieur Sans-délai se daba a todos los oficinistas, que es como si dijéramos a todos los diablos.
--¿Para esto he echado yo viaje tan largo? ¿Después de seis meses no habré conseguido sino que me digan en todas partes diariamente: Vuelva usted mañana? ¿Y cuando este dichoso mañana llega, en fin, nos dicen redondamente que no? ¿Y vengo a darles dinero? ¿Y vengo a hacerles favor? Preciso es que la intriga más enredada se haya fraguado para oponerse a nuestras miras.
--¿Intriga, monsieur Sans-délai? No hay hombre capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la verdadera intriga; os juro que no hay otra; ésa es la gran causa oculta: es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.

Al llegar aquí, no quiero pasar en silencio algunas razones de las que me dieron para la anterior negativa, aunque sea una pequeña digresión.
--Ese hombre se va a perder --me decía un personaje muy grave y muy patriótico.
--Esa no es una razón --le repuse--; si él se arruina, nada, nada se habrá perdido en concederle lo que pide; él llevará el castigo de su osadía o de su ignorancia.
--¿Cómo ha de salir con su intención?
--Y suponga usted que quiere tirar su dinero y perderse; ¿no puede uno aquí morirse siquiera, sin tener un empeño para el oficial de la mesa?
--Puede perjudicar a los que hasta ahora han hecho de otra manera eso mismo que ese señor extranjero quiere [hacer].
--¿A los que lo han hecho de otra manera, es decir, peor?
--Sí, pero lo han hecho.
--Sería lástima que se acabara el modo de hacer mal las cosas. Conque, porque siempre se han hecho las cosas del modo peor posible, ¿será preciso tener consideraciones con los perpetuadores del mal? Antes se debiera mirar si podrían perjudicar los antiguos al moderno.
--Así está establecido; así se ha hecho hasta aquí; así lo seguiremos haciendo.
--Por esa razón deberían darle a usted papilla todavía como cuando nació.
--En fin, señor [Bachiller] Fígaro, es un extranjero.
--¿Y por qué no lo hacen los naturales del país?
--Con esas socaliñas vienen a sacarnos la sangre.
--Señor mío --exclamé, sin llevar más adelante mi paciencia--, está usted en un error harto general. Usted es como muchos que tienen la diabólica manía de empezar siempre por poner obstáculos a todo lo bueno, y el que pueda que los venza. Aquí tenemos el loco orgullo de no saber nada, de quererlo adivinar todo y no reconocer maestros. Las naciones que han tenido, ya que no el saber, deseos de él, no han encontrado otro remedio que el de recurrir a los que sabían más que ellas.

Un extranjero --seguí --que corre a un país que le es desconocido, para arriesgar en él sus caudales, pone en circulación un capital nuevo, contribuye a la sociedad, a quien hace un inmenso beneficio con su talento y su dinero. Si pierde, es un héroe; si gana, es muy justo que logre el premio de su trabajo, pues nos proporciona ventajas que no podíamos acarrearnos solos. Ese extranjero que se establece en este país, no viene a sacar de él el dinero, como usted supone; necesariamente se establece y se arraiga en él, y a la vuelta de media docena de años, ni es extranjero ya, ni puede serlo; sus más caros intereses y su familia le ligan al nuevo país que ha adoptado; toma cariño al suelo donde ha hecho su fortuna, al pueblo donde ha escogido una compañera; sus hijos son españoles, y sus nietos lo serán; en vez de extraer el dinero, ha venido a dejar un capital suyo que traía, invirtiéndole y haciéndole producir; ha dejado otro capital de talento, que vale por lo menos tanto como el del dinero; ha dado de comer a los pocos o muchos naturales de quien ha tenido necesariamente que valerse; ha hecho una mejora, y hasta ha contribuído al aumento de la población con su nueva familia. Convencidos de estas importantes verdades, todos los gobiernos sabios y prudentes han llamado a sí a los extranjeros: a su grande hospitalidad ha debido siempre la Francia su alto grado de esplendor; a los extranjeros de todo el mundo que ha llamado la Rusia, ha debido el llegar a ser una de las primeras naciones en muchísimo menos tiempo que el que han tardado otras en llegar a ser las últimas; a los extranjeros han debido los Estados Unidos... Pero veo por sus gestos de usted --concluí interrumpiéndome oportunamente a mí mismo-- que es muy difícil convencer al que está persuadido de que no se debe convencer. ¡Por cierto, si usted mandara, podríamos fundar en usted grandes esperanzas! [La fortuna es que hay hombres que mandan más ilustrados que usted, que desean el bien de su país, y dicen: "Hágase el milagro y hágalo el diablo." Con el Gobierno que en el día tenemos, no estamos ya en el caso de sucumbir a los ignorantes o a los malintencionados, y quizá ahora se logre que las cosas vayan a mejor, aunque despacio, mal que les pese a los batuecos.]
Concluída esta filípica, fuíme en busca de mi Sans-délai.
--Me marcho, señor [Bachiller] Fígaro--me dijo--. En este país no hay tiempo para hacer nada; sólo me limitaré a ver lo que haya en la capital de más notable.
--¡Ay! mi amigo --le dije--, idos en paz, y no queráis acabar con vuestra poca paciencia; mirad que la mayor parte de nuestras cosas no se ven.
--¿Es posible?
--¿Nunca me habéis de creer? Acordáos de los quince días...

Un gesto de monsieur Sans-délai me indicó que no le había gustado el recuerdo.
--Vuelva usted mañana--nos decían en todas partes--, porque hoy no se ve.
--Ponga usted un memorialito para que le den a usted permiso especial.

Era cosa de ver la cara de mi amigo al oír lo del memorialito: representábasele en la imaginación el informe, y el empeño, y los seis meses, y... Contentóse con decir: --Soy [un] extranjero--. ¡Buena recomendación entre los amables compatriotas míos!
Aturdíase mi amigo cada vez más, y cada vez nos comprendía menos. Días y días tardamos en ver [a fuerza de esquelas y de volver] las pocas rarezas que tenemos guardadas. Finalmente, después de medio año largo, si es que puede haber un medio año más largo que otro, se restituyó mi recomendado a su patria maldiciendo de esta tierra, y dándome la razón que yo ya antes me tenía, y llevando al extranjero noticias excelentes de [las] nuestras costumbres [de nuestros batuecos]; diciendo, sobre todo, que en seis meses no había podido hacer otra cosa sino volver siempre mañana, y que a la vuelta de tanto mañana, eternamente futuro, lo mejor, o más bien lo único que había podido hacer bueno, había sido marcharse.
¿Tendrá razón, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto que estoy escribiendo), tendrá razón el buen monsieur Sans-délai en hablar mal de nosotros y de nuestra pereza? ¿Será cosa de que vuelva el día de mañana con gusto a visitar nuestros hogares? Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo y pereza de abrir los ojos para hojear [los pocos folletos] que tengo que darte [ya], te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas, perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que pueda hacer hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta; que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fué de pereza. Y concluyo por hoy confesándote que ha más de tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, que llamé: Vuelva usted mañana; que todas las noches y muchas tardes he querido durante ese tiempo escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz diciéndome a mí mismo con la más pueril credulidad en mis propias resoluciones: ¡Eh, mañana le escribiré! Da gracias a que llegó por fin este mañana, que no es del todo malo; pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás!
(El Pobrecito Hablador, enero de 1833)

miércoles, 9 de abril de 2014

¿Sabías que... un 9 de abril

 de 1618 nació Agustín Moreto, dramaturgo español, autor de "El lindo Don Diego", crítica a la cursilería?

 También en esta fecha:

 - de 1878, nace Enrique de Mesa, poeta español destacado por su recopilación del "Cancionero castellano".

 - de 1936 fallece Francisco Villaespesa, poeta español, almeriense, con una amplia producción literaria. Destacamos la antología "Mis mejores cuentos". Una muestra:

- Caperucita, la más pequeña
de mis amigas, ¿en dónde está?
- Al viejo bosque se fue por leña,
por leña seca para amasar.
- Caperucita, dí, ¿no ha venido?
¿cómo tan tarde no regresó?
-Tras ella todos al bosque han ido
pero ninguno se la encontró.
- Decidme niñas, ¿qué es lo que pasa?
¿qué mala nueva llegó a la casa?
¿por qué esos llantos? ¿por qué esos gritos?
¿Caperucita no regresó?
- Sólo trajeron sus zapatitos
¡Dicen que el lobo se la comió!

miércoles, 2 de abril de 2014

¿Sabías que... un 1 de abril


es el Día de las bromas de abril, similar a nuestro Día de los Inocentes, y también es el día de la Diversión en el Trabajo. ?

- de 1593 (principios de abril) nació Juan Rana, (Cosme Pérez) afamado actor cómico español del Siglo de Oro, tan gracioso como deforme. Fue tan apreciado que quizás a él se deba la expresión "me salió rana" como veremos en la sección de refranes comentados.

- de 2003, falleció Mario López, poeta y pintor español, cordobés, fundador de la revista del Grupo Cántico. Autor de las antologías Córdoba en la poesía (1979) y Fuentes de Córdoba (1987).

miércoles, 22 de mayo de 2013

Expresiones comentadas: "Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita"

Dado que hoy se conmemora en el santoral católico a Santa Rita de Casia, renuevo la explicación de este dicho tan conocido.

  .*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
Frase usada principalmente en el ámbito infantil y juvenil, esta sentencia - recitada en son de cantinela- se usa cuando alguien reclama algo que no se piensa devolver.

 Sabemos que el santoral y personajes bíblicos son muy citados en nuestro refranero. En este caso se nos cuenta que la santa en cuestión, Santa Rita de Cascia, abogada de los imposibles, fue recriminada así por una muchacha que le pedía novio. Al parecer hubo pretendiente, pero desapareció pronto.

 Así pues, podemos escuchar esta recriminación (claramente opuesta a la más resignada - atribuida al paciente Job- : él (el Señor) me lo dio, él me lo quitó...) cuando se reclama la devolución de aquello que hemos dado o prestado.

Tengamos en cuenta también, con relación a esto de los regalos y préstamos, que el refranero nos avisa: "lo olvidado, ni agradecido ni pagado"; por tanto, cuando nos sintamos generosos, mejor no esperar nada a cambio "haciendo el bien, sin mirar a quién". Seguro que nos llevaremos así menos decepciones.
   
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domingo, 19 de mayo de 2013

Salón de lectura.- "Lágrimas en la lluvia" de Rosa Montero.

Soy una lectora empedernida y bastante anárquica. Cuando me decido por un libro -hablo de mis lecturas nocturnas, de entretenimiento, tumbada en la cama antes de dormir- me dejo llevar por autores, pero no los leo compulsivamente, quiero decir que no leo todo lo que caiga en mis manos de un mismo autor... Una vez que lo conozco, lo dosifico y me acerco a su obra por lo que los títulos me dicen (normalmente nunca leo las críticas, sino que prefiero acercarme por intuición, sin saber qué me voy a encontrar, sólo por acercarme de nuevo a ese autor-a);  y así ha sido esta vez con Rosa Montero.

Terminé el libro anoche y repito lo que escribí en un microrrelato: Rosa dejó de hablarme. Deseaba sus palabras, quería más… Inaceptable, injusto abandonarme así. Pero hube de cerrar el libro.

Acabo de escuchar a la propia Rosa en varios vídeos del 2011 (YouTube) hablando de "su" Bruna Husky (siempre dice "mi" Bruna). Antes de escribir esta crónica quería conocer su visión: contrastar qué quiere decir el autor cuando escribe y qué percibe el lector cuando se acerca al escrito. Y, ahora sí, indagar en las críticas. Me entusiasma ver cómo el acto de la lectura hace una obra inmortal, capaz de decir mucho y diferente a cada lector.

Pues bien: aparte de conocer a Rosa por sus artículos, me acerqué a ella como lectora por primera vez hace años con "La loca de la casa" y me encantó esa frescura y espontaneidad que quiero para mí en lo que escribo, aunque no acierte con el "quid" que convierte lo narrado en oscuro objeto de deseo para el lector general. Supongo que me falta la garra que ella transmite... En fin, dejo de divagar.

Año 2109, Madrid, Estados Unidos de la Tierra, una replicante (rep), un ser artificial más humano que muchos humanos. Una obsesión: saber que sus días están contados y conocer, además, la terrible muerte que le espera, el TTT. Un destino: ser rep de combate. Una naturaleza: conocer que sus recuerdos, su memoria, son ajenos, implantados para darle una personalidad, una razón de ser, que sabe positivamente falsos, y una realidad: su combate no es contra otros, sino contra ella misma, contra su condición, su destino y sobre todo, con la levedad del ser que marca su tiempo, su trayectoria vital inevitable, inexorablemente, sin que pueda hacer nada por cambiarlo.

Entre tanto, una sociedad, unos amigos, unas circunstancias y una lucha: la vida. Cómo, a pesar de saber que nuestros días están contados, la despilfarramos agobiándonos, aferrándonos a unos recuerdos falsos, a unas certezas dudosas y a un dolor: la soledad, la ausencia. Y ante todo y sobre todo, la esperanza, que hace que valga la pena vivir, investigar, pelearse para desentrañar injusticias, rencores, prejuicios y fobias.

Eso es todo lo que he recibido de esta obra, ni más ni menos. A lo mejor no aporto mucho, pero no puedo decir más para -metafóricamente- no descubrir al asesino y romper la intriga. Pero eso sí: mi invitación a su lectura, que va más allá de una novela policíaca, que lo es; de una novela de ciencia ficción, que lo es, pero no (ya lo veréis, porque dice verdades como puños acerca de lo que nos espera tan solo 100 años después, a partir de lo que somos hoy); de una novela psicológica que indaga, araña y retuerce, que da en la llaga -aunque duela- sobre la condición humana. Todo eso es "Lágrimas en la lluvia", agua disuelta en el agua, que no se ve, pero que está ahí. Y una frase:

"Todo lo cual era muy doloroso pero también muy bello. Y la belleza era la eternidad."

Gracias, Rosa.

jueves, 16 de mayo de 2013

Día mundial del reciclaje

Es demasiado corriente (y egoísta) el que cuidemos menos lo que es de todos que nuestra propia casa, sin darnos cuenta de que nuestra casa está en una ciudad, región, país, continente y en EL MUNDO, en la Tierra, nuestra tierra a la que tanto daño hacemos por no tener en cuenta algo tan simple y que tan importante es en nuestro hogar: mantenerla LIMPIA.

¿Es que es tan difícil reciclar? Sí, puede ser un rollazo tener varias bolsas para separar papel y cartón en una, vidrios en otra, envases y tetrabricks en otra, y si rizamos el rizo ;) las pilas en una cajita de cartón, las medicinas caducadas en otra y el aceite usado en un envase con cierre. ¿Qué lío tanta bolsa, verdad? Pues puede que sí, pero querer es poder y a todo nos acostumbramos con solo proponérnoslo.

Luego, no echar cualquier cosa por los desagües que no sea lo natural; en la calle, usar las papeleras, no pisar ni dañar las plantas que tanto bien hacen contra la polución... Os aseguro que no es tanto si acostumbramos a nuestros niños desde pequeños.

Mejor prevenir que curar y no tener que escuchar un día a nuestros hijos diciéndonos algo como esto:

jueves, 2 de mayo de 2013

El libro espía.

O se está olvidando que el profesor debe fomentar la curiosidad del alumno para que éste investigue y descubra, y que el libro de texto es solo una herramienta más, o las Editoriales no quieren perder beneficios, que será lo más seguro.
 
Lo que me faltaba por leer: ¡Un libro espía! ¡Qué horror!
 
 Aunque partidaria 100% de las TIC en las aulas... En mi opinión, un buen profesor -sobre todo en los primeros cursos- puede que ni necesite libros de texto. Es lo que pienso.
 
Aquí podéis acceder al artículo:
 
 

domingo, 28 de abril de 2013

Las tecnologías, ayudando al profesor de alumnos con NEE


http://wwwhatsnew.com/2013/04/26/arasaac-imagenes-para-facilitar-la-comunicacion-con-alumnos-con-necesidades-especiales/

ARASAAC (catedu.es/arasaac/) es el Portal Aragonés de la Comunicación Aumentativa y Alternativa, una web que incluye, además de bastante información relacionada con la Comunicación Aumentativa y Alternativa, una enorme colección de imágenes y pictogramas que pueden ser usados con aquéllos que tienen algún tipo de necesidad especial en la comunicación.
En su web presentan el tema principal del proyecto, financiado por el Departamento de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón.

En el enlace se habla de una selección de pictogramas en color.

sábado, 27 de abril de 2013

Aprender las TICs en el cole

Me ha gustado este sitio y lo comparto:
http://creaconlaura.blogspot.com.es/2013/04/tynker-aprender-computacion-en-la.html

Tynker. Aprender computación en la escuela

Tynker es una nueva plataforma informática diseñada específicamente para enseñar a los niños el pensamiento computacional y conocimientos de programación de una manera divertida e imaginativa. El sistema alojado en la nube ya está disponible para los maestros y las escuelas.

Desarrolla las mismas habilidades que ayudan a los estudiantes a tener éxito en ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería: el pensamiento lógico, lineal, la planificación y la organización, resolución de problemas, la modelización y mucho más.

Flexibilidad de integración de Tynker en el plan de estudios. Con todas las funciones entorno de programación visual, una función de tutor, la gestión del aula, la evaluación de los estudiantes y planes de estudio para todos los grados hacen Tynker una solución completa para los educadores.

miércoles, 17 de abril de 2013

Refrán en mano - "Tomar cartas en el asunto"

 Dado que un documento escrito tiene mucha mayor relevancia que cualquier conversación coloquial, oral (recordemos el dicho "Las palabras se las lleva el viento"), y teniendo en cuenta que es habitual pedir demostración escrita ante cualquier reclamación para verificar que lo que se dice es cierto, la expresión que nos ocupa se utiliza para indicar que alguien toma en serio un asunto y se ocupa en solucionarlo con todos los medios a su alcance.
    Ante la imposibilidad de un acuerdo entre los dos vecinos, el alcalde tomó cartas en el asunto.

    Esta frase que puede servir de ejemplo, nos indica también que en estos casos lo que era algo privado pasa a terreno más general o público.

   En conclusión: estas cartas no son las de la baraja, que sí tienen relación con frases como  "tener carta blanca" (1), "jugar bien sus cartas" o "poner las cartas boca arriba", sino los papeles o documentos que convierten en oficial cualquier reclamación o disputa; como sucede también con otras expresiones como "cartas de ciudadanía o de naturaleza" (2), carta de pago, carta magna,  "a carta cabal" (3),  etc.

   Pero también tenemos que tener en cuenta el terreno de la cartografía , es decir, la elaboración de mapas (cartas astrales, cartas de marear o de navegar, etc.) que puede ser el verdadero origen del término, ya que era habitual en épocas de conquista de nuevos territorios o  de reconquista, que provocaban la expulsión de los antiguos habitantes de los mismos,  repoblarlos con colonos a los que se les daba en propiedad o usufructo unos terrenos. Ante la habitual pendencia entre colonos por el límite de sus parcelas, se hacía necesario tomar las cartas, recurrir a los mapas, para terminar con la discusión.

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(1) ( http://rae.es  ) 1. f. La que se da a una autoridad para que obre discrecionalmente. 3. f. coloq. manos libres ( facultad amplia que se da en un negocio).
(2) 1. f. Der. Concesión discrecional a un extranjero de la nacionalidad de un país sin necesidad de requisitos determinados.
(3) 1. loc. adj. Intachable, completo. Hombre de bien, mujer honrada, a carta cabal.
 
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!  http://educacion-ne.es/refranes.htm

lunes, 25 de marzo de 2013

Refranes comentados: 78 - Ser (algo) de juzgado de guardia

Empecemos por lo más obvio:

 ¿Qué es un juzgado de guardia?

Pues como las farmacias de guardia, por ejemplo, se trata de un departamento judicial abierto permanentemente (pero sobre todo utilizado en horas en que los demás departamentos judiciales están cerrados) que recibe los procesos correspondientes a los atestados, denuncias y querellas que se presenten durante el tiempo de guardia, la realización de las primeras diligencias de instrucción criminal que resulten procedentes, entre ellas las medidas cautelares de protección a la víctima, la adopción de las resoluciones oportunas acerca de la situación personal de quienes sean conducidos como detenidos.

En cada distrito judicial, las normas generales determinarán el órgano judicial al que corresponderá el conocimiento de los asuntos que ingresen a través del servicio de guardia.

La regularización de la situación personal de quienes sean detenidos por su presunta participación en delitos de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer y la resolución de las solicitudes de adopción de las órdenes de protección de las víctimas de éstos.

Como se deduce fácilmente, ahí llega de todo: desde denuncias entre vecinos, peleas de borrachos, alteraciones del orden público de todo tipo (robos, escándalos, música demasiado alta...) hasta hechos mucho más serios como maltrato, accidentes de tráfico, apuñalamientos, etc.

La denuncia llega a la policía, que procede al arresto si así es considerado conveniente y traslada al presunto delincuente al juez para que tome las medidas oportunas, pues no pueden decidir actuaciones de ningún tipo sin que un juez lo decrete. Esto puede ser un simple arresto para que el borracho "duerma la mona" esa noche, por ejemplo, hasta prisión provisional mientras se juzga por la vía ordinaria si el delito es mayor.

La explicación.-

En fin, al pobre juzgado de guardia le viene de todo, por lo que no es difícil imaginarse que puede ser una locura para los que tienen que atenderlo... así que de ahí viene el dicho: porque cuando algo es de juzgado de guardia quiere decirse que es un sinsentido (1), algo que no tiene ni pies ni cabeza y necesita de una llamada de atención.

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Según http://rae.es

Sinsentido (se escribe junto)
1. m. Cosa absurda y que no tiene explicación.

jueves, 21 de marzo de 2013

Refranes comentados: 77.- "Poner la mano en el fuego"

Se usa esta expresión cuando se quiere defender algo o a alguien con toda energía, con plena seguridad de llevar razón.

Viene esta expresión de nuestra Edad Media y -cómo no- de la Inquisición. Si alguien acusado quería demostrar su inocencia debía pasar "la prueba del fuego" sin quemarse, porque la Providencia le protegería.

Más tarde, Mucio Escévola (el manco) fue quien dio realmente origen a la frase, ya que para demostrar que no temía nada puso su mano en el fuego. Se quemó y perdió la mano, pero consiguió que los enemigos de su pueblo se retiraran temiendo el valor temerario de éste y los demás jóvenes romanos que, según él, irían contra ellos.

Esos jóvenes no existían... de ahí que la frase haya quedado como "No pongas la mano en el fuego por nadie: te acabarás quemando".

¿Cuántos casos tenemos hoy en día de personas en los que hemos puesto nuestra confianza, en los que creíamos, y nos han llevado a donde estamos?

Ver más: http://etimologias.dechile.net/Expresiones/?Poner-la-mano-en-el-fuego

martes, 12 de marzo de 2013

Refranes comentados.- 75- ¡Que viene el coco!


" ¡Que viene el coco! "

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mariannavarro.net.Refranes
Quien más, quién menos , muchos de nosotros hemos dormido con esta nana:
Duérmete niño, duérmete ya, que viene el Coco y te comerá... o
Duérmete, niño, que viene el Coco, y se come a los niños que duermen poco.

Tal vez sea porque esa amenaza nunca se cumplió, aprendimos a no temerle; por lo que cuando alguien es temeroso y ve obstáculos por todas partes, un humorístico ¡Uh, que viene el Coco!  suele servir de conclusión entre risas para hacerle ver que son sus miedos y no la realidad los que presentan los problemas.


 Se trata de fantasmas o amenazas infantiles como la de el hombre del saco, o el sacamantecas, relacionados con ciertos sucesos macabros de rapto y muerte de niños, que aprendimos a respetar, pero no a temer, enseñándonos que no toda la gente es buena y que no hay que confiar en extraños.

Aunque suene muy parecido, nada tiene que ver con el "¡Que viene el lobo!" , famoso cuento probablemente conocido por todos, en el que el pastorcillo asusta a sus vecinos con la falsa amenaza hasta que un día, gritándolo por ser cierto, nadie acude en su ayuda.

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 Tratándose de literatura infantil, es incuestionable mencionar a la genial escritora "Gloria Fuertes", que usa esta amenaza mediante  un original juego de palabras en la Nana al niño que nació muerto, recogida en sus "Obras incompletas".

Original persona pequeñita
que al contrario de todos
no has nacido.
Vívete niño vívete
que viene el Coco
y se lleva a los niños
que viven poco.
Late un momento rey
-la madre dice-
deja que me dé tiempo
a que te bautice.
Te iba a poner Tomás,
y ya te vas.
¿Para qué habrás venido
sin más ni más?
¡Qué frío tienes hijo
sin un temblor,
creo que dentro estabas
mucho mejor!
-en el lago de llanto
de tu madre
jugabas en la orilla...-
¡Que el demonio se lleve
tu canastilla!

-Tiene ojos de listo,
es un pequeño sabio,
-y otra vecina dijo:
de buena se ha librado.
Pequeño criminal
dulce adversario
-sin nacer ni morir
a tu madre has matado-,
mientras tú,
mi niño diferente
ni blanco ni negro
mientras tú
échate un sueño largo
mi niño azul.

 

Quizás, además de comentarlo como poema, sería interesante el estudio de expresiones como "venir sin más ni más", " ¡que el demonio (diablo) se (te) lleve!" "librarse de una buena"...

lunes, 4 de marzo de 2013

Programa de radio sobre la violencia en los adolescentes

Los padres, educadores y entorno social sufrimos y padecemos esta "edad del pavo" sin darnos cuenta de que los cambios hormonales, físicos e intelectuales que sufren nuestros niños en su transición a la etapa adulta provocan esa rebeldía, esa búsqueda de respuestas a interrogantes, de autoafirmación de su personalidad, tan importante para su futuro.

Tu programa sobre la violencia en los adolescentes abre mucho los ojos al respecto. ¡Estupendo, Víctor Guillermo Figueroa !

Pueden oírlo aquí:

 http://uniradio.ujaen.es/audio/download/PS_27-02-2013.mp3

lunes, 25 de febrero de 2013

¿Sabías que... un 25 de febrero

¿Sabías que... un 25 de febrero de 1983 falleció Tennessee Williams, dramaturgo estadounidense. Premio Pulitzer de Teatro por “La gata sobre el tejado de zinc caliente“ en 1955?
 
Otras obras reconocidas: “El zoo de cristal”, “La noche de la iguana”, “La rosa tatuada” y “Un tranvía llamado deseo" Premio Pulitzer de Teatro en 1948. Protagonizada en el cine por Marlon Brando.
 

viernes, 22 de febrero de 2013

Refranes comentados: 74.- "Sin ton ni son"

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   "Hacer las cosas sin ton ni son"
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Todos lo hemos oído o utilizado más de una vez, al igual que "sin orden ni concierto"...

 Y es que el origen es el mismo: la musicalidad y la compenetración necesaria en una orquesta para que suene con sentido.

gastar sin ton ni son
 
Ton, apócope de "tono" y son, de "sonido" nos recuerdan que hasta para comportarse hace falta ser consecuente, seguir unas pautas y no desbarrar (1).    Oímos también la de "baila al son que le tocan", que indica falta de personalidad, pero eso ya es harina de otro costal :)
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  (1) Según RAE.es:

desbarrar1. (Del ant. desbarar, disparatar).

1. intr. Deslizarse, escurrirse.

2. intr. Discurrir fuera de razón.

3. intr. Errar en lo que se dice o hace.

  

viernes, 1 de febrero de 2013

¿Sabías que... un 1 de Febrero

¿Sabías que... un 1 de febrero de 1916 nació Alonso Zamora Vicente, filólogo, dialectólogo, lexicógrafo, escritor y académico español. Discípulo del filólogo Tomás Navarro Tomás, compañero de Ramón Menéndez Pidal y Américo Castro, y amigo personal de Dámaso Alonso.
 Gran estudioso de Valle Inclán, destacan sus obras: "De Garcilaso a Valle-Inclán", "Estudios de dialectología hispánica", "Léxico rural asturiano: palabras y cosas de Libardón (Colunga)", "Manual de dialectología española".

En esta misma fecha de 1930 nació  María Elena Walsh, poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina, que ha sido considerada como «mito viviente, prócer cultural (y) blasón de casi todas las infancias» (Lennard, Patricio). Entre sus obras: Manuelita la tortuga (1998), Osías el osito (1998), El Mono Liso (1998) , El gato que pesca (1999), El show del perro salchicha (1999), La reina Batata (1999), Doña Disparate (2000) , El Romance Del Enamorado y La Muerte  (2000) y Hotel Pioho's Palace  (2002).

 También un día como hoy de 1917 nació José Luis Sampedro, escritor y economista español.
  XXIV Premio Internacional Menéndez Pelayo (2010). Orden de las Artes y las Letras de España por «su sobresaliente trayectoria literaria y por su pensamiento comprometido con los problemas de su tiempo». Y en 2011, Premio Nacional de las Letras Españolas.
Autor de, entre otras obras, “La sonrisa etrusca”, "El amante lesbiano", "El río que nos lleva" o "La vieja sirena".

 Coincide en esta fecha, en el 2001, el fallecimiento de Rafael Lapesa, lingüista español, miembro de la Real Academia de la Lengua.
Entre sus obras destacaríamos:
"Generaciones y semblanzas de claros varones y gentiles damas que ilustraron la filología hispánica de nuestro siglo" y "Estudios de morfosintaxis histórica del español".

miércoles, 30 de enero de 2013

¿Sabías que... un día como hoy

¿Sabías que... un 30 de enero de 1934 nació CLAUDIO RODRÍGUEZ, poeta español, miembro de la Real Academia Española (1987) y premio Príncipe de Asturias de las Letras 1993 ? 
Licenciado en Filología Románica en 1957 con una tesis sobre "El elemento mágico en las canciones infantiles de corro castellanas", bajo la dirección de Rafael de Balbín.  Obras destacadas: "Conjuros" y "Desde mis poemas" (recopilación de sus cuatro primeros libros).

 Integrado en la llamada "Generación de los 50", tuvo el apoyo de Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso.


viernes, 25 de enero de 2013

69.- "Santa Rita, Rita... lo que se da, no se quita"


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  Frase que era usada principalmente en el ámbito infantil y juvenil, esta sentencia - recitada en son de cantinela- se usa cuando alguien reclama algo que no se piensa devolver.

 Sabemos que el santoral y personajes bíblicos son muy citados en nuestro refranero. En este caso se nos cuenta que la santa en cuestión, Santa Rita de Cascia, abogada de los imposibles, fue recriminada así por una muchacha que le pedía novio. Al parecer hubo pretendiente, pero desapareció pronto.

 Así pues, podemos escuchar esta recriminación (claramente opuesta a la más resignada - atribuida al paciente Job- : él (el Señor) me lo dio, él me lo quitó...) cuando se reclama la devolución de aquello que hemos dado o prestado.
 
Tengamos en cuenta también, con relación a esto de los regalos y préstamos, que el refranero nos avisa: "lo olvidado, ni agradecido ni pagado"; por tanto, cuando nos sintamos generosos, mejor no esperar nada a cambio "haciendo el bien, sin mirar a quién". Seguro que nos llevaremos así menos decepciones.
   
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jueves, 24 de enero de 2013

68.- "Separar el grano de la paja"

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De nuevo las labores del campo sirven a nuestro refranero para darnos un consejo: aprender a distinguir la calidad de la menudencia (1) antes de tomar una decisión.
  
Esta labor, realizada tras la siega de los cereales espigados y granados, no es tan sencilla - o por lo menos no lo era antes de la llegada de las máquinas-, pues una vez cortada la mies, había que trillarla (2) o pisarla con animales para que las hojas y la caña se desmenuzasen dejando caer el grano. Como es lógico suponer, todo quedaba revuelto en un manto a lo largo del sembrado.
  
Aventando ese manto, es decir, lanzando al aire los montones, la paja vuela al menor soplo de aire y el grano cae.

Aunque tanto el grano como la paja son de utilidad, se trata de dar "a cada uno lo suyo" y emplearlo en lo que corresponde, descubriendo lo que realmente se esconde bajo las apariencias o seleccionando lo que más vale entre la mediocridad.
  
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(1).- menudencia:

1. f. Pequeñez de algo.

2. f. Exactitud, esmero y escrupulosidad con que se considera y reconoce algo, sin omitir lo más menudo y leve.

3. f. Cosa de poco aprecio y estimación

 
(2).- trillar:

1. tr. Quebrantar la mies tendida en la era, y separar el grano de la paja.