Una vez más nos encontramos con un refrán que aparentemente encierra una paradoja y puede tener varias interpretaciones, aunque la costumbre es entenderlo en su sentido literal y usarlo cuando se ve discutir a dos personas que se quieren.
Pero es que la palabra "reñir", además del significado negativo de pelearse ( aunque con una connotación suave, es decir, "sin llegar la sangre al río") se trata también de "ejecutar un desafío", con lo cual esta sentencia puede querernos decir:
- Que el pelearse o discutir en una pareja puede ser positivo (cosa lógica, ya que no tienen por qué pensar lo mismo aunque se afirme que "dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma opinión"), o bien
- Que los amores que cuesta trabajo conseguir son los que más se valoran.
Aunque en el momento de reflexionar sobre ello no esté muy segura de la verosimilitud de la primera interpretación, porque siempre se ha entendido que la convivencia de dos personas que riñen (discuten) a menudo puede resultar muy difícil, [también es verdad que sólo de ese modo se puede conocer la pareja y llegar a acuerdos que faciliten el que llegue un momento en que se entiendan tan solo con mirarse], sí estoy totalmente de acuerdo con la segunda interpretación: somos así, y lo que más cuesta es lo que más se valora (recordemos el dicho "lo que cuesta poco, se valora menos").
En todo caso, lo que sí está claro es que para que la vida en pareja fructifique y se consolide, es necesaria una gran dosis de comprensión y entendimiento; y eso solo se consigue abriéndose al otro-a, siendo cada uno sincero y fiel a sí mismo y, si es necesario, discutir para llegar a un acuerdo. ¿No os parece?
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Son muchos los poemas en los que el "mal de amores" aqueja al poeta y sufre por los desdenes de su amada. Cualquiera de ellos mostraría lo que entendemos por "amor reñido", por lo que traigo a vuestra memoria uno de ellos:
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
Gutierre de Cetina |
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" http://educacion-ne.es/refranes.htm
©"De abuelos a nietos". Mª A. Navarro