LLUVIA DE CUADRÁNTIDAS. Son visibles entre el 28 de diciembre y el 12 de enero.
Entre el 1 y el 5 de enero, ocurre una de las lluvias de estrellas más importantes de cada año: las Cuadrántidas. Esta puede alcanzar hasta 120 meteoros por hora. En este 2024, el pico del evento sucederá el día 4, y podrá apreciarse el esplendor del mismo en las horas previas al amanecer.(Fuente)
Autores del s.XX en las lenguas españolas (y Premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
Desde finales de 1976 trabaja para el diario El País, en el que fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980-1981, y lleva la columna semanal "Maneras de vivir" .
Su primer libro de ficción, la novela Crónica del desamor, apareció en 1979. En los años posteriores ha publicado una quincena de ellas, además de relatos y obras dirigidas a los niños.
Comentadas por mí, tras su lectura, están las novelas: Amado Amo (1988), El corazón del tártaro (2001), La hija del canibal (2003), Historia del Rey Transparente (2005), Instrucciones para salvar el mundo (2008), Lágrimas en la lluvia (2011), La ridícula idea de no volver a verte (2013) y El peso del corazón (2015).
Posteriormente ha publicado "Los tiempos del odio" (2018), continuación de la saga que protagoniza la 'rep' Bruna Husky (junto a "Lágrimas en la lluvia" y "El peso del corazón") y los relatos Hombres (y algunas mujeres) (2019). La buena suerte (2020). El peligro de estar cuerda (2022). La desconocida (
Ha recibido el Premio José Luis Sampedro 2016 por el conjunto de su obra.
En 2017 fue galardonada con el Premio Nacional de las Letras, concedido por el Ministerio de Cultura. También este año recibió el Premio a la Trayectoria Profesional, concedido por el Club Internacional de Prensa y el Premio Internacional de Periodismo Manuel Alcántara, Universidad de Málaga.
En el 2018 ha sido nombrada Profesora Honoraria del Departamento Académico de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y en el 2019 ha recibido el Premio Internacional de Periodismo Ciudad de Cáceres 2019, por el artículo Una ballena varada en una playa publicado en El País Semanal el 9 de diciembre de 2018, el Premi Llig Picanya 2019 a toda su trayectoria, el Premio Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras 2019, el Premio Leyenda 2019, otorgado por la Asociación de Librerías de Madrid, Premio a la solidaridad "Juan Antonio González Caraballo" 2020, Premio CEDRO 2020 por su compromiso permanente con la defensa de la cultura y la propiedad intelectual. Premio Iberoamericano ASICOM-Universidad de Oviedo 2022, Premio Festival Eñe 2022 y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2022.
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Con un ojo entusiasta y otro amedrentado...
(...)Y, aunque a estas alturas ya sé que la felicidad es sobre todo la ausencia de dolor, se me ocurren algunas cosas que me gustaría que sucedieran en los 12 meses venideros. Son deseos o propósitos modestos, personales, nada descomunal tipo la paz en el mundo o cosas así. He aquí unos cuantos.
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En noviembre de 2005 ingresa en la Academia Venezolana de la Lengua, ocupando el sillón V. Desde 1997 hasta 2010, escribió semanalmente una columna de opinión en el diario El Nacional.
Obtuvo el Premio Municipal de Literatura 1993 con la obra poética El abandono y la Vigilia.
El Gobierno de España lo condecoró, el 2007, con la Orden de Isabel La Católica en su grado de Comendador, siendo ésta la Orden más alta que puede recibir un extranjero en España.
Recopilación de su poesía es Obra Poética [1983-2004] (2004).
Entre sus ensayos: Puertas adentro (2007), Literatura venezolana del siglo XX (2009).
Literatura infantil y juvenil: ¿De dónde viene el chocolate? (1998), Me llamo Caroní y traigo un secreto (2004), Armando Reverón (2006).
seleccioné el programa B lento
para algodón, lino y cáñamo,
esperé la conclusión de los pasos de la máquina.
dispuse luego la secadora
en su programa rápido,
planché con atención todos los dobleces
como repasando su cuerpo entero con el hierro,
coloqué sus cosas blancas
en la misma maleta que trajo hace diez años.
Horas después apareció por la puerta,
le ofrecí las últimas palabras de mi amor
entregándole la ropa limpia en la maleta,
le dije adiós
para siempre. ('Servicio completo' y La petit mort)
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Al comienzo de la guerra civil huyó del territorio republicano a Francia, para luego entrar en la zona nacional y unirse al ejército de Franco. Pensó que cuando terminara la contienda alguien debería escribir por qué se produjo, en qué había consistido y cuales serían sus consecuencias. Concibió la trilogía, que luego sería tetralogía, con una singular perspectiva y un gran deseo de imparcialidad.
Tras la concesión del Premio Nadal por Un hombre (1946) advirtió que le faltaba formación intelectual, experiencia, madurez humana. Cerró la librería de lance que regentaba e impulsado por Magda, su esposa, se fueron a París. Allí aprendería lo que le hacía falta. Y allí podría escribir la primera parte de su trilogía sobre la guerra: Los cipreses creen en Dios (1953).
Imposible precisar el número total de víctimas habidas en los frentes y en la retaguardia.
Tampoco podía conjeturarse las que ocasionaría en lo sucesivo la represión iniciada por los vencedores —«¡esto clama al cielo!», seguía gritando mosén Alberto — ni la gente que moriría por haber contraído alguna enfermedad. Según cálculos del doctor Rosselló cabía presumir que, sólo de tuberculosis, sobre todo en la España que fue «roja», sucumbirían, a consecuencia del hambre sufrida, muchos millares de personas. ¡Oh, sí, la guerra era una amputación! Amputación de cuerpos y de almas. En efecto, el número de almas muertas en la vorágine era también muy elevado. Las de los que fueron asesinos. Las de quienes andaban repitiendo una y otra vez: «ni olvidaremos ni perdonaremos». España, de punta a cabo, de Galicia a Cataluña, de Bilbao a Tarifa, se había convertido en una inmensa fosa, sobre la que el cardenal Gomá podía trazar una definitiva cruz.
Materialmente, el desastre era también incalculable. Aparte la expoliación de las reservas de España y las deudas que satisfacer a Alemania e Italia, el país había quedado convertido en solar y se tardaría mucho tiempo en restablecer los medios de comunicación. Los trenes, despanzurrados; las carreteras, intransitables; los puentes, hundidos. Franco parecía dispuesto a adoptar como se adopta a un hijo, como los Alvear habían adoptado a Eloy, una lista de ciudades y pueblos que habían sido borrados del mapa, con la promesa de reconstruirlos «alegres y sonrientes»: Madrid, Brunete, Belchite, y tantos y tantos. Ahora bien ¿con qué medios se llevaría a cabo eso? (Fragmento de 'Ha estallado la paz')