Se conmemoran el Día Internacional del Orgullo LGTBI (o LGTBIQ = lesbiana, gay, trans, bisexual, intersexual y queer) y el Día internacional de la Diversidad Sexual.
Asimismo, cuando se hace publicación y ostentación de aquellos derechos básicos a la no discriminación por sexo, raza o religión, se ha hecho siempre -erróneamente, a nuestro entender-, como un "restregar por la cara", una provocación, un decir "esto es lo que hay, y si no te vale, puerta":
El ciudadano de a pie normalmente solo 'pelea' por el fútbol y no anda publicando sus gustos sexuales, religiosos o hasta políticos; eso queda para los de confianza. Estamos convencidos de que airear las etiquetas -como en todos los fundamentalismos- sólo sirve para dividir.
Hubo un tiempo en que una de las pocas cosas, quizá la única, que yo supiera de cierto era ésta: que me llamaba Matías Pascal.Y de ello me aprovechaba. Siempre que algún amigo o conocido mío daba muestras de haber perdido el bien de la inteligencia, hasta el punto de venir a pedirme consejo o indicación alguna, me encogía de hombros, entornaba los ojos y respondía:
—Yo me llamo Matías Pascal.
Alguno se dignará compadecerme —¡cuesta tan poco! — imaginándose el atroz sentimiento de un desventurado al cual le ocurra descubrir hasta cierto punto, que..., nada, en fin de cuentas, que ni padre, ni madre, ni cómo fue o cómo no fue; y se dignará también indignarse —lo cual cuesta todavía menos— de la corrupción de las costumbres, y de los vicios, y de la plaga de los tiempos, que tanto mal pueden ocasionar a un pobre inocente.
Que hagan lo que gusten. Mas es deber mío advertirles que no es ese mi caso, que no se trata precisamente de eso que se figuran. Podría exponer aquí, en un árbol genealógico, el origen y descendencia de mi familia, y demostrarles que no sólo he conocido a mis padres, sino también a mis antepasados y sus hazañas en un largo período de tiempo, no por cierto todas ellas verdaderamente laudables... (Inicio de "El difunto Matías Pascal")
Entre otras dedicatorias: Requiem (al pariente de su esposa, don Acacio) o Al Doctor Bejarano (al médico de la Zarza). Al nacer su primer hijo (1898) compone El Cristu benditu, primera de sus famosas Extremeñas en las que el empleo de la lengua vernácula, "el castúo", aroma y vivifica la musa del poeta.
Gabriel y Galán se inspira del "deje andaluz" de su admirado maestro Medina para comenzar a componer en este dialecto extremeño.
¡Jerramientas, que no quedi una!
¿Ya pa qué las quiero?
Si tuviá que ganalo pa ella,
¡cualisquiá me quitaba a mí eso!
Pero ya no quio vel esi sacho,
ni esas jocis clavás en el techo,
ni esa segureja
ni ese cacho e liendro...
¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto
si alguno de ésos
es osao de tocali a esa cama
ondi ella s'ha muerto:
la camita ondi yo la he querío
cuando dambos estábamos güenos;
la camita ondi yo la he cuidiau,
la camita ondi estuvo su cuerpo
cuatro mesis vivo
y una nochi muerto!
(Fragmento de EL EMBARGO)
He callado sintiendo el horror del combate,
el cañón que derrumba, la metralla que abate,
las espadas sangrantes en la siega feroz;
he callado sintiendo el temblor del espanto,
la tragedia del grito, el quejido del llanto…
porque todo se hacía en el nombre de Dios.
He mirado ciudades convertidas en llamas;
y entre escombros humeantes, muertos niños y ancianos,
en un bárbaro ataque sanguinario y atroz;
he mirado las cunas hechas pastos del fuego,
y he callado ante el loco, he callado ante el ciego…
porque todo se hacía en el nombre de Dios.
He sabido que el hambre hacía estragos tremendos,
que se han dado suplicios y castigos horrendos,
con el odio en el alma y el rugido en la voz;
y ante tanto hecho bárbaro, ante tanto delito,
he llorado de rabia, con dolor infinito,
¡porque todo se ha hecho en el nombre de Dios! ("Habla una voz").
A las seis de la tarde se levantó de la cama y se puso los zapatos y la corbata. En el baño se echó agua en la cara y se peinó el cabello corto y negro. No tenía por qué rasurarse; nunca había tenido mucha barba y una rasurada le duraba tres días. Se puso una poca de agua de colonia Yardley, volvió al cuarto y del buró sacó la cuarenta y cinco. Revisó que tuviera el cargador en su sitio y un cartucho en la recámara. La limpió cuidadosamente con una gamuza y se la acomodó en la funda que le colgaba del hombro. Luego tomó su navaja de resorte, comprobó que funcionaba bien y se la guardó en la bolsa del pantalón. Finalmente se puso el saco de gabardina beige y el sombrero de alas anchas. Ya vestido volvió al baño para verse al espejo. El saco era nuevo y el sastre había hecho un buen trabajo; casi no se notaba el bulto de la pistola bajo el brazo, sobre el corazón. Inconscientemente, mientras se veía en el espejo, acarició el sitio donde la llevaba. Sin ella se sentía desnudo. El Licenciado, en la cantina de La Ópera, comentó un día que ese sentimiento no era más que un complejo de inferioridad, pero el Licenciado, como siempre, estaba borracho y, de todos modos, ¡al diablo con el Licenciado! La pistola cuarenta y cinco era parte de él, de Filiberto García; tan parte de él como su nombre o como su pasado. ¡Pinche pasado! (Primeras líneas de "El complot mongol")
Si la muerte
me sorprende
lejos de tu vientre,
porque para vos
los tres seguimos en él,
si me sorprende
lejos de tus caricias
que tanto me hacen falta,
si la muerte
me abrazara fuerte
como recompensa
por haber querido
la libertad,
y tus abrazos entonces
sólo envuelven recuerdos,
llantos y consejos
que no quise seguir,
quisiera decirte mamá
que parte de lo que fui
lo vas a encontrar
en mis compañeros. (Fragmento de "Si la muerte me sorprende")
Tres novelas suyas —El entenado (1983), Glosa (1985) y La grande (2005)— figuran en la lista de los mejores 100 libros en lengua castellana de los últimos 25 años confeccionada en 2007 por 81 escritores y críticos latinoamericanos y españoles .
Su obra abarca doce novelas, cinco libros de cuentos, cuatro de ensayos y uno de poemas. La publicación de sus cuentos completos permitió incluir un sexto libro de relatos, armado para la ocasión con tres textos que habían aparecido en revistas o diarios y uno inédito.
Otras novelas: La ocasión (1987), Lo imborrable (1992), La pesquisa (1994) y Las nubes (1997).
De esas costas vacías me quedó sobre todo la abundancia de cielo. Más de una vez me sentí diminuto bajo ese azul dilatado: en la playa amarilla, éramos como hormigas en el centro de un desierto. Y si ahora que soy un viejo paso mis días en las ciudades, es porque en ellas la vida es horizontal, porque las ciudades disimulan el cielo. Allá, de noche, en cambio, dormíamos, a la intemperie, casi aplastados por las estrellas. Estaban como al alcance de la mano y eran grandes, innumerables, sin mucha negrura entre una y otra, casi chisporroteantes, como si el cielo hubiese sido la pared acribillada de un volcán en actividad que dejase entrever por sus orificios la incandescencia interna.
La orfandad me empujó a los puertos. El olor del mar y del cáñamo humedecido, las velas lentas y rígidas que se alejan y se aproximan, las conversaciones de viejos marineros, perfume múltiple de especias y amontonamiento de mercaderías, prostitutas, alcohol y capitanes, sonido y movimiento: todo eso me acunó, fue mi casa, me dio una educación y me ayudó a crecer, ocupando el lugar, hasta donde llega mi memoria, de un padre y una madre. Mandadero de putas y marinos, changador, durmiendo de tanto en tanto en casa de unos parientes pero la mayor parte del tiempo sobre las bolsas en los depósitos, fui dejando atrás, poco a poco, mi infancia, hasta que un día una de las putas pagó mis servicios con un acoplamiento gratuito —el primero, en mi caso- y un marino, de vuelta de un mandado, premió mi diligencia con un trago de alcohol, y de ese modo me hice, como se dice, hombre. (Inicio de "El entenado")
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El perpetuo exiliado (novela, 2016), Bloguerías : artículos literarios (2018), Quinteto de sicoseos : cuentos (2018), Gabriel(a), (novela, 2019)..
Yo no soy la voz de quienes hablan desde páramos en donde no he sufrido
a través de decires milenarios que mi torpe lengua
se niega a balbucir siquiera
Yo no soy la palabra que pretende apropiarse
de sufrimientos ajenos a mis privados llantos
ni de alegrías bailadas durante el Inti Raymi
ni de rituales de semillas domesticadas
que fecundan la tierra madre de espíritus
cuyo encanto intento descifrar en vano
No soy más que una voz perdida entre millones de voces si acaso
Finitud de vida y certezas puestas en el vaivén de la duda para siempre
Escribano incapaz de escuchar los murmullos de aquellos invocados. ("Crónica del mestizo y otros poemas")
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Residió un año en Roma, becado por el Ministerio de Asuntos exteriores con el objetivo de documentarse sobre los años italianos de Berlioz.
Es académico correspondiente de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes (Institución Fernán González) desde junio de 2008.
Sin ocultar su homosexualidad, apoya abiertamente distintas causas en favor de los reconocimientos plenos de este colectivo.
Últimas obras: El año del virus. Relatos en cuarentena.(Los libros de El Problema de Yorick, libro colectivo, 2020). Treno (ciclo de poemas, 2021), Alguien se despierta a medianoche (el libro de los profetas), (Cuentos. Ilustraciones: Miguel Navia, 2022), Ape Rotoma: Motivos para fumar (prólogo, 2023).
Su novela La inmortalidad del cangrejo (2013, con edición electrónica) figura en la lista de las mejores novelas gais de la literatura reciente española confeccionada por la revista Encubierta, junto con obras de Susana Hernández, Óscar Esquivias
(con quien comparte cumpleaños), Óscar Hernández Campano y Roberto Enríquez.
Hace tiempo que nos odiamos. Es mutuo, supongo. A él nunca le he gustado. La diferencia es que ahora, desde que mi madre no está, ya ni siquiera lo disimula. Yo tampoco lo hago, la verdad. Pero por lo menos intento controlarme. Sé que, a las malas, llevo las de perder, porque ser menor de edad limita mucho, así que me trago la rabia y me aguanto. Aunque controlarme me cuesta casi tanto como escribir en esta mierda. Una Olivetti que debería estar en un museo y que, sin embargo, mi padre me obliga a usar cada vez que tengo que entregar un trabajo de clase. Como el que supuestamente estoy escribiendo ahora.
Fue una escritora, periodista, feminista y activista cubana que incursionó en el cuento, ensayo y novela de tendencia feminista y confesional, aunque también abordó el lesbianismo como por ejemplo en la novela La vida manda de 1929. Es considerada como una de las más importantes reformistas sociales de Cuba.
Después de haber visto con dolor inmenso, cómo la política, que debía ser en poder de los grandes, arma educativa de los pueblos, había degenerado en su país en rapiña de mercaderes, bígamos de Verdad y Mentira; cómo los mismos que tiñeron las sabanas criollas del rojo que esparciera la sangre redentora, la tiñen ahora ¡maldición! con el rojo del oprobio y de la vergüenza, renunció asqueado, no a la lucha, pero, sí a los medios usados hasta entonces y que hubieran forzado torcidamente su voluntad. (Fragmento de "El triunfo de la débil presa")
Autor de las novelas El duelo (1951), Los Robinsones (1946, Faja de Honor de la SADE), Paño verde (1955), Las brújulas muertas (1960), Intemperie (1973) y Los atributos (su última novela, 1985).
Con el seudónimo de Roger Ivnnes escribió algunas novelas policiacas, entre las que destaca El llanto de Némesis (1975).
Como crítico de arte escribió, entre otras, las monografías Diderot y sus ideas sobre pintura (1943), La pintura pompeyana (1947) y Gambartes (1954).
Incursionó también en la dramaturgia. En este género su obra más importante fue Detrás del mueble (1942).
Es asimismo autor de un ensayo de crítica literaria (Proposiciones, 1969), y de un libro de poemas (Objetivaciones, 1982).
Escritor preocupado por lo social, su obra refleja los tipos urbanos argentinos de mediados del siglo XX bajo una mirada no exenta a veces de angustia existencial. Tanto por su temática social como por su preocupaciones literarias, su obra se relaciona con la de Ernesto Sábato.
“Avanzó hacia el norte, donde el declive del terreno soportaba la parte más siniestra, las villas miserias conocidas por la televisión y por el paisaje fugaz vislumbrados por las ventanillas de los micros y los ómnibus. Bordeó casuchas enquistadas en la tierra como costras o cuevas, techos con chapas de cinc inclinadas, muros de cartón prensado con grandes costras de alquitrán despegándose aquí y allá, latas planchadas y pintadas, paredes hechas con cajones, embalajes ligados quién sabe de dónde, inscripciones truncas en las tablas, made in, please, fra, el laberinto de las calles de tierra serpeando entre las manchas de negro, amarillo, rojo, recorridas por ráfagas de pilletes descalzos, uno rubio, cabeza rubia entre cabezas morenas de pelo lacio o áspero sobre las orejas, gritando. Juancitos Lagunas esperando los pinceles de Berni sin saberlo, Berni anda por ahí recogiendo alambres torcidos, recortes de hojalata afiligranados como puntillas plateadas, mujeres chillando, cantando, aparatos de radio, martillazos, misteriosos cuartos cerrados y silenciosos, palpitando allí siniestras historias de brigadas policiales en la noche, razzias de agentes con cascos de aceros y metralletas en la mano, el joven asesino pistolero de quince años cae bajo la ráfaga de ametralladora, el pequeño revólver calibre 22 en una mano llamando a mamá, todo ahora cándido y como perplejo bajo el sol del domingo.” (Fragmento de "Intemperie")
“Las señales” (1973), “Pintura ciega” (1982), “La otra lanza” (1983), “La última mejilla” (1988), “Tinta roja sobre tinta negra” (1997) y “Vieja pared” (1998).
A su fallecimiento, dejó incompleta la novela Alias Minotauro.
Tu mente en una caja de fósforos húmedos
o la canción de una radio a pilas
o el silbido
sobre todo en los sitios baldíos:
arbolito de algarrobas
casita de madera
latas vacías
y bosta de cabras
tus predicciones son las lluvias y la llegada de los trenes en la lluvia
el ciego indicio de las borracheras alerta alerta
hacia sido nomás cierto la Malinche se fue
lo presagiaba un hilo de baba al atardecer
sus bombachas flameando en la soga del patio
olor a lavandina “El Paraíso” sal gruesa y un paquete de velas
y el profeta sin poder dormir entre las sábanas húmedas
los mariquitas del pueblo matándose de risa
viendo jugar al mocoso
hablando por un teléfono de tarros de salsa hilo de volantín roto
tirúltimo tirúltimo alto escuadrón cubro pecho y espalda. (Fragmento de "Profeta de lo nimio")
Quero contarche meniña,baixiño,baixiño, Quiero contarte mi niña, bajito, bajito
todo o que meu cor por ti latexa. todo lo que hace latir mi corazón por ti
Non te separes de min, e escóitame ben No te separes de mi, y escúchame bien
que o meu amor se crave no teu cor sin pena. que mi amor se inserte en tu corazón sin pena.
Quero beilar no serán, toda a noite contigo, Quiero bailar en el "serán"* toda la noche contigo
e que un bico me des, cando a lua se esconda y que me des un beso cuando la luna se esconda
detras dos verducidos e longos piñeiros, detrás de los verdecidos y largos pinos,
e que teu peito se encha de tenrura pra min, y que tu pecho se ensanche de ternura hacia mí,
que eu sexa pra ti un amor verdadeiro. que yo sea para ti un amor verdadero.
No serán os dous, co calor do vran,a sombra da lúa En el "serán" los dos, con el calor del verano, a la
brincaremos o son do pandeiro, sombra de la luna brincaremos al son del pandeiro
e baixiño, baixiño direnche a saudade y bajito, bajito, te diré la añoranza
que eu sinto de ter un amor verdadeiro. que siento por tener un amor verdadero
(Traducción @Educ_neMarian. SAUDADE
*serán: fiesta popular con bailes, principalmente en Pontevedra)