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lunes, 27 de mayo de 2013

Refrán en mano - "Poner una pica en Flandes"

La expresión suele ser: es tan difícil como poner una pica en Flandes.

Buscamos la ayuda de nuestro amigo el Diccionario de la RAE, como suele ser habitual, y vemos:

pica .- (De picar).
1. f. Especie de lanza larga, compuesta de un asta con hierro pequeño y agudo en el extremo superior, que usaban los soldados de infantería.

Y sobre la expresión: poner una ~ en Flandes.
1. loc. verb. coloq. Ser mucha la dificultad para conseguir algo.

Bueno, ¿ya está dicho todo o vemos por qué era tan difícil?

¡Claro!, buceemos en la Historia...


http://www.grandesbatallas.es/
 El ejército de Flandes, organizado a partir de 1516 hasta 1713 para la defensa de los 17 territorios que conformaban los Países Bajos, estaba casi permanentemente en campaña. Además, para llegar hasta allí los soldados españoles recorrían el llamado Camino español, en barco desde Valencia o Barcelona hasta Sicilia o Nápoles y luego a pie hasta los pasos de los Alpes suizos, para seguir el curso del río Rin y llegar a Flandes.  (extracto del artículo en Wikipedia "Ejército de Flandes" )

Tiempo, dinero  y esfuerzo costaba el que un soldado pusiera su pica (lanza) en Flandes por lo que es fácil deducir el porqué se ha mantenido su uso en el habla coloquial.

Se trata, como veis, de una curiosa expresión más que muchas veces utilizamos sin tener en cuenta la raigambre(1) y solera(2) de su origen.

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(1). raigambre- Definición 2. f. Conjunto de antecedentes, intereses, hábitos o afectos que hacen firme y estable algo o que ligan a alguien a un sitio.
(2). solera.- Definición 8. f. Carácter tradicional de las cosas, usos, costumbres, etc.

  Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!  http://educacion-ne.es/refranes.htm

miércoles, 22 de mayo de 2013

Expresiones comentadas: "Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita"

Dado que hoy se conmemora en el santoral católico a Santa Rita de Casia, renuevo la explicación de este dicho tan conocido.

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Frase usada principalmente en el ámbito infantil y juvenil, esta sentencia - recitada en son de cantinela- se usa cuando alguien reclama algo que no se piensa devolver.

 Sabemos que el santoral y personajes bíblicos son muy citados en nuestro refranero. En este caso se nos cuenta que la santa en cuestión, Santa Rita de Cascia, abogada de los imposibles, fue recriminada así por una muchacha que le pedía novio. Al parecer hubo pretendiente, pero desapareció pronto.

 Así pues, podemos escuchar esta recriminación (claramente opuesta a la más resignada - atribuida al paciente Job- : él (el Señor) me lo dio, él me lo quitó...) cuando se reclama la devolución de aquello que hemos dado o prestado.

Tengamos en cuenta también, con relación a esto de los regalos y préstamos, que el refranero nos avisa: "lo olvidado, ni agradecido ni pagado"; por tanto, cuando nos sintamos generosos, mejor no esperar nada a cambio "haciendo el bien, sin mirar a quién". Seguro que nos llevaremos así menos decepciones.
   
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lunes, 20 de mayo de 2013

Refrán en mano - "¡Que hay ropa tendida!"

Ayer mismo recordamos esta expresión en un diálogo a raíz de esta foto del Madrid actual en el que aún lucen tendederos de pared a pared entre edificios vecinos.

Foto de Cheijob Acevedo Sangrone

Y es que precisamente de ahí viene esta expresión: En las corralas(1) de vecinos o patios comunes era difícil sustraerse a las miradas y a los oídos atentos. Todos sabían de todos. Así que había que "andar con mil ojos" (asegurarse bien) cuando se trataba de algo que no querían que se supiese, pues siempre estaba la hacendosa (2) vecina o vecinas dispuestas a tender, dar vuelta a la ropa, comprobar si estaba seca, o recogerla, "casualmente" en el momento en que había alguien o algo interesante que husmear o cotillear.

De ahí, aunque en distintas circunstancias, mantiene el mismo significado: no hablar delante de quien no interesa que oiga, sea por guardar un secreto, porque el tema no sea adecuado si hay niños, etc...

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Definiciones tomadas de la RAE:

(1) Corrala.- En Madrid especialmente, casa de vecindad antigua constituida por viviendas de reducidas dimensiones a las que se accede por puertas situadas en galerías o corredores que dan a un gran patio interior.

(2) Hacendosa.- Solícita y diligente en las faenas domésticas.

Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!  http://educacion-ne.es/refranes.htm

domingo, 19 de mayo de 2013

Salón de lectura.- "Lágrimas en la lluvia" de Rosa Montero.

Soy una lectora empedernida y bastante anárquica. Cuando me decido por un libro -hablo de mis lecturas nocturnas, de entretenimiento, tumbada en la cama antes de dormir- me dejo llevar por autores, pero no los leo compulsivamente, quiero decir que no leo todo lo que caiga en mis manos de un mismo autor... Una vez que lo conozco, lo dosifico y me acerco a su obra por lo que los títulos me dicen (normalmente nunca leo las críticas, sino que prefiero acercarme por intuición, sin saber qué me voy a encontrar, sólo por acercarme de nuevo a ese autor-a);  y así ha sido esta vez con Rosa Montero.

Terminé el libro anoche y repito lo que escribí en un microrrelato: Rosa dejó de hablarme. Deseaba sus palabras, quería más… Inaceptable, injusto abandonarme así. Pero hube de cerrar el libro.

Acabo de escuchar a la propia Rosa en varios vídeos del 2011 (YouTube) hablando de "su" Bruna Husky (siempre dice "mi" Bruna). Antes de escribir esta crónica quería conocer su visión: contrastar qué quiere decir el autor cuando escribe y qué percibe el lector cuando se acerca al escrito. Y, ahora sí, indagar en las críticas. Me entusiasma ver cómo el acto de la lectura hace una obra inmortal, capaz de decir mucho y diferente a cada lector.

Pues bien: aparte de conocer a Rosa por sus artículos, me acerqué a ella como lectora por primera vez hace años con "La loca de la casa" y me encantó esa frescura y espontaneidad que quiero para mí en lo que escribo, aunque no acierte con el "quid" que convierte lo narrado en oscuro objeto de deseo para el lector general. Supongo que me falta la garra que ella transmite... En fin, dejo de divagar.

Año 2109, Madrid, Estados Unidos de la Tierra, una replicante (rep), un ser artificial más humano que muchos humanos. Una obsesión: saber que sus días están contados y conocer, además, la terrible muerte que le espera, el TTT. Un destino: ser rep de combate. Una naturaleza: conocer que sus recuerdos, su memoria, son ajenos, implantados para darle una personalidad, una razón de ser, que sabe positivamente falsos, y una realidad: su combate no es contra otros, sino contra ella misma, contra su condición, su destino y sobre todo, con la levedad del ser que marca su tiempo, su trayectoria vital inevitable, inexorablemente, sin que pueda hacer nada por cambiarlo.

Entre tanto, una sociedad, unos amigos, unas circunstancias y una lucha: la vida. Cómo, a pesar de saber que nuestros días están contados, la despilfarramos agobiándonos, aferrándonos a unos recuerdos falsos, a unas certezas dudosas y a un dolor: la soledad, la ausencia. Y ante todo y sobre todo, la esperanza, que hace que valga la pena vivir, investigar, pelearse para desentrañar injusticias, rencores, prejuicios y fobias.

Eso es todo lo que he recibido de esta obra, ni más ni menos. A lo mejor no aporto mucho, pero no puedo decir más para -metafóricamente- no descubrir al asesino y romper la intriga. Pero eso sí: mi invitación a su lectura, que va más allá de una novela policíaca, que lo es; de una novela de ciencia ficción, que lo es, pero no (ya lo veréis, porque dice verdades como puños acerca de lo que nos espera tan solo 100 años después, a partir de lo que somos hoy); de una novela psicológica que indaga, araña y retuerce, que da en la llaga -aunque duela- sobre la condición humana. Todo eso es "Lágrimas en la lluvia", agua disuelta en el agua, que no se ve, pero que está ahí. Y una frase:

"Todo lo cual era muy doloroso pero también muy bello. Y la belleza era la eternidad."

Gracias, Rosa.

viernes, 17 de mayo de 2013

Leyendo el Quijote. 1ª Parte. Capítulo 47


Capítulo 47. Del extraño modo con que fue encantado don Quijote de la Mancha, con otros famosos sucesos

 
Aunque Don Quijote estaba encantado de verse encantado de tal modo -permítaseme la redundancia-, no dejó de extrañarse de que fuera de esa manera, en una carreta tirada por bueyes, cuando él había leído que

 
siempre los suelen llevar por los aires, con estraña ligereza, encerrados en alguna parda y escura nube, o en algún carro de fuego, o ya sobre algún hipogrifo o otra bestia semejante;

Pide opinión a Sancho que, con la sinceridad habitual en él, aunque reconociendo su ignorancia sobre esos temas, lucha entre la fantasía de su señor y la realidad que él constata.
Temen los confabulados en el encantamiento que ese diálogo entre señor y escudero vaya a dar al traste con todo y deciden apresurarse; así que disponiéndolo todo se ponen en marcha, sin poder evitar nuevas burlas y pantomimas de la Maritornes, la ventera y su hija, que con grandes aspavientos y remedos de grandes penas, se despiden de él.
 
Caballero hasta en esa situación, aún quiere consolarlas el encantado Don Quijote y agradecerles sus servicios, cuando ya la comitiva se pone en marcha, no sin antes poner el ventero en manos del cura un nuevo escrito hallado junto a la novela del Curioso impertinente, cuyo título entrevé: Novela de Rinconete y Cortadillo (integrada, como ya se sabrá, entre las Novelas Ejemplares de nuestro autor).
Puestos ya en viaje ven llegar a seis o siete caballeros en comitiva con los que entran en coloquio.
 
Normal es que, extrañados al ver a Don Quijote de esa guisa, preguntasen el motivo... y aquí, una vez más, chocan las fantasías caballerescas de nuestro protagonista con la realidad de Sancho y su malhumor porque realmente su amo se creyera encantado. Sin embargo, sus reproches al cura son acerca de algo mucho más prosaico, puesto que si su amo vuelve a casa no podrá celebrarse el matrimonio soñado con la princesa Micomicona, condición para que él pudiera ocupar el ansiado cargo prometido por su señor:
 

Todo esto que he dicho, señor cura, no es más de por encarecer a su paternidad haga conciencia del mal tratamiento que a mi señor se le hace, y mire bien no le pida Dios en la otra vida esta prisión de mi amo, y se le haga cargo de todos aquellos socorros y bienes que mi señor don Quijote deja de hacer en este tiempo que está preso.
 
Tan exaltado ven a Sancho, que no quieren discutir más por evitar que en su enfado descubra el engaño a Don Quijote. Y así, hablando de las bondades y defectos de los libros de caballerías, les dejamos en el camino...

¡Seguimos!