Mientras el «poder femenino» lanza en todo el mundo sus ofensivas en pos de la igualdad de derechos que libere a la mujer de la supremacía del hombre, existen todavía importantes batallas por librar. España no es —ni mucho menos— una excepción.
De este problema, que abarca de Norte a Sur y de Este a Oeste de la «piel de toro», nos habla Elíseo Bayo, este viajero infatigable dedicado intensamente a poner de relieve una serie de anacronismos de nuestra sociedad.
En «Trabajos duros de la mujer» no se exponen al lector crueles situaciones sociales referidas a países muy distintos de nuestra geografía. Elíseo Bayo se olvida, a sabiendas, de los problemas del Congo, de Haití y de China comunista, para extenderse en dramáticos pasajes sobre la vida y el trabajo de la mujer española en Galicia y en Andalucía, en Asturias y Extremadura, en La Mancha y en la región valenciana.
A pocos kilómetros de nuestros hogares, la mujer española labora en duros quehaceres impropios de nuestros días. La figura arquetípica de la mujer de mitades del siglo XX queda arrinconada en las páginas de la más reciente obra de Elíseo Bayo para dar paso a figuras femeninas reales —y por desgracia muy numerosas— que claman con voz dolorosa su dura, penosa y, aún, dificilísima existencia laboral.
Este libro es un documento estremecedor que relata cómo es la jornada laboral de las vendimiadoras, de las mujeres que trabajan en determinados sectores de la industria conservera y de las infrahumanas condiciones en que vive la mujer española en otras muchas ocupaciones.
Si la obra —valga la verdad por delante— no es, desde el punto literario, un dechado de virtudes, sí posee un dramático contenido de alto interés social. Elíseo Bayo ha sacrificado la forma para entregarse apasionadamente al fondo. Acaso el autor ha olvidado deliberadamente la belleza literaria para destacar en lenguaje muy llano cuanto de monstruoso con relación a la mujer mantiene la sociedad española.
Crítica publicada en La Vanguardia del 2 de julio de 1970.