Comienza el libro con el mejor de los inicios: una composición con fragmentos del poema "Viaje a Ítaca", de Konstantinos Kavafis, que musicara Lluis Llach y del que consta mi admiración en este vídeo.
Otra cita a la parábola del hijo pródigo y concretamente al pastor que abandona el rebaño para buscar a la oveja perdida, nos preparan para el contenido del libro: el viaje de un escritor para reencontrar a su ex-esposa, desaparecida voluntariamente.
Esta vez, son reflexiones sobre el matrimonio y la relación de pareja los ejes centrales de esta obrita de poco más de 300 páginas. Explica el título mencionando una cita a Borges para explicarnos que Zahir significa en árabe lo "visible, presente, incapaz de pasar desapercibido. Algo o alguien con el que, una vez entramos en contacto, acaba poco a poco ocupando nuestro pensamiento, hasta que no somos capaces de concentrarnos en nada más. Eso se puede considerar santidad o locura."
Nada que ver, en mi opinión, con el viaje del pastor en busca de su tesoro o la del camino de Santiago... Este libro se pierde en divagaciones de mi admirado autor y se hace espeso, pesado y repetitivo. Quizás con la mitad de páginas hubiera sido suficiente y mucho más ameno.
Siendo tan complicada la tarea de escribir, hasta el mejor maestro puede tener sus "días malos" y creo que aquí ha primado al publicarlo el prestigio del autor (que ya presupone un éxito de ventas) y exigencias editoriales más que la calidad, pues pienso que existe en él una falta de maduración, de cohesión en las ideas; tiempo, en fin, que nos hubiera dado de nuevo otra gran obra como aquellas a las que el autor nos tiene malacostumbrados.