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Ya resulta difícil para los que vivimos en la capital y hasta en muchos pueblos recordar el canto del gallo, despertador infalible que anunciaba la llegada de un nuevo día.
Así, cuando una persona reconocida por su carácter abierto y alegre (aunque no necesariamente tenga que ser cantarina), se muestra distinta a
como acostumbra, e incluso cabizbaja y triste, este refrán se utiliza
para indicar que es síntoma de que algo le sucede y se debe prestar atención. Es cosa muy frecuente en los adolescentes y los padres deberán estar atentos.
Y es que, como dice también el refranero: "Quien canta, su mal espanta", pero ninguna gana hay de cantar cuando el espíritu está apesadumbrado o mohíno*.
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Este refrán me trae a la memoria la letra de una canción popularizada por María Ostiz, "Niña rianxeira", tomada de nuestro rico folklore, esta vez gallego, que dice:
"No creas que porque canto tengo el corazón alegre,
yo soy como el pajarillo, que si no canta se muere"
(A propósito, ¿vemos el uso correcto de SI NO, SINO?)
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" http://educacion-ne.es/refranes.htm
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- 1.[persona] Que está triste, abatido o disgustado.
- 2.Que denota abatimiento, tristeza o disgusto.
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