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jueves, 13 de diciembre de 2012

61.- "No hay peor ciego que el que no quiere ver...


 ... ni peor sordo que el que no quiere oír".

 Y es que hay personas que en su cerrazón o empecinamiento (tozudez) se niegan a ver lo que otros le muestran o a escuchar sus advertencias.

Es en estos casos cuando viene la comparación con esta frase, al resignarse a no ser atendido quien desde fuera ve llegar el hecho del que quiere prevenir, sin poder hacer nada por evitarlo.

Entonces debería aplicarse el "Más vale prevenir, que curar" del que ya hablamos, y tomar nota para reflexionar cuántas veces nos obcecamos en algo o alguien sin conseguir la objetividad suficiente para discernir qué es lo que nos conviene.
 
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Llegados a este punto en el que aconsejaros una lectura, recomiendo "El túnel" del argentino Ernesto Sábato

El relato en primera persona lo lleva Castel desde la cárcel, en donde se encuentra después de haber matado a la única persona que había entendido el mensaje de desolación implícito en su pintura. Desde ese presente organiza sus recuerdos a partir de que conoció a la mujer que cambió su vida, con la intención de explicar las causas que lo llevaron a tomar la determinación del crimen, como única solución ante el fracaso de su búsqueda. En ese pasado que él recuerda, ocurren numerosos entrecruzamientos de recuerdos que surgen por la asociación de ideas. (Extracto de http://monografias.com

martes, 11 de diciembre de 2012

Refrán en mano - "Quien no tiene padrino, no se bautiza"

 En los primeros tiempos del cristianismo, el que quería recibir el bautismo debía ser presentado - imitando ritos judíos - por sus propios padres. Pero el padrino aparece a partir del 813 (Concilio de Munich) cuando esta figura debía ser ajena al círculo familiar directo y no eran tan sólo testigos.   
En el momento de bautizar al neófito, la misión del padrino o padrinos (padrino y madrina) va algo más allá que la de acompañarle durante la ceremonia: se convierten en unos segundos padres para esa criatura y se comprometen a ayudar a educarla en la fe y cuidar de sus necesidades en el caso de que los padres faltasen.

 Por lo demás, sabemos que hay distintas ceremonias que necesitan de testigos, a los que se llama también "padrinos" (de boda, por ejemplo).
 
En resumen, esa figura era tan imprescindible que no habría ceremonia sin ellos. De ahí parte este refrán ( citado en nuestro libro "De abuelos a nietos" con relación a "El nombre ni quita ni pone" ) que muestra la importancia de las buenas referencias y de lo que llamamos un buen enchufe como carta de presentación que abra las puertas al solicitante, sobre todo cuando se busca un trabajo.
 
Y es que "en todas partes cuecen habas" y por muy democráticos que hayamos llegado a ser, la cultura de la elección a dedo, de las oposiciones y concursos amañados para dar el puesto o el premio a alguien ya preestablecido están en  el orden del día.
 
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)"  http://educacion-ne.es/refranes.htm 

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Seguro que la primera referencia que se nos ha ocurrido es  la genial saga de "El Padrino" de Francis Ford Coppola, 1972 (basada en la novela del estadounidense Mario Puzo, 1969) , pero vamos a destacar la figura de otro padrino: el de Miguel en "El oro de los sueños" de José Mª Merino (primeras páginas). que le embarca en un viaje al mítico mundo de las supuestas riquezas de los indios de Sudamérica.

  Y para los profesores, es más que aconsejable esta guía de actividades tras su lectura.

lunes, 10 de diciembre de 2012

58.- "Estar a la cuarta pregunta"

Del mismo modo que quedó en el terreno de las expresiones populares el "acogerse a la quinta enmienda", el origen de este dicho que hoy comentamos está también en el terreno de las leyes y la jurisprudencia, pues cualquier ciudadano que utilizara sus servicios debía responder con su nombre completo y fecha de nacimiento (pregunta 1), país de nacimiento y profesión (pregunta 2), religión y estado civil (pregunta 3), Rentas y patrimonio (pregunta 4) y así sucesivamente.

Como es lógico, y para evitar luego problemas de embargos y demás o para poder solicitar ayudas, normalmente la respuesta a esta pregunta era "no tener un duro", "estar sin blanca" o algo parecido; es decir, no se tenía nada.

De ahí que ahora se use para indicar lo mismo y resumir la situación: declarar en público ser pobre de solemnidad aunque por detrás se sepa que no se priva de nada.

Una picaresca que tal vez nos haya llevado a estar como estamos. Y aunque ya se encarga "papá administración" de tenernos bien controlados (cuentas bancarias, vida laboral, propiedades...) y sólo pueden escaquearse(1) los que de verdad tienen y pueden costearse abogados y notarios que les ayudan a estafar a los demás; si aun así, y con más de cinco millones de parados nos sablean(2) y nos acribillan(3) a impuestos sacándonos lo que no tenemos... ¿qué harían si tuviésemos?

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Definición de la RAE (www.rae.es):
(1) escaquearse. Eludir una tarea u obligación en común.
(2) sablear. 1. tr. coloq. Sacar dinero a alguien dándole sablazos, esto es, con petición hábil o insistente y sin intención de devolverlo.
(3) acribillar. Molestar mucho y con frecuencia.

jueves, 6 de diciembre de 2012

56.- "Se le va el santo al cielo"

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  Los profesores estamos más que acostumbrados al caso  de encontrarnos en mitad de una explicación más o menos ardua y al interrogar a los alumnos sobre cualquier punto para ver si ha quedado claro, hallar que el alumno en cuestión no sólo no sabe de qué se le está hablando, sino que a veces ni contesta por habérselo ido el santo al cielo.
 
Y es que si tenemos nombre, tenemos santo (por lo menos mientras se mantuvo la costumbre de elegir en la pila bautismal o en el registro civil, entre el amplio listado de nombres venerados por la iglesia) y ese santo, como corresponde, parece querer habitar regiones "etéreas" mejor que atender a la tantas veces cruda y aburrida realidad.

 Se usa también en primera persona: "Se me ha ido el santo al cielo y ... no me acordé de la cita", o... "y no sé lo que iba a decir".

 En resumen: ese santo con tendencias a lo celestial que suele acompañar a los despistados ;)

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 La primera referencia que se me ha venido a la cabeza relacionando experiencias entre profesor y alumnos es la de una serie de TV que veía en mi adolescencia (hace años ya, pues) en la que un joven profesor de Literatura , alto y espigado, hacía algo más que enseñar. Lo siento: no he podido localizarla.
 
Más cercana y con el mismo argumento, la genial película protagonizada por Robin Williams "El Club de los poetas muertos", guión convertido en novela en el 1991 ( "Dead poets society". N.H.Kleinbaum) y algo más lejana, pero no menos actual, ya que al fin y al cabo consiste en los mismo: ganarse a los alumnos para poder cumplir su misión (y vocación) de enseñar: "Rebelión en las aulas" (1967) de Sidney Poitier.