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domingo, 19 de mayo de 2013

Salón de lectura.- "Lágrimas en la lluvia" de Rosa Montero.

Soy una lectora empedernida y bastante anárquica. Cuando me decido por un libro -hablo de mis lecturas nocturnas, de entretenimiento, tumbada en la cama antes de dormir- me dejo llevar por autores, pero no los leo compulsivamente, quiero decir que no leo todo lo que caiga en mis manos de un mismo autor... Una vez que lo conozco, lo dosifico y me acerco a su obra por lo que los títulos me dicen (normalmente nunca leo las críticas, sino que prefiero acercarme por intuición, sin saber qué me voy a encontrar, sólo por acercarme de nuevo a ese autor-a);  y así ha sido esta vez con Rosa Montero.

Terminé el libro anoche y repito lo que escribí en un microrrelato: Rosa dejó de hablarme. Deseaba sus palabras, quería más… Inaceptable, injusto abandonarme así. Pero hube de cerrar el libro.

Acabo de escuchar a la propia Rosa en varios vídeos del 2011 (YouTube) hablando de "su" Bruna Husky (siempre dice "mi" Bruna). Antes de escribir esta crónica quería conocer su visión: contrastar qué quiere decir el autor cuando escribe y qué percibe el lector cuando se acerca al escrito. Y, ahora sí, indagar en las críticas. Me entusiasma ver cómo el acto de la lectura hace una obra inmortal, capaz de decir mucho y diferente a cada lector.

Pues bien: aparte de conocer a Rosa por sus artículos, me acerqué a ella como lectora por primera vez hace años con "La loca de la casa" y me encantó esa frescura y espontaneidad que quiero para mí en lo que escribo, aunque no acierte con el "quid" que convierte lo narrado en oscuro objeto de deseo para el lector general. Supongo que me falta la garra que ella transmite... En fin, dejo de divagar.

Año 2109, Madrid, Estados Unidos de la Tierra, una replicante (rep), un ser artificial más humano que muchos humanos. Una obsesión: saber que sus días están contados y conocer, además, la terrible muerte que le espera, el TTT. Un destino: ser rep de combate. Una naturaleza: conocer que sus recuerdos, su memoria, son ajenos, implantados para darle una personalidad, una razón de ser, que sabe positivamente falsos, y una realidad: su combate no es contra otros, sino contra ella misma, contra su condición, su destino y sobre todo, con la levedad del ser que marca su tiempo, su trayectoria vital inevitable, inexorablemente, sin que pueda hacer nada por cambiarlo.

Entre tanto, una sociedad, unos amigos, unas circunstancias y una lucha: la vida. Cómo, a pesar de saber que nuestros días están contados, la despilfarramos agobiándonos, aferrándonos a unos recuerdos falsos, a unas certezas dudosas y a un dolor: la soledad, la ausencia. Y ante todo y sobre todo, la esperanza, que hace que valga la pena vivir, investigar, pelearse para desentrañar injusticias, rencores, prejuicios y fobias.

Eso es todo lo que he recibido de esta obra, ni más ni menos. A lo mejor no aporto mucho, pero no puedo decir más para -metafóricamente- no descubrir al asesino y romper la intriga. Pero eso sí: mi invitación a su lectura, que va más allá de una novela policíaca, que lo es; de una novela de ciencia ficción, que lo es, pero no (ya lo veréis, porque dice verdades como puños acerca de lo que nos espera tan solo 100 años después, a partir de lo que somos hoy); de una novela psicológica que indaga, araña y retuerce, que da en la llaga -aunque duela- sobre la condición humana. Todo eso es "Lágrimas en la lluvia", agua disuelta en el agua, que no se ve, pero que está ahí. Y una frase:

"Todo lo cual era muy doloroso pero también muy bello. Y la belleza era la eternidad."

Gracias, Rosa.

viernes, 17 de mayo de 2013

Leyendo el Quijote. 1ª Parte. Capítulo 47


Capítulo 47. Del extraño modo con que fue encantado don Quijote de la Mancha, con otros famosos sucesos

 
Aunque Don Quijote estaba encantado de verse encantado de tal modo -permítaseme la redundancia-, no dejó de extrañarse de que fuera de esa manera, en una carreta tirada por bueyes, cuando él había leído que

 
siempre los suelen llevar por los aires, con estraña ligereza, encerrados en alguna parda y escura nube, o en algún carro de fuego, o ya sobre algún hipogrifo o otra bestia semejante;

Pide opinión a Sancho que, con la sinceridad habitual en él, aunque reconociendo su ignorancia sobre esos temas, lucha entre la fantasía de su señor y la realidad que él constata.
Temen los confabulados en el encantamiento que ese diálogo entre señor y escudero vaya a dar al traste con todo y deciden apresurarse; así que disponiéndolo todo se ponen en marcha, sin poder evitar nuevas burlas y pantomimas de la Maritornes, la ventera y su hija, que con grandes aspavientos y remedos de grandes penas, se despiden de él.
 
Caballero hasta en esa situación, aún quiere consolarlas el encantado Don Quijote y agradecerles sus servicios, cuando ya la comitiva se pone en marcha, no sin antes poner el ventero en manos del cura un nuevo escrito hallado junto a la novela del Curioso impertinente, cuyo título entrevé: Novela de Rinconete y Cortadillo (integrada, como ya se sabrá, entre las Novelas Ejemplares de nuestro autor).
Puestos ya en viaje ven llegar a seis o siete caballeros en comitiva con los que entran en coloquio.
 
Normal es que, extrañados al ver a Don Quijote de esa guisa, preguntasen el motivo... y aquí, una vez más, chocan las fantasías caballerescas de nuestro protagonista con la realidad de Sancho y su malhumor porque realmente su amo se creyera encantado. Sin embargo, sus reproches al cura son acerca de algo mucho más prosaico, puesto que si su amo vuelve a casa no podrá celebrarse el matrimonio soñado con la princesa Micomicona, condición para que él pudiera ocupar el ansiado cargo prometido por su señor:
 

Todo esto que he dicho, señor cura, no es más de por encarecer a su paternidad haga conciencia del mal tratamiento que a mi señor se le hace, y mire bien no le pida Dios en la otra vida esta prisión de mi amo, y se le haga cargo de todos aquellos socorros y bienes que mi señor don Quijote deja de hacer en este tiempo que está preso.
 
Tan exaltado ven a Sancho, que no quieren discutir más por evitar que en su enfado descubra el engaño a Don Quijote. Y así, hablando de las bondades y defectos de los libros de caballerías, les dejamos en el camino...

¡Seguimos!


 

 

jueves, 16 de mayo de 2013

Día mundial del reciclaje

Es demasiado corriente (y egoísta) el que cuidemos menos lo que es de todos que nuestra propia casa, sin darnos cuenta de que nuestra casa está en una ciudad, región, país, continente y en EL MUNDO, en la Tierra, nuestra tierra a la que tanto daño hacemos por no tener en cuenta algo tan simple y que tan importante es en nuestro hogar: mantenerla LIMPIA.

¿Es que es tan difícil reciclar? Sí, puede ser un rollazo tener varias bolsas para separar papel y cartón en una, vidrios en otra, envases y tetrabricks en otra, y si rizamos el rizo ;) las pilas en una cajita de cartón, las medicinas caducadas en otra y el aceite usado en un envase con cierre. ¿Qué lío tanta bolsa, verdad? Pues puede que sí, pero querer es poder y a todo nos acostumbramos con solo proponérnoslo.

Luego, no echar cualquier cosa por los desagües que no sea lo natural; en la calle, usar las papeleras, no pisar ni dañar las plantas que tanto bien hacen contra la polución... Os aseguro que no es tanto si acostumbramos a nuestros niños desde pequeños.

Mejor prevenir que curar y no tener que escuchar un día a nuestros hijos diciéndonos algo como esto:

martes, 14 de mayo de 2013

Refrán en mano - "Ni chicha ni limoná (limonada)"

Expresión muy corriente para indicar que algo o alguien no es ni una cosa ni la otra, o que no es lo que se esperaba; se usa, por tanto, en términos despreciativos.

El origen de la expresión podemos hallarlo, como hacemos siempre, en la definición que la RAE hace de chicha1.
(Voz infantil; cf. it. ciccia).
1. f. coloq. Carne comestible.
 
De esta acepción vendrían también expresiones como "chichinabo" (de chicha y nabo) o "tener pocas chichas" (ser muy delgado). Todas peyorativas indicando algo con poco fundamento.
 
Pero hay otra acepción: chicha2.
(De la voz aborigen del Panamá chichab, maíz).

1. f. Bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada, y que se usa en algunos países de América.
2. f. Chile. Bebida que se obtiene de la fermentación del zumo de la uva o de la manzana.
3. f. Cuba. Bebida refrescante preparada con azúcar y cáscaras de piña fresca que se han dejado fermentar en agua dos o tres días.
4. f. Panamá. Refresco hecho con frutas.

7. f. Venezuela. Bebida refrescante hecha con arroz, leche y especias.
 
Es decir, un tipo de bebida refrescante, como pueda ser nuestra "limonada". 
 
Es entonces cuando el dicho que comentamos adquiere su sentido completo: no es ni chicha (bebida) ni limonada , carece de sabor, no es válida.
 
Y ya que estamos, comentar otra expresión marinera pero corriente también en nuestro léxico: la  calma chicha
chicha3. (Del fr. chiche, escaso). Cuando no corre nada de aire con el que refrescarnos, o con el que avance una embarcación, pero también cuando no sucede nada, cuando domina un silencio inesperado.

 
  Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!  http://educacion-ne.es/refranes.htm
 
 

 

viernes, 10 de mayo de 2013

Refrán en mano - " Tirar la piedra y esconder la mano"

"Es cosa de villanos tirar la piedra y esconder la mano"
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 Nos hallamos aquí ante una expresión aparentemente sencilla que esconde diversos prejuicios, costumbres y reflexiones arcaicas que vienen de muy lejos y que, lamentablemente, aún perduran.

  Veamos por orden, según costumbre:
 Villano.-  (Del b. lat. villanus, y este del lat. villa, casa de campo).
1. adj. Vecino o habitador del estado llano en una villa o aldea, a distinción de noble o hidalgo. U. t. c. s.
   2. adj. Rústico o descortés.
   3. adj. Ruin, indigno o indecoroso.


La definición de la RAE ya muestra el primer prejuicio (cuya falta de veracidad defendieran numerosas obras de teatro del Siglo de Oro) por el que la persona de origen humilde -frente a la nobleza- no tenía honor ni era digno de credibilidad... De hecho, aún perduran en nuestro vocabulario expresiones como "es un villano" o "es muy noble", como insulto o alabanza respectivamente.
 
Tirar la piedra.- Entramos aquí en un terreno mucho más delicado, pues todavía están recientes los casos de lapidación (muerte a pedradas) que han conmovido y conmoverán, por desgracia, nuestras conciencias.

Sucede que este castigo, aplicado principalmente a la mujer adúltera, tiene hondas raíces en la civilización, tan arraigadas en el tiempo que conocemos históricamente casos como el de la filósofa y astrónoma Hipatia (recientemente recordado en la película "Ágora", de Alejandro Amenábar) lapidada por las primeras comunidades cristianas en la Alejandría del s. IV, a pesar de que hay constancia del rechazo de Jesús de Nazaret a semejantes prácticas ("Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra") autorizadas por el propio Moisés:

 «Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti». Deuteronomio 22:20-21.

    Y ya llegamos al objeto de nuestro interés: qué significa y de dónde viene la expresión.

    Se ha encontrado nada menos que en "El Banquete" de Platón (427-347 a. de C.), diálogo en el que Eryxímaco dice: "Después de tirar la piedra, Aristófanes, crees que vas a poder esconder la mano..."

    Y creo que ya, si es que no lo estaba, queda claro su sentido:

    Es cobarde quien participa o provoca un hecho deshonroso y luego disimula dicha participación para que otros carguen con la culpa. Y concluyo: ¿Os suena de algo entre nuestros políticos?

Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!  http://educacion-ne.es/refranes.htm