Capítulo 41:
Donde todavía prosigue el cautivo su suceso
No es una de las mejores historias que en nuestra obra se recogen, pero sí puede ser entretenida y fácil de leer...
¡Seguimos!
Tengo.. y lo que tengo, lo mantengo a base de amor y fe.
Siento que si no estás no corre el viento -quizás afuera sí, pero no dentro de mi...
Vengo sin maleta, con lo puesto, y esta canción, mi remedio, vitamina pal´vivir.
Vuelvo y acelero si estás lejos, pongo el freno cuando pasas junto a mi.
La melodía de una rumba me dijo: el secreto no esta en la tumba sino en el vivir,
y viviendo a todo trapo, olvidé caminar despacio y las heridas en mis pies sentí.
No cantaré a lo que desconozco, solo a lo que entró en el fondo; como el poso del vino que bebí
y antes de emborracharme, brindaré mirando a tus ojos y gritaré: el secreto, es el amor
que siento por ti.
Tengo... y lo que tengo, lo mantengo a base de amor y fe.
Siento que si no estás no corre el viento - quizás afuera sí, pero no dentro de mi...
Vengo sin maleta, con lo puesto, y esta canción, mi remedio, vitamina pal´vivir.
Vuelvo y acelero si estás lejos, pongo el freno cuando pasas junto a mí.
La primera lección aprendí, pero olvidé el cuaderno al salir
(en la escuela de la vida no se puede repetir),
así que voy, lápiz en mano, tomando notas y callando - a veces es mejor no decir-.
Aprendí a alzar las velas, a aguantarle a la marea y a romper las olas del mal vivir
y es que el vaso medio lleno medio vacío, mi niña, solo depende de ti y de mí.
Y no es más rico el que más lleva, sino el que algo tiene y lo conserva
sin enfriarlo, sin olvidarlo en un cajón.
Y no hay mayor tesoro que el que guardas en tu corazón,
no en el bolsillo triste de un pantalón.