Debo empezar reconociendo que este refrán " da donde me duele" y, por tanto, voy a ser bastante dura a la hora de comentarlo. Pronto sabréis el porqué.
En un principio y empezando por su significado literal, como siempre, viene a decirnos que la hembra que tiene un hijo no cumple o no sirve para el trabajo pues su atención copa el primer lugar.
Si llevamos esta sentencia a su significado general, entramos en un terreno resbaladizo en el que el machismo, todavía claramente instaurado entre los contratadores de personal de múltiples empresas españolas, considera motivo de discriminación a la mujer embarazada o con cargas familiares.
Y es que este pensamiento parece seguir vigente pese a que multitud de mujeres no sólo han dado a luz en los campos, trabajando, sino que han seguido colaborando después con la criatura a sus espaldas.
Decir que una mujer trabajadora va a serlo menos por ser madre, es, repito, una discriminación, un prejuicio sin fundamento y, ahora que está en campaña lo de "tarjeta roja al maltratador", digo, con convencimiento, conocimiento de causa y, sin exagerar, que se trata de una vejación y maltrato a la mujer.
Cuando hay que recurrir a los abuelos, guarderías, etc. por la falta de previsión en la conciliación trabajo-familia ¿cómo les extraña que descienda la tasa de natalidad?
Creo que va siendo hora de que dichos como éste desaparecieran de la memoria colectiva, y os aseguro que no ha sido nada agradable traerlo aquí.
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