Proseguimos la lectura del Don Quijote. Y llegamos al capítulo 31
De los sabrosos razonamientos que pasaron entre Don Quijote y Sancho Panza su escudero, con otros sucesos
Habíamos
dejado a Sancho con un interesado Don Quijote. Contaba Sancho su visita
a Dulcinea y una vez más nos hallamos ante el contraste entre la
sinceridad del escudero y la fantasía de su amo.
¿Y
qué hacía aquella reina de la hermosura? A buen seguro que la hallaste
ensartando perlas, o bordando alguna empresa con oro de cañutillo para
este su cautivo prisionero. No la hallé, respondió Sancho, sino aechando
dos hanegas de trigo en un corral de su casa.
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