Día internacional del EMO, (de "emotional hardcore") estilo de música rock y movimiento social juvenil de los adolescentes que se sienten incomprendidos y buscan en el grupo compartir sentimientos comunes.
En este día de 1997, se estrena la película TITANIC, que sería la película más exitosa de la historia del cine, con más de 1800 millones de dólares estadounidenses en ganancias, título que retuvo por más de una década hasta ser desplazada por AVATAR (dirigida también por Cameron, 2009), que recaudó más de 2700 millones de dólares y Avengers: Endgame, con más de 2360 millones de dólares.
Es considerado uno de los autores más importantes de su país y de la literatura hispanoamericana, especialmente por su novela Paradiso, considerada una de las obras más importantes en la lengua castellana.
Es el principal referente de lo que Severo Sarduy llamó neobarroco cubano.
Su obra se caracteriza por un estilo cargado de símbolos y metáforas, referencias cultas a poetas barrocos y latinos, de gran lirismo y un gran manejo del idioma.
Lezama desarrolló su teoría poética en ensayos como Analecta del reloj (1953), La expresión americana (1957), Tratados en La Habana (1958), La cantidad hechizada (1970) o Las eras imaginarias (1971), escritos también en el estilo que caracteriza su poesía y su prosa.
Cómo aislar los fragmentos de la noche
para apretar algo con las manos,
como la liebre penetra en su oscuridad
separando dos estrellas
apoyadas en el brillo de la yerba húmeda.
La noche respira en una intocable humedad,
no en el centro de la esfera que vuela,
y todo lo va uniendo, esquinas o fragmentos,
hasta formar el irrompible tejido de la noche,
sutil y completo como los dedos unidos
que apenas dejan pasar el agua,
como un cestillo mágico
que nada vacío dentro del río.
Yo quería separar mis manos de la noche,
pero se oía una gran sonoridad que no se oía,
como si todo mi cuerpo cayera sobre una serafina
silenciosa en la esquina del templo.
La noche era un reloj no para el tiempo
sino para la luz,
era un pulpo que era una piedra,
era una tela como una pizarra llena de ojos. (Fragmento de 'Los fragmentos de la noche').
A los quince primeros que se presentaron, los maniataron y se los llevaron carretera adelante, a pie. Los falangistas iban a caballo, haciendo restallar sus fustas sobre las espaldas de los prisioneros. Yo los seguía a distancia, escondiéndome, pese a las repetidas advertencias de mi padre, ordenándome que regresara a casa. Me decía que tanto mi madre como mis hermanos me necesitaban, que yo debía hacer ahora de padre y no sé cuántas cosas más. Pero, yo, cabezón, seguía los onsejos de mi madre: no perderlo de vista.
Desde un principio él presintió que lo iban a pasar mal. No como los demás, que los unos pensaban que los liberarían y otros que los llevaban a la cárcel. Mi padre era de los últimos del grupo. No irían directamente desde Oviedo a lo que sería su punto de destino –el puerto de Gijón- sino hacia la parte de León. Por el camino mataron a los cuatro más viejos. A los que no podían soportar la marcha y se quejaban continuamente. Sus asesinos esperaban que se hiciese de noche para liquidarlos y dejarlos en la cuneta. Dos de ellos se iban a dormir al pueblo y los otros dos se quedaban con los prisioneros. Cuando reemprendían la marcha, poco antes de que amaneciera, yo me acercaba a la cuneta, a ver si el muerto no era mi padre... Y así durante las doce jornadas que duró la marcha.
Los llevaron, como a casi todos aquellos días, a la escollera del puerto de Gijón.
Pascualín escondiéndose, los seguía a treinta o cuarenta pasos. Era una noche negra del mes de octubre de 1939. Y allí, al borde del mismo muelle, de espaldas al agua, los acribillaron a balazos. Unos gritos de protesta precedieron a los disparos y luego se empezaron a oír lamentos y quejas. Uno de los ejecutores dijo: «¡Si todavía están vivos!». Otro le replicó: «¡Cómo se nota que eres un novato!». En cosa de segundos los fusilados empezaron a teñir las aguas del puerto con su sangre. Cuando pasaron cerca del escondite de Pascualín, éste oyó que el joven
falangista volvía a preguntar: «¿Y por qué les disparamos a las piernas?». El veterano le aclaró: «Porqué así tardan más tiempo en desangrarse. ¿Lo comprendes ahora?».
Tan pronto pudo, Pascualín se precipitó hacia el lugar del fusilamiento. Vió como algunos se agitaban en el agua. Dos o tres se retorcían medios sumergidos, sobre unas rocas. El chico empezó a murmurar: «Padre... padre... ¿Dónde estás?... ¡soy Pascualín!...». De pronto alguien le respondió, con voz queda: «Pascualín, hijo mío, estoy aquí...».
A Pascualín lo conocí en Cervera de Pisuerga, en el verano de 1976. El peluquero de Barruelo de Santullán, «Napoleón», me contó la historia del rescate del padre de las aguas del puerto. Y me ayudó a localizar al hijo.«A duras penas lo saqué del agua» –me siguió contando Pascualín- «y a rastras me lo llevé tierra adentro, antes de que se hiciese de día». (Fragmento de "Los niños republicanos en la guerra de España")
- de 1932, Salvador ELIZONDO ALCALDE, fue un escritor, traductor y crítico literario mexicano, autor de novelas como Farabeuf o la crónica de un instante, El hipogeo secreto y Narda o el verano, y de reputados relatos breves, como El grafógrafo.
Fallecido el 29 de marzo de 2006, fue considerado el escritor más original y vanguardista de la generación de los años 60 en México. Desarrolló un estilo literario cosmopolita, al margen de las corrientes realistas y nacionalistas que imperaban en la época, con importantes influencias de autores como James Joyce o Ezra Pound.
En 1990 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura.
Fue miembro, a partir de 1976, de la Academia Mexicana de la Lengua.
Últimas obras: La luz que regresa (Textos, 1984), Elsinore: un cuaderno (relato, 1988), Estanquillo (textos, 1992), Teoría del infierno (1993) y Autobiografía precoz (2000).
¿Recuerdas…? Es un hecho indudable que precisamente en el momento en que Farabeuf cruzó el umbral de la puerta, ella, sentada al fondo del pasillo, agitó las tres monedas en el hueco de sus manos entrelazadas y luego las dejó caer sobre la mesa. Las monedas no tocaron la superficie de la mesa en el mismo momento y produjeron un leve tintineo, un pequeño ruido metálico, apenas perceptible, que pudo haberse prestado a muchas confusiones. De hecho, ni siquiera es posible precisar la naturaleza concreta de ese acto. Los pasos de Farabeuf subiendo la escalera, arrastrando lentamente los pies en los descansos o su respiración jadeante, llegando hasta donde tú estabas a través de las paredes empapeladas, desvirtúan por completo nuestras precisiones acerca de la índole exacta de ese juego que ella estaba jugando en la penumbra de aquel pasillo. Es posible, por lo tanto, conjeturar que se trata del método chino de adivinación mediante hexagramas simbólicos. El ruido que hacían las tres monedas al caer sobre la mesilla lo hace suponer. Pero el otro ruido, el ruido quizá de pasos que se arrastran o de un objeto que se desliza encima de otro produciendo un sonido como el de pasos que se arrastran, escuchados a través de un muro, bien puede llevarnos a suponer que se trata del deslizamiento de la tablilla indicadora sobre otra tabla más grande, surcada de letras y de números: la ouija (Fragmento de 'Farabeuf o la crónica de un instante')
Entre sus obras: El pájaro: pincel y tinta china (novela, 1997) obtuvo el Premio Cirilo Villaverde de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); Una extraña entre las piedras (cuentos, 1999); El viejo, el asesino y yo (cuento, 1999) obtuvo el Premio Juan Rulfo de Cuento que otorga Radio Francia Internacional; La sombra del caminante (novela, 2001); Cien botellas en una pared (novela, 2002) obtuvo el Premio Jaén de Novela que otorga la Caja de Ahorros de Granada; en 2003 obtuvo el premio Dos Océanos–Grinzane Cavour que otorga la crítica francesa a la mejor novela latinoamericana publicada en Francia en un período de dos años; Alguna enfermedad muy grave (cuentos, 2006), Djuna y Daniel (novela, 2008), Con hambre y sin dinero (no ficción, 2017). Este volumen reúne ensayos, artículos, crónicas, reseñas, y otros textos reflexivos escritos por Ena Lucía Portela a lo largo de dos décadas... Parece ser que no ha habido más publicaciones posteriormente.
Si algo lo irritaba sobremanera, si algo lo predisponía a la violencia y el homicidio, era que se intentara hacerle creer cosas. ¡Ah! Su entorno se teñía entonces de rojo, rojo fuego, rojo hierro, llamaradas vibrantes y Moisés en el centro, enloquecido con cuernos y cola, una sierpe, un basilisco, un dragón, el diablo en el infierno. Tremendo espectáculo. Uno llegaba a temer que se muriera, así de pronto, por combustión espontánea. No se le ocultaba el lado absurdo y hasta ridículo de su ira. Sabía que todos aquellos bellacos, miserables, imbéciles, fucking bastards, jamás conseguirían hacerle tragar ni el más diminuto de sus embelecos. Les faltaba astucia, chispa, mundo. Les faltaba clase. Les faltaba todo lo que él tenía de sobra, hasta para regalar, para hacer dulce. ¿Pero qué se habían pensado, eh? ¿Que él había nacido ayer? ¿Que era un parvulito, un chama del círculo infantil? ¿Que podían embaucarlo así tan fácil? Qué atrevidos, los malditos... Las mentiras descosidas, burdas, para mentes débiles, lo encolerizaban más, si cabe, que las simulaciones sofisticadas. Mientras más torpe el infundio, mayor la falta de respeto a su inteligencia. Pero controlarse, en cualquier caso, le costaba una enormidad. (Fragmento de 'Cien botellas en una pared')
Fallecieron en esta fecha
El 28 de febrero de 1930 se publicó su primer libro de cuentos, "Batey". El 30 de septiembre de 1930 participó en la manifestación que se organizó contra los crímenes y atropellos del gobierno del dictador Gerardo Machado.
La serie de artículos "105 días preso", publicada en el periódico "El Mundo", relata su encierro en la cárcel del Castillo del Príncipe. Poco tiempo después vuelve a ser detenido. De las experiencias vividas en el Presidio Modelo surgió "La isla de los 500 asesinatos", una serie de trece artículos que publica en el periódico Ahora y que le sirvió de base con posterioridad para escribir su libro "Presidio Modelo".
En 1933 es puesto en libertad. Desde el exilio continúa luchando contra la dictadura de Gerardo Machado, quien finalmente es derrocado.
A su regreso a Cuba publica "Tierra o Sangre", serie de reportajes donde denuncia los abusos que se cometen contra el campesinado cubano. La caída del tirano no significó un cambio político en la isla y la lucha continuó. En 1935 tuvo que partir una vez más al exilio.
El 18 de julio de 1936 estalló la Guerra Civil Española y Pablo marchó al frente como corresponsal. El 11 de noviembre fue nombrado comisario de guerra y miembro del Estado Mayor del 109 batallón de la séptima división. A la semana siguiente entra en Madrid.
El 28 de noviembre tuvo un encuentro con el poeta Miguel Hernández. El 17 de diciembre recibió la orden de marchar hacia Majadahonda. Cayó muerto de un disparo en el pecho el 19 de diciembre. Cuatro días después rescataron y enterraron sus restos en lugar seguro y Miguel Hernández le dedicó su "Elegía segunda".
El panorama
Desde la tarde anterior habíamos llegado al ingenio y, ahora, almorzábamos con apetito de guajiros debutantes, en el portal del bungalow que tenían los ingenieros. Cien metros al frente, paralelas a la línea de casas del batey, se extendían las vías del ferrocarril en una longitud aproximada de cuatrocientos metros, perdiéndose por un extremo en una gruta de árboles, y por el otro, en la traición de una curva.
Eran las doce.
El viento, como un perro jíbaro, había huido hacia el monte. En el cielo, página fulgurante, el sol semejaba la palabra de fuego de una maldición de luz. Los carriles eran como de plata y fulguraban como relámpagos cautivos.
Eran las doce en el campo, en Cuba.
El personaje
El paradero, que nos quedaba casi enfrente, un tanto a nuestra izquierda, estaba, contra la costumbre de todos los pueblecitos, solitario.
El viejo telegrafista, sentado en un taburete que se recostaba a la criolla en la puerta de entrada, fumaba tranquilamente. De pronto se levantó y fue hacia la mesa de los puntos y rayas (¡Una tan sólo de las muchas estatuas a Morse!)
Un muchacho fue a cambiar el chucho de un desviadero de grúa.
A lo lejos, intermitentes e imperiosos, sonaron varios pitazos. «Un tren con vía libre» —dijo alguien. (Fragmento del cuento 'El héroe' en Cuentos completos)
- de 1940, Tomás CARRASQUILLA, escritor colombiano poco conocido en su tiempo. Fue tras la concesión del Premio Nacional de Literatura, en 1936, cuando el autor antioqueño se conoció en un plano más amplio, ya con 78 años de edad.
Una de las razones planteada por De Onís acerca de por qué la obra de Carrasquilla fuera tan desconocida en Colombia y en el extranjero se debe a que vivió entre dos épocas muy diferentes de la literatura latinoamericana: el costumbrismo y el romanticismo que en Colombia tuvo representantes como José Asunción Silva, a quien Carrasquilla conoció personalmente, y el advenimiento del modernismo, reacción en contra del costumbrismo.
Al clasificarse a Carrasquilla como costumbrista, la crítica modernista lo dejó al margen. Tras el reconocimiento que el autor recibió en el Concurso Nacional de Cuento, su obra atrajo la atención de críticos de la literatura como los chilenos Arturo Torres Rioseco y Mariano Latorre y mantuvo una afectuosa amistad con otros escritores como José Martí y Miguel de Unamuno a través de una vasta correspondencia.
Las obras de Carrasquilla se dividen en novelas, cuentos, ensayos, artículos y epistolario.
Entre sus obras: Simón El Mago fue un cuento escrito en 1890 en el que Carrasquilla se ríe de la superstición y la brujería. Homilías (1914), La Marquesa de Yolombó (1927), novela histórica en los proemios de los gritos de independencia, y Dominicales (1934).
Es entre monumento y parque. Alzase imponente; se extiende blanqueando sobre el pretil de un granado. La caja en que le vino a papá |El Médico Práctico es la base; el primer cuerpo, el molde de hojalata, alto y estriado, en que mamá funde budines y natillas; el segundo, un tarro de salmón; forma el cimborio una tacita de porcelana boca abajo; y por remate y coronamiento de tan estupenda construcción, se yergue, blanca, estirada, las manitas puestas, el rostro al cielo, la "Virgen María" de |terracota, regalo de "Maximito hermoso". Espesuras de cogollo de hinojo, cármenes de fucsias y de heliotropios, macetas en cascarones de huevo rodean el grandioso monumento.
Aún no está satisfecho el genio creador que lo levanta. Como Salomón el Templo Santo, quiere embellecerlo con todas las riquezas imaginables. Corre al jardín, y, sin temer espinas ni gusanos, troncha con los dientes ratonescos capullos de rosa imperial, y desguaza con aquellas manitas que con las flores se confunden, copos de caracucho blanco y de albahaca. Vuela al corral, y recoge cuanto plumón dejaron gallinas caraqueñas y palomas. Jadeante, las mejillas encendidas, volandero el cabello, cogido el delantal con ambas manos, por no perder un ápice del riquísimo botín, torna a la obra, y frisos, cresterías, cornisones surgen en aquel rapto de inspiración. (Fragmento del cuento 'Blanca')
- de 1959, Carlos María PRINCIVALLE, escritor, dramaturgo y periodista uruguayo. Sus primeros textos fueron poesías en las que se percibe la influencia del español Manuel Machado y de las que años más tarde renegaría. Dedicó la mayor parte de su obra a la dramaturgia como autor, crítico, ensayista e impulsor de la Comedia Nacional.
Su obra El desertor fue estrenada en Salto en el teatro Larrañaga. Esta pieza en tres actos cuyos originales se perdieron, era un drama de denuncia social que le valió un reconocimiento del Ateneo de Salto ante el impacto de su exhibición.
También fue autor de dos novelas: La muerte de los trovadores (1925) con la que al año siguiente ganó el primer premio del Ministerio de Instrucción Pública y Purpúreo está el río como mar (1942). En 1947 fue elegido para integrar la Academia Nacional de Letras del Uruguay.
Entre sus obras: Laureles (paso poemático en un acto, 1926), Caín y Abel (auto profano en tres jornadas, 1927), El toro, drama gaucho en tres actos (1929), El hombre de la selva: farsa en tres actos (1930), El amo de todos (1930) y El hombre natural (1947).
- de 1990, Xavier BENGUEREL, escritor español en lengua catalana ganador del premio Planeta en 1974 con su novela Icaria, Icaria (publicada simultaneamente en castellano y catalán) y en 1988 el de Honor de las Letras Catalanas.
En 1929 se estrena en la novelística catalana con la publicación de Pàgines d´un adolescent, con la que recibió el premio Les Ales Esteses.
Durante la guerra civil española redactó textos propagandísticos de exaltación al combate. Pasó al exilio, al principio en Francia, coincidiendo con los escritores Mercè Rodoreda, Pere Calders, Anna Murià o Joan Oliver. En 1954 regresó a Cataluña y un año más tarde crea con Joan Sales "El club dels Novel.listes", donde publicó el primer volumen de la colección con la novela El testament y Gorra de plat.
El club dels Novel.listes publicó también a Mercè Rodoreda, Llorenç Villalonga, Maria Aurèlia Capmany, Joan Sales y Ramon Folch, entre otros.
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