Es el Día Nacional de la NUTRICIÓN con el lema con el lema “Alimentación sostenible es vida”.
Sobre este tema tan importante para la salud en general y para la salud
laboral en particular, la Federación Española de Sociedades de
Nutrición, Alimentación y Dietética organiza con la Agencia Española de
Seguridad Alimentaria (AESAN) este día, cada 28 de mayo desde 2005.
Os proponemos una forma de celebrar el
Día Nacional de la Nutrición con el único propósito de que poco a poco
todos nos acerquemos cada vez más a la dieta saludable: empezad por retirar de vuestra cesta de la compra uno de esos productos alimentarios que sabéis que no son buenos para la salud,
aunque os guste mucho (obvio, si lo compráis), no os aferréis a esas
frases que se dicen por decir: ‘de algo hay que morir’, ‘si hiciéramos
caso a todo no podríamos comer de nada’… Sustituid ese procesado por un alimento fresco, sin etiquetas, y motivaos a disfrutadlo de distintas formas en vuestro día a día.
https://www.youtube.com/watch?v=KbVSKjmBdX8
y se celebra en España el Día del PERRO sin RAZA, iniciativa para promover el instaurar una fecha que dé a conocer los beneficios de adoptar y rescatar perros sin pedigrí.
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´Autores del s.XX en las lenguas españolas (y Premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
- de 1912, nació Patrick WHITE,
escritor australiano, Premio Nobel de Literatura de 1973 por una
narrativa épica y psicológica, que introdujo la literatura de un nuevo
continente en el mundo de las letras.
Desde 1935 hasta su muerte, un 30 de septiembre
de 1990, publicó doce novelas, dos libros de cuentos y ocho obras de
teatro. Fue asimismo un importante coleccionista de arte moderno
australiano y de arte aborigen.
Entre sus obras, las novelas The tree of a man (1955), Voss (1957), El carro de los elegidos (1961), Las esferas del Mandala (1966), El vivisector (1970), El centro de la tormenta (1973) y A fringe of leaves (1976).
Es autor, asimismo, de obras dramáticas (Noche en el Monte Pelado, 1962; Big toys, 1977; Twyborn affair, 1979; y Netherwood, 1983), cuentos (The burnt ones, 1964; The cockatoos, 1974), guiones cinematográficos y de la autobiografía Autorretrato: grietas en el espejo (1981).
—¿Cuál es la maldita idea? —preguntó ella, porque no podía seguir allí plantada.
—Coger un par de botellas frías y pasar la mañana en el basurero.
—Pero si es la misma idea de siempre —rezongó.
—No, no lo es. No me refiero a nuestro basurero. No hemos estado en el de Sarsaparilla desde Navidad.
Ella atravesó el patio y entró en la casa refunfuñando. El
contrachapado gris y sin pintar despedía un olor a desagüe que se
mezclaba con otro de arándano machacado y de acanto. Tal vez fuera el
que los Whalley estuvieran en el negocio de la recuperación lo que
hiciera que su casa amenazara con venirse abajo.
Wal Whalley se
ocupaba de los vertederos. Naturalmente había otros trabajillos. Pero
nadie tenía tan buen ojo como Wal para las cosas que una persona
necesita: baterías descargadas y armazones de cama musicales, una
alfombra con manchas difíciles de ver, alambre, más alambre, relojes
ansiosos por participar otra vez en la carrera del tiempo. (Fragmento de "Al vertedero")
Fallecidos en esta fecha
En su obra "El mensaje de otros mundos" (que publicó en Planeta pese a la oposición de su editor) hace referencia a una abducción que vivió con ocasión de hallarse en los Pirineos pasando unas vacaciones.
Entre sus obras: Los que SÍ hicimos la guerra, El holocausto de los republicanos españoles: vida y muerte, en los campos de exterminio alemanes (1940–1945), Guerrillas españolas (1936–1960), Morir por la libertad: españoles en los campos de exterminio, Los niños republicanos en la guerra de España o Las guerras de Picasso (2007).
Desde un principio el presintió que lo iban a pasar mal. No como los demás, que los unos pensaban que los liberarían y otros que los llevaban a la cárcel. Mi padre era de los últimos del grupo. No irían directamente desde Oviedo a lo que sería su
punto de destino –el puerto de Gijón- sino hacia la parte de León. Por el camino mataron a los cuatro más viejos. A los que no podían soportar la marcha y se quejaban continuamente. Sus asesinos esperaban que se hiciese de noche para liquidarlos y dejarlos en la cuneta. Dos de ellos se iban a dormir al pueblo y los otros dos se quedaban con los prisioneros. Cuando reemprendían la marcha, poco antes de que amaneciera, yo me acercaba la cuneta, a ver si el muerto no era mi padre... Y así durante las doce jornadas que duró la marcha.
Los llevaron, como a casi todos aquellos días, a la escollera del puerto de Gijón.
Pascualín escondiéndose, los seguía a treinta o cuarenta pasos. Era una noche negra del mes de octubre de 1939. Y allí, al borde del mismo muelle, de espaldas al agua, los acribillaron a balazos. Unos gritos de protesta precedieron a los disparos y luego se empezaron a oír lamentos y quejas. Uno de los ejecutores dijo: «¡Si todavía están vivos!». Otro le replicó: «¡Cómo se nota que eres un novato!». En cosa de segundos los fusilados empezaron a teñir las aguas del puerto con su sangre. Cuando pasaron cerca del escondite de Pascualín, éste oyó que el joven
falangista volvía a preguntar: «¿Y por qué les disparamos a las piernas?». El veterano le aclaró: «Porqué así tardan más tempo en desangrarse. ¿Lo comprendes ahora?».
Tan pronto pudo, Pascualín se precipitó hacia el lugar del fusilamiento. Vió como algunos se agitaban en el agua. Dos o tres se retorcían medios sumergidos, sobre unas rocas. El chico empezó a murmurar: «Padre... padre... ¿Dónde estás?... ¡soy Pascualín!...». De pronto alguien le respondió, con voz queda: «Pascualín, hijo mío, estoy aquí...».
A Pascualín lo conocí en Cervera de Pisuerga, en el verano de 1976. El peluquero de Barruelo de Santullán, «Napoleón», me contó la historia del rescate
del padre de las aguas del puerto. Y me ayudó a localizar al hijo.«A duras penas lo saqué del agua» –me siguió contando Pascualín- «y a rastras me lo llevé tierra adentro, antes de que se hiciese de día». (Fragmento de "Los niños republicanos en la guerra de España").
Escribió sus primeros artículos periodísticos firmando con el pseudónimo de María Luisa Villalba, El primero de los cuales se titula "En torno a los libros de la guerra", publicado en el periódico La Tarde en 1930.
En 1932 promovió la creación del Instituto de Estudios Canarios, siendo miembro fundadora del mismo.
Por problemas políticos, proscrita por el régimen de Franco debido a la filiación republicana de su familia, cuando inició los trámites para presentarse a cátedra de la Universidad, se le comunicó extraoficialmente, pero con mucha claridad, que jamás conseguiría ser catedrática, por lo que renuncia a la docencia en la Universidad de La Laguna y emigra a Venezuela en 1953.
Entre sus obras: Con la voz del silencio (1945), Apuntes de ortografía española con explicaciones de léxico. Para uso de principiantes (1966), Sobre el español que se escribe en Venezuela (1967), Las generaciones y cuatro estudios (1990) y La Luz llega del Este (1998).
Aquel viejo muro nos trae de pronto el perfil desconocido de una vida que fue, que tuvo sus horas de plenitud cuando el muro fue nuevo y cuando, enjalbegado de vivo color, floreció en él la madreselva olorosa que prendieron unos dedos jóvenes de mujer o quizá de hombre apasionado. Un hombre o una mujer, tal vez una mujer y un hombre que pudieron suspirar o mirarse puede que con deseo,
quién sabe si con serenidad... Aquel rincón húmedo, esa vereda limpia que peina el viento mañanero, este recuerdo de un ser delicado, esa armonía de vieja canción que entonamos a media voz mientras, como bandadas de papeles rotos, echamos a volar guardados relicarios íntimos, se han quedado sin un poeta, se tienen que quedar sin un poeta, prisioneros inexorables de un irresuelto problema de expresión. Hay emociones de una sutileza tal, que sólo viven en aquella esfera ce rrada donde vive el silencio, condenadas para siempre a lo inédito. (Fragmento de "Con la voz del silencio")
En 1959 comenzó a impartir clases de Filosofía e Historia del Arte y recibió un accésit del Premio Adonáis de poesía por su obra Enemigo íntimo.
Convertido ya en un personaje altamente popular de la literatura española, comenzó a escribir novelas en los años noventa, iniciándose con El manuscrito carmesí, que ganó el Premio Planeta en 1990, y títulos como La regla de tres y La pasión turca, adaptada al cine por el conocido director español, Vicente Aranda.
El Águila bicéfala es una colección de artículos sobre el amor.
Destaca también en el campo del relato corto con libros como Los invitados al jardín (2002).
Como dramaturgo: Los verdes campos del Edén ( Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca , 1963), Noviembre y un poco de hierba, Los buenos días perdidos (1972), Anillos para una dama (1973), Las cítaras colgadas de los árboles (1974), la comedia ¿Por qué corres, Ulises? (1975), Petra regalada (1980), El hotelito, Séneca o el beneficio de la duda (1987) y en 1989 el libreto de la ópera Cristóbal Colón.
Sus memorias, Ahora hablaré de mí, (2000), son entretenidísimas y se hallan escritas con un gran sentido del humor.
El 5 de julio de 2011 el escritor hace público en su columna en el diario El Mundo, 'La tronera', que padecía "un cáncer de difícil extirpación" del que declaró estar libre en febrero de 2015 durante un homenaje en Málaga. Lleva tiempo recluido en su finca de La Baltasara, en Alhaurín el Grande.
El 14 de diciembre de 2011 recibió el Premio Quijote de Honor 2011 a toda una vida, que concede la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE).
Otras obras: El imposible olvido (novela, 2001), El dueño de la herida (relatos, 2003), El pedestal de las estatuas (novela, 2007), Los papeles de agua (novela, 2008), Quintaesencia (aforismos, 2012 ), Desde el Sur te lo digo (poesía, 2019).
Aún eres mío, porque no te tuve.
Cuánto tardan, sin ti,
las olas en pasar...
Cuando el amor comienza, hay un momento
en que Dios se sorprende
de haber urdido algo tan hermoso.
Entonces, se inaugura
-entre el fulgor y el júbilo-
el mundo nuevamente,
y pedir lo imposible
no es pedir demasiado.
Fue a la vera del mar, a medianoche.
Supe que estaba Dios,
y que la arena y tú
y el mar y yo y la luna
éramos Dios. Y lo adoré. ('Aún eres mío. porque no te tuve...')
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