Era el de arriero (1) un oficio duro que obligaba a los que lo ejercían a moverse de un lado a otro por los caminos , generalmente montañosos, para el traslado de mercancías . Por eso, seguían rutas más o menos fijas que recorrían de forma cíclica ofreciendo casi siempre productos de primera necesidad en los pueblos fuera de las rutas comerciales mejor comunicadas. Buhoneros, quincalleros, vendedores ambulantes... que en muchas ocasiones viajaban juntos para poder auxiliarse en caso de apuro.
Retrocedieron silenciosamente al tiempo que avanzaba la construcción de
carreteras y la mejora de las comunicaciones, pero su imagen queda en
nuestro refranero para recordarnos que la vida es un viaje en el que cuando alguien niega un auxilio a
otro, no pasará mucho para que pueda a su vez verse necesitado y reciba
el mismo trato.
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(1).- De "arre"
(interjección para animar a las cabalgaduras).- Persona que trajina con
bestias de carga.
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Imposible no referirse en este caso a la preciosa canción de Atahualpa
Yupanqui: "El arriero"
Siempre he escuchado esta frase como una amenaza: "Ya verás, ya! Ahora me la has jugado, pero arrieros somos, en el camino nos encontraremos, y cuando me necesites, o cuando menos te lo esperes, ya te la devolveré!"
ResponderEliminarTambién la había escuchado como "predicción". "Dices que quieres dejarlo, pero en dos días estás enganchado otra vez, como yo. Arrieros somos, y en los caminos nos encontraremos!"
¡Es tan común que un refrán se use inadecuadamente y evolucione por si mismo...!
Efectivamente suelen perder su sentido original para acoplarlo a los tiempos que corren, por eso permanecen :)
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