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martes, 11 de diciembre de 2012

Refrán en mano - "Quien no tiene padrino, no se bautiza"

 En los primeros tiempos del cristianismo, el que quería recibir el bautismo debía ser presentado - imitando ritos judíos - por sus propios padres. Pero el padrino aparece a partir del 813 (Concilio de Munich) cuando esta figura debía ser ajena al círculo familiar directo y no eran tan sólo testigos.   
En el momento de bautizar al neófito, la misión del padrino o padrinos (padrino y madrina) va algo más allá que la de acompañarle durante la ceremonia: se convierten en unos segundos padres para esa criatura y se comprometen a ayudar a educarla en la fe y cuidar de sus necesidades en el caso de que los padres faltasen.

 Por lo demás, sabemos que hay distintas ceremonias que necesitan de testigos, a los que se llama también "padrinos" (de boda, por ejemplo).
 
En resumen, esa figura era tan imprescindible que no habría ceremonia sin ellos. De ahí parte este refrán ( citado en nuestro libro "De abuelos a nietos" con relación a "El nombre ni quita ni pone" ) que muestra la importancia de las buenas referencias y de lo que llamamos un buen enchufe como carta de presentación que abra las puertas al solicitante, sobre todo cuando se busca un trabajo.
 
Y es que "en todas partes cuecen habas" y por muy democráticos que hayamos llegado a ser, la cultura de la elección a dedo, de las oposiciones y concursos amañados para dar el puesto o el premio a alguien ya preestablecido están en  el orden del día.
 
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)"  http://educacion-ne.es/refranes.htm 

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Seguro que la primera referencia que se nos ha ocurrido es  la genial saga de "El Padrino" de Francis Ford Coppola, 1972 (basada en la novela del estadounidense Mario Puzo, 1969) , pero vamos a destacar la figura de otro padrino: el de Miguel en "El oro de los sueños" de José Mª Merino (primeras páginas). que le embarca en un viaje al mítico mundo de las supuestas riquezas de los indios de Sudamérica.

  Y para los profesores, es más que aconsejable esta guía de actividades tras su lectura.

lunes, 10 de diciembre de 2012

58.- "Estar a la cuarta pregunta"

Del mismo modo que quedó en el terreno de las expresiones populares el "acogerse a la quinta enmienda", el origen de este dicho que hoy comentamos está también en el terreno de las leyes y la jurisprudencia, pues cualquier ciudadano que utilizara sus servicios debía responder con su nombre completo y fecha de nacimiento (pregunta 1), país de nacimiento y profesión (pregunta 2), religión y estado civil (pregunta 3), Rentas y patrimonio (pregunta 4) y así sucesivamente.

Como es lógico, y para evitar luego problemas de embargos y demás o para poder solicitar ayudas, normalmente la respuesta a esta pregunta era "no tener un duro", "estar sin blanca" o algo parecido; es decir, no se tenía nada.

De ahí que ahora se use para indicar lo mismo y resumir la situación: declarar en público ser pobre de solemnidad aunque por detrás se sepa que no se priva de nada.

Una picaresca que tal vez nos haya llevado a estar como estamos. Y aunque ya se encarga "papá administración" de tenernos bien controlados (cuentas bancarias, vida laboral, propiedades...) y sólo pueden escaquearse(1) los que de verdad tienen y pueden costearse abogados y notarios que les ayudan a estafar a los demás; si aun así, y con más de cinco millones de parados nos sablean(2) y nos acribillan(3) a impuestos sacándonos lo que no tenemos... ¿qué harían si tuviésemos?

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Definición de la RAE (www.rae.es):
(1) escaquearse. Eludir una tarea u obligación en común.
(2) sablear. 1. tr. coloq. Sacar dinero a alguien dándole sablazos, esto es, con petición hábil o insistente y sin intención de devolverlo.
(3) acribillar. Molestar mucho y con frecuencia.

jueves, 6 de diciembre de 2012

56.- "Se le va el santo al cielo"

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  Los profesores estamos más que acostumbrados al caso  de encontrarnos en mitad de una explicación más o menos ardua y al interrogar a los alumnos sobre cualquier punto para ver si ha quedado claro, hallar que el alumno en cuestión no sólo no sabe de qué se le está hablando, sino que a veces ni contesta por habérselo ido el santo al cielo.
 
Y es que si tenemos nombre, tenemos santo (por lo menos mientras se mantuvo la costumbre de elegir en la pila bautismal o en el registro civil, entre el amplio listado de nombres venerados por la iglesia) y ese santo, como corresponde, parece querer habitar regiones "etéreas" mejor que atender a la tantas veces cruda y aburrida realidad.

 Se usa también en primera persona: "Se me ha ido el santo al cielo y ... no me acordé de la cita", o... "y no sé lo que iba a decir".

 En resumen: ese santo con tendencias a lo celestial que suele acompañar a los despistados ;)

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 La primera referencia que se me ha venido a la cabeza relacionando experiencias entre profesor y alumnos es la de una serie de TV que veía en mi adolescencia (hace años ya, pues) en la que un joven profesor de Literatura , alto y espigado, hacía algo más que enseñar. Lo siento: no he podido localizarla.
 
Más cercana y con el mismo argumento, la genial película protagonizada por Robin Williams "El Club de los poetas muertos", guión convertido en novela en el 1991 ( "Dead poets society". N.H.Kleinbaum) y algo más lejana, pero no menos actual, ya que al fin y al cabo consiste en los mismo: ganarse a los alumnos para poder cumplir su misión (y vocación) de enseñar: "Rebelión en las aulas" (1967) de Sidney Poitier.
 

lunes, 3 de diciembre de 2012

55.- "Ver la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio"

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Esta sentencia, citada en relación con el dicho "Dijo la sartén al cazo: ¡Quítate allá , que me tiznas!"  proviene de los Evangelios, en donde se nos cuenta:
 
  En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No juzguéis y no os juzgarán. Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la paja que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la paja del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la paja del ojo de tu hermano".

 Utilizando, como era costumbre, símbolos habituales en la vida común, era fácil entender la diferencia entre una paja en el ojo, una brizna, una pequeña astilla, frente al tronco de árbol o listón grueso de madera que se usaba como vigas.

 Creo que el ejemplo es suficientemente claro para necesitar más explicación.

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 Y siguiendo con la Iglesia, tenemos muchos claros ejemplos de la hipocresía aquí censurada desde sus orígenes y ampliamente practicada en su seno por la lucha por el poder o por el rompimiento de los votos, o simplemente por la pérdida de la fe, en obras literarias como "El pájaro espino" de Colleen McCullough, "Tormento" de Benito Pérez Galdós o "La Regenta" de Leopoldo Alas "Clarín", a la que el mismo Galdós prologó. Las tres obras han sido llevadas a la pantalla.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Mensajes cortos, vale; pero... ¿esto?

Puedo estar conforme (hasta cierto punto) con el hecho de que los nuevos medios obliguen a ser parcos en palabras, bien; pero que la necesidad de ser breves dé lugar a mensajes como éste:

On dame v cc de ire paq q z:.& bss da zapatosAndrew

como comentario a un vídeo de mi canal, me da que pensar. ¿Tan limitados están en expresión lingüística como para no poder comunicarse usando un mensaje mínimamente inteligible?
Doy un premio a quien me lo traduzca :)


miércoles, 28 de noviembre de 2012

Refrán en mano - "Arrieros somos, y en el camino nos encontraremos"

Era el de arriero (1) un oficio duro que obligaba a los que lo ejercían a moverse de un lado a otro por los caminos , generalmente montañosos, para el traslado de mercancías . Por eso, seguían rutas más o menos fijas que recorrían de forma cíclica ofreciendo casi siempre productos de primera necesidad en los pueblos fuera de las rutas comerciales mejor comunicadas.  Buhoneros, quincalleros, vendedores ambulantes... que en muchas ocasiones viajaban juntos para poder auxiliarse en caso de apuro.   

Retrocedieron silenciosamente al tiempo que avanzaba la construcción de carreteras y la mejora de las comunicaciones, pero su imagen queda en nuestro refranero para recordarnos que la vida es un viaje en el que cuando alguien niega un auxilio a otro, no pasará mucho para que pueda a su vez verse necesitado y reciba el mismo trato.

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 (1).- De "arre" (interjección para animar a las cabalgaduras).- Persona que trajina con bestias de carga.

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Imposible no referirse en este caso a la preciosa canción de Atahualpa Yupanqui: "El arriero"

  

martes, 27 de noviembre de 2012

Refrán en mano.- "Haz lo que digo, pero no lo que hago"


  Este refrán, citado en nuestro libro "De abuelos a nietos" con relación al de "No entra en misa la campana y a todos llama", nos muestra una costumbre muy habitual en el ser humano: aconsejar a otros lo que han de hacer, siendo él el primero en no seguir aquello que aconseja.Y desarrollando esta explicación, me ha venido a la cabeza una coplilla que dice:
 
"El señor cura no baila / porque tiene la corona,
¡baile, baile, señor cura,/ que Dios todo lo perdona!"
 
Y la he recordado porque ha sido y es muy importante "predicar con el ejemplo" para tener credibilidad e inspirar confianza en los demás.
 
Lo malo de eso es que otros refranes también comentados como: "la mujer del César no solo tiene que serlo sino parecerlo" o "lobo con piel de cordero" nos previenen sobre aquellos que presentan dos caras: lo que quieren que vean los demás y lo que realmente son.

En fin, concluyendo y volviendo a nuestra frase inicial:
 
Aconsejar es fácil, pero... "del dicho al hecho, hay gran trecho (1)". ¿No os parece? 

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Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)"  http://educacion-ne.es/refranes.htm
 
Lectura aconsejada relacionada con el tema tratado:

   Ganadora del premio Edebé 2010, Maite Carranza en su obra "Palabras envenenadas" trata sobre el abuso de menores.

   ¿Qué pasó con Bárbara Molina? Nunca se encontró su cuerpo ni se consiguieron pruebas para detener a ningún culpable. Una llamada a un móvil pone patas arriba el destino de muchas personas: el de un policía a punto de jubilarse, el de una madre que ha perdido la esperanza de encontrar a su hija desaparecida, el de una chica que traicionó a su mejor amiga. Palabras envenenadas es una crónica de un día trepidante, vivido a contrarreloj y protagonizado por tres personas cercanas a Bárbara Molina, desaparecida misteriosa y violentamente cuando tenía quince años. Un enigma que, después de cuatro años sin resolverse, va a verse sacudido por nuevas claves. A veces, la verdad permanece oculta en la oscuridad y sólo se ilumina al abrir una ventana.
Una historia de mentiras, secretos, engaños y falsas apariencias que pone el dedo en la llaga sobre mitos incuestionables. Un relato escalofriante que disecciona la hipocresía de la sociedad española moderna. Una denuncia valiente de los abusos sexuales infantiles, sus devastadoras consecuencias y su invisibilidad en este mundo bienpensante nuestro.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

(1) trecho.- Espacio, distancia de lugar o tiempo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 45.

Capítulo cuadragésimo quinto:  Donde se acaba de averiguar la duda del yelmo de Mambrino y de la albarda, y otras aventuras sucedidas, con toda verdad .
 
Veíamos en el capítulo precedente cómo las versiones sobre la bacía o yelmo de Mambrino ("baciyelmo" lo llama Sancho, muy acertadamente) eran bien distintas según las dieran nuestros protagonistas o su anterior propietario.
 
Esa diferencia obliga a los allí presentes a dar su opinión, y no desaprovecha el barbero la ocasión para reírse del hecho y, de paso, ganarse un poco más la confianza de Don Quijote, al que, como sabemos, querían hacer retornar a su casa. El caso es que comenta: Y así, y tras apoyar
 
-Señor barbero, o quien sois, sabed que yo también soy de vuestro oficio, y tengo más ha de veinte años carta de examen, y conozco muy bien de todos los instrumentos de la barbería, sin que le falte uno; y ni más ni menos fui un tiempo en mi mocedad soldado, y sé también qué es yelmo, y qué es morrión, y celada de encaje, y otras cosas tocantes a la milicia, digo, a los géneros de armas de los soldados; y digo, salvo mejor parecer, remitiéndome siempre al mejor entendimiento, que esta pieza que está aquí delante y que este buen señor tiene en las manos no sólo no es bacía de barbero, pero está tan lejos de serlo como está lejos lo blanco de lo negro y la verdad de la mentira; también digo que éste, aunque es yelmo, no es yelmo entero.
-No, por cierto -dijo don Quijote-, porque le falta la mitad (...)
 
Y así, y tras apoyar dichas palabras todos los que estaban en el complot (cura, Cardenio, ...) y las conclusiones a las que llega Don Quijote sobre los extraordinarios  sucesos que ocurren en ese castillo, dejan al pobre barbero en un estado de confusión tal que ya no sabe si es él quien no rige o se ha encontrado entre un grupo de personas que consideraba respetables y son a cual más loco.
 
Para aquellos que la tenían del humor de don Quijote era todo esto materia de grandísima risa; pero para los que le ignoraban les parecía el mayor disparate del mundo, especialmente a los cuatro criados de don Luis, y a don Luis ni más ni menos, y a otros tres pasajeros que acaso habían llegado a la venta, que tenían parecer de ser cuadrilleros, como, en efeto, lo eran. Pero el que más se desesperaba era el barbero, (...)
 
Estos que no entendían nada no pueden evitar el intentar mediar en lo que allí se discutía y, naturalmente, lo único que consiguen es liar aún más la insensata situación, aumentando las risas de los que sabían de la locura "quijoteril" y desconcertándoles aún más la airada reacción de nuestro caballero. ¡Vaya que si se lió!:
 
El barbero aporreaba a Sancho; Sancho molía al barbero; don Luis, a quien un criado suyo se atrevió a asirle del brazo porque no se fuese, le dio una puñada, que le bañó los dientes en sangre; el oidor le defendía; don Fernando tenía debajo de sus pies a un cuadrillero, midiéndole el cuerno con ellos muy a su sabor; el ventero tomó a reforzar la voz, pidiendo favor a la Santa Hermandad; de modo que toda la venta era llantos, voces, gritos, confusiones, temores, sobresaltos, desgracias, cuchilladas, mojicones, palos, coces y efusión de sangre. Y en mitad deste caos, máquina y laberinto de cosas, se le representó en la memoria a don Quijote que se veía metido de hoz y de coz en la discordia del campo de Agramante, y así dijo, con voz que atronaba la venta:
-Ténganse todos; todos envainen; todos se sosieguen; óiganme todos, si todos quieren quedar con vida.
 
En fin el más loco de todos fue el que vino a traer la paz y la cosas se apaciguaron, volviendo las aguas a su cauce. Pero no era cuestión de desaprovechar la ocasión, por lo que deciden presentar a Don Quijote a la Santa Hermandad, una excusa como otra cualquiera para terminar ya de devolverle a su casa, atado y encantado por una razón suficientemente fuerte para nuestro protagonista, que a pesar de todo aún exclama, indignado:
 
(...) decidme: ¿Quién fue el ignorante que firmó mandamiento de prisión contra un tal caballero como yo soy? ¿Quién el que ignoró que son exentos de todo judicial fuero los caballeros andantes, y que su ley es su espada, sus fueros sus bríos, sus premáticas su voluntad? ¿Quién fue el mentecato, vuelvo a decir, que no sabe que no hay ejecutoria de hidalgo con tantas preeminencias ni exenciones como la que adquiere un caballero andante el día que se arma caballero y se entrega al duro ejercicio de la caballería? ¿Qué caballero andante pagó pecho, alcabala, chapín de la reina, moneda forera, portazgo ni barca? ¿Qué sastre le llevó hechura de vestido que le hiciese? ¿Qué castellano le acogió en su castillo que le hiciese pagar el escote? ¿Qué rey no le asentó a su mesa? ¿Qué doncella no se le aficionó y se le entregó rendida, a todo su talante y voluntad? Y, finalmente, ¿qué caballero andante ha habido, hay ni habrá en el mundo, que no tenga bríos para dar él solo cuatrocientos palos a cuatrocientos cuadrilleros que se le pongan delante?
 
¡Seguimos!
 
 
 
 
 

viernes, 9 de noviembre de 2012

Leyendo El Quijote. 1ª parte. Capítulo 44.

Capítulo cuadragésimo cuarto:
Donde se prosiguen los inauditos sucesos de la venta
 
No era Don Quijote de los que se rinden, así que a grandes voces consiguió llamar la atención de los de la posada, no sin antes dar tiempo a la Maritornes de desatar el estribo para que no quedaran restos de su "trastada". El caso es que cuando acudieron y vieron de tal guisa a nuestro caballero, una vez que le hubieron desatado, comprobaron una vez más los que le conocían el grado de locura de nuestro caballero e informaron de ella a los recién llegados.
 
Estos caballeros venían en busca del enamorado de Doña Clara, del que, disfrazado de caballerizo, ya supimos por ella misma y por la prodigiosa voz que todos pudieron escuchar.
 
En fin, que aunque el ventero no supo dar noticias ciertas, los demás sí indicaron que dicho caballerizo podía ser el que buscaban, y se enzarzaron los cuatro caballeros con don Luis, que este era su nombre, al que encontraron dormido junto a un mozo de mulas, para llevarle, de grado o por fuerza, junto a su padre...
 
Ya a esta sazón habían acudido a la porfía todos los más que en la venta estaban, especialmente Cardenio, don Fernando, sus camaradas, el oidor, el cura, el barbero y don Quijote, que ya le pareció que no había necesidad de guardar más el castillo. Cardenio, como ya sabia la historia del mozo, preguntó a los que llevarle querían que qué les movía a querer llevar contra su voluntad a aquel muchacho.
-Muévenos -respondió uno de los cuatro- dar la vida a su padre, que por la ausencia deste caballero queda a peligro de perderla.
A esto dijo don Luis:
-No hay para qué se dé cuenta aquí de mis cosas; yo soy libre, y volveré si me diere gusto, y si no, ninguno de vosotros me ha de hacer fuerza.
 
Entretanto, quisieron aprovecharse del jaleo dos huéspedes para irse sin pagar, pero no era el ventero de los que descuidan sus intereses, por lo que desembocó la trifulca en una pelea tal que pidieron ayuda a D. Quijote. Contestó éste que, según las leyes de caballería, no podía meterse en nueva empresa si ya estaba comprometido en una (como le pasaba a él con la princesa Micomicona) y que, sin embargo, podría ayudarle si le daban permiso. Consiguió la autorización de Dorotea, como es lógico, pero había otro problema: no podía un caballero inmiscuirse en peleas "escuderiles", así que no había otra: sería Sancho el que debería ocuparse de ello.
 
Deja el autor el asunto de la pelea para volver a ocuparse de don Luis, a quien el padre de doña Clara ya había reconocido como el hijo de su vecino. Y con esta confianza, se relata:
 
-Señor mío, yo no sé deciros otra cosa sino que desde el punto que quiso el cielo y facilitó nuestra vecindad que yo viese a mi señora doña Clara, hija vuestra y señora mía, desde aquel instante la hice dueña de mi voluntad; y si la vuestra, verdadero señor y padre mío, no lo impide, en este mesmo día ha de ser mi esposa. Por ella dejé la casa de mi padre, y por ella me puse en este traje, para seguirla dondequiera que fuese, como la saeta al blanco, o como el marinero al norte. Ella no sabe de mis deseos más de lo que ha podido entender de algunas veces que desde lejos ha visto llorar mis ojos. Ya, señor, sabéis la riqueza y la nobleza de mis padres, y cómo yo soy el único heredero; si os parece que éstas son partes para que os aventuréis a hacerme en todo venturoso, recebidme luego por vuestro hijo;
 
No era fácil tomar una decisión tan comprometida sin pensarlo detenidamente, así que decidieron esperar. Pero el diablo no puede estar ocioso (o la novela sin acontecimientos), así que, cuando el ventero consiguió que se le pagase y estaban los demás huéspedes esperando el final del suceso entre don Luis y su vecino:
 
 el demonio, que no duerme, ordenó que en aquel mesmo punto entró en la venta el barbero a quien don Quijote quitó el yelmo de Mambrino, y Sancho Panza los aparejos del asno que trocó con los del suyo; el cual barbero, llevando su jumento a la caballeriza, vio a Sancho Panza que estaba aderezando no sé qué de la albarda, y así como la vio la conoció, y se atrevió a arremeter a Sancho,
 
 
 
Uno porfiaba en que le devolviesen lo suyo; los otros (don Quijote y Sancho) aclaraban que había sido ganado "en buena lid" y que bacía o yelmo ("baciyelmo" lo llama Sancho, para abreviar) había sido de muy buen provecho para don Quijote, pues le había librado de buenas pedradas.
 
Y así nos deja el autor en espera del nuevo capítulo.
 
¡Seguimos!

martes, 30 de octubre de 2012

44.- "Tanto va el cántaro a la fuente que alguna vez se rompe"

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mariannavarro.net.Refranes
    En un sentido parecido al de "quien con fuego juega, se acaba quemando" el refrán que nos ocupa nos avisa de que una forma de actuar o una actitud ante le vida puede salir bien cien veces, pero mal a la ciento una.

En tiempos en que no había agua corriente en las casas, era costumbre ir a por agua a la fuente del pueblo, si no había pozo o reguero cerca, usando como recipiente un búcaro o cántaro de barro.

 Ocupa todavía lugar principal en muchos de nuestros pueblos la fuente que surtía de agua a personas y caballerías. Sin ir más lejos, además de ser retratado en muchos lienzos, tenemos en la vida de Jesús reflejo de esto cuando pide agua a una de las mujeres que llenaban sus vasijas, lo que demuestra la práctica habitual de este acto que servía no solo para el hecho de llevar agua al domicilio, sino también de lugar de reunión donde enterarse de todas las "comidillas, chismes, dimes y diretes" de la población.

 Había por tanto quien pasaba mucho tiempo en dicha fuente y a quien le gustaba pasearse con el cántaro (principalmente era tarea de mujeres) varias veces al día... de ahí que llegara a ser criticado y surgiera la advertencia que nos ocupa.

 En conclusión, y generalizando: la repetición de un acto que conlleve algún riesgo puede a la larga tener repercusiones negativas, por lo que no conviene persistir en una forma de actuar sólo por el hecho de que ha salido bien alguna vez.

 Actualmente se suele decir en casos como, por ejemplo, el de un conductor que suele llevar su coche de forma temeraria y, como es lógico, un día tiene un accidente.

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De chismes, historias cotidianas y murmuraciones de vecinos trata precisamente "La Colmena", la magistral obra de Camilo José Cela, cuya lectura aconsejamos.

miércoles, 24 de octubre de 2012

42.- "La avaricia rompe el saco"

  "La avaricia rompe el saco"
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mariannavarro.net.RefranesSe entiende avaricia como afán de incrementar riquezas por el simple placer de aumentarlas, sin que la posesión del dinero implique una mejora en la calidad de vida de quién las posee, que siempre es reacio a gastar.

 Pero también se entiende como avariciosa a la persona que pretende acaparar y poseer sin medida, guardando todo en el saco (1) que, de tan lleno, acaba rompiéndose y perdiendo su contenido. Esto se llama también codicia.
 
Refrán con el mismo sentido:  "Quién todo lo quiere, todo lo pierde"

 El saco, que bien podría ser bolsa , maleta o alforja, según el caso, es muy utilizado en nuestro refranero con expresiones como "caer en saco roto" (no dar importancia a algo que la tiene), "meter todo en el mismo saco" (medir a todos con el mismo rasero) , "quien habla por refranes, es un saco de verdades"...

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 "Yo salí de mi tierra y dejé hijos y mujer por venir a servir a vuestra merced, creyendo valer más, y no menos; pero como la codicia rompe el saco, a mí me ha rasgado mis esperanzas." (El Quijote, 1ª parte, capítulo XX ).

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 (1) .-  Del latín saccus

1. m. Receptáculo de tela, cuero, papel, etc., por lo común de forma rectangular o cilíndrica, abierto por uno de los lados.

2. m. Cosa contenida en él.

3. m. Cosa que en sí incluye otras muchas, en la realidad o en la apariencia. U. m. en sent. peyor. Saco de mentiras. Saco de malicias.

 

viernes, 19 de octubre de 2012

41.- "Siempre hay un roto para un descosido"


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mariannavarro.net. RefranesAunque muchas veces lo he oído en casa como sinónimo de que siempre hay algún remedio o apaño para las cosas, o de que cada quién tiene quien comparta su forma de ser, es decir, que siempre puede encontrar pareja; también podríamos hallarnos ante un refrán paralelo al de "al perro flaco todo se le vuelven pulgas...", porque del descosido al roto hay poco trecho y si antes estaba mal, luego puede estar peor.

En otra acepción del mismo, cambiando algunas palabras, dice: "Vale tanto para un roto como para un descosido". Es decir, es una persona que se lleva bien con todo el mundo o que le resulta fácil arreglar cosas.
 
En cualquiera de sus acepciones, habrá que entrar en el mundo de la costura, tomar aguja, hilo y dedal y entenderemos la diferencia entre zurcir un roto o reparar un descosido.

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Ya comentado en nuestro salón de lectura, recomendaría ( no sólo por la relación de su título con nuestro tema) "El tiempo entre costuras" de María Dueñas. Un buen libro para conocer cómo vivió la España "del otro lado" (la del continente africano) los tiempos de nuestra desdichada Guerra Civil.
 
©"De abuelos a nietos". Mª A. Navarro
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miércoles, 17 de octubre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 43. El mozo de mulas y burla de la Maritornes.

Capítulo cuadragésimo tercero:

Donde se cuenta la agradable historia del mozo de mulas, con otros extraños acaecimientos en la venta sucedidos
 
Habíamos dejado a nuestros protagonistas y amigos escuchando una dulce voz que cantaba en las caballerizas. A todos llamó la atención por lo agradable que era. Tanto, que Dorotea no duda en llamar a una dormida Clara que, al despertar y oir la mencionada voz, lamenta más que celebra el que Dorotea la haya animado a oirla. ¿Por qué? ¡Oh, casualidad! Resulta que quien así cantaba, lejos de ser el mozo de mulas que todos creían, era un personaje principal que andaba en amores con ella (Clara)
 
-Este que canta, señora mía, es un hijo de un caballero natural del reino de Aragón, señor de dos lugares, el cual vivía frontero de la casa de mi padre en la corte; y aunque mi padre tenía las ventanas de su casa con lienzos en el invierno y celosías en el verano, yo no se lo que fue, ni lo que no, que este caballero, que andaba al estudio, me vio, ni sé si en la iglesia o en otra parte. Finalmente, él se enamoró de mi, y me lo dio a entender desde las ventanas de su casa con tantas señas y con tantas lágrimas, que yo le hube de creer, y aun querer, sin saber lo que me quería. Entre las señas que me hacia era una de juntarse la una mano con la otra, dándome a entender que se casaría conmigo; 

 Pero sucedía que consideraba imposible que estos amores pudieran llegar a buen fin porque...

-¡Ay, señora! -dijo doña Clara-, ¿qué fin se puede esperar, si su padre es tan principal y tan rico, que le parecerá que aun yo no puedo ser criada de su hijo, cuanto más su esposa? Pues casarme yo a hurto de mi padre, no lo haré por cuanto hay en el mundo. No querría sino que este mozo se volviese y me dejase; quizá con no velle y con la gran distancia del camino que llevamos se me aliviaría la pena que ahora llevo; aunque sé decir que este remedio que me imagino me ha de aprovechar bien poco. No sé qué diablos ha sido esto, ni por dónde se ha entrado teste amor que le tengo, siendo yo tan muchacha y él tan muchacho, que en verdad que creo que somos de una edad mesma, y que yo no tengo cumplidos diez y seis años; que para el día de San Miguel que vendrá dice mi padre que los cumplo.

El caso es que Dorotea no parecía dar mucha importancia a los obstáculos que Clara veía y le aconsejó que siguiera descansando y esperara la llegada del nuevo día.

Quienes no descansaban, queriendo vengarse de los líos que Don Quijote había provocado en la Venta en su visita anterior, eran la Maritornes y la hija de los venteros: Idearon una estratagema para burlarse de él y reírse a su costa, y así, mientras don Quijote en la caballeriza, subido en Rocinante y apoyado en su lanzón, parloteaba solo, según su costumbre, dirigiendo sus pensamientos a la "sin par Dulcinea", le llamaron desde un hueco que había en el pajar...

y luego en el instante se le representó en su loca imaginación que otra vez, como la pasada, la doncella fermosa, hija de la señora de aquel castillo, vencida de su amor, tornaba a solicitarle; y con este pensamiento, por no mostrarse descortés y desagradecido, volvió las riendas a Rocinante y se llegó al agujero, y así como vio a las dos mozas, dijo:

-Lástima os tengo, fermosa señora, de que hayades puesto vuestras amorosas mientes en parte donde no es posible corresponderos conforme merece vuestro gran valor y gentileza; de lo que no debéis dar culpa a este miserable andante caballero, a quien tiene Amor imposibilitado de poder entregar su voluntad a otra que aquella que, en el punto que sus ojos la vieron, la hizo señora absoluta de su alma. Perdonadme, buena señora, y recogeos en vuestro aposento, y no queráis con significarme más vuestros deseos que yo me muestre más desagradecido; y si del amor que me tenéis halláis en mí otra cosa con que satisfaceros que el mismo amor no sea, pedídmela; que yo os juro por aquella ausente enemiga dulce mía de dárosla en continente,

Le convence la Maritornes de que le ofrezca la mano, mientras tenía preparado el cabestro en el que estaba atado el asno de Sancho. No dudó Don Quijote en hacer lo que le pedían, pues era norma de caballero -y así lo había prometido- el acceder a lo que una dama le solicitase. Así pues, subido de pie sobre Rocinante para así llegar mejor al que él suponía ventanuco del palacio, Maritornes le ató, sujetando el arnés a la puerta, de manera que nuestro caballero quedó inmovilizado y así tuvo que permanecer toda la noche, con gran cuidado de que Rocinante no se moviera, o le partiría la mano. Y al verse de ese modo:

 
allí fue el maldecir de su fortuna; allí fue el exagerar la falta que haría en el mundo su presencia el tiempo que allí estuviese encantado, que sin duda alguna se había creído que lo estaba; allí el acordarse de nuevo de su querida Dulcinea del Toboso; allí fue el llamar a su buen escudero Sancho Panza, que, sepultado en sueño y tendido sobre el albarda de su jumento, no se acordaba en aquel instante de la madre que lo había parido; allí llamó a los sabios Lirgandeo y Alquife, que le ayudasen; allí invocó a su buena amiga Urganda, que le socorriese, y, finalmente, allí le tomó la mañana, tan desesperado y confuso, que bramaba como un toro; porque no esperaba él que con el día se remediaría su cuita, porque la tenía por eterna, teniéndose por encantado.

En eso, poco antes del amanecer, llegaron cuatro hombres de a caballo... Y ¡ya conocemos a Don Quijote!: en lugar de solicitar su ayuda, se entretuvo en sus usuales circunloquios. En fin, es gracioso leer los diálogos entre ellos y cómo consiguió nuestro protagonista lo contrario de lo que necesitaba y justo lo que de éste y de su locura podíamos esperar...
 
¡Seguimos!

Refranes comentados: "Estar para el arrastre"

Como ya hemos indicado en otras ocasiones, cada refrán nuevo permanece en el Blog original hasta que le llegue su turno de ser trasladado aquí.
Nueva incorporación: la expresión "estar para el arrastre".
Para los impacientes. http://blog.mariannavarro.net/
Gracias.

domingo, 14 de octubre de 2012

Espacio para vuestras dudas en FILOSOFÍA

Probablemente habréis llegado aquí desde nuestro Blog. Así que ya sabéis que con el fin de que todos podáis compartir los intercambios, este espacio servirá para ello.
Para los que llegáis aquí por otro camino, bienvenidos: podréis hacer preguntas, comentar o consultar temas de FILOSOFÍA que os interesen y no estén ya en nuestro blog.
Los comentarios necesitan moderación antes de ser publicados, así que basta con dar a "enviar" una vez. De este modo conseguimos dos cosas:
- Enterarnos de que ha llegado una nueva consulta, y
- Evitar salidas de tono, SPAM, etc... de quienes no saben respetar a los demás.
No seáis tímidos ni esperéis a que a otro se le ocurra... Solo quien pregunta, aprende. No os preocupéis, se os responderá.
Saludos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

40.- "Hombre apercibido, medio combatido" u "Hombre prevenido vale por dos"

"Hombre apercibido, medio combatido"
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mariannavarro.net.Refranes
  Desde que vi esta foto, supe que era la más adecuada para este refrán: Si el camello "pincha", ahí está la bicicleta... ¿O será viceversa? :)

El caso es que la mejor manera de combatir y solucionar un imprevisto es estar preparado para ello, y así nos lo dice esta sentencia, que tiene el mismo significado  que el más conocido para todos: "Hombre prevenido vale por dos".

 Apercibir(1) tiene así mismo el sentido de avisar, por lo que nuestro refrán de hoy también puede reflejar un hecho de sentido común: que un hombre al que le han avisado de lo que puede suceder, ya tiene medio camino recorrido. Sin embargo, me inclino a adoptar la interpretación del que previene (pre-venir= antes de que venga, anticiparse a lo que puede suceder)

En cualquiera de los dos casos, es decir, en el de un "hombre prevenido, avispado" o un "hombre avisado", la conclusión es evidente si le damos un sentido general: es mejor no arriegarse (y consejos sobre esto hemos visto y veremos en nuestro refranero), no "ir a tontas y a locas", sino mirar bien el terreno que se pisa y tomar precauciones ante lo que pueda pasar. De muchos atolladeros nos libraríamos, evitando enredarnos en ellos.

 Hay una frase en la que yo insisto siempre: todos tenemos dos manos si hay que trabajar con ellas, pero solo quien está preparado "para más" puede hacer lo de más y lo de menos... Creo firmemente que cuanto más preparada esté una persona, más fácilmente podrá hacer frente a los reveses que se puedan presentar en su vida. Y esa preparación está claramente ligada a su formación cultural: Un pueblo culto, es un pueblo preparado.
 
Por lo demás, quien tenga ojos y oídos que vea y oiga...

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(1).- (De percibir).

1. tr. Prevenir, disponer, preparar lo necesario para algo. U. t. c. prnl.

2. tr. Amonestar, advertir.

3. tr. Der. Hacer saber a la persona citada, emplazada o requerida, las consecuencias que se seguirán de determinados actos u omisiones suyas.

4. tr. Psicol. Percibir algo reconociéndolo o interpretándolo con referencia a lo ya conocido.

 

martes, 9 de octubre de 2012

lunes, 8 de octubre de 2012

39.- "A dineros pagados, brazos quebrados"

    mariannavarro.net.Refranes
  Hay veces que nuestro refranero desanima porque a menudo destaca por su falta de creencia en el ser humano.

 Tal vez sea porque un consejo es casi siempre un aviso ante algo desagradable, pero estaréis conmigo en que así suele ser muchas veces.

 Y aquí de nuevo entran en danza los intereses económicos para recomendarnos que no hagamos pagos por adelantado o nos podemos encontrar con que recibiremos aquello que hayamos pagado, tarde y mal.

 Menos mal que, como suele ser habitual, siempre podemos darle varios sentidos y entonces podríamos aplicarle el de "Quien paga, descansa" (cuando terminas de pagar una deuda) al que a veces se añade: "...y el que cobra, más"; como bien sabe quien ha tenido que pagar un monto importante, por ejemplo, para la compra de su casa.

 En fin, para quien gana el pan "con el sudor de su frente" es bien difícil eludir compromisos económicos a largo plazo y, por desgracia, sabemos que a veces lleva casi toda una vida el poderlos saldar, pero "Quien gasta y no gana.. ¿de qué comerá mañana?".

 Así que me temo que lo de los brazos quebrados(1), a no ser en la primera acepción, dura poco.
 
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Prototipo de la persona que se acaba endeudando tarde o temprano sería el del jugador, por lo que os traigo esta lectura del mismo título: "El jugador", de Fedor Dostoievski

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 (1).- De quebrar: roto, debilitado.

 

 

viernes, 5 de octubre de 2012

Espacio para vuestras dudas de LATÍN

Probablemente habréis llegado aquí desde nuestro Blog. Así que ya sabéis que con el fin de que todos podáis compartir los intercambios, este espacio servirá para ello.
Para los que llegáis aquí por otro camino, bienvenidos: podréis hacer preguntas, comentar o consultar temas de LATÍN que os interesen y no estén ya en nuestro blog.
Los comentarios necesitan moderación antes de ser publicados, así que basta con dar a "enviar" una vez. De este modo conseguimos dos cosas:
- Enterarnos de que ha llegado una nueva consulta, y
- Evitar salidas de tono, SPAM, etc... de quienes no saben respetar a los demás.
No os preocupéis, se os responderá.
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Por lo pronto, tenéis ya la respuesta a una consulta hecha en nuestro espacio de YouTube (buscad en las listas los vídeos referentes a Latín):
Pronunciación de las vocales en el latín clásico
Un saludo.