Google

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Pronunciación de las vocales en el latín clásico

El sistema vocálico del latín arcaico, perpetuado en la lengua literaria, estaba constituido por diez fonemas que podemos definir mediante tres rasgos distintivos: abertura, lugar de articulación y cantidad.

Los grados de abertura eran tres:
cerrado (o alto) (/i/ /i:/ /u/ /u:/),
medio ( /e/ /e:/ /o/ /o:/) y
 abierto (o bajo) ( /a/ /a:/).
 
Además, las vocales palatales – o anteriores – ( /i/ /i:/ /e/ /e:/) se distinguían de las velares – o posteriores – ( /u/ /u:/ /o/ /o:/), al tiempo que eran neutras ( /a/ /a:/).
Cada punto del sistema estaba ocupado por dos elementos, que se diferenciaban por la cantidad (esto es, la duración, indicada aquí por la presencia o ausencia de los dos puntos junto a ellas «:»);
/i:, e:, a:, o:, u:/ eran largas,
mientras que /i, e, a, o, u/ eran breves.
 

Sin embargo, la convención gráfica del latín ignoraba generalmente las diferencias de cantidad y empleaba tan sólo cinco letras, cada una de las cuales podía representar tanto un fonema largo como uno breve. (Más tarde los gramáticos establecieron una distinción ortográfica, colocando el signo (ā) sobre la vocal larga y el signo (ă) sobre la breve)
Pero, a pesar de que esto no se reflejaba en la escritura, era un rasgo distintivo que diferenciaba palabras como:

C “aquí” <> HIC “este”

LĪBER “libre” <> LIBR “libro”

LĒVIS “liso” <> LEVIS “ligero”

VĒNIT “él vino” <> VENIT “él viene”

MĀLUM “manzana” <> MALUM “malo”

ŌS “boca” <> OS “hueso”

PŌPULUS “chopo” <> POPULUS “pueblo”

Junto a estas diez vocales, el latín literario conocía también tres diptongos : AE , OE y AU.

Aunque este sistema persistió en el habla culta, sufrió gradualmente diversos cambios. El primero, la pérdida del rasgo distintivo de cantidad que se transfirió al de abertura. El segundo cambio fundamental fue la naturaleza del acento.

El sistema de nueve vocales que surgió tras la pérdida de las oposiciones basadas en el rasgo de cantidad era particularmente inestable. En realidad, la diferencia acústica era probablemente demasiado pequeña para que pudiesen ser diferenciados con absoluta precisión los elementos del sistema. Al sistema vocálico resultante de estos cambios, sistema de siete unidades, se le suele denominar “sistema vocálico del latín vulgar”, ya que se utilizó en buena parte de la latinidad, incluida la Península Ibérica.
Como ejemplos sonoros de esta vocalización quedan, por ejemplo, las del catalán y el francés.

[Penny, Ralph: Gramática histórica del español. Barcelona: Ariel, 2001, p. 39 ss.]
Otros sitios de interés que puedes consultar sobre el tema:
 

martes, 25 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Cap. 40


Capítulo cuadragésimo:
Donde se prosigue la historia del cautivo

Como ya hemos indicado en anteriores ocasiones, no es la poesía el "fuerte" de nuestro sin par autor y aquí vuelve a demostrarlo con estos dos sonetos atribuídos al hermano de don Fernando. ¿Qué opináis del desastroso cambio del verbo para conseguir la rima? (almas dichosas... obrastes).

Se ve que la poesía era una "espinita" para Cervantes, eminente prosista pero menguado poeta. En fin, tras este lapsus metido con calzador en la narración que bien se le puede perdonar, prosigue nuestro autor con las venturas y desventuras del cautivo.



Como ya comenté, la experiencia de Cervantes como cautivo en Argel iba a servir de base a este capítulo, y así es: pronto nuestro cautivo es trasladado allí y, con las concesiones propias al género literario, ya que no es una biografía, Cervantes retrata las penurias que como cautivo debió sufrir él mismo.

De nuevo se mantiene la atención del lector al intercalar esa narración con las peripecias que llevaron al cautivo a conocer a la dama morisca que lo acompañaba, gracias a un manuscrito que...

Pero mejor lo leeis, ¿verdad? :)

No acaba aquí todavía la historia, así que solo queda esperar al próximo capítulo.

¡Seguimos!

lunes, 24 de septiembre de 2012

36.- "Dime de qué presumes y te diré de qué careces" 


"Dime de qué presumes y te diré de qué careces"
       
           .*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.

mariannavarro.net.RefranesHay bastantes sentencias en el refranero, y algunas las hemos visto ya, que insisten en la importancia de la autoestima e incluso de la publicidad personal ("Alábate, Juan: que si no te alabas, no te alabarán) y, sin embargo, hemos visto también en él numerosas contradicciones...

   En este caso, parece que nos hallamos ante una de ellas. Porque en este caso, parece ir en contra del dicho anteriormente citado y a favor de la modestia.

    Y, además, como ya ha pasado tantas veces, podemos aplicarle varias interpretaciones:

   - Presumes de algo que no posees.

- Haces ostentación de algo para, destacando tus virtudes, disimular tus defectos, o

- Viendo de qué presumes, sabré qué es lo que te falta.

   Tenemos en nuestra literatura ejemplos de cada caso:

- El clérigo de "El Lazarillo de Tormes" que rociaba migas de pan en su vestimenta para indicar que había comido;

- el gigante de "El gato con botas", presumiendo de sus facultades metamórficas, lo que indica al gato su falta de inteligencia y picardía y le permite aprovecharse de ellas, o

-  los miles de amigos del joven protagonista del cuento del Conde Lucanor.

"La primera muestra de ignorancia es presumir de saber", por tanto,  como "El buen paño en el arca se vende" , de poco sirven buenas palabras si no la acompañan los hechos que las demuestren.

   En conclusión:  "Obras son amores, que no buenas razones".

viernes, 21 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 39




Capítulo trigésimo noveno:
Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos
 
Comienza el cautivo por el principio, es decir, hablando de su lugar de origen (León) y de su familia.
 
Sucedió que el padre, dado que era rico pero derrochador, reunió a sus tres hijos para comunicarles que repartiría su herencia en vida con la condición de que cada uno siguiera sus consejos en cuanto a qué profesión elegir... y aquí Cervantes nos da una lección histórica sobre los oficios rentables en la época:
 
Hay un refrán en nuestra España, a mi parecer, muy verdadero, como todos lo son, por ser sentencias breves sacadas de la luenga y discreta experiencia; y el que yo digo dice: «Iglesia, o mar, o casa real», como si más claramente dijera: «Quien quisiere valer y ser rico, siga, o la Iglesia, o navegue, ejercitando el arte de la mercancía, o entre a servir a los reyes en sus casas»; porque dicen: «Más vale migaja de rey que merced de señor»
 
No hacen estas palabras sino constatar lo que la historia nos muestra a menudo: los hijos de los nobles (tuvieran vocación o no) iban ocupando cargos según el orden de nacimiento; y así, el primero heredaba el cargo paterno, el segundo ocupaba un cargo en la iglesia y el tercero, mercader. Los restantes ya iban siendo "colocados" según el prestigio e influencia de la familia.
 
Bien, parece ser que en este caso cada uno pudo elegir su opción, y nuestro actual protagonista decidió encaminarse a Génova para seguir la carrera de las armas. 
 
 
Va narrando distintas peripecias, muy interesantes para quien le guste saber de batallas navales en las que participó la armada española de aquel entonces y concluye con su prendimiento., convirtiéndose en cautivo de los turcos, dándose la coincidencia de que allí conoce al hermano de don Fernando, don Pedro de Aguilar. Con las nuevas de dicho alférez recordado por dos sonetos que escribió, y con la promesa de oirlos recitados, nos espera el siguiente capítulo.
 
¡Seguimos!

35.- "Ver la botella medio vacía"


"Ver la botella medio vacía"

 

.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.

mariannavarro.net.Refranes
  Ante una misma realidad, siempre hay dos maneras de enfrentarse a ella:

 La optimista, la que ve en la botella aún la mitad de su contenido (medio llena) y lo que queda por disfrutar; y la pesimista, la que ve lo que ya no está, lo que se ha bebido (medio vacía) y ya no se podrá degustar.

 Así sucede ante cualquier situación en la vida, y por ello se suele decir figuradamente esta sentencia cuando  una persona está con el ánimo bajo, deprimida y sin ilusión para ver el lado positivo, el rayo de  esperanza al que agarrarse para salir de ahí.

 .*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.

 Tenemos un genial ejemplo de optimismo en el personaje, a veces iluso y en ocasiones difícilmente creíble, de la exitosa película "La vida es bella" ("El niño con el pijama a rayas" de John Boyne, muestra la otra mitad).

Pero estamos de suerte los que vivimos en Madrid: el indiscutiblemente genial actor Rafael Álvarez, "el Brujo", capaz por sí solo de llenar un escenario y establecer una complicidad con él mientras dura la obra (he tenido el placer de verle como el Lazarillo y el Quijote), en gira desde Octubre del 2009, fecha de su estreno, representa en el Teatro Infanta Isabel, "El Testigo", de Fernando Quiñones (relato corto incluido en "Nos han dejado solos") en torno a la figura del cantaor flamenco -no se les suele denominar cantantes-, Miguel Pantalón.
 
En el escenario, tres mesas de taberna con botellas de fino siempre medio vacías como una metáfora de la vida misma del cantaor...

 

 

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.