"Lo
bueno,
si breve, dos veces bueno"
.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
Analizando el "poderoso caballero es don Dinero" de Quevedo, veíamos un claro ejemplo
del modelo conceptista de escritura, cuyo principal teórico y autor de
la sentencia que nos ocupa, fue Baltasar Gracián.
Frente al Culteranismo, corriente contemporánea y opuesta cuyo
principal representante es Góngora, de escritura complicada y farragosa, el conceptismo defendía la gracia,
la ironía y el doble sentido en frases cortas e ingeniosas que aguzasen
la imaginación.
Según Menéndez Pidal, el conceptismo consiste en:
Comparación primorosa de dos ideas que mutuamente se esclarecen, y en
general, todo pensamiento agudo enunciado de una manera rápida y
picante.
Esta rapidez es puramente cortesana; en la Corte importa no perder ni
hacer perder el tiempo: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno" y "más
valen quintaesencias(1) que fárragos
(2)", son máximas extraídas de Gracián. (sic
wikipedia)
Comprendido el origen de esta sentencia, es fácil concluir su
sentido y comprender el que sea utilizada cuando alguna lectura u orador
se hace pesado por lo extenso. De ahí ha pasado a ser utilizada en
general cuando un buen rato o momento placentero se hace corto, dejando
ganas de más. Ya hemos visto también lo pesados que son los "rollos macabeos" :)
.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
(1) - Quintaesencia.-
1.
f.
quinta esencia (‖
lo más puro, más fino y acendrado de alguna cosa).
(2) - Fárrago.-
1.
m.
Conjunto de cosas o ideas desordenadas, inconexas o superfluas.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Por el origen de la expresión y por la riqueza de
vocabulario empleada por los escritores de ambos estilos, pondríamos
como modelo de escritura farragosa al propio Góngora, en su
"fábula de Polifemo y Galatea"
Estas que me dictó, rimas sonoras,
Culta sí aunque bucólica Talía, (Talía era la musa de la comedia
y de la poesía bucólica o pastoril)
Oh excelso Conde, en las purpúreas horas
Que es rosas la alba y rosicler el día, (los colores del amanecer)
Ahora que de luz tu niebla doras, (juega con el nombre del Conde
de Niebla, a quien dedica el poema)
Escucha, al son de la zampoña mía, (instrumento musical hecho con
cañas huecas de distinta longitud. Ver imagen)
Si ya los muros no te ven de Huelva
Peinar el viento, fatigar la selva.
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