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viernes, 28 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 41.


Capítulo 41:
 Donde todavía prosigue el cautivo su suceso
 
 
Este capítulo es la continuación de la "novelita" en la que Cervantes aprovecha para darnos a conocer cómo era la vida en Argel, la relación padre-hija, las complicaciones que suponía el cambio de religión... intercalado con las peripecias del viaje de huída hacia los reinos cristianos... Cómo son ayudados por un bajel corsario, cómo llegan a Vélez Málaga y cómo el afán de Zoraida de hacerse cristiana les llevó hasta la Venta.

No es una de las mejores historias que en nuestra obra se recogen, pero sí puede ser entretenida y fácil de leer...

¡Seguimos!



37.- "No hay manjar que no empalague, ni vicio que no enfade"

        .*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.

La palabra "manjar", del catalán antiguo o del provenzal (mangare = comer) pasó a referirse a:

2. m. Comida exquisita.

3. m. Recreo o deleite que fortalece y da vigor al espíritu.

 Del mismo modo, el "vicio" se usa comúnmente como:

5. m. Defecto o exceso que como propiedad o costumbre tienen algunas personas, o que es común a una colectividad.

6. m. Gusto especial o demasiado apetito de algo, que incita a usarlo frecuentemente y con exceso.

 Ambos vocablos, pues, hacen referencia a elementos o momentos que pueden hacer más agradable la vida de una persona en frases como : Es un exquisito manjar o el más actual: (alguien o algo) "está de vicio".

 Pero el ser humano es inconstante y como nos indican otros proverbios como "lo poco gusta y lo mucho cansa", o "lo bueno, si breve, dos veces bueno", de nuevo se encierra una gran verdad:

 Lo que se tiene normalmente y en abundancia causa hastío y aburrimiento. Y es que, como somos así, no sabemos valorar algo hasta que se pierde.

 .*.*.*.*.*.

 Aunque tiene muchas otras connotaciones, recomiendo la lectura de la obra de Henri Nouwen titulada: “El Regreso del Hijo Pródigo, meditaciones ante un cuadro de Rembrandt” 

 ©"De abuelos a nietos". Mª A. Navarro

jueves, 27 de septiembre de 2012

Refrán en mano- "Algo es algo, dijo, al ver un hueso, un galgo"

  
Quizás lo conozcamos en la versión más humorística: "Algo es algo, dijo un calvo, que se encontró un peine sin púas".


Y es que ya se contempla ampliamente en nuestro refranero la misma idea: "Quien no se consuela, es porque no quiere", o "A caballo regalado, no le mires el diente".


 Se trata de valorar lo que uno se encuentra, por poco que parezca, ya que todo puede ser de utilidad (nunca se sabe).
 
Recopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!  http://educacion-ne.es/refranes.htmRecopilado en: "Más vale refrán en mano... (De abuelos a nietos)" ¡Pídelo!  http://educacion-ne.es/refranes.htm
 
Como dice Macaco, recogiendo también una sentencia popular ya comentada:
              El vaso medio lleno o medio vacío, depende de ti y de mí.

.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.

Ejercicio propuesto: Ya que lo citamos, podría ser un divertido ejercicio analizar las "frases hechas" (estar con lo puesto, ir a todo trapo, beber hasta los posos, aprender la lección, etc...) que este simpático cantante usa en este tema: "Tengo".

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Tengo.. y lo que tengo, lo mantengo a base de amor y fe.
Siento que si no estás no corre el viento -quizás afuera sí, pero no dentro de mi...
Vengo sin maleta, con lo puesto, y esta canción, mi remedio, vitamina pal´vivir.
Vuelvo y acelero si estás lejos, pongo el freno cuando pasas junto a mi.

La melodía de una rumba me dijo: el secreto no esta en la tumba sino en el vivir,
y viviendo a todo trapo, olvidé caminar despacio y las heridas en mis pies sentí.
No cantaré a lo que desconozco, solo a lo que entró en el fondo; como el poso del vino que bebí
y antes de emborracharme, brindaré mirando a tus ojos y gritaré: el secreto, es el amor
que siento por ti.

Tengo... y lo que tengo, lo mantengo a base de amor y fe.
Siento que si no estás no corre el viento - quizás afuera sí, pero no dentro de mi...
Vengo sin maleta, con lo puesto, y esta canción, mi remedio, vitamina pal´vivir.
Vuelvo y acelero si estás lejos, pongo el freno cuando pasas junto a mí.

La primera lección aprendí, pero olvidé el cuaderno al salir
(en la escuela de la vida no se puede repetir),
así que voy, lápiz en mano, tomando notas y callando - a veces es mejor no decir-.
Aprendí a alzar las velas, a aguantarle a la marea y a romper las olas del mal vivir
y es que el vaso medio lleno medio vacío, mi niña, solo depende de ti y de mí.

Y no es más rico el que más lleva, sino el que algo tiene y lo conserva
sin enfriarlo, sin olvidarlo en un cajón.
Y no hay mayor tesoro que el que guardas en tu corazón,
no en el bolsillo triste de un pantalón.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Pronunciación de las vocales en el latín clásico

El sistema vocálico del latín arcaico, perpetuado en la lengua literaria, estaba constituido por diez fonemas que podemos definir mediante tres rasgos distintivos: abertura, lugar de articulación y cantidad.

Los grados de abertura eran tres:
cerrado (o alto) (/i/ /i:/ /u/ /u:/),
medio ( /e/ /e:/ /o/ /o:/) y
 abierto (o bajo) ( /a/ /a:/).
 
Además, las vocales palatales – o anteriores – ( /i/ /i:/ /e/ /e:/) se distinguían de las velares – o posteriores – ( /u/ /u:/ /o/ /o:/), al tiempo que eran neutras ( /a/ /a:/).
Cada punto del sistema estaba ocupado por dos elementos, que se diferenciaban por la cantidad (esto es, la duración, indicada aquí por la presencia o ausencia de los dos puntos junto a ellas «:»);
/i:, e:, a:, o:, u:/ eran largas,
mientras que /i, e, a, o, u/ eran breves.
 

Sin embargo, la convención gráfica del latín ignoraba generalmente las diferencias de cantidad y empleaba tan sólo cinco letras, cada una de las cuales podía representar tanto un fonema largo como uno breve. (Más tarde los gramáticos establecieron una distinción ortográfica, colocando el signo (ā) sobre la vocal larga y el signo (ă) sobre la breve)
Pero, a pesar de que esto no se reflejaba en la escritura, era un rasgo distintivo que diferenciaba palabras como:

C “aquí” <> HIC “este”

LĪBER “libre” <> LIBR “libro”

LĒVIS “liso” <> LEVIS “ligero”

VĒNIT “él vino” <> VENIT “él viene”

MĀLUM “manzana” <> MALUM “malo”

ŌS “boca” <> OS “hueso”

PŌPULUS “chopo” <> POPULUS “pueblo”

Junto a estas diez vocales, el latín literario conocía también tres diptongos : AE , OE y AU.

Aunque este sistema persistió en el habla culta, sufrió gradualmente diversos cambios. El primero, la pérdida del rasgo distintivo de cantidad que se transfirió al de abertura. El segundo cambio fundamental fue la naturaleza del acento.

El sistema de nueve vocales que surgió tras la pérdida de las oposiciones basadas en el rasgo de cantidad era particularmente inestable. En realidad, la diferencia acústica era probablemente demasiado pequeña para que pudiesen ser diferenciados con absoluta precisión los elementos del sistema. Al sistema vocálico resultante de estos cambios, sistema de siete unidades, se le suele denominar “sistema vocálico del latín vulgar”, ya que se utilizó en buena parte de la latinidad, incluida la Península Ibérica.
Como ejemplos sonoros de esta vocalización quedan, por ejemplo, las del catalán y el francés.

[Penny, Ralph: Gramática histórica del español. Barcelona: Ariel, 2001, p. 39 ss.]
Otros sitios de interés que puedes consultar sobre el tema:
 

martes, 25 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Cap. 40


Capítulo cuadragésimo:
Donde se prosigue la historia del cautivo

Como ya hemos indicado en anteriores ocasiones, no es la poesía el "fuerte" de nuestro sin par autor y aquí vuelve a demostrarlo con estos dos sonetos atribuídos al hermano de don Fernando. ¿Qué opináis del desastroso cambio del verbo para conseguir la rima? (almas dichosas... obrastes).

Se ve que la poesía era una "espinita" para Cervantes, eminente prosista pero menguado poeta. En fin, tras este lapsus metido con calzador en la narración que bien se le puede perdonar, prosigue nuestro autor con las venturas y desventuras del cautivo.



Como ya comenté, la experiencia de Cervantes como cautivo en Argel iba a servir de base a este capítulo, y así es: pronto nuestro cautivo es trasladado allí y, con las concesiones propias al género literario, ya que no es una biografía, Cervantes retrata las penurias que como cautivo debió sufrir él mismo.

De nuevo se mantiene la atención del lector al intercalar esa narración con las peripecias que llevaron al cautivo a conocer a la dama morisca que lo acompañaba, gracias a un manuscrito que...

Pero mejor lo leeis, ¿verdad? :)

No acaba aquí todavía la historia, así que solo queda esperar al próximo capítulo.

¡Seguimos!

lunes, 24 de septiembre de 2012

36.- "Dime de qué presumes y te diré de qué careces" 


"Dime de qué presumes y te diré de qué careces"
       
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mariannavarro.net.RefranesHay bastantes sentencias en el refranero, y algunas las hemos visto ya, que insisten en la importancia de la autoestima e incluso de la publicidad personal ("Alábate, Juan: que si no te alabas, no te alabarán) y, sin embargo, hemos visto también en él numerosas contradicciones...

   En este caso, parece que nos hallamos ante una de ellas. Porque en este caso, parece ir en contra del dicho anteriormente citado y a favor de la modestia.

    Y, además, como ya ha pasado tantas veces, podemos aplicarle varias interpretaciones:

   - Presumes de algo que no posees.

- Haces ostentación de algo para, destacando tus virtudes, disimular tus defectos, o

- Viendo de qué presumes, sabré qué es lo que te falta.

   Tenemos en nuestra literatura ejemplos de cada caso:

- El clérigo de "El Lazarillo de Tormes" que rociaba migas de pan en su vestimenta para indicar que había comido;

- el gigante de "El gato con botas", presumiendo de sus facultades metamórficas, lo que indica al gato su falta de inteligencia y picardía y le permite aprovecharse de ellas, o

-  los miles de amigos del joven protagonista del cuento del Conde Lucanor.

"La primera muestra de ignorancia es presumir de saber", por tanto,  como "El buen paño en el arca se vende" , de poco sirven buenas palabras si no la acompañan los hechos que las demuestren.

   En conclusión:  "Obras son amores, que no buenas razones".

viernes, 21 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 39




Capítulo trigésimo noveno:
Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos
 
Comienza el cautivo por el principio, es decir, hablando de su lugar de origen (León) y de su familia.
 
Sucedió que el padre, dado que era rico pero derrochador, reunió a sus tres hijos para comunicarles que repartiría su herencia en vida con la condición de que cada uno siguiera sus consejos en cuanto a qué profesión elegir... y aquí Cervantes nos da una lección histórica sobre los oficios rentables en la época:
 
Hay un refrán en nuestra España, a mi parecer, muy verdadero, como todos lo son, por ser sentencias breves sacadas de la luenga y discreta experiencia; y el que yo digo dice: «Iglesia, o mar, o casa real», como si más claramente dijera: «Quien quisiere valer y ser rico, siga, o la Iglesia, o navegue, ejercitando el arte de la mercancía, o entre a servir a los reyes en sus casas»; porque dicen: «Más vale migaja de rey que merced de señor»
 
No hacen estas palabras sino constatar lo que la historia nos muestra a menudo: los hijos de los nobles (tuvieran vocación o no) iban ocupando cargos según el orden de nacimiento; y así, el primero heredaba el cargo paterno, el segundo ocupaba un cargo en la iglesia y el tercero, mercader. Los restantes ya iban siendo "colocados" según el prestigio e influencia de la familia.
 
Bien, parece ser que en este caso cada uno pudo elegir su opción, y nuestro actual protagonista decidió encaminarse a Génova para seguir la carrera de las armas. 
 
 
Va narrando distintas peripecias, muy interesantes para quien le guste saber de batallas navales en las que participó la armada española de aquel entonces y concluye con su prendimiento., convirtiéndose en cautivo de los turcos, dándose la coincidencia de que allí conoce al hermano de don Fernando, don Pedro de Aguilar. Con las nuevas de dicho alférez recordado por dos sonetos que escribió, y con la promesa de oirlos recitados, nos espera el siguiente capítulo.
 
¡Seguimos!

35.- "Ver la botella medio vacía"


"Ver la botella medio vacía"

 

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mariannavarro.net.Refranes
  Ante una misma realidad, siempre hay dos maneras de enfrentarse a ella:

 La optimista, la que ve en la botella aún la mitad de su contenido (medio llena) y lo que queda por disfrutar; y la pesimista, la que ve lo que ya no está, lo que se ha bebido (medio vacía) y ya no se podrá degustar.

 Así sucede ante cualquier situación en la vida, y por ello se suele decir figuradamente esta sentencia cuando  una persona está con el ánimo bajo, deprimida y sin ilusión para ver el lado positivo, el rayo de  esperanza al que agarrarse para salir de ahí.

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 Tenemos un genial ejemplo de optimismo en el personaje, a veces iluso y en ocasiones difícilmente creíble, de la exitosa película "La vida es bella" ("El niño con el pijama a rayas" de John Boyne, muestra la otra mitad).

Pero estamos de suerte los que vivimos en Madrid: el indiscutiblemente genial actor Rafael Álvarez, "el Brujo", capaz por sí solo de llenar un escenario y establecer una complicidad con él mientras dura la obra (he tenido el placer de verle como el Lazarillo y el Quijote), en gira desde Octubre del 2009, fecha de su estreno, representa en el Teatro Infanta Isabel, "El Testigo", de Fernando Quiñones (relato corto incluido en "Nos han dejado solos") en torno a la figura del cantaor flamenco -no se les suele denominar cantantes-, Miguel Pantalón.
 
En el escenario, tres mesas de taberna con botellas de fino siempre medio vacías como una metáfora de la vida misma del cantaor...

 

 

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jueves, 20 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 38.

Capítulo trigésimoctavo:
Que trata del curioso discurso que hizo don Quijote de las armas y las letras

Como ya sabremos, Cervantes fue apodado como "el manco de Lepanto" por haber resultado herido y quedarle inutilizada la mano en esa batalla (7 de octubre de 1571). Se lee en las crónicas:

Cuando se reconosció el armada del Turco, en la dicha batalla naval, el dicho Miguel de Cervantes estaba malo y con calentura, y el dicho capitán... y otros muchos amigos suyos le dijeron que, pues estaba enfermo y con calentura, que estuviese quedo abajo en la cámara de la galera; y el dicho Miguel de Cervantes respondió que qué dirían de él, y que no hacía lo que debía, y que más quería morir peleando por Dios y por su rey, que no meterse so cubierta, y que con su salud... Y peleó como valiente soldado con los dichos turcos en la dicha batalla en el lugar del esquife, como su capitán lo mandó y le dio orden, con otros soldados. Y acabada la batalla, como el señor don Juan supo y entendió cuán bien lo había hecho y peleado el dicho Miguel de Cervantes, le acrescentó y le dio cuatro ducados más de su paga... De la dicha batalla naval salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y en una mano, de que quedó estropeado de la dicha mano.

Y hago esta introducción, como quizás ya os figuraréis, para señalar que -como soldado y como escritor- tiene nuestro autor experiencia y saber suficientes para hablar de estos dos temas -las armas y las letras- con toda autoridad.

Tan bien lo hace que este discurso (1) por sí mismo ya ha merecido destacar en esta ya insigne obra como la joya literaria que es. Pues en él hace repaso a las características del soldado y el escritor con detalle y acierto.

Difícil es resumirlo, sabiendo el tema, por lo que os invito a leerlo con atención, sin que olvidemos que la figura del "soldado-escritor" también existe en personajes como nuestro sin par Garcilaso de la Vega.

En conclusión podríamos decir que no son incompatibles las armas y las letras a pesar de que las unas supongan crueldad y coraje mientras las otras rezuman sensibilidad y paciencia... Lo dicho: mejor lo leéis y así podréis sacar vuestras propias conclusiones.


Por destacar un párrafo de entre los demás, y como muestra, señalo éste:

Y es razón averiguada que aquello que más cuesta se estima y debe de estimar en más. Alcanzar alguno a ser eminente en letras le cuesta tiempo, vigilias, hambre, desnudez, vaguidos de cabeza, indigestiones de estómago, y otras cosas a éstas adherentes, que, en parte, ya las tengo referidas; mas llegar uno por sus términos a ser buen soldado le cuesta todo lo que al estudiante en tanto mayor grado, que no tiene comparación, porque a cada paso está a pique de perder la vida.

Terminado el discurso, toca al cautivo que llegó acompañado por la morisca, contar su historia... sin duda interesante porque algo tendrá de lo que el propio Cervantes pasó, habiendo sido él mismo cautivo en Argel.

¡Seguimos!

34.- "Tener un agujero en la mano"


"Tener un agujero en la mano"

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mariannavarro.net.Refranes
También se conoce como: "tener un agujero en el bolsillo" o, lo que es lo mismo... "Ser un manirroto". 

Todas estas expresiones se atribuyen a la persona derrochadora, incapaz de ahorrar, que gasta lo que tiene y muchas veces hasta lo que no posee, en base a créditos o préstamos que indefectiblemente llevarán a su ruina.
 
Pero, como sabemos, toda moneda o medalla tiene dos caras, por lo que esta imagen tiene también  un aspecto positivo para atribuirlo a la persona generosa, desprendida, que no tiene nada suyo y todo lo comparte.
 
Si Europa, en general, y España, en particular, tuvieran manos, probablemente se podría aplicar como motivo para estar en donde estamos, tras años aplicando las dos acepciones: gastando lo que no tiene y dando lo que no hay.
 
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Como sabemos, aun siendo muy parecidos, no son el mismo recurso la imagen o símil que la metáfora: la una recrea la realidad comparando (como en este caso), mientras que la segunda la sustituye. Trabajemos con ellas, así como con el uso de la r simple o múltiple en mitad de palabra (manirroto, arado).

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miércoles, 19 de septiembre de 2012

33.- "Quien a hierro mata, a hierro muere"


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mariannavarro.net.Refranes
Cada quién es responsable de sus actos, y aunque viendo ciertas situaciones resulte inexplicable que algunos personajes puedan seguir donde y como están, refranes como éste acaban cumpliéndose  en un elevado tanto por ciento.
 
Tomado, una vez más, de un pasaje bíblico en el que Jesucristo recrimina con esta sentencia a San Pedro, que ha dejado sin oreja  al judío Malco, y transmitido después a través del latín  Qui in gladio occiderit, gladio peribit , asegura que la persona violenta, la que mata a hierro (espada o 'arma blanca') es seguro que morirá también violentamente.

Por extensión, se aplica con el mismo sentido de "el que la hace, la paga", es decir, a la persona que se permite campar por sus respetos, hacer de su capa un sayo y, despreciando a los demás, saltarse todas las normas para conseguir su ambición.
 
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¿Buscamos ejemplos en la literatura y en la Historia y comprobamos si se cumple o no?
¿Quién dijo:

"Llamé al cielo y no me oyó
y pues sus puertas me cierra,
se mis pasos en la tierra
responda el Cielo, no yo" ?

Leyendo el "Quijote". 1ª parte. Capítulo 37. Fernando y Luscinda

Capítulo trigesimoséptimo: 
Donde se prosigue la historia de la famosa infanta Micomicona, con otras graciosas aventuras

Como veíamos, llegan a la Venta personajes muy importantes para la continuación y desenlace de las dos aventuras con las que nuestros protagonistas se encontraron en Sierra Morena. Y es que los recién llegados son precisamente quienes motivaron que tanto Cardenio como Dorotea (capítulo 29) decidieran aislarse y "perderse" por dicha sierra.

Si repasamos los capítulos 24 y 28 podremos recordar lo que ellos mismos contaron.

El caso es que quienes llegaron eran Fernando y Luscinda, que con su escapada habían destrozado los corazones de quienes ahora ayudaban al barbero y al cura a conseguir el regreso a casa de Don Quijote.

Al parecer, y tras los sustos de rigor, todo sirvió para "volver las aguas a su cauce" y deciden mantener en el engaño a Don Quijote hasta verle recogido en su casa nuevamente.

Pero Sancho andaba "como alma que lleva el diablo" viendo que se iban al traste todas sus esperanzas de verse algún día como gobernador de la ínsula tan largo tiempo prometida. Así intenta hacérselo ver a su amo: nada de gigante con cabeza cortada... nada de princesa Micomicona...

Al pobre hombre los desengaños le tenían apesadumbrado y mohíno y aún era peor por el hecho de que cuanto más se empeñaba él en hacerle ver la verdad a su amo, más se preocupaban los demás en mantenerle en el engaño hasta el punto de llegar a tildarle de mentiroso y causar así la ira de su señor.



El caso es que a todos los efectos Dorotea siguió siendo la princesa Micomicona y el engaño siguió adelante, ahora con la colaboración de los recién llegados.

Pero esta complicación no parece suficiente a nuestro autor, ya que lo complica aún más con la llegada de dos nuevos personajes:

pero a todo puso silencio un pasajero que en aquella sazón entró en la venta, el cual en su traje mostraba ser cristiano recién venido de tierra de moros, porque venia vestido con una casaca de paño azul, corta de faldas, con medias mangas y sin cuello; los calzones eran asimismo de lienzo azul, con bonete de la misma color; traía unos borceguíes datilados y un alfanje morisco, puesto en un tahelí que le atravesaba el pecho. Entró luego tras él, encima de un jumento, una mujer a la morisca vestida, cubierto el rostro, con una toca en la cabeza; traía un bonetillo de brocado, y vestida una almalafa, que desde los hombros a los pies la cubría.

Y nos encontramos con un nuevo ingrediente que da todavía más interés a nuestra historia. Sin embargo, no es lo más importante en este capítulo, ya que todo queda aplazado debido al impresionante discurso que "sobre las armas y las letras" hace Don Quijote. Tan importante, que merece un nuevo capítulo.

¡Seguimos!



Dónde leer o descargar "Don Quijote de la Mancha" en línea

Sabéis que con estos resúmenes lo que pretendemos es conseguir que os animéis a leer la obra, y aunque al principio ya os di dirección donde poderlo seguir, os recuerdo que, afortunadamente, hay muchos espacios web donde poder hacerlo en línea, por ejemplo:
http://www.donquijote.org/spanishlanguage/literature/library/quijote/quijote1.pdf
Espero que os haya entrado el gusanillo y os sirva esta dirección.:)


lunes, 17 de septiembre de 2012

Refrán en mano - "Cada cosa a su tiempo, y un tiempo para cada cosa"

mariannavarro.net.Refranes

La primera interpretación podría ceñirse a la organización de las actividades cotidianas, aconsejando la necesidad del orden y la planificación en el trabajo, de modo que cada tarea esté hecha a tiempo habiéndole dedicado el necesario para un buen resultado.

Ya hemos visto en otras ocasiones dichos contra las prisas : hay que emplear en cada actividad el tiempo que necesita pues, como el arroz, puede estar duro si se retira antes o 'pasarse' si cuece de más.

Pero esto puede ser llevado a un plano más general: el de la propia vida.

La juventud arrolla, es impetuosa y atrevida; puede con todo y a todo se atreve. Pero hay vivencias para las que puede no estar preparada y el adelantarlas puede tener (de hecho, está demostrado que las tiene), repercusiones en el desarrollo posterior.

El equilibrio es fundamental para un desarrollo óptimo físico y mental y el adelantar acontecimientos, como pueda ser trabajar cuando es tiempo de juegos o una temprana incursión en la sexualidad (por poner dos ejemplos cercanos) imprimirán huellas indelebles en el carácter de la persona adulta.

Naturalmente, sucede lo mismo a la inversa, cuando ya perdidas o mermadas muchas de las facultades físicas, la persona se empeña en actuar con las fuerzas y actividades de la juventud.

Aunque sea del todo frecuente escuchar "que nos quiten lo bailado", no está de más tener presente el consejo: lo que es pan para hoy, puede ser hambre para mañana.

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No es ninguna obra de arte especial, pero me ha venido a la memoria con ternura el recuerdo de las películas "Del rosa al amarillo", de Manuel Summers, que retrata dos historias de amor: la de unos adolescentes en verano y la de una pareja de ancianos en una residencia y su continuación en  "Adiós, cigüeña, adiós" .

jueves, 13 de septiembre de 2012

Leyendo el Quijote. 1ª parte. Capítulo 36.

 Como decíamos, ya con los ánimos apaciguados, el ventero se asoma a la puerta de la posada y anuncia la llegada de gente:

-Cuatro hombres -respondió el ventero- vienen a caballo, a la jineta, con lanzas y adargas, y todos con antifaces negros; y junto con ellos viene una mujer vestida de blanco, en un sillón, ansimesmo cubierto el rostro, y otros dos mozos de a pie.

Quedaron intrigados unos a la espera de conocer nuevas de esas personas que parecían de tan noble linaje, y contento el posadero por la llegada de nuevos huéspedes.

Como siempre, no desaprovecha Cervantes el fin de una historia para pasar a la siguiente, y esta vez no iba a ser menos. Pero la historia que ahora se nos ofrece enlaza con la de dos de los personajes que ya conocemos: Dorotea y Cardenio, puesto que los recién llegados son los causantes de las desgracias que ya nos relataron. A pesar de hallarse todos embozados (tapados) para no ser reconocidos...

(...) había conocido en el suspiro a Cardenio, y él la había conocido a ella. Oyó asimesmo Cardenio el ¡ay! que dio Dorotea cuando se cayó desmayada, y, creyendo que era su Luscinda, salió del aposento despavorido, y lo primero que vio fue a don Fernando, que tenía abrazado a Luscinda. También don Fernando conoció luego a Cardenio; y todos tres, Luscinda, Cardenio y Dorotea, quedaron mudos y suspensos, casi sin saber lo que les había acontecido.



En fin, la cosa se complica, y para aquellos de vosotros que os enganchen estas historias de enredo, sin duda será una agradable lectura que, naturalmente, no pienso "destripar" :)

Hay muchas explicaciones que darse entre ellos, por lo que un capítulo no es suficiente. Con estas palabras, el autor nos promete nuevas e interesantes razones...

Dijo que así como Luscinda se vio en su poder, perdió todos los sentidos; y que después de vuelta en si, no había hecho otra cosa sino llorar y suspirar, sin hablar palabra alguna; y que así, acompañados de silencio y de lágrimas, habían llegado a aquella venta, que para él era haber llegado al cielo, donde se rematan y tienen fin todas las desventuras de la tierra.

¡Seguimos!

31.- "Más vale malo conocido que bueno por conocer"


"Más vale malo conocido que bueno por conocer"



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mariannavarro.net.Refranes

Relacionado, sin duda, con el refrán visto en "De abuelos a nietos" "Del agua mansa líbreme Dios, que de la brava me libro yo", nos hallamos de nuevo ante un aviso de prudencia: el camino de la experiencia es duro y mientras avanzamos por él no debe despreciarse ni dejarse de lado nada de lo que hayamos aprendido.

Os relato como ejemplo una experiencia personal acaecida con mi familia en un largo viaje en coche de Almería a Madrid, que duraba entonces de 7 a 8 horas.  Por evitar Despeñaperros (hace unos 20 años era un camino difícil por ser paso de montaña y encontrarse con muchos camiones a los que había que seguir largos tramos a una lentísima velocidad ante la imposibilidad de adelantarles) tomábamos la carretera que pasaba por Murcia.

Pues bien, conducía mi cuñado y le hablaron de un "atajo" sencillo para evitar el pasar por la ciudad... No sólo no ahorramos tiempo, sino que ese camino supuso casi dos horas perdidos de madrugada por la sierra hasta que reencontramos la Nacional.

Creo que el ejemplo es contundente y rotundo a favor del contenido del refrán de hoy. ¿No os parece? Buscábamos ahorrar tiempo, y tardamos dos horas más.

En conclusión, se trata de hacernos reflexionar sobre la tendencia a despreciar lo conocido y el afán de muchos de experimentar cosas nuevas... Aunque no siempre sea malo,  sí es cierto que "andar sobre seguro" basándose en lo que ya sabemos, nos ahorrará más de un contratiempo en determinadas facetas de la vida. Si bien es cierto que "quien no se moja, no coge peces". :)

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Leyendo el "Quijote".1ª parte. Capítulo 35


Capítulo trigésimo quinto


Que trata de la brava y descomunal batalla que Don Quijote tuvo con cueros de vino, y se da fin a la novela del curioso impertinente

 Seguían los acompañantes de Don Quijote en la planta baja de la Venta, cuando Sancho baja todo alterado, avisándoles de que su amo anda envuelto en la más reñida y trabada batalla que mis ojos han visto. Vive Dios, que ha dado una cuchillada al gigante enemigo de la señora princesa Micomicona, que le ha tajado la cabeza cercén a cercén como si fuera un nabo.

Mientras que unas veces, como sabemos, Sancho se muestra como un hombre zafio, sí, ignorante, también, pero reposado y certero en sus razonamientos y actos, otras parece dejarse llevar por las locuras del caballero al que sirve; y ésta es una de ellas. 

Todos se alteran, como es normal, y acuden, animados por las descripciones que Sancho hace del gran derramamiento de sangre y de una cabeza cortada rodando por ahí... lo que hace suponer al ventero, con toda razón, si Don Quijote o don diablo no ha dado alguna cuchillada en alguno de los cueros de vino tinto que a su cabecera estaban llenos, y el vino derramado debe de ser lo que le parece sangre a este buen hombre. 

Subieron a comprobarlo y se encontraron con nuestro protagonista, que Estaba en camisa, la cual no era tan cumplida que por delante le acabase de cubrir los muslos, y por detrás tenía seis dedos menos; las piernas eran muy largas y flacas, llenas de vello y no nada limpias; tenía en la cabeza un bonetillo colorado grasiento, que era del ventero; en el brazo izquierdo tenía revuelta la manta de la cama con quien tenía ojeriza Sancho, y en él se sabía bien el por qué; y en la derecha desenvainada la espada, con la cual daba cuchilladas ...

 

Y el caso es que ni él mismo era  consciente de lo que hacía, porque estaba dormido. Dicen que no es bueno despertar a los sonámbulos, pero tanta era la rabia que tenía el posadero que se lió a golpearle con toda la saña de que fue capaz. Ni aún así se despertó Don Quijote, que seguía dando espadazos a todas partes, hasta que el barbero trujo un gran caldero de agua fría del pozo, y se la echó por todo el cuerpo de golpe;

Y estaba peor Sancho despierto que su amo durmiendo, empeñado en encontrar la cabeza del gigante, tal le tenían las promesas que su amo le había hecho y temiendo que si no la hallaba, no tendría el premio que esperaba de la Princesa Micomicona. 

Mucho les costó a Cardenio, al barbero y al cura calmar a Don Quijote y volver a dejarle dormido, pero no acabó ahí la cosa, pues también tuvieron que emplearse en tranquilizar a Sancho (que se lamentaba de no haber encontrado la dichosa cabeza) y en aliviar el disgusto del ventero por el daño hecho a sus odres.

Volvió por fin la calma y pudieron continuar con la novela que tan interesados les tenía:

Sucedió que Anselmo oyó una noche ruido en la habitación de Leonela y tras vislumbrar la silueta de un hombre que huía por la ventana, consiguió que ella le prometiese contarle la verdad una vez que se hubiese calmado algo el disgusto que sentía por lo que había pasado.

Anselmo la dejó encerrada en su habitación, de la que no saldría hasta que le contase todo lo que fuese, y Camila, temiendo que todo quedaría al descubierto, huyó con lo principal de su ajuar a casa de Lotario a solicitar su ayuda.

Quedó Camila  protegida tras las paredes de un monasterio y el mismo Lotario salió de la ciudad sin decir a nadie a dónde iba... por lo que Anselmo, cuando quiso hablar con Leonela, se encontró con que ella había escapado usando unas sábanas anudadas, que Camila (ni sus principales joyas) tampoco estaba y con un Lotario desaparecido.

No fue eso todo, pues al regresar a su casa, hasta los criados la habían abandonado. Así que el curioso viéndose solo y consciente de lo que había pasado, se puso en marcha con la intención de averiguar dónde podrían estar los que, pensaba, así habían abusado de su confianza. Por el camino se encontró con un caballero que le contó que su caso estaba ya en boca de toda la ciudad y, abrumado, pidio refugio en casa de un amigo, al que le solicitó que le dejase material para escribir y le permitiera estar solo. Y escribiendo le sobrevino la muerte, y así le hallaron cuando le fueron a llamar. 

Decía en su escrito: "Un necio e impertinente deseo me quitó la vida. Si las nuevas de mi muerte llegaren a los oídos de Camila, sepa que yo la perdono porque no estaba ella obligada a hacer milagros, ni yo tenía necesidad de querer que ella los hiciese; y pues yo fui el fabricador de mi deshonra, no hay para qué..."

La conclusión de la historia no le parece mal al cura, aunque no acabase de creer que algo parecido pudiese suceder entre marido y mujer... y sin más conclusiones ni intervención del autor, concluye el capítulo.

¡Seguimos!

30.- "Estar en el quinto pino"


"Estar en el quinto pino"

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mariannavarro.net.Refranes
Todos conocemos la expresión que indica estar algo muy lejos. Pero... ¿de dónde viene?

Investigando "por ahí" como suelo hacer para recoger material con el que poder argumentar la explicación del refrán, dicho o frase hecha que añado cada día, me he encontrado la explicación de esta expresión y me he apresurado a ponerla en vuestro conocimiento, pues no siempre es factible dar a ciencia cierta referencias sobre el origen de tal o cual expresión.

Pues bien, en el blog homónimo www.quintopino.org  se cuenta:

Estamos en el siglo XIX, en Madrid. Parece ser que entonces, en el Paseo del Prado, que era en aquella época la calle más larga de la ciudad, había plantados cinco pinos, separados a buena distancia unos de otros. La gente utilizaba aquellos árboles para citarse, y se citaban en el primer pino, en el segundo, o en el tercero, igual que hoy en día se queda en el oso y el madroño de Sol, o en la estatua de la Plaza Mayor.

Por tanto, quedar en el quinto pino era ir muy lejos, ya casi a las afueras de la ciudad y comienzo del campo. Y de ahí, y del uso que los escritores madrileños dieron a la expresión en los periódicos nacionales parece ser que viene la expresión y su difusión por toda España.

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Como libro relacionado, "El misterio del quinto pino", de Xavier Fàbrega y Ramon Homs. El enlace nos lleva a una ficha de lectura y comentarios para trabajar en clase.
 
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jueves, 6 de septiembre de 2012

29- "De casta le viene al galgo"


 
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Frase que solemos utilizar entre signos de admiración para celebrar y ensalzar  los méritos de alguien que procede de padre/madre conocido por sus virtudes y su buen hacer.
 
Y es que así como el galgo hereda de su raza su estilizada figura y su agilidad para la carrera, así los hijos aprenden de sus padres y pueden igualarles e incluso sobresalir en sus ocupaciones y oficios.
 
"Honra merece quien a los suyos se parece", dice otro refrán, y aunque en "De abuelos a nietos" ya hablamos del que afirma que "el nombre, ni quita ni pone"... es bien sabido que puede ser mucho más fácil el camino para quienes ya lo encuentran allanado por la experiencia de su familia.
 
Por desgracia, la Historia nos enseña que parece suceder al revés: los hijos de personas ilustres suelen alejarse de ellos para evitar esas comparaciones tan odiosas que parecen exigirles más por el hecho de venir de donde vienen.
 
En conclusión -cómo no- otro refrán: "Toda medalla tiene dos caras".
 
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Son numerosas las sagas familiares en la Historia con poder y negocios transmitidos de padres a hijos (los Borgia, los Medici, los Capeto, los Habsburgo, los Alba, los Nehru-Ghandi...) pero traigo en esta ocasión la de una familia americana a quien acompaña el éxito y la tragedia a partes iguales:

"Los Kennedy (Tiempo de Memoria)", de Collier, Peter y Horowitz, David
Cuando, en 1849, Patrick Kennedy llegó a Estados Unidos huyendo de la Gran Hambruna irlandesa, poco podía imaginar que, al cabo de pocas generaciones, sus descendientes encarnarían todas las grandezas y miserias del «sueño americano». En efecto, en unos años, esta familia de católicos emigrados se iniciaba en los manejos de la política local de la mano del abuelo Patrick Joseph. El hijo de éste, el mítico Joe Kennedy, erigió un imperio financiero y alcanzó el codiciado puesto de embajador en Londres a finales de los años treinta.
En 1960, al acceder a la presidencia del país, John Fitzgerald Kennedy no sólo se convirtió en uno de los presidentes más carismáticos de todos los tiempos, sino que encumbró definitivamente a su familia como epítome de la fama, la riqueza y el poder. Pero también planean abundantes sombras sobre esta fascinante saga: los asesinatos de John Kennedy y de su hermano Robert, y la espiral autodestructiva a la que se entregaron algunos jóvenes del clan en los años setenta y ochenta, hablan de una tragedia en la que se refleja una parte destacada de la historia contemporánea. (sinopsis tomada de Tusquets editores).

 
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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Aviso

Por reformas en el dominio, me informan de que el servicio de http://www.mariannavarro.net quedará suspendido unas horas. Espero que no os cause muchas molestias a los que tenéis la amabilidad de seguirnos.
 Después de ese intervalo todo volverá a la normalidad.
Muchas gracias.

Leyendo el "Quijote". 1ª parte. Capítulo 34.

Capítulo trigésimo cuarto

Donde se prosigue la novela del curioso impertinente

Nos quedamos intrigados ¿verdad?... Pues bien, decíamos que Camila, la pobre, sin tener ni idea del defecto del marido y de cómo la estaba poniendo a prueba, le habló directamente, comentándole que no le parecía bien estar sola en casa, por lo que Yo me hallo tan mal sin vos y tan imposibilitada de sufrir esta ausencia, que si presto no venís, me habré de ir a entretener en casa de mis padres.

Nuestro protagonista comprendió por esas palabras que Lotario había comenzado su acoso y contento con la reacción de su mujer, prometió que volvería pronto y le indicó que no hacía falta que se fuera. 

Como sabemos, en aquel entonces no podía la esposa atreverse a desobedecer al marido, por lo que casi se arrepintió de haberle escrito, por lo que pudiera llegar a pensar, y pensaba resistir callando a todo aquello que Lotario decirle quisiese, sin dar más cuenta a su marido, por no ponerle en alguna pendencia y trabajo.

El caso es que Lotario, como sabemos, ya se había encaprichado de ella, por lo que sin importarle la amistad (al final, la verdad es que se lo había ganado) siguió con sus afanes para conquistar a Camila hasta que lo consiguió.

Ahora vuelve Anselmo, al que, naturalmente, Lotario dice todo lo que quiere oír, por lo que queda tan contento y los nuevos amantes pueden seguir viéndose sin problemas ya que el mismo Anselmo propiciaba los encuentros.

Aprovecha Cervantes para ejercer sus dotes de poeta con un par de sonetos (ya hemos indicado que no era la poesía el "fuerte" de este autor que tan maravillosamente se expresa en prosa.

Pero Camila, por creencia y educación, no estaba satisfecha con la situación, y así lo comenta con la única que sabía lo que estaba sucediendo, preocupada por haber caído en los brazos de Lotario tan rápidamente, porque se suele decir, dijo Camila, que lo que cuesta poco se estima en menos. Leonela, su criada, intenta tranquilizarla, pero en esos coloquios vino a darse cuenta Camila de que corría peligro su honra si llegaba a saberse fuera de los muros de su casa, por lo que ayudaba a Leonela a recibir a su propio amante y los guardaba con todo sigilo para que Anselmo nada supiera.

El caso es que, puestos a enredar, la Fortuna hace de las suyas, y Lotario vio salir a un hombre tarde de la casa, ni siquiera pensó en Leonela, sino que inmediatamente lo asoció con Camila y cayó en el pensamiento de que de la misma manera que había sido fácil y ligera con él, lo era para otro; que estas añadiduras trae consigo la maldad de la mujer mala, que pierde el crédito de su honra con el mismo a quien se entregó rogada y persuadida, y crea que con mayor facilidad se entregó a otros, y da infalible crédito a cualquiera sospecha que desto le venga.

Así que, movido por los celos, no se le ocurre otra cosa que contarle a su amigo  que Camila ha comenzado "a hacerle caso" y que, aunque no ha habido aún nada, le aconseja: Finge que te ausentas por dos o tres días, como otras veces sueles, y haz de manera que te quedes escondido en tu recámara, pues los tapices que allí hay, y otras cosas con que te puedes encubrir te ofrecen mucha comodidad, y entonces verás por tus mismos ojos y yo por los míos lo que Camila quiere. Y si fuera la maldad, que se puede temer antes que esperar con silencio, seguridad y discreción podrás ser el verdugo de tu agravio. 

Al parecer, Lotario se dio cuenta de que había actuado mal, y quiso contar a Camila todo para que estuviera al tanto, pero antes de poderlo hacer, empezó ella a decirle: Sabed, amigo Lotario, que tengo una pena en el corazón, que me aprieta de suerte que parece que quiere reventar en el pecho, y ha de ser maravilla si no lo hace, pues ha llegado la desvergüenza de Leonela a tanto, que cada noche encierra a un galán suyo en esta casa, y se está con él hasta el día, tan a costa de mi crédito, cuanto le quedará campo abierto de juzgarlo al que le viere salir a horas tan inusitadas de mi casa; y lo que me fatiga es que no la puedo castigar ni reñir, que el ser ella secretario de nuestros tratos, me ha puesto un freno en la boca para callar los suyos, y temo que de aquí ha de nacer algún mal suceso.

Todavía se permitía Lotario dudar de esa verdad que Camila le contaba, pero al final prevaleció la preocupación y tristeza con que ella se franqueó con él y, arrepentido, no hubo más remedio que hacer frente a la situación y buscar una solución para salir del paso airosos... y fue ella... como naturalmente tiene la mujer ingenio para el bien y para el mal, más que el varón (puesto que le va faltando cuando de propósito se pone a hacer discursos), luego al instante halló Camila el modo de remediar tan al parecer irremediable negocio; y dijo a Lotario que procurase que otro día se escondiese Anselmo donde decía, porque ella pensaba sacar de su escondimiento comodidad, para que desde allí en adelante los dos se gozasen sin sobresalto alguno; y sin declararle del todo su pensamiento, le advirtió que tuviese cuidado, que en estando Anselmo escondido, él viniese cuando Leonela le llamase y que a cuanto ella le dijese, le respondiese como respondiera aunque no supiera que Anselmo le escuchaba.  

 Y como creo que es mucho más interesante leerlo tal y como fue, os dejo que terminéis de leerlo y saquéis así vuestras propias conclusiones. 

¡Seguimos!

 

"Tener agallas"

Como sucede con los refranes de nueva incorporación, y hasta que llegue su turno de incorporarlo aquí, sirva como aviso de que podéis verlo en el hasta ahora su espacio habitual. 
Gracias y saludos.

martes, 4 de septiembre de 2012

Leyendo el "Quijote".1ª parte. Capítulo 33.

Capítulo trigésimo tercero
Donde se cuenta la novela del curioso impertinente

Habíamos dejado a nuestro caballero durmiendo, y a sus amigos en confortable sobremesa hablando sobre libros...

Todos conocemos (o deberíamos conocer) las maravillosas "novelas ejemplares" de Cervantes, y hemos ido viendo cómo se intercalan en esta obra novelas dentro de la novela principal principalmente narradas por sus propios protagonistas.

Pues bien, en este caso, se habla en tercera persona y se cuenta cómo En Florencia, ciudad rica y famosa de Italia, en la provincia que llaman Toscana, vivían Anselmo y Lotario, dos caballeros ricos y principales, y tan amigos, que por excelencia y antonomasia de todos los que los conocían, "los dos amigos" eran llamados.

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Estaba Anselmo enamorado, y pidió ayuda a su buen amigo para seguir los cánones de la época y solicitarla como esposa. Todo fue bien y la boda se celebró. Y considerando Lotario que debía dejar solos al nuevo matrimonio, comenzó a espaciar sus visitas, lo que en modo alguno pareció bien a su gran amigo.
Tantas quejas le dio porque hubiera cambiado las costumbres que tenían de solteros, que Lotario se comprometió a comer con ellos dos días por semana y los días de fiesta, aunque procuraba dilatarlo porque pensaba que no estaría bien visto y podría dar origen a maledicencias el que un hombre joven visitara tan a menudo una casa en la que vivía una mujer tan bella como Camila.

Así pasaba el tiempo hasta que un día Lotario le confiesa que a pesar de lo afortunado que era por posición, fortuna y matrimonio,, no era feliz, pues vivía con una preocupación: que no podía constatar que su mujer era buena y virtuosa mientras no pudiera demostrarlo viendo cómo se comportaba en una situación comprometida... Así que no se le ocurre otro modo de comprobarlo que pidiendo a Lotario el ver que si de ti es vencida Camila, no ha de llegar el vencimiento a todo trance y rigor, sino a sólo tener por hecho lo que se ha de hacer por buen respeto, y así no quedaré yo ofendido más de con el deseo, y mi injuria quedará escondida en la virtud de tu silencio, que bien sé que en lo que me tocare ha de ser eterno como el de la muerte;.

Naturalmente Lotario no podía creerse la locura de su amigo y se sintió indignado porque le pidiese algo tan en contra de su forma de ser como era el faltar al respeto debido a una mujer casada, máxime tratándose de la mujer de su mejor amigo.

Pero la locura y curiosidad de Anselmo llegaba hasta tal punto que a pesar de los buenos razonamientos y ejemplos que Lotario le dio, se vio obligado a decir que sí a sus requerimientos y prometió empezar a cortejar a Camila, su esposa.

Sin embargo, no se veía capaz de hacerlo por su condición de caballero, así que, aunque Anselmo les dejaba solos con cualquier excusa, él se limitaba a pasar el tiempo y contar a su amigo lo que le parecía para hacerle creer que le seguía en su locura y mantener la honra de su esposa.

Hasta le ofreció dinero para que la tentara con joyas... Y Anselmo se hallaba cada vez más apurado para poder mantener la farsa sin romper la promesa que su amigo le había arrancado.

El caso es que a Anselmo no le parecía suficiente con que su amigo le contase, y decidió esconderse para comprobar por sí mismo lo que trataban Lotario y Camila mientras estaban solos, y así pudo comprobar cómo Lotario se mantenía respetuosamente apartado de Camila, sin querer provocar ninguna situación incómoda.

Era tal la locura de Anselmo, que llegó a recriminar a Lotario por faltar a su promesa y a tacharle de mentiroso. Eso sirvió para excitar el amor propio del amigo que hasta entonces tan honesto y fiel había sido, y le llevó a dar a Anselmo su merecido, tentando a la Fortuna. Y así, Anselmo, para favorecer sus planes, se ausentó ocho días, ordenando a Camila que siguiera recibiendo en su casa y atendiera a Lotario como si de él mismo se tratara.

Afligióse Camila, como mujer discreta y honrada, de la orden que su marido le dejaba, y díjole que adviertiese que no estaba bien que nadie, él ausente, ocupase la silla de su mesa; y que si lo hacía por no tener confianza, que ella sabría gobernar su casa, que probase por aquella vez, y vería por experiencia cómo para mayores cuidados era bastante. Anselmo le replicó que aquel era su gusto, y que no tenía más que hacer que bajar la cabeza y obedecelle. Camila dijo que así lo haría, aunque contra su voluntad.
El caso es que, como bien dice el refrán: "el hombre es fuego y la mujer estopa, viene el diablo y sopla", y Lotario comenzó a interesarse por Camila de verdad y empezó a cortejarla...

Ella, como mujer honesta que era, ....

¡Seguimos!

28.- "Estar a las duras y a las maduras"


"Estar a las duras y a las maduras"

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mariannavarro.net.Refranes
 
El mejor estado de la fruta es cuando está "en sazón", en su punto justo de crecimiento. Muy pocos bocados hay tan agradables como el sabor y la frescura de una buena fruta de temporada, de un buen melón o sandía, por ejemplo, en verano.
 
Pero también sabemos el desagrado que produce comprobar que hemos adquirido un 'pepino' en lugar de un jugoso melón, por no hallarse maduro.
 
Pues bien, esto, trasladado a las relaciones humanas, al compañerismo, es lo que nos viene a decir el refrán de hoy:  la convivencia es fácil cuando las cosas van bien (cuando la fruta está madura, en su punto), pero hay que saber estar también en los malos momentos y no olvidar al amigo o compañero en apuros (aunque la fruta esté dura).
 
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Estos adjetivos sustantivados establecen tal relación con el sustantivo al que acompañaban, que pasan a tener sentido por sí solos convirtiéndose en el núcleo del sintagma nominal. No obstante, pueden crear ambigüedad. ¿Os habéis planteado alguna vez estos temas?

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lunes, 3 de septiembre de 2012

Leyendo el "Quijote". 1ª parte. Capítulo 32

Capítulo trigésimo segundo
Que trata de lo que sucedió en la venta a toda la cuadrilla de Don Quijote
Siguieron nuestros protagonistas y ya amigos el viaje, y llegaron a la venta que tan malos recuerdos traía a Sancho (aún le dolían las costillas de resultas del feroz manteo).

Les recibieron con alegría los huéspedes y la Maritornes, pero ya curada en salud, la ventera se preocupó de que cobrarían antes de ofrecer el mismo aposento a Don Quijote, aunque en mejores condiciones que la vez anterior. Cosa que tampoco echó mucho dever nuestro caballero, pues llegaba tan cansado que en seguida se durmió.

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Quedaron sus compañeros de viaje en cuadrilla tratando del feliz término de la aventura de Don Quijote, que ya veían cerca. Y elucubraron acerca de la conveniencia de seguir disfrazados o no ante él, dado que la ventera reconoció al barbero y reclamaba su cola, que éste usaba como barba. Convinieron en contar a Don Quijote una historia que le convenciera de la vuelta a su ser del barbero y la ventera quedó así tranquila.

Comienzan a hablar sobre la locura de nuestro caballero, al que no quisieron despertar por la necesidad de descanso que tenía, y -¡cómo no!- vuelven a relucir opiniones sobre los libros de caballería. Ocasión que nuestro auyot aprovecha para hacer un nuevo repaso de ellos a través de los libros que el ventero poseía.

El primero que abrió vio que era Don Cirongilio de Tracia, y el otro de Félix Marte de Ircania, y el otro la historia del Gran Capitán Gonzalo Hernández de Córdoba, con la vida de Diego Garcia de Paredes. Así como el cura leyó los dos títulos primeros, volvió el rostro al barbero y dijo: Falta nos hacen aquí ahora el ama de mi amigo y su sobrina. No hacen, respondió el barbero, que también sé yo llevarlos al corral, o a la chimenea, que en verdad que hay muy buen fuego en ella.

Con tanta vehemencia los defendía el ventero, que Dorotea comenta: "Poco le falta a nuestro huésped para hacer la segunda parte de Don Quijote. Así me parece a mí, respondió Cardenio, porque según da indicio, él tiene por cierto que todo lo que estos libros cuentan pasó ni más ni menos que lo escriben, y no le harán creer otra cosa frailes descalzos".

Y hablando de esos temas, llegan a un manuscrito: "Novela del curioso impertinente", que les intriga, por lo que piden al cura que la lea. Y preparando la lectura les dejamos...

¡Seguimos!

27- Hablemos de"prendas"


Hablemos de "prendas"

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mariannavarro.net.RefranesEstaba disfrutando con mis alumnos del famoso juego coreado con el "Antón Pirulero"(1), mientras repasábamos vocabulario al elegir los oficios y cada vez que alguien debía "pagar prenda".
 
Recordando nuestros dichos populares, observamos que son varias las frases que hablan de prendas y de algunas de ellas hablaremos en esta ocasión.
 
 Comenzamos, como tantas otras veces, buscando la definición de "prenda" que además de vestido y calzado, es cada uno de los componentes del ajuar y mobiliario de una casa y las virtudes que una persona posee. Y entonces entendemos mejor el sentido de expresiones como:
 
"Pagar una prenda ".- Dejar algo en señal, con la obligación de que se ha de rescatar, por lo que es lo mismo que "dejar en prenda ".
 
Tratándose de juegos como el que comentamos, el rescate de la prenda (anillo, chaqueta, zapato, lazo, un libro, etc...) pasa por tareas a cual más ingeniosa, dependiendo de la imaginación de quien 'dirige' el juego (en clase podría ser: recitar poesía, hacer un trabalenguas, cerrar los ojos y describir cómo va vestido alguien, etc...).
 
"No le duelen prendas".- Cuando una persona responde con sus actos ante los demás, como fiel cumplidor de sus obligaciones.
 
Con el mismo sentido positivo tenemos "es persona de muchas prendas" (con muchas virtudes), por lo que es lógico considerar como un piropo el andalucismo "prenda" como adjetivo calificativo: "¡Venga, prenda, dímelo!"
 
"No soltar prenda ".- Cuando alguien se mantiene firme en ocultar lo que sabe  al ser interrogado .
 
Y, cómo no, la referencia obligada a nuestro refranero: "Al buen jugador, no le duelen prendas" o "el buen pagador  no necesita prendas".
 
Lo que sí resulta curioso es que se atribuya el origen del  término "prenda" al latín 'pignora' , en un complicado cuadro evolutivo, cuando se utiliza "pignorar" como "empeñar", pero también como sinónimo de "sisar" o "trampear".
 
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(1).-  Antón, Antón, Antón Pirulero
 cada cual, cada cual atienda su juego,
 y el que no lo aprenda
  pagará una prenda.