Día internacional del folclore. El arqueólogo Thoms creó esta palabra uniendo folk (‘gente, raza, pueblo’), y lore (‘saber, ciencia’), para denominar al naciente “saber popular” que reaccionaba frente al intelectualismo de la época.
Ayer hablábamos del robo de La Gioconda en el Louvre y hoy
recordamos que en esta fecha del 2004 fueron robados a plena luz del
día, dos cuadros del expresionista Edvard Munch - El grito y Madonna-,
en el Museo Munch de Oslo (Noruega). Dos hombres armados entraron en el
Museo y, ante decenas de turistas, descolgaron ambos cuadros y se los
llevaron en el coche de un tercero, que nunca fue apresado.
En noticia de El País, sección cultura, del 31 de agosto de 2006 se decía bajo el titular:
La policía encuentra 'El grito' y 'Madonna' de Munch dos años después de su robo".
Según
informó el periódico Dagbladet el 21 de agosto de 2006, un ladrón de
bancos noruegos ofreció la devolución de ambos cuadros a cambio de
una reducción de su condena, pero por el momento se desconoce si la
aparición de las obras está relacionada con esta noticia. El presidente
del Consejo Municipal de Oslo, Erling Lae, ha informado,
sin embargo, de que uno de los cuadros presenta un rasgón y el otro está
un poco dañado en un borde tras serle retirado el marco. (...) El
Ayuntamiento de Oslo había ofrecido una recompensa de dos millones de
coronas (251.921 euros) por estas obras de finales del siglo XIX."
Un mes después , como se ve en la imagen (de nuevo noticia de El País), los cuadros eran mostrados con los daños sufridos: "Madonna es el más dañado de los cuadros, presentando dos
rasguños en la parte inferior izquierda, y un agujero del tamaño de una
moneda de veinte coronas noruegas, un par de centímetros
aproximadamente. El grito, por su parte, tiene una pequeña
arruga en uno de los ángulos, como consecuencia de un golpe que sufrió
cuando los ladrones huían en un coche que los esperaba en las
inmediaciones del museo."
En marzo de 2008, ya restaurados, volvieron a ocupar su lugar en el Museo.
Autores del s.XX y XXI en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
Pasó una larga temporada reponiéndose de tifus en la sierra de Guadarrama. Publicó sus primeros trabajos en la revista Cruz y Raya de su tío José Bergamín, a la vez que trabajaba como arquitecto con otro de sus tíos, Rafael Bergamín (realizando parte de las casas de la Colonia de El Viso). Conoció también a Pablo Neruda. Al estallar la guerra civil, diversas circunstancias familiares hacen que, a pesar de su declarado republicanismo, se decante a favor de Franco y realice poesía propagandística. Fue colaborador de la revista Escorial (1940), junto a Luis Rosales, Leopoldo Panero, y Dionisio Ridruejo, todos ellos considerados la generación del 36.
Entre sus obras: Memoria de la plata (1958), Lecciones para el hijo (1966), Moratín y la ilustración mágica (1972) y Prosas propicias (1972).
La tristeza con que te amo tiene un ritmo que no construye lo que te dosifica
e inmuniza sobre sueños de hamaca
Perpleja como esquina peligrosa y como si esperara temiera adivinara y
empezara otra vez a suspirar cuando ya no es hora
El caso es que no tengo ni la menor sospecha de evasión a tu costa por los
alrededores y pasillos asiduos de una herida prohibida El caso es que suspiro de no poder abrir la senda y el color del precipicio la maleza de tu voz y desmayo de un párpado atractivo
Silencio los achaques de mi experiencia nueva desde el profundo malestar
de un hado que no tiene ya fuerzas para triunfar contigo plenamente
La tristeza con que te amo no se escapa a la noche y su estirón de altura
no duerme en tus rodillas plegadas junto al fuego
Tendría que ahuyentar las dudas atmosféricas y echar mano de ti para mi
agregación al cuarzo y otras límpidas sonrisas minerales
Tendría que agotar la conjetura frágil que espía el nacimiento de tus ojos
y tus labios cantando de oreja transparente y piedrecillas sueltas (Fragmento de Confidencia)
.
- de 1948, Carlos GEYWITZ, poeta chileno recordado en su obituario, un 17 de agosto de 2008.
Como consecuencia del golpe de estado de 1973, Geywitz es objeto de persecución política por lo que debe salir al exilio. Así llegó a Suecia, donde funda con los poetas Sergio Infante y Adrián Santini el Grupo Taller de Estocolmo al que se integrará más tarde el poeta Sergio Badilla Castillo.
Participó en la Revista Arte Magma de Suecia donde escribió artículos de interés como Mito y Símbolo en la Trinidad y En pos de una morsa desnuda. Asimismo colaboró estrechamente con la escritora sueca Sun Axelsson, en la traducción de la obra de esta autora al castellano.
En octubre de 1989 participó en el Festival Internacional de Poesía: La reconstrucción del tiempo, organizado por el poeta Sergio Badilla Castillo y la escritora Sun Axelsson, en Estocolmo, Suecia; evento que congregó a los poetas chilenos más connotados de la década de los ochenta.
En el año 2005 participa en el encuentro poético Región XIV patrocinado por la organización Chile-poesía, en Santiago de Chile, que reunió a una veintena de poetas de ese país, diseminados por el orbe.
Geywitz dijo sobre su labor de escritor: “escribir poesía para mí es organizar permanentemente el caos para luego hacerlo pedazos y empezar de nuevo".
Después de un largo período de depresión, Carlos Geywitz se suicidó en Estocolmo. Obra: El Ojo Privado de la Ira (1982), Distancias (1990), Años de Asedio (2004).
"No te hagas el enigma
el único
el frágil”
dijiste arrimada al vaho de mi boca
“tan solo sucede…algún corto pasado se incendia”
y te duermes…
la superficie del sueño te ha domado
el vuelo ácido del vientre
vuelvo a ti el lado azuldolido del alma
vigilia ciega de la pupila
las noches de estos días
unos días sin presagios
un alcatraz ciego cruza el indeciso amanecer
la sonrisa resurge de la escarcha
vuelve a mostrarme sus fauces generosas
vuelve a domesticarme la angustia hasta mañana . (Los celos del desheredado)
- de 1952, Giovanna POLLAROLO, escritora peruana.
Publicó su primer poemario, Huerto de los olivos, en 1987.
A la par que a la poesía, Pollarolo se ha dedicado al periodismo, la docencia y la escritura de guiones cinematográficos, entre los cuales destacan La boca del lobo, Caídos del cielo y No se lo digas a nadie.
En 1991 salió el segundo libro Entre mujeres solas, que significó un giro en la poesía femenina peruana, por la frescura de su discurso y la complejidad de su estructura.
En 1997 fue el turno de La ceremonia de adiós, que no ha hecho más que confirmar su importancia en las letras peruanas.
En el 2002 comenzó a escribir columnas sobre temas culturales para el periódico Perú.21. Actualmente es profesora de la Universidad del Pacífico.
Otras obras: Atado de nervios (cuentos, 1999), Dos veces por semana (novela, 2008), y Toda la culpa la tiene Mario (novela, 2016).
Decir "las letras de tu nombre no me dejan ver
no me dejan verme'
puede parecer una metáfora útil para empezar un poema
una frase que anuncie con dudosa belleza algo así como:
"por pensar en ti camino a tientas'. O "sin ti
no puedo vivir, no sé quién soy, no sé qué hacer'.
No.
Decir que las letras de tu nombre no me dejan ver
no me dejan verme
es tan literal como decir
que escribo en un cuaderno cuadriculado
a las 11 de la mañana, con plumón rojo
el pelo mojado, recién salida de la ducha
esta mañana de agosto, 29.
Me explico:
desde que te fuiste, cada mañana escribo tu nombre
en el espejo. En la soledad del baño lleno del vapor
que todo lo empaña, en lugar de limpiar el vaho con un trapo
o un pedazo de papel, me dedo recorre la superficie del espejo
y escribo tu nombre.
Sí. Tu nombre,
seguido de alguna breve declaración.
Esas cosas que se escriben en las paredes de los baños,
en los cuadernos, en servilletas de papel
yo las escribo en el espejo empañado
obedeciendo a una cábala que inventé
cuando supe que no regresarías.
Y entonces
cuando debo peinarme, lavarme los dientes,
pintarme los ojos
disimular mi palidez
las letras de tu nombre en el espejo no me dejan ver
no me dejan verme. ('Las letras de tu nombre')
Fallecidos en esta fecha
- de 1936, José María HINOJOSA. Recordado en su natalicio, un 17 de octubre de 1904, fue un poeta español de la Generación del 27, introductor en España de la poesía surrealista y codirector en 1929, junto con Emilio Prados, de la revista Litoral.
Murió asesinado en 1936 al comenzar la Guerra Civil Española, en el curso de una de las sacas que las fuerzas republicanas efectuaron en la Málaga posterior al pronunciamiento militar del 17 y 18 de julio.
«...Otro poeta malagueño cuya muerte terrible no se ha mencionado entre nosotros.»"Historial de un libro" Luis Cernuda, 1958.
Sus primeros libros "Poema del campo" (Madrid, 1925) y "Poesía de perfil" (París, 1926) poseen una índole arcádica y simbolista, influida por Juan Ramón Jiménez, en arte menor. En 1927 publica su libro poético "La rosa de los vientos" (Málaga, 1927), su libro más breve con dieciséis poemas y prólogo, donde son patentes las huellas de las vanguardias, el futurismo y el ultraísmo. Sus publicaciones aparecían en bellas ediciones de autor con ilustraciones de sus amigos pintores como Dalí, Benjamín Palencia o Moreno Villa.
En 'La flor de la California' hay chispazos poéticos humorísticos inspirados por Ramón Gómez de la Serna. En su segunda parte, "Textos oníricos", el relato se convierte en poema en prosa, en un ejercicio de escritura automática plenamente surrealista. El libro representa uno de los hitos más significativos del surrealismo español, siendo además el primer libro de este estilo publicado en España, editado junto a dibujos de Joaquín Peinado el 12 de abril de 1928 por la imprenta Sur. El surrealismo de Hinojosa se adelanta al de Lorca (Poeta en Nueva York) o Alberti (Sobre los ángeles). Recopilación de su obra: Obra completa de José María Hinojosa (1923-1931), edición de Alfonso Sánchez. Fundación Genesian, 2004.
En su cuerpo de espuma nacían las espigas
que en ráfagas de viento llenan con sus rumores
mi corazón perdido en el mar de su lengua
mi corazón hallado en medio del desierto
por cadenas de voces en oasis de sangre. Mi corazón perdido busca entre sus encajes
la llama que devore las ansias de su sombra
y las nieves que bajen de las altas montañas. ('Mi corazón perdido').
- de 1958, Roger MARTÍN du GARD, novelista francés, Premio Nobel de Literatura en 1937.
En 1908 publica su primera novela, Devenir. Tras la publicación en 1913 de Jean Barois, en la que Martin du Gard aborda el caso Dreyfus, lo que le permite trabar amistad con André Gide y Jacques Copeau.
Participó como soldado en la Primera Guerra Mundial. Cuando esta terminó, empieza la redacción de la que será su obra magna: la saga de Los Thibault (8 libros, de 1922 a 1940). En ella no trata de demostrar nada. No juzga, no condena: muestra a veces de modo demasiado fragmentario la evolución de la religión contemporánea, como el hecho de la separación entre la Iglesia y el Estado Francés en 1905.
Recibe el Premio Nobel de Literatura en 1937 y, paradójicamente, a partir de ese momento su obra deja de ser considerada relevante por parte de la crítica, hasta el momento en el que Albert Camus la vuelve a reivindicar.
Pasará la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial en Niza. Allí empezará a elaborar una novela que permanecerá inconclusa el Diario del coronel de Maumort, que se publicará a título póstumo. Esta publicación, al igual que otras que también fueron póstumas (correspondencia, diario, relatos cortos) hace más compleja la figura de un escritor que se reivindicó a sí mismo como novelista.
En la esquina de la calle de Vaugirard, cuando bordeaban ya las edificaciones de la escuela, el señor Thibault, que durante todo el trayecto no había dirigido la palabra a su hijo, se detuvo bruscamente:
—Esta vez sí que no, Antoine. No, ¡esta vez ya pasa de la raya! —El joven no respondió.
La escuela estaba cerrada. Era domingo y eran las nueve de la noche.
Un portero entreabrió el postigo.
—¿Sabe usted dónde está mi hermano? —inquirió Antoine. El conserje abrió los ojos desmesuradamente.
El señor Thibault, impaciente, golpeó el suelo con el pie.
—Vaya a buscar al abate Binot. El portero precedió a los dos hombres hasta el vestíbulo, sacó una
cerilla del bolsillo y encendió un candelabro.
Transcurrieron algunos minutos. El señor Thibault, sofocado, se había dejado caer sobre una silla; volvió a murmurar entre dientes:
—¡Esta vez no y no! Ya lo sabes: ¡esta vez, no! (Inicio de 'Los Thibault')
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