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lunes, 21 de octubre de 2024

21 de octubre - #diamundialdeingenieriaclinica, #DíaMundialdelAHORROdeENERGÍA.

  Día Mundial del AHORRO de ENERGÍA,  iniciativa del Foro Energético Mundial (World Energy Forum) para promover el acceso universal a la energía. Pretende reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo de energía y aportar nuestro granito de arena a la construcción de un mundo más sostenible.

Toda la sociedad en su conjunto debe de hacer una reflexión sobre el consumo energético y cómo se realiza el mismo para conseguir una eficiencia sostenible presente y, sobre todo, sentar las bases para un consumo responsable en el futuro.
 
 
Día Mundial de la INGENIERÍA CLÍNICA. 
Desde el 2016, recuerda la importancia de incorporar a todos los sistemas de salud del efector público y privado profesionales que sean responsables de la custodia y del buen funcionamiento del equipamiento médico.
 Para reconocer la contribución de los ingenieros clínicos a la mejora de la salud y el bienestar de la población mundial, tendrán como punto de encuentro las redes sociales con los hashtag #GlobalCEDay y #diamundialdeingenieriaclinica .
 
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Autores del s.XX y XXI en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha

- de 1929, Héctor TIZÓN, escritor y diplomático argentino recordado aquí con ocasión de la fecha de su defunción, un 30 de julio de 2012.
Viajó largamente por el mundo; como embajador -de 1958 a 1962-, y como exiliado- de 1976 a 1982-, pero "su lugar en el mundo", al que volvía una y otra vez, fue Yala, provincia de Jujuy, donde se instaló muy joven cuando su padre fue nombrado jefe de la estación local.
Su primer libro, A un costado de los rieles, fue publicado en México en 1960. Recibió la condecoración de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia, el Premio Dos Océanos en 1999 por Luz de las crueles provincias, otorgado por el festival de Biarritz Cinémas et Cultures de l´Amerique Latine, el Gran Premio de Honor de la SADE en 1997 y el Premio Konex de Brillante a las Letras de Argentina en 2004.

Aquella sería la última comida juntos.
El que era indigno de ajustarle el cordón de los zapatos estaba ebrio. Toda esa noche la pequeña campana de la estación ferroviaria sonó incesantemente, a lo lejos, sacudida por el viento. Llovía a ratos.
El Chaguanco abrió una lata de picadillo, lo fue untando con su cortaplumas sobre el pan que les quedaba y luego repartió los pedazos. “Yo no tengo hambre” —dijo. Quispe, un hombre inquieto y de poca talla que ya estaba borracho, tomó el primero y se lo tragó con buen apetito; después permaneció mudo y apartadizo, contemplando el débil movimiento de las ramas delgadas —agitadas por el aire— del ceibal.
La fama del Chaguanco había cundido no sólo en Yala, sino también en las comarcas vecinas desde donde la gente acudió hasta formar multitudes albergadas en carpas y vehículos, o debajo de las copas de los árboles alrededor del miserable rancho, a cuya puerta se asomaba, abandonando sus meditaciones, en los amaneceres. Entonces los que habían perdido la salud, los que aún esperaban algo, caían de rodillas ante su mano levantada.
 (Fragmento inicial del cuento 'El traidor venerado')

- de 1952, Eduardo KÍMEL, periodista y escritor argentino fallecido un 10 de febrero de 2010. 
 Condenado después de investigar la masacre de los curas palotinos en la iglesia de San Patricio, su caso fue llevado a la OEA (Organización de Estados Americanos) y ayudó a terminar con el delito de «calumnias e injurias» para casos de interés público. La normativa para despenalizar esos delitos es conocida de modo informal como «ley Kimel».
En La masacre de San Patricio (1989), Eduardo Kímel abordó el asesinato de tres sacerdotes palotinos y dos seminaristas durante la última dictadura argentina. Denunció la actuación de quienes debieron haber investigado, como el juez Guillermo Rivarola.
Seis años después, en 1995, Kimel fue condenado a un año de prisión en suspenso y al pago de una indemnización de 20 000 pesos (en esa época un peso costaba lo mismo que un dólar) como culpable de «calumnia» contra el juez al que había mencionado en su libro.
En 1996, la Sala VI de la Cámara de Apelaciones revocó la condena contra Kímel, e hizo la primera autocrítica por el rol de la justicia en los años del Proceso de Reorganización Nacional (dictadura cívico-militar argentina entre 1976 y 1983).

 La condena de Kimel generó un escándalo internacional que llevó a una denuncia de Kimel, asesorado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2001. La CIDH hizo suya la denuncia y la presentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2004, que falló en 2008, ordenando al Estado argentino a dejar sin efecto la condena contra Kimel.
Como consecuencia directa del fallo internacional, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, presentó en 2009 un proyecto de ley despenalizando las calumnias e injurias en casos de opiniones de interés público. El proyecto fue aprobado el 18 de noviembre de ese mismo año como ley y es conocido como Ley Kimel. Pocos días después, falleció el periodista Eduardo Kimel con apenas 57 años.
(Fragmento de '4 de julio de 1976. masacre de los palotinos o de San Patricio' )
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Fallecidos en esta fecha:

- de 1980, Miguel BUÑUEL TALLADA, actor y escritor español.
nacido el 5 de julio de 1924. Era miembro activo de la Convención Republicana de los Pueblos de España, organización en la que siempre militó.
Había participado en las elecciones generales de marzo de 1979, en las que se presentó por Madrid al Congreso de los Diputados, en la lista de candidaturas unitarias de Izquierda Republicana, que no obtuvo escaños.
Entre sus obras: novelas, como Narciso bajo las aguas (1959), Un lugar para vivir (1962), Un mundo para todos (1962), Las tres de la madrugada (1967).
Libros infantiles, como El niño, la golondrina y el gato (1959), Manuel y los hombres (1961), Rocinante de La Mancha (1963).
Cuentos, como El extraño (1957), El Aquelarrito (1965), Las bolas de plata (1965), La vida en colores (1968).
Y guiones de cine, El Hombre del Expreso de Oriente (junto con Francisco de Borja Moro,1962)  y El barco y su gente (1965).
 Fue galardonado, entre otros premios, con el Premio Lazarillo de creación literaria, el Diploma al Mérito Andersen (el Nobel de la literatura infantil), el Premio Sésamo, el Premio Jauja, varias Hucha de Plata, etc.

Una atalaya larga, interminable. De rocas altas, empinadas, enormes. Grises y rojizas. Y sin vegetación alguna. El sol está a punto de ocultarse por su extremo, que se recorta en un cielo muy azul. Las nubes, muy blancas.
A los pies de la atalaya, incrustado en sus rocas, el pueblecito, alargándose como el mango de una sartén. Y en la cresta de la atalaya, exactamente encima de la plaza, las ruinas de un castillo de los tiempos de la Reconquista, en las que destacan los restos de un torreón árabe. 
En la plaza, la iglesia, con columnas salomónicas en el pórtico, una torre coronada por un gallo de hierro la veleta– y un nido de cigüeñas. Y la fuente, abierta en un muro escalonado con bancos de piedra”. (Fragmento inicial de 'El aquerralito', pdf)
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- de 2009, José María RODRÍGUEZ MÉNDEZ, escritor y dramaturgo español.
Nació en la ciudad de Madrid en el 6 de junio del año 1925. Emigró, tras la guerra civil española, con su familia a Barcelona, donde cursó sus estudios de bachillerato.
Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona e ingresó en el TEU (Teatro Español Universitario) de Barcelona. En 1948 fundó la revista poética Verde Viento y tres años más tarde La Calandria. En 1950 obtuvo la licenciatura en Derecho en la Universidad de Zaragoza.
Obra: Vagones de madera (1958), El milagro del pan y de los peces (1959), Los inocentes de la Moncloa (1961), El círculo de tiza de Cartagena (1963), Los quinquis de Madriz (1967), Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga (1965), La mano negra (1966), Flor de Otoño (1973) e Historia de unos cuantos (1975).
Reconocimientos: Premio Larra, en 1964, Premio de Literatura Dramática, en 1993 y Premio de Honor de los Max de las Artes Escénicas, en 2005.

(...) tiembla el Niño Jesús, las flores de papel, tiemblan los bigotazos del apuesto general pintado al oleo. Un timbrazo y otro timbrazo. ¿Cómo es posible que a semejantes horas alguien se atreva a llamar de este modo a una casa decente y además lo haga por la puerta principal y no por la de servicio? Inaudito. Resulta tan insólito el hecho, que nada, ni nadie, responde a semejante llamada. ¿La casa está vacía? Eso parece. Pero no. A la décima llamada del timbre, se oyen voces, rumores, desasosiego. Se percibe nítidamente una frase femenina y airada: «¿I ara...? Pero... ¿i ara...?». Algo se avecina sobre aquella quietud. El timbre ha logrado poner en movimiento todo un mecanismo de jadeos, de pasos, de ahogos, de toses.)
VOZ FEMENINA AIRADA.–  Pero Pilar..., ¿qué hace usted? Ay, Deu Senyor...
OTRA VOZ FEMENINA Y TÍMIDA.–  Ya voy, señorita. Ay, bendito Dios...
LA PRIMERA VOZ.–  Abra, abra usted de una vez, Pilar...
LA SEGUNDA VOZ.– ¿Abro, señora?
LA PRIMERA VOZ.–  Abra...
(El timbre sonaba y sonaba. Ahora hay una pausa tensa, terrible, expectante. Y enseguida, el grito de la criada. Grito de folletín amargo.)
(Fragmento de 'Flor de Otoño')

- de 2010, Antonio ALATORRE, escritor, filólogo, traductor y académico mexicano nacido el 25 de julio de 1922. Respetado académico de la literatura, sigue siendo reconocido por sus influyentes ensayos académicos sobre la literatura en español y por su libro Los 1001 años de la lengua española, obra de divulgación publicada en 1979 que pretende dar a conocer de una manera amena, sencilla y relativamente breve la historia del idioma español.
Alatorre obtuvo la beca Guggenheim en 1960. Fue galardonado con el Premio Jalisco de Literatura en 1994 y con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura en 1998. Fue asimismo nombrado miembro de El Colegio Nacional el 26 de junio de 1981 y nombrado miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua el 13 de septiembre de 2001.
A lo largo de su vida ejerció la crítica literaria y la traducción de más de treinta libros del latín, francés, inglés, alemán, portugués e italiano.
Entre sus obras: 
El apogeo del castellano, 1996. Enigmas ofrecidos a la casa del placer de Sor Juana Inés de la Cruz (edición comentada), 1994. Ensayos sobre crítica literaria, 1994. Los 1001 años de la lengua española. 3a ed., 2002. El sueño erótico en la poesía española de los siglos de oro, 2003. Sor Juana a través de los siglos. 1668-1910, 2 tomos, 2007.  Sor Juana Inés de la Cruz, Obras completas, 2a ed. (Introducción, edición y notas de Antonio Alatorre), 2009. El heliocentrismo en el mundo de habla española, 2011.

Las páginas que siguen no tienen más objeto que ofrecer a los lectores un ramillete de sonetos que se refieren al Tiempo, tema “eterno” de la literatura —y en especial de la poesía— de todas las naciones, al lado del Amor con sus gozos y sus penas, la naturaleza (cielo y tierra), los Dioses y los Héroes, la Vida y la Muerte, el Destino, lo Hermoso, lo Aterrador, y también el lado alegre de las cosas…
Los autores de estos sonetos son poetas o versificadores ibéricos (o sea españoles y portugueses) de
los siglos xv i  y x v i i  que meditan sobre el Tiempo —su poder, su velocidad, su inexorabilidad, su
soberana indiferencia, etc.—, o que lo increpan, o le piden un favor… 

La selección ha sido muy difícil. He preferido aquellos sonetos en que el “asunto” va trabado con una “forma” artificiosa y bien trabajada. En otras palabras, predominarán en este ramillete los “sonetos de artificio”. (Fragmento del artículo-antología 'Tiempo y poesía', pdf)

- de 2012, Rodolfo SANTANA, dramaturgo venezolano nacido el  25 de octubre de 1944. Escribió más de ochenta obras, muchas de ellas revisadas y reescritas por su propio autor, para quien los matices esenciales del texto dramático eran indesligables del propio devenir histórico, cultural, político e intelectual.
En 1968 obtuvo con la obra "La Muerte de Alfredo Gris" el Primer Premio en el Concurso de Dramaturgia promovido por la Universidad del Zulia en la Ciudad de Maracaibo, Venezuela. En esa misma oportunidad logró una mención de honor con la obra "Los Hijos del Iris". En el siguiente concurso, año 1969, su obra “El Ordenanza” logró el segundo premio.
Fue investigador de las distintas tendencias de la escena latinoamericana y autor de obras que intentaban una reflexión detenida sobre algunos puntos de la variada gama temática del continente americano: violencia, identidad, costumbres, sincretismos, magia, santería, el poder político, influencia de los medios de comunicación, el deporte en las sociedades, etc.
En 1972 obtuvo una mención de honor con la obra “Tarántula” en el Premio Internacional León Felipe promovido por la Editorial Finisterre de México. Ese año, el montaje de su obra “La Farra” logró el Premio Juana Sujo a la mejor obra del año.
Al regresar a Venezuela en 1974, fundó el Laboratorio de Investigación Teatral, dependiente de la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia. Allí, en Maracaibo, dirigió obras de calle, teatro de cámara y un espectáculo experimental llamado “El Gran Circo del Sur” que participó en el III Festival Internacional de Teatro de Caracas en 1975, obteniendo el Premio Nacional de la Crítica a la mejor obra.

El público puede llegar a la sala en pijama o bata de dormir.
Al anunciar la obra por cualquier medio, se le anima a llevar sus propias almohadas pues estas facilitan el sueño.
Se le ofrece a los espectadores, antes de su acceso a la sala, una taza de leche tibia, una manzanilla etc.
La obra puede desarrollarse en cualquier teatro, pues cada vez más la gente se duerme en las butacas, pero lo ideal es que la obra posea su propio espacio : un salón amplio con cuarenta o cincuenta pequeñas camas.
La luz baja, indirecta.
Se escucha música de lluvia: a veces es el sonido que produce al caer sobre una plancha de zinc.
O el curso del agua sobre las tejas, el canto apagado sobre las hojas de los árboles, la marimba en el asfalto, el cristal sacudido.
Las camas poseen un pequeño descanso en la parte superior, de manera que las personas puedan apoyarse en las almohadas y ver, si quieren ver, la escena.
El espectador se acuesta en su cama.
(Fragmento de 'Obra para dormir al público').

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