Siguiendo con las celebraciones luctuosas de este largo fin de semana, se conmemora el Día de los DIFUNTOS o Día de los MUERTOS.
Así como el día de ayer era dedicado a quienes ya hallaron la paz
eterna, la celebración de una fiesta dedicada a los difuntos persigue en
la
mayoría de culturas el objetivo de apaciguar a los muertos más recientes
que vagan aún por la tierra sin encontrar el lugar de reposo (para la
Iglesia Cristiana Católica ese lugar por el cual vagan se llama Purgatorio).
Documentos históricos señalan que estas celebraciones en realidad comenzaron como una fiesta para recordar a
personas que, debido a su maldad, habían sido destruidas por Dios en
los días de Noé. (Gén. 6:5–7; 7:11.)
En el centro y sur de México y en América Central (que en conjunto componen la región conocida como Mesoamérica) esta celebración se combinó con elementos de indigenismo y del sincretismo resultó una original celebración en el Día de Muertos, distinta de las otras naciones católicas. Esta fiesta incluye por tradición un Altar de muertos
que consiste en una serie de adornos florales acompañados de la comida
favorita del difunto; además de fotografías y otros detalles.
Autores del s.XX y XXI en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
- de 1910, Enrique MOLINA, poeta argentino. Fallecido el 13 de noviembre de 1997, fue uno de los más destacados representantes del surrealismo en la literatura de la Argentina. Fundó en 1952, con Aldo Pellegrini, la revista "A Partir de Cero".
Publicó, además de numerosos libros de poesía, la novela Una sombra en la que sueña Camila O'Gorman, inspirada en la historia de amor del sacerdote católico tucumano Ladislao Gutiérrez, que escandalizó a Buenos Aires en el siglo XIX y tuvo un final trágico.
Otras obras: Las cosas y el delirio (1941), Pasiones terrestres (1946), Costumbres errantes o la redondez de la Tierra (1951), Amantes antípodas (1961), Fuego libre (1962),Las bellas furias (1966), Monzón Napalm (1968), Los últimos soles (1980), El ala de la gaviota (1985).
La dulzura de recordar el sol en la espiral del sueño
y el vano poder de haber ido tan lejos.
Es tan extraño perdurar, oír aún
la grave letanía de los huesos y el hechizo del mundo.
Déjame ver, déjame ver:
alguien me condujo hasta aquí y se oculta,
cubierto de grandes praderas, de climas,
refugios baldíos, luces que brillan
en el faro donde la tierra termina.
Salido de lugares inciertos, de trópicos y lluvias,
voraz como fuego, intruso,
la huella de sus dientes y sus besos en la manzana.
¿De quién es ese rostro desconocido entrevisto
donde se pierde? Es incierto y ansioso
extraviado en la fábula oscura de mi vida.
Adiós, sombra mía. ('Algún vestigio de tu paso')
- de 1911, Odysseas ELYTIS, poeta griego fallecido un 18 de marzo de 1996, fue premio Nobel de literatura en 1979.
En el contexto de la literatura griega,
pertenece a la generación literaria de los años 1930 y fue distinguido
en 1960 con el Premio Nacional Griego de Poesía. Es conocido,
especialmente, por su extenso poema de 1959 To axion estí (traducido como Dignum est en su versión en español). Fue denominado «El Poeta de la Luz» debido al papel central que ésta desempeña en su poesía.
En 1948 viajó a Suiza, para instalarse luego en París, donde cursó
clases de filosofía en la Sorbona. En París fue miembro fundador
de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y tuvo la
oportunidad de conocer a André Breton, Paul Éluard, Albert Camus,
Tristan Tzara, Pierre Jean Jouve, Joan Miró y otros artistas e
intelectuales.
De acuerdo con la comunicación oficial, le fue concedido el premio Nobel "por su poesía,
que teniendo como fondo la tradición griega, pinta con fuerza sensible y
creadora y sagacidad intelectual la lucha del hombre moderno por la
libertad y la creación".
La recopilación Dignum Est y otros poemas (Barcelona, 2008), tr. Cristián Carandell, recoge una muestra amplia de la trayectoria de Elytis, desde Orientaciones hasta De cerca.
La voz se corta en el trémulo viento y en sus árboles ocultos tú respiras
¡Es rubia cada página de tu sueño y según mueves tus dedos un incendio se esparce
Dentro de mí con vestigios tomados del sol! Y propicio sopla el mundo de las imágenes
Y el mañana exhibe totalmente desnudo su pecho marcado por la inmutable estrella
Que anochece la mirada como cuando va a agotar un firmamento
Oh no florezcas más en los párpados
Oh no remuevas más en las matas del sueño
Sabes qué suplica en los dedos enciende el aceite que guarda los portales del alba
Qué fresca revelación susurra en la espera el recuerdo convertido en hierba
Allí donde tiene esperanza el mundo ¡Allí donde el hombre no quiere sino ser hombre
En soledad y sin ningún Destino!
('Dormida', de "Orientaciones" )
Fue un socialista notable, destacado miembro de la Sociedad Fabiana, que buscaba la transformación de la sociedad a través de métodos no revolucionarios.
Shaw se volvió vegetariano cuando tenía veinticinco años, después de una lectura de H. F. Lester (Escenas en el matadero,
1892). En 1901, rememorando la experiencia, dijo: «Fui caníbal durante
veinticinco años. Por el resto de tiempo, he sido vegetariano». Como
convencido vegetariano, fue un firme anti-viviseccionista
y antagonista de deportes crueles con animales por el resto de su vida.
La
inmoralidad de comer animales fue una de las causas más cercanas a su
corazón y es un tópico frecuente en sus obras y prefacios. Su posición,
mantenida sucintamente, fue: «Un hombre de mi intensidad espiritual no
come cadáveres».
Entre sus obras con más proyección, Pigmalión y My Fair Lady (de la que surgió la afamada obra musical).
LA MADRE.—La verdad,
Freddy, es que tú eres muy torpe. Anda,
vete otra vez y no vuelvas sin un coche. No
podemos pasar la noche aquí.
FREDDY.—Si os empeñáis, iré; pero me calaré en tonto.
LA HIJA.—Como lo que eres. A ti todo te sale por una friolera, mientras tanto…
FREDDY.—Bueno,
bueno; no hables más, y sea lo que
Dios quiera. (Abre su paraguas y sale corriendo,
pero tropieza con una florista que viene
precipitadamente para resguardarse de la lluvia, y
cuyo canasto de flores se cae al suelo
de modo astimoso. Un relámpago deslumbrador
seguido de fuerte trueno ilumina el incidente.)
LA
FLORISTA.—¡Anda, pasmao! ¡Vaya con el señorito
cegato! Nos ha amolao el cuatro ojos. ¡Ay,
qué leñe!
FREDDY.—Bastante lo siento, pero tengo prisa. (Escapa corriendo.)
LA
FLORISTA.—(Recogiendo sus flores y volviendo a
colocarlas en el canasto.) Vaya unas maneras
que tienen algunos! ¡Moño, las tienen de…!
¡Y poco barro que hay! ¡Pues ya nos hemos
ganao el jornal! (Se agacha y sigue arreglando
sus flores lo mejor que puede, al lado de
la señora. No es una muchacha muy hermosa.
Tiene unos dieciséis años. Su traje modesto está
bastante ajado.unos Su calzado se halla en mal
estado. Su tez atestigua el efecto continuo de
la intemperie. No es que, en general, no esté
limpia y algo cuidada; pero, al lado de
las señoras elegantes, el contraste es bastante
grande. Sin embargo, se ve que con un poco de
cuidado sería una muchacha muy aceptable.)
LA MADRE.—No sea usted deslenguada, que mi hijo lo hizo sin querer.
LA FLORISTA.—Anda, ¿conque
es hijo de usted, señora? Bien. Pues mire:
podrá usted pagarme las flores estropeás. No se
figure usted que a mí me las regalan.
LA HIJA.—¡Pagarle las flores! No faltaba más; haber tenido usted cuidado.
LA MADRE.—Ten juicio, Clara, que la chica sale perjudicada. ¿Tienes dinero suelto?
LA HIJA.—No llevo más que una pieza de seis peniques.
LA MADRE.—Pues venga. Toma, chica, por lo que te han estropeado.
LA FLORISTA.—Muchísimas gracias, señora, y que tenga usted mucha saluz.
LA HIJA.—Seis peniques tirados… No vale un penique todo el canasto.
LA MADRE.—Calla, mujer; no vale la pena.
LA FLORISTA.—¡Qué buena es la señora! ¡Si toas fuan así!… (Fragmento de Pigmalión)
Fallecieron en esta fecha
En "Las autonosuyas" (1981) satirizó el debate sobre el Estado de las Autonomías.
La manifestación se estaba desarrollando de una manera perfecta. Como debía ser; que por algo se trataba de la primera manifestación autorizada en la ciudad, luego de cuarenta años (realmente eran tan sólo treinta y siete, pero siempre se redondea) de autocracia. Muchachos con barba negra y brazalete blanco encauzaban a la masa por el centro de la calle, bajo la mirada benévola de las llamadas fuerzas del orden, que no tuvieron que intervenir en una sola ocasión. Al frente de la muchedumbre (10 000 personas, según la agencia Cifra; 20 000, al decir de los que lo vieron; 50 000, según los organizadores), marchaban agarrados por el brazo, sonrientes, gloriosos, los líderes. Y entre ellos, a la derecha (fue una mera coincidencia, que él lamentó muchísimo), Manolo. Manolo iba sin corbata, naturalmente, con pantalones vaqueros y un clavel rojo en el ojal de su chaqueta. Manolo tenía sesenta años, pero no los aparentaba; y eso que al dejarse crecer la barba (por inexcusables razones políticas), le había salido con abundantes canas. (Primer párrafo de 'De camisa nueva a chaqueta vieja')
.
Paralelamente a su tarea como autor dramático, cultivó la poesía y escribió cuentos y novelas.
Entre sus obras: Asunto terminado (teatro, 1994), Donde la claridad misma es noche oscura (cuentos, 1994), Pecados mínimos (teatro, 1995), Pequeño canalla (novela, 1997), La buena vida (teatro, 1998), Amados y perversos (novela, 1999), Palabra oculta (poesía, 2000); Tolstoi, el último viaje (teatro, 2005), La oscuridad menos reciente (2005) y Lugares insospechados (cuentos, 2007).
El escenario representa el comedor de una vivienda. Los muebles son viejos. A un costado hay una mesa y cuatro sillas, aparador y vitrina del mismo estilo. En el otro costado hay uno o dos divanes solitarios, únicos sobrevivientes de un juego de sala. Varias porcelanas de mal gusto están diseminadas sobre el aparador. Al foro está la puerta de la cocina, seguida por otra que representa la entrada del baño. Al lado de éste se encuentra la escalera para subir al altillo. En cada escalón hay una maceta con plantas. El corredor que comunica con la calle está situado a la derecha del espectador. A la derecha puede verse el acceso a la zona de los dormitorios. Láminas figurativas de diverso tipo, encuadradas de manera llamativa, están colgadas en las paredes.
Jorge está sentado estudiando. Tiene la televisión encendida a todo volumen. Entra Gloria, la madre. Trae una caldera llena de agua para regar las plantas.
Gloria: (Baja el volumen del televisor.) ¿Pero qué es esto? ¿Vos sos sordo? ¿Cómo vas a estudiar con este ruido?
Jorge: Yo estudio igual.
Gloria: Mentime que me gusta. (Empieza a regar las plantas. Pausa. Jorge descubre que la caja de cigarrillos está vacía y se pone nervioso.)
Jorge: Mamá: ¿podrías prestarme veinte pesos?
Gloria: ¿Y cómo le explico a tu padre que me faltan veinte pesos?
Jorge: Mentile.
Gloria: Nunca lo hago.
Jorge: Son para comprar cigarrillos.
Gloria: No fumes.
Jorge: Linda solución.
Gloria: Tenemos solo doscientos hasta el martes.
Jorge: Te los devuelvo mañana.
Gloria: ¿Cómo?
Jorge: Vendo un libro, qué sé yo. (Inicio de 'El huesped vacío')
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