Se celebra el Día Internacional de la AVIACIÓN CIVIL.
Proclamado este día oficialmente en 1997, su propósito es generar y
fortalecer la conciencia mundial sobre la importancia de la aviación
civil para el desarrollo social y económico de los Estados, y del papel
de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) en la
promoción de la seguridad, la eficiencia y la regularidad
del transporte aéreo internacional. Ese día se conmemora, también, la
creación de la OACI en 1944 en el que las delegaciones de 54 naciones se
reunieron en el gran
salón de baile del Hotel Stevens, en Chicago, por invitación de los
Estados Unidos de América.
En aquel encuentro, los participantes concluyeron y firmaron el Convenio
sobre Aviación Civil Internacional, también conocido comúnmente como el
"Convenio de Chicago", el decisivo acuerdo internacional que desde
entonces ha permitido que el sistema de aviación civil mundial se
desarrolle en forma pacífica, en beneficio de todos los pueblos y
naciones del mundo.
Autores del s.XX en las lenguas españolas (y premios Nobel de Literatura) nacidos en esta fecha
Su primera salida en libro fue tardía, y ocurrió no con una obra poética sino con una biografía sobre el pintor berciano Norberto Beberide (Instituto de Estudios Bercianos, 1980). En sucesivos años colabora asiduamente en la prensa local y provincial con artículos de opinión, crítica de arte, teatro y poesía.
En el año 1993 se publica su primer libro de poemas: Tiempos en la misma voz, con prólogo de Ramón Carnicer (ed. Clave). Desde entonces surgen títulos como: Maleficio de otoño, con prólogo de Ramón Carnicer Blanco, 1996. Aletheia,con prólogo de Antonio Gamoneda, 1998. Sin otra luz y guía,con prólogo de Victoriano Crémer, 1999. Espejo de Alinde, 2001. La sombra de las palabras, 2002. Palabras extraviadas -Metaforismos, 2006. Agua en remolino, 2007. La voz de los metales, 2013.
- de 1966, Lucía ETXEBARRÍA, escritora española.
Su primer libro extenso es una biografía novelada de Courtney Love y Kurt Cobain: La historia de Kurt y Courtney: aguanta esto (1996).
Su primera novela, Amor, curiosidad, prozac y dudas (1997), en la que fue acusada de copiar citas completas de la novela Prozac Nation, recibió el apoyo de Ana María Matute.
Con su segunda novela, Beatriz y los cuerpos celestes (1998) ganó el Premio Nadal.
Les siguen Nosotras que no somos como las demás (1999),
La Eva futura. La letra futura (ensayos, 2000), el ensayo En brazos de la mujer fetiche (2002, escrito en colaboración con Sonia Núñez Puente).
Volvió a la narrativa con De todo lo visible y lo invisible (2001) ganadora del Premio Primavera de Novela, y en 2003 publicó el libro de relatos Una historia de amor como otra cualquiera.
Con Un milagro en equilibrio, una novela centrada en la experiencia de la maternidad, obtuvo el quincuagésimo tercer Premio Planeta en 2004.
En 2005 compiló y tradujo La vida por delante: voces desde y hacia Palestina.
También ha editado trabajos de poesía. En este género debutó con Estación de infierno (2001) por el que fue acusada por la revista Interviú de plagiar al poeta Antonio Colinas.
En 2004 publicó Actos de amor y placer, con el que ganó el XX Premio Barcarola.
Obras posteriores: Ya no sufro por amor (2005) , Cosmofobia (2007), El club de las malas madres (ensayo en colaboración con Goyo Bustos, 2009) y la novela Lo verdadero es un momento de lo falso (2010). En diciembre de 2011 anunció su retirada indefinida del mundo literario como forma de protesta contra la piratería.
En 2013 ha publicado dos obras: Liquidación por derribo y Tu corazón no está bien de la cabeza: cómo salí de una relación tóxica.
Últimas publicaciones.- Ensayo: Más peligroso es no amar (2016). Mujeres extraordinarias. Una historia de mentiras (2019). Narrativa: Le don empoisonné de la folie (El don ponzoñoso de la locura, 2017), Por qué el amor nos duele tanto (2017), Selene y los cuatro elementos (2021). Poesía: Batirse en vuelo (2017).
Ha escrito también literatura infantil y obras teatrales.
Tendrás muchas pasiones, dijo mi carta astral. Una égida de amores intensos y fugaces. Un rosario de nombres enlazados por besos. Algunos de ellos sobrios, algunos de ellos tiernos. Más altos o más bajos, castaños o morenos, los hay de todo tipo. Y a todos les define una causa común: la virilidad que se les revuelve inquieta entre las piernas.
Algunas pisan fuerte, son altas, orgullosas. Son firmes y obstinadas, enhiestas como mástiles. Poderosas y astutas, seguras de sí mismas, buenas razonadoras, maduras, decididas, van a invadirlo todo. Entran, se hacen las dueñas y al fin, en su despacho, bien firmes y encajadas, saben que ése es su sitio, conocen su papel. Entran, salen, se van emocionando, se van acelerando conscientes de su imperio. Imperios de una noche, monarquías de un beso. (Inicio de 'Amor; curiosidad, prozac y dudas')
- de 1986, CONCHA MÉNDEZ, escritora y poeta española de la Generación del 27 recordada en su natalicio, un 27 de julio de 1898.
En 1931, Federico García Lorca le presenta, en la Granja El Henar, al poeta e impresor malagueño Manuel Altolaguirre y se casaron al año siguiente, siendo testigos el mismo Federico, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Luis Cernuda. Juntos crean la imprenta La Verónica, ubicándola en una habitación del hotel Aragón, y es en estas condiciones en las que editaron la revista Héroe, que contó con la colaboración de Juan Ramón Jiménez, Unamuno, Pedro Salinas y Jorge Guillén.
Nunca abandonó la escritura en verso publicando libros poéticos libres de experiencias vanguardistas, como Vida a vida (1932), Niño y sombras (1936) y Lluvias enlazadas (1939).
Viven de 1933 a 1935 en Londres, es allí donde sufren la tragedia de la pérdida del primer hijo que estaba esperando en 1933 (esta traumática experiencia quedó reflejada en su libro “Niño y sombra” publicado en 1936) y el nacimiento en 1935 de su hija Paloma.
Junto a su marido, activo impresor, contribuye a la difusión de la obra del grupo de la Generación del 27, editando colecciones de poesías y revistas como Poesía, 1616 (título que hacía referencia al año de la muerte tanto de Shakespeare como de Cervantes), y Caballo verde para la poesía (dirigida por Pablo Neruda).
El matrimonio y su hija regresaron a la conflictiva e inestable España de 1935, participando del clima de fuerte tensión que precedió la Guerra Civil Española y tomando ambos partido por la República. Es por ello que al comenzar la contienda se ven obligados a salir de Madrid, y buscar refugio en otros países.
En un primer momento marchó sola con su hija, mientras su marido permaneció luchando en el conflicto bélico. Concha residió en Inglaterra, Bélgica y Francia, hasta que volvió a Barcelona para reunirse con su marido.
Una vez acabada la guerra civil, todos juntos se trasladan a París, donde les recibió Paul Éluard y más tarde a La Habana, donde permanecieron hasta 1943 coincidiendo allí con otros muchos intelectuales republicanos.
En 1944 llegan a Méjico donde se separan, ya que Altoaguirre la abandonó por la cubana María Luisa Gómez Mena, con la que padeció un accidente mortal en 1959 en España, cuando volvían del festival de cine de San Sebastián.
En 1944, ya residiendo en Méjico, publicó Villancicos de Navidad y Sombras y sueños. De 1944 a 1979, dejó de publicar, aunque en el año 1976 se editó una Antología poética. En 1979 apareció su último libro Vida o río.
En 1991 se publicaron sus Memorias habladas, memorias armadas, obra compilada a partir de unas cintas que había ido grabando su nieta, Paloma Ulacia Altolaguirre.
¡Cómo galopa la sangre!
¡Qué difícil detenerla
para que nos vaya al paso
cuando vive con tal fuerza!
Le he puesto duros bocados;
la he sujetado las riendas;
hay un viento que me puede
y la clava mil espuelas.
¡Yo no sé con este empuje,
yo no sé a dónde me lleva! ( Cómo galopa la sangre... )
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Recopilan sus versos las antologías poéticas: El central, 1981; Voluntad de vivir manifestándose, 1989 e Inferno, poesía completa con prólogo de Juan Abreu, 2001.
jamás ha sido como fue soñado.
El dios de la miseria se ha encargado
de darle a la realidad otro sentido.
Otro sentido, nunca presentido,
cubre hasta el deseo realizado;
de modo que el placer aun disfrutado
jamás podrá igualar al inventado.
Cuando tu sueño se haya realizado
(difícil, muy difícil cometido)
no habrá la sensación de haber triunfado,
más bien queda en el cerebro fatigado
la oscura intuición de haber vivido
bajo perenne estafa sometido. ('Sonetos desde el infierno').
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Su primer libro —Veraneo y otros cuentos— apareció en 1955 y con él ganó al año siguiente el Premio Municipal de Santiago.
En 1957, mientras vivía con una familia de pescadores en Isla Negra, publicó su primera novela, Coronación, en la que realizó una descripción de las clases altas santiaguinas y de su decadencia.
En 1966 publica El lugar sin límites, una novela corta con la que obtuvo un gran reconocimiento y es considerada una de sus mejores obras. Al año siguiente se trasladó a España, donde permaneció hasta 1981.
En 1970 publicó El obsceno pájaro de la noche, considerada su mejor novela y la más compleja y ambiciosa. Donoso trabajó en ella durante ocho años, interrumpiendo su escritura varias veces, hasta que, según declaró el propio escritor, un episodio de esquizofrenia provocado por una alergia a la morfina durante su internamiento por unas úlceras le permitió terminarla.
En 1972, publicó el ensayo Historia personal del boom y en 1973 las narraciones Tres novelitas burguesas.
En 1978 salió Casa de campo —novela que se ha leído como una crítica en clave de metáfora a la dictadura chilena—, con la que al año siguiente obtuvo el Premio de la Crítica.
Su novela erótica La misteriosa desaparición de la marquesita de Loria (1979) demostró, para algunos incondicionales, que dominaba todos los registros literarios con igual maestría.
El jardín de al lado (1981) vino a confirmarlo como uno de los autores más brillantes de la literatura chilena de la segunda mitad del siglo XX. Fue miembro de la Academia Chilena de la Lengua.
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La Manuela despegó con dificultad sus ojos lagañosos, se estiró apenas y volcándose hacia el lado opuesto de donde dormía la Japonesita, alargó la mano para tomar el reloj. Cinco para las diez. Misa de once. Las lagañas latigudas volvieron a sellar sus párpados en cuanto puso el reloj sobre el cajón junto a la cama. Por lo menos media hora antes que su hija le pidiera el desayuno. Frotó la lengua contra su encía despoblada: como aserrín caliente y la respiración de huevo podrido. Por tomar tanto chacolí para apurar a los hombres y cerrar temprano. Dio un respingo —¡claro!—, abrió los ojos y se sentó en la cama: Pancho Vega andaba en el pueblo. Se cubrió los hombros con el chal rosado revuelto a los pies del lado donde dormía su hija. Sí. Anoche le vinieron con ese cuento. Que tuviera cuidado porque sacaron la ropa y poniéndole su famoso vestido de española a la fuerza se lo rajaron entero. Habían comenzado a molestar a la Japonesita cuando llegó don Alejo, como por milagro, como si lo hubieran invocado. Tan bueno él. Si hasta cara de Tatita Dios tenía, con sus ojos como de loza azulina y sus bigotes y cejas de nieve. (Inicio de 'El lugar sin límites')
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