Google

Mostrando entradas con la etiqueta salón de lectura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta salón de lectura. Mostrar todas las entradas

lunes, 9 de mayo de 2011

Salón de lectura: Miguel Delibes. "Cinco horas con Mario"

"Rogad a Dios en caridad por el alma de D. Mario Díez Collado". Así comienza esta obra,  con la esquela mortuoria, en la que se nos informa de su edad, 49 años, y los nombres de su familia.
Su mujer, Mª del Carmen Sotillo, Menchu para sus allegados, de 44 años, se despide de los que han ido a expresar sus condolencias, y se queda a solas con su marido:


"Carmen se encara con su hijo y le muestra el libro:
– Mario -dice-, acuéstate, te lo suplico. Quiero quedarme a solas con tu padre. Es la última vez".

 Toma la Biblia, que él señalaba y repasaba, de la mesilla de noche...


"– Manías. Mario leía sobre leído, sólo lo señalado, ¿comprendes? Yo ahora -se la ablandan los ojos pero, paradójicamente, su voz se va afirmando-, cogeré el libro y será como volver a estar con él. Son sus últimas horas, ¿te das cuenta?"

Y a partir de lo subrayado por él, comienza  a desgranar lo que ha sido su vida juntos, su matrimonio, principalmente sus quejas y reproches hacia una condición en la que, por ser mujer, todas sus peticiones, creencias, pensamientos y convicciones, se veían subordinadas a las de un marido que creía ser recto, solidario y justo con todos, menos con su mujer, a la que, al parecer, jamás comprendió ni se molestó en comprenderla.

Sus problemas económicos (no tener coche, el usar la bicicleta, no disponer de una vajilla presentable...), el hacer uso de la casa sin contar con su opinión

,"pero por ayudar a un preso, por si no lo sabías, te pueden detener, como lo oyes, por cómplice o como se llame"

En fin, un repaso exhaustivo de un ama de casa de clase media que se convierte en un arquetipo de la mujer de posguerra, de los años 60, con la que muchas de nuestras madres podrían verse identificadas.

El monólogo, entre las citas bíblicas subrayadas por el difunto, divaga de un tema a otro en un lenguaje coloquial, sencillo, sin estridencias, referente también de la falta de cultura  de esta mujer a la que, el marido, a pesar de ser profesor, jamás se molestó en instruir.

Reproche tras reproche, el autor nos va acercando poco a poco al motivo que es realmente el culpable del verdadero malestar de Menchu:  estuvo a punto de serle infiel y no fue ella la que lo evitó.

"que le recordé a nuestros hijos, o a lo mejor fue él, vete a saber, ya ni me acuerdo, pero para el caso es lo mismo, Mario, que me quitó la palabra de la boca, que ni hablar podía, estaba desquiciada, cariño, tienes que hacerte cargo, sólo quiero que me comprendas, ¿oyes?, porque aunque hubiese hecho algo malo no era yo, puedes estar seguro, que la persona que estaba allí no tenía nada que ver conmigo, sólo faltaría, pero no pasó nada, nada de nada, en absoluto, te lo juro por lo que más quieras, Mario, créeme, y si Paco no hubiera reaccionado hubiese reaccionado yo, ya me conoces"

Es el sentimiento de culpa el que mueve todo el monólogo, y la muerte inesperada, el no haber podido hacer algo para "compensarle"...

Y una cosa que no te he dicho, Mario, que el otro día, hará cosa de dos semanas, el 2 del pasado para ser exactos, Paco me llevó al centro en su Tiburón, un cochazo de aquí hasta allá, no veas cosa igual, 

Desemboca en su derrumbamiento, en la exacta medida de su pesar 

" pero perdóname, Mario, anda, te lo pido de rodillas, no hubo más, te doy mi palabra, yo sólo he sido para ti, te lo juro, te lo juro y te lo juro, por lo más sagrado, Mario, por lo que más quieras, por mamá, fíjate, que más no puedo hacer, pero mírame, un segundo aunque sólo sea, anda, hazme ese favor, ¡mírame!, ¿es que no me oyes? ¿cómo quieres que te lo diga? ¡Mario, que me muera si no es verdad!, no pasó nada, que Paco, a fin de cuentas, un caballero, claro que fue a dar conmigo, pero si yo tengo un Seiscientos, ni Paco ni Paca, te lo juro, Mario, te lo juro por Elviro y por José María, ¿qué más quieres?, en mejor plan no me puedo poner, Mario, que yo puedo llevar la cabeza bien alta, para que lo sepas, pero ¡escúchame, que te estoy hablando! ¡no te hagas el desentendido, Mario!, anda por favor, mírame, un momento, sólo un segundo, una décima de segundo aunque sólo sea, te lo suplico, ¡mírame!, que yo no he hecho nada malo, palabra, por amor de Dios, mírame un momento, aunque sólo sea un momentín, ¡anda!, dame ese gusto, qué te cuesta, te lo pido de rodillas si quieres, no tengo nada de qué avergonzarme, ¡te lo juro, Mario, te lo juro! ¡¡te lo juro, mírame!! ¡¡que me muera si no es verdad!!, pero no te encojas de hombros, por favor, mírame, de rodillas te lo pido, anda, que no lo puedo resistir, no puedo, Mario, te lo juro, ¡mírame o me vuelvo local ¡¡Anda, por favor…!!"

En fin, una gran novela, inmortalizada en el teatro, con guión revisado por el propio autor, por las geniales interpretaciones durante 25 años de Lola Herrera, 1979, y   la más actual de Natalia Millán, en el 2010.


 -----------



miércoles, 4 de mayo de 2011

Salón de lectura: José Mª Gironella. "Los Cipreses creen en Dios"

Siendo la novela que actualmente leo a mi padre (en persona o mediante grabaciones en CDs) y ante la tan traída y llevada "memoria histórica", traigo a esta página uno de los libros que, siempre en mi humilde opinión, sigue siendo el que mejor y más objetivamente narra los avatares de los periodos de la Guerra Civil Española siguiendo las peripecias de la familia Alvear.
Los padres, de clase media acomodada (la madre, Carmen, vasca, ama de casa, y el padre, Matías, funcionario de Correos) y sus tres hijos, Ignacio, Óscar y Pilar, abarcan en sus relaciones familiares, amistosas, afectivas, laborales, de militancia y de vecinos una gran perspectiva de la sociedad española en los últimos tiempos de la república y la contienda española.

El autor, al comienzo de la guerra civil huyó del territorio republicano a Francia, para luego entrar en la zona nacional y unirse al ejército de Franco. Logró llegar a San Sebastián y se alistó voluntario en una Compañía de Esquiadores del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat que se había formado en Zaragoza para cubrir el Pirineo aragonés. Pensó entonces que cuando terminara la contienda alguien debería escribir por qué se produjo, en qué había consistido y cuales serían sus consecuencias.(1). Así concibió la trilogía, luego tetralogía, en la que dominan sus fuertes intentos de neutralidad.

A este primer título, de 1953, le siguieron Un millón de muertos (1961), Ha estallado la paz (1966) y Los hombres lloran solos (1986).


(1) Extracto de wikipedia

miércoles, 13 de abril de 2011

Salón de lectura: "El fuego del cielo". César Vidal.

Premio de novela histórica Alfonso X el Sabio en el 2006, esta corta historia, de agradable lectura, nos lleva al año 173 después de Cristo, bajo el dominio del emperador Marco Aurelio.

A través de personajes como una esclava prostituta, un centurión, un mago egipcio y un joven de buena familia que espera optar a un cargo militar, el autor se basa en hechos documentados para acercarnos a lo que debió ser la abigarrada, variopinta y sucia capital del imperio, a su forma de vida, a sus habitantes, así como a la disciplinada estructura del ejército que hizo posible tan amplio dominio y a los albores de un cristianismo simple, sencillo, cercanos a las primeras doctrinas y, por tanto, lejos de la iglesia que actualmente conocemos.

De todo esto trata, y de nada... pues el relato nos da cuenta de todo ello sin tecnicismos ni retórica alguna, con una facilidad de comprensión que capta nuestro interés desde el principio, saltando de un personaje a otro individualmente hasta reunirlos para sufrir las consecuencias de ese "fuego en el cielo" que marcará sus vidas.

Una lectura aconsejada y aconsejable. ¡Os gustará!

martes, 5 de abril de 2011

Salón de lectura: "Marina". Carlos Ruiz Zafón

Entre el suspense, el misterio y el terror, la novela transcurre en la periferia de Barcelona, concretamente, en el barrio del Raval, que el autor tan bien conoce. Sin duda, inspirada por los restos de algún noble caserón de la  Barcelona medieval que aún se conserva, la novela recoge las peripecias de dos adolescentes: Óscar Drai (quien relata la historia) y Marina.
Es precísamente la atracción hacia uno de esos edificios lo que lleva al protagonista a internarse en uno de esos caserones que  Marina habita junto a su padre , en un lúgubre ambiente impregnado de la tristeza por la memoria de la madre fallecida y una incurable y fatal enfermedad cuyos efectos y consecuencias el autor se complace en dosificar como un misterio más. Dejando al lector adivinar, sólo al final se desvela quién la padece.
Pero éste es solo uno de los enigmas. El principal se centra en la historia del fundador de la Velo-Granell, fábrica de aparatos de ortopedia, usados por Mijail Kolvenik para contrarrestar las imperfecciones de la naturaleza en seres deformes, obsesión que deriva en una lucha contra la muerte.
La novela,  fechada en la posguerra española, está llena, sin embargo, de personajes atemporales que viven por y para el recuerdo. Tan solo las breves estancias de nuestro protagonista entre las paredes del colegio-residencia en el que vive, nos llevan a finales de los años 70.
La aparentemente apacible narración de una incipiente historia de amor entre los protagonistas,  -en un ritmo cada vez más acelerado, conforme se desentrañan uno tras otro los misterios que envuelven las ruínas de una casa señorial, su invernadero y un  teatro , que comienzan en el cementerio de Sarriá-  desemboca en una historia de terror poblada de muertos vivientes con una terrible sed de venganza y sangre.
Con escenas en ocasiones tremendistas en exceso, y con inesperados y bruscos giros en la novela "tomados al vuelo" para conducirla al fin previsto, el autor de la no superada "La sombra del viento" consigue captar el interés del lector hacia esta novela que ha sobrepasado ya la docena de ediciones.

lunes, 21 de marzo de 2011

Salón de lectura: "La cinta roja". Carmen Posadas.

El título en modo alguno vaticinaba lo que se escondía en esta novela: nada menos que los entresijos de la que fue la más ejemplar revolución de la Historia: la Revolución francesa.

La autobiografía de Teresa Cabarrús, mujer frívola y desenfadada donde las haya, pero también fría, calculadora e influyente, protagonizó muchas de las etapas cruciales de dicha revolución.

"Cherchez la femme" dicen. "Buscad la mujer", sí. Éste es el estudio biográfico y perfectamente documentado, de hasta dónde podía llegar la influencia de la mujer (muy bella, por supuesto) en una época en la que su papel era de mero adorno.

Novela en que las armas de mujer sirven para torcer el curso de la Historia y nosotros, sus lectores, atendemos a la frivolidad, desparpajo e impudicia de quienes protagonizaron los acontecimientos de la toma de la Bastilla, la "época del Terror", la caída de Robespierre y el imperio napoleónico.

De sobra sabemos que los grandes cambios, las grandes revoluciones, se hicieron (se hacen) a costa de litros y litros de sangre derramada, de almas ingenuas, de rebaños de corderos llevados al matadero, de mártires  convencidos de unos ideales que al fin no son más que títeres para colmar la ambición y el "sálvese quien pueda" de los poderosos, de aquéllos que saben jugar y simular el corte de la guillotina con esa cinta roja, igual que juegan y simulan los grandes defensores de la Patria para mantener su posición.

En esta novela es la propia Teresa Cabarrús, en la última etapa de su vida, la que narra sus memorias. Española, de ascendencia francesa, hija de familia acomodada (nada menos que del fundador del Banco de España), va desgranándonos la miseria de la Política en general y la de esta época, en particular, que no duda en el derramamiento de sangre inocente por exigencias del guión.

¿Os recuerda a algo?

viernes, 4 de marzo de 2011

Salón de lectura: "¿Hay alguien ahí fuera?". María Keyes.

En un tono desenfadado, no exento de sarcasmo y sátira, la autora nos retrata las tribulaciones de una comercial, una ejecutiva de una marca de cosméticos, que ha perdido a su marido en un trágico accidente y su resistencia a aceptar dicha pérdida.

El tema es un acertado pretexto para el análisis (¿tal vez crítica?) de un tipo de sociedad sin demasiadas preocupaciones económicas ni sociales, de determinados convencionalismos y extravagancias y ¡cómo no! del sentimiento de pérdida, del dolor, de la creencia en el "más allá" y del 'negocio' que lleva aparejado (supuestas mediums). Todo ello regado con un humorístico enfoque y estilo que hacen muy agradable su lectura.
 

miércoles, 16 de febrero de 2011

Salón de lectura: "Amado amo". Rosa Montero.

¿Han oido hablar alguna vez del coaching? ¿Del mobbing? Palabras inglesas que definen dos acciones creadas para construir el ejecutivo agresor y agresivo que la empresa actual demanda: habilidades directivas y el acoso laboral.
Nada de personalismos, de empatías (ponerse en el lugar de...), nada de opiniones propias, ni de contar con el trabajador, sino con sus resultados.
Esto es, ni más ni menos, lo que retrata Rosa Montero en esta novela en la que el protagonista, César Miranda, acaba sufriendo las consecuencias de la tensión vivida en la empresa, retratando los cambios de metros de despacho, calidad de la secretaria, puesto de aparcamiento, palabras del jefe y miradas de los compañeros, cayendo en una apatía y abulia que le llevan a la falta de recursos creativos, de iniciativa y hasta de aliento vital, hasta que, viéndose imposibilitado a ir siempre contracorriente, acaba cediendo, sucumbiendo ante aquello que siempre ha odiado y por lo que siempre había luchado.
Angustioso y acertado análisis, interesante panorámica en primera persona de las vivencias de un asalariado que ve peligrar su alto estatus al entrar en una espiral causa-efecto en la que es el lector quien debe juzgar si ha perdido su creatividad por la tensión y los miedos o viceversa.

lunes, 7 de febrero de 2011

Salón de lectura: Juan Marsé.- "El amante bilingüe". "Si te dicen que caí".

Me debía este repaso a la literatura de Juan Marsé desde hacía tiempo, desde que en mi época de estudiante "la muchacha de las bragas de oro", aunque Premio Planeta 1978, más por la interpretación de Victoria Abril en la película que por la temática, me llevara a su obra escrita. 

Y es que este variable e inconformista autor ha tenido una trayectoria cambiante, aunque exitosa de cara a la filmografía de la época del cine de transición , con obras repudiadas por el mismo autor ("Esta cara de la luna") y otras tan ensalzadas como vilipendiadas por la crítica, conocidas a través de los Premios literarios, que son los que parecen rubricar la categoría de un autor (parafraseando el refrán: "tantos tienes, tanto vales", aunque ya haya comentado algunas veces que lo que en realidad persiguen dichos premios es más el éxito comercial que el literario).

Pues bien, resumiría la trayectoria de este autor, con escritos como "El embrujo de Shangai", "Ültimas tardes con Teresa" o "Rabos de lagartija", con el título de otra de sus obras: "La gran desilusión".

Porque precísamente eso es lo que nos transmite: desilusión.
 
La del esposo repudiado por ser de distinta clase social, marginado y autoexcluido, incapaz de sobreponerse al daño, que adopta una doble personalidad (el amante culto de habla catalana que mendiga con su acordeón y el murciano chulo barriobajero )  para reconquistar a su mujer en un principio, para volver luego en realidad a sus raíces, fundiendo los dos en uno, en lo que al parecer siempre había debido ser, al papel que debía haber representado: el 'charnego' emigrante en Cataluña, despreciado y minusvalorado, y sin embargo, atractivo.

Por otro lado, también llevada al cine, la desilusión vital en esas memorias de la juventud desgranadas en un 'despacho-botica' entre una monja y un bedel que retratan las peripecias de Java, trapero de posguerra, marchante, otra vez el personaje de un chulo de baja estofa, sobreviviendo y trapicheando como puede.

 Aunque se haya quejado el autor en algún prólogo de no haber tenido tiempo de corregir estilo y sintaxis antes de verlas publicadas, es mi opinión el que tales 'menudencias' le traen sin cuidado. No hay duda, en mi opinión, de que se trata de una literatura original y personalísima escrita en primer lugar para el gusto de quien la escribe.

lunes, 31 de enero de 2011

Salón de lectura: "El País del miedo". Isaac Rosa.

Parafraseando el original tema de Joaquín Sabina, esta "nivola" (prefiero llamarla al modo unamuniano, porque novela no es) nos muestra al estilo de "como te digo una co' te digo la o' " y como quien comprueba una por una la lista de prendas que meter en la maleta o muebles en el camión de la mudanza para que no se olvide ninguno, nos hace un repaso de todos los miedos posibles e imposibles que el ser humano puede tener: desde el coco o el hombre del saco, pasando por la asfixia de un bebé mientras duerme, los grupos de adolescentes temidos como posibles delincuentes, el racismo,- centrado en el magrebí y africano- con toda suerte de explicaciones.
El autor no es racista, pero...; al autor nunca le han asaltado, pero...
Parece un tratado (no, insisto, un listado interminable, uno tras otro) sobre los temores, al que se le ha insertado con calzador pasajes de una historia, la del pusilánime Carlos y familia, para convertirlo en narración, en novela difícilmente digerible, en la que página tras página se desarrollan temores uno tras otro con cortos comentarios intercalados.
Las investigaciones de la esposa de Carlos, Sara, es la que comienza la obra, dudando de la honradez de su criada Naima, al notar que faltan en casa 'pequeñas' cantidades de dinero (así llama al hurto de billetes de 10 y 20 euros), juguetes, ropa, baratijas, vídeos... No sirven de nada las protestas de inocencia de la víctima ni la situación en la que queda al perder la confianza en las casas en que limpiaba, a pesar de que su honradez resulta demostrada más adelante al descubrirse la extorsión que sufre su hijo, Pablo, por parte de otro adolescente, personaje canallesco donde los halla con situaciones llevadas al extremo. Se trata de una historia intercalada, como digo, para que sirva de enlace entre una y otra lista de temores, cómo se producen, de dónde vienen y cómo se difunden.
Están todos... no he echado en falta ninguno. Y debo confesar que el lector, conforme va avanzando en ella, teme que aparezca la siguiente retahíla, interminable, detallada, infatigable... ¡uf!
No se puede negar la originalidad, el atrevimiento de convertir este ensayo en novela y que, además, resulte ganadora, el 2008, en el Premio de Novela Fundación José Manuel Lara, galardón dotado con 150.000 euros. Tal vez podría presentarse como detallado y pormenorizado estudio sociológico y psicológico sobre los miedos cotidianos, seguro que también podría ganar.
Sin duda la recopilación es el resultado de observación, trabajo de hormiguero y tiempo.

Aquí tenemos un fragmento:
Pero no es ése su único miedo, ni siquiera el mayor. Carlos tiene otros. Algunos permanentes, otros puntuales, cíclicos. Algunos intensos y otros leves, todos tangentes, acumulables, soportables cada uno por separado, y que en realidad tienen una presencia continua pero secundaria, como un ruido de fondo con el que te acostumbras a vivir.
¿Podríamos decir que tiene miedo a la delincuencia? No exactamente. Es cierto que buena parte de sus temores pasan por ser atracado, asaltado, desvalijado; alguien que te toma del brazo al volver la esquina, alguien que se mete en tu coche por la puerta trasera cuando estás parado en el semáforo, alguien que llama a tu puerta y no consigues cerrar antes de que coloque el zapato entre la hoja y el marco. Pero lo de menos en esos supuestos es la sustracción, lo perdido, el dinero, el reloj, el vehículo. Lo importante es la navaja colocada en el costado, el brazo cerrado en torno al cuello, la patada a la puerta. De hecho, le atemoriza aún más imaginar situaciones en las que no hay billetera o coche robados, en que no existe esa motivación que, más que justificar el pinchazo o el golpe, lo delimitan, le ponen fin, todo acaba cuando el ladrón corre con su botín, cumplido su objetivo. Le da miedo cuando no hay tal objetivo, cuando es otro, o no existe, no es identificable. Aquellos casos en que los golpes no se detendrán ante un puñado de billetes o un número secreto de tarjeta de crédito, porque lo único que pueden, que quieren sacarte, es dolor.
Si tiene que ponerle nombre, lo llama «la violencia»
.

Recomendada para curiosos que lo leen todo. Eso sí, tómenlo a pequeñas dosis.

viernes, 28 de enero de 2011

Salón de lectura: Paulo Coelho. "El zahir"

Comienza el libro con el mejor de los inicios: una composición con fragmentos del poema "Viaje a Ítaca", de Konstantinos Kavafis, que musicara Lluis Llach y del que consta mi admiración en este vídeo.

Otra cita a la parábola del hijo pródigo y concretamente al pastor que abandona el rebaño para buscar a la oveja perdida, nos preparan para el contenido del libro: el viaje de un escritor para reencontrar a su ex-esposa, desaparecida voluntariamente.

Esta vez, son reflexiones sobre el matrimonio y la relación de pareja  los ejes centrales de esta obrita de poco más de 300 páginas. Explica el título mencionando una cita a Borges para explicarnos que Zahir significa en árabe lo "visible, presente, incapaz de pasar desapercibido. Algo o alguien con el que, una vez entramos en contacto, acaba poco a poco ocupando nuestro pensamiento, hasta que no somos capaces de concentrarnos en nada más. Eso se puede considerar santidad o locura."

Nada que ver, en mi opinión, con el viaje del pastor en busca de su tesoro o la del camino de Santiago... Este libro se pierde en divagaciones de mi admirado autor y se hace espeso, pesado y repetitivo. Quizás con la mitad de páginas hubiera sido suficiente y mucho más ameno.

Siendo tan complicada la tarea de escribir, hasta el mejor maestro puede tener sus "días malos" y creo que aquí ha primado al publicarlo el prestigio del autor (que ya presupone un éxito de ventas) y exigencias editoriales más que la calidad, pues pienso que existe en él una falta de maduración, de cohesión en las ideas; tiempo, en fin, que nos hubiera dado de nuevo otra gran obra como aquellas a las que el autor nos tiene malacostumbrados.

 

viernes, 10 de diciembre de 2010

Ángeles Caso - "Contra el viento"



Premio Planeta 2009. Primer libro que me llegó de esta autora, que sólo conocía por su trabajo en televisión y algún artículo periodístico.

Sin grandes alharacas y sin necesidad de estridencias;  con un lenguaje ameno y estilo muy accesible, la autora nos lleva de la mano a través del camino  que le toca vivir desde niña a una mujer  emigrante, una luchadora, a la que conoce cuando entra en su casa a servir.

Y me ha traído a la memoria un libro-testimonio leído hace años  titulado "Trabajos duros de la mujer" de Eliseo Bayo, (1970) (será mi reseña siguiente) que me dejó impresionada en su momento por su crudeza, su realismo y, sobre todo, su cercanía. 

Y lo comento porque, aunque parece que nunca es suficiente cuando se trata de denuncia, me temo y lamento no tener que irse tan lejos cuando tenemos aún muchos trapos sucios que lavar en nuestra propia casa. Y lo comento, insisto, porque sólo hay que mirar atrás a los años de pre-, inter- y post- guerra ( las abuelas y madres de mi generación) para descubrir muchos ejemplos de esa lucha sorda, cotidiana, y muchas veces, casi siempre, injusta.

Por eso, y aunque ya es "vox populi" el amaño  de los Premios Planeta, con fines claramente comerciales, destinado a buscar clientela más que a descubrir nuevos valores y convocado año tras año con el ganador previamente designado, no es menos meritoria la calidad de la escritora en cuestión (lo cortés no quita lo valiente).

Así que, una vez más, nos hallamos ante un libro de lectura recomendada y recomendable.

.*.*.*.*.*.*.*.*.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ana Mª Matute.- "Olvidado rey Gudú"


Como premio a una fecunda e interesante labor literaria le ha sido concedido el Premio Miguel de Cervantes 2010, a sus 85 años.

Como -supongo- nos habrá pasado a muchos, la conocía solo por sus colaboraciones en prensa y quise acercarme a alguna de sus obras por lo que elegí la que da título al comentario. Estoy segura de que elegí mal. No puedo creer que haya tenido tan mala suerte, pero es así: no pude terminar de leerla.

Yo, que me he tragado verdaderos "bodrios" por aquello de terminar lo que empiezo, no he conseguido la paciencia de esperar a ver si aquello se ponía más interesante para mí. Pero no olviden que mi intención es expresar puntos de vista propios, no "sentar cátedra", por lo que mi opinión puede ser - de hecho lo es- absolutamente discutible.

Sin dejar de reconocer su acierto "formal" y la calidad y originalidad de su escritura, he debido rendirme a la evidencia de que no me quedaba ningún resquicio a la curiosidad por conocer las peripecias del medieval reino de Olar tras la llegada del hijo del Rey: ahí me "rendí".

Habiendo leído tantas críticas y comentarios acerca de que es su mejor obra y una de las favoritas de la propia autora, me comprometo a retomarla en otra ocasión (tal vez no haya sido mi mejor momento anímico para aventuras de este tipo).

Aunque mis aportaciones sean cada vez más un monólogo y encuentro conmigo misma, - ya se sabe que, si bien siempre ha habido "chupópteros" (= gente que aprovecha el trabajo de otros para su propio beneficio y entretenimiento sin siquiera dar las gracias)(1) está claro que ahora en Internet es mucho más fácil-, el día en que llegue al final lo contaré.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

(1).- Empiezo entonando el "mea culpa", desde luego: muchas de las citas que hago no las podría hacer si no fuera por ese trabajo ajeno ( en mi disculpa diré que siempre cito dónde lo encontré) y aclaro que quito la opción de comentarios por dos cosas: para no esperarlos, y para que nadie se sienta ahora pesaroso por no haberlos hecho. Ante todo la libertad de la NO palabra... ¡faltaría más!

martes, 23 de noviembre de 2010

"El juez de los divorcios". Miguel de Cervantes


¿Os sorprende este título dentro de esta sección? Bueno, no sólo de literatura actual vive el hombre ;)

Os cuento: Estoy desde hace poco en un grupo de teatro y ésta es la primera vez que analizo una obra de teatro metiéndome en la piel de un personaje para interpretarlo. Y es que por experiencia propia estoy comprobando que es algo muy distinto lo hecho hasta ahora (leer teatro o dirigir una obra representada por mis alumnos) que el verme en la situación actual de ser yo misma quien transmita al espectador el transfondo.

Ya el título os da idea de que el tema no anda muy lejos de ser actual: varias parejas se acercan al juez para solicitar el divorcio por diferentes motivos, muy cercanos todos a la condición humana y al deterioro de una relación por culpa de la convivencia o de la lucha de intereses.

Así que ésta es la recomendación de hoy. A ver si coincidís en mi opinión.

Además de lo cortita que es (los entremeses, como el nombre indica, se utilizaban en las pausas entre los actos de una obra teatral para dar sensación del paso del tiempo y más credibilidad a los cambios de lugar, tiempo y/o acción de la misma), tenéis mucho más fácil su lectura, ya que se encuentra en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Houellebecq, Michel - "Plataforma"


No sé cómo empezar el comentario de este libro para no correr el riesgo de que se me considere "pacata" y "estrecha"... es lo que tiene el hecho de comentar un libro en el que (parafraseando el título de Milan Kundera) la insoportable liviandad del ser... hombre (macho, sexo masculino) consista en mirar a la mujer por lo que tiene entre sus piernas.

Y es que después de leído el "Sexus" de Henry Miller mal lo tiene el que se adentre en ese mundo de la necesidad del sexo por el sexo y convierta a éste en el único sentido de una desganada y apática existencia. Corren el riesgo de convertirse en uno más de esos libros de la sonrisa vertical en el que distintas tramas no logran amenizar ni conseguir suficientes lazos ni bombillas para el hecho corriente y moliente de una relación sexual que al fin y al cabo es siempre lo mismo por muchos adornos que se les quiera poner.

¿Cómo se puede escribir, y quedarse tan pancho: "Intelectualmente, lograba sentir cierta atracción por la vagina de las musulmanas"?

¿Ya he conseguido ganarme los adjetivos con los que empecé?. Bien... ¡Qué le vamos a hacer!

Para los que gusten de comprobar asertos para emitir opiniones propias (¡olé por ellos!) vean si encuentran en esta historia los freudianos celos hacia el padre, la amargura de la deshumanización, el aburrimiento vital, el ¿por qué le llaman amor si quieren decir sexo?, la crítica a la industria del sexo, al consumismo, al Islam... y logran encontrar dónde está esa "plataforma" de la que habla el título, mencionada simplemente en el recuerdo de un episodio de la niñez.

Y, si quieren una segunda opinión ( o primera, si es por orden de importancia) aconsejaría este artículo: "La auténtica ampliación del campo de batalla" Reseña por Francisco Rosa Novalbos


lunes, 8 de noviembre de 2010

José Saramago.- "El evangelio según Jesucristo"


Suscribo punto por punto el comentario que LUCIANA STEGAGNO PICCHIO, hace sobre él, por lo que me limito a copiarlo y a aconsejar su lectura, tanto para creyentes como para no creyentes.
Sabemos que Saramago era irreverente, pero esta profundización en la figura de Jesucristo, origen involuntario de la Iglesia cristiana, se hace desde el respeto, poniéndose en la piel del protagonista como hombre abocado a una misión que no ha elegido.

“El Evangelio según Jesucristo” responde al deseo de un hombre y de un escritor de excavar hasta las raíces de la propia civilización, en el misterio de su tradición, para extraer las preguntas esenciales.
“¿Quién es este nuestro Dios, primero hebraico y ahora cristiano, que quiere la sangre, la muerte, para que sea restablecido el equilibrio de un mundo que sólo de sus leyes se nutre?”
“El Evangelio” de José Saramago es todo así, trágicamente problemático, y sería absurdo condenarlo con leyes que no sean sus propias leyes, literarias, poéticas y filosóficas. Aquí no se niega lo divino, la religiosidad latente en el corazón de cada hombre: lo que se hace es interrogarlo, cuestionarlo, acusarlo.
Apasionadamente, religiosamente. Como Milton, situado en el lado del perdedor, que es
siempre, no lo olvidemos, un ángel caído.

martes, 2 de noviembre de 2010

Navarro, Julia.- La biblia de barro.



Un enredo entre un grupo de arqueólogos que busca unas tablillas de barro en las que un escriba cuenta el génesis dictado por el mismo Abraham, apremiados ante la inmanente invasión de Iraq por Bush, (cuya fecha todo el mundo sabe menos los interesados), la nieta de un "capo" sin escrúpulos quasi mafioso con antecedentes nazis dedicado a expoliar obras de arte, un grupo de abuelos que busca venganza, asesinos a sueldo, un curita sometido al secreto de confesión... Se mezclan todos los ingredientes y el "gazpacho" resultante se queda en eso: un enredo.