Google

Mostrando entradas con la etiqueta #EducacionNuestroEmpeño. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #EducacionNuestroEmpeño. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de abril de 2018

Salón de lectura.- Los premios Planeta

Cumpleaños tras cumpleaños mi hermana menor fue regalando a mi padre los Premios Planeta, que él completó con los anteriores hasta conseguir una abultada -y completa- colección de los mismos.
He comenzado a leerlos (en los más modernos será relectura) para profundizar en estos escritores (de algunos no se ha vuelto a hablar), sus obras y la pérdida de prestigio que -en mi humilde opinión- ha ido menguando la credibilidad de los premios al tiempo que incrementando su fin comercial.
El que un autor se preste a este espectáculo (farsa) no vamos a criticarlo, dado que no es tan fácil vivir de la escritura (aunque muchos sean ya muy rentables para la editorial antes del galardón). Un gran trabajo les respalda mucho antes de llegar a ser siquiera nominado.

Si os parece, hablamos primero un poco de los propios premios en los que Wikipedia se hace eco de lo que antes comentábamos.

El Premio Planeta de novela es un premio literario comercial otorgado desde 1952 por la editorial Planeta a la mejor obra inédita. Fue creado por el fundador de la editorial José Manuel Lara Hernández. Este premio no debe confundirse con los que otorgan las filiales de Planeta en algunos países latinoamericanos, como por ejemplo el Premio Planeta Argentina.

Es uno de los premios literarios mejor dotados del mundo, sólo por detrás del Premio Nobel de Literatura, con 601.000 € para el ganador y 150.250 € para el finalista. Se falla cada 15 de octubre, festividad de Santa Teresa, onomástica de la esposa del fundador, María Teresa Bosch.

En los últimos años su credibilidad se ha puesto en tela de juicio desde muchos ángulos. La cuestión ha llegado al extremo de que escritores como Miguel Delibes​ o Ernesto Sabatohan renunciado a participar al mismo (denunciando ambos que les habían ofrecido ganar la edición de 1994).
En 2005 un tribunal argentino condena a pagar 10.000 pesos a Gustavo Nielsen por haberlo perjudicado, después de encontrar que hubo fraude​ en la entrega de la versión argentina del premio Planeta, entregado por la empresa editora Espasa Calpe Argentina, que forma parte del Grupo Planeta. El premio había sido entregado a Ricardo Piglia en 1997.​

El nombre de los autores de las novelas ganadoras se conoce días antes de su promulgación, con lo cual ha decaído el prestigio literario del galardón.

En este artículo, wikipedia recoge la lista de los sucesivos ganadores y finalistas desde 1952.

jueves, 12 de abril de 2018

¿Es poesía una canción? Por la boca vive el pez

Esta sección pretende romper una lanza en favor del premio Nobel de Literatura concedido a Bob Dylan como poeta. Ciertamente, hay letras de canciones que son poesía.
Al no contar con vuestras sugerencias, nos movemos por nuestras sensaciones y recuerdos que pueden muy bien no coincidir con los vuestros. Es el riesgo que hay que correr al manifestarse en general. No obstante, esperamos ir acertando.

Son muchas las letras de Fito&Fitipaldis que merecerían estar en esta sección, por ejemplo 'Antes de que cuente diez', 'Que viene y va', 'Me acordé de ti' o 'Trozos de cristal', pero traemos
 "Por la boca vive el pez"
 Autor: Fito Cabrales

https://youtu.be/iUXs4Nt3Y7Y


Algo, lo que me invade,
todo viene de dentro.
Nunca lo que me sacie.
Siempre quiero, lobo hambriento.
Todo me queda grande
para no estar contigo.
Sabes, quisiera darte
siempre un poco más de lo que te pido.
Sabes que soñaré,
si no estás, que me despierto contigo.

Sabes que quiero más,
no se vivir solo con 5 sentidos.
Este mar cada vez guarda mas barcos hundidos.

Tu eres aire, yo papel,
donde vayas yo me iré,
si me quedo a oscuras
luz de la locura ven y alumbrame.
Alguien dijo alguna vez
por la boca vive el pez
y yo lo estoy diciendo,
te lo estoy diciendo otra vez.

Dime por qué preguntas
cuanto te he 'echao' de menos,
si en cada canción que escribo, corazón,
eres tú el acento.
No quiero estrella errante,
no quiero ver la aurora
quiero mirar tus ojos del color de la cocacola

Sabes que soñaré,
si no estas, que me despierto contigo.
Sabes que quiero más,
no se vivir solo con 5 sentidos.
Este mar cada vez guarda mas barcos hundidos.

No estás conmigo siempre que te canto,
yo hago canciones para estar contigo,
porque escribo igual que sangro,
porque sangro todo lo que escribo.
Me he dado cuenta cada vez que canto
que si no canto no sé lo que digo.
La pena está bailando con el llanto
y cuando quiera bailará conmigo.
La vida apenas solo dura un rato
y es lo que tengo para estar contigo
para decirte lo que nunca canto,
para cantarte lo que nunca digo.
 

miércoles, 11 de abril de 2018

Garabateando.- Cortázar. Segunda clase

  Los alumnos de Berkeley, en 1980, asistieron a las ocho clases magistrales que Julio Cortázar dio. Las recogieron en grabaciones que pasaron a escrito en "Clases de Literatura".
 
Repasamos la segunda clase: El cuento fantástico I: El tiempo. 
 
 (...) a mí me tocó crecer en la ciudad de Buenos Aires en un contexto donde los cuentos eran una materia literaria muy familiar, desde los cuentos un poco tradicionales de fin de siglo como los de Eduardo Wilde o los de Roberto J. Payró, de tipo gauchesco.  (...) y al mismo tiempo en que yo estaba comenzando mi trabajo personal había algunos cuentistas ya muertos y otros en plena actividad como Leopoldo Lugones, Horacio Quiroga, Benito Lynch, y entre los directamente contemporáneos, Jorge
Luis Borges, que en esos años está publicando sus cuentos más famosos;(...) También su compañero y socio literario muchas veces, Adolfo Bioy Casares, está escribiendo cuentos que publica en volúmenes y —ya que estoy en familia—  Silvina Ocampo, su mujer, es también una magnífica cuentista. 

Empecé a escribir cuentos muy temprano (...) Escribía como se suele hacer al comienzo de una carrera literaria: sin suficiente autocrítica, diciendo en cuatro frases lo que se puede decir en una y olvidándose de la que había que decir, multiplicando una adjetivación que por desgracia llegaba en cantidades navegables desde España. Empecé a escribir cuentos y un buen día, cuando tenía seis o siete que nunca publiqué, me di cuenta de que todos eran fantásticos.
(,,,) creo que yo era ya en esa época profundamente realista, más realista que los realistas puesto que los realistas como mi amigo aceptaban la realidad hasta un cierto punto y después todo lo demás era fantástico. Yo aceptaba una realidad más grande, más elástica, más expandida, donde entraba todo.

(...) el famoso libro del inglés Dunne, An Experiment with I une, que Borges cita a veces porque le había fascinado. Dunne analiza la posibilidad de diferentes tiempos (y no solamente este que aceptamos nosotros, el del reloj pulsera y del calendario), simultáneos o paralelos, basándose en el conocido fenómeno de la premonición de personas que tienen repentinamente una visión de algo que se produce cinco días después.

“El milagro secreto” (de Borges) cuenta la historia de un dramaturgo checo —creo—  que es hecho prisionero por los nazis (...) es condenado a muerte inmediatamente (...) y el cuento muestra el momento en que este hombre es puesto contra la pared, los soldados alzan sus armas y él ve el gesto del oficial que da la orden de apuntar. En ese momento se dice que lamenta morir porque durante toda
su vida ha estado trabajando en sus obras de teatro y estaba empezando a imaginar una que hubiera sido la culminación de su vida, su obra maestra. (...) cierra los ojos, y el tiempo pasa y él sigue pensando en su obra. Poco a poco comienza a imaginar situaciones de per­sonajes. (...) Durante un
año de pensar, lleva adelante esa obra mentalmente y a último momento pone el punto final y se siente profundamente feliz porque ha realizado lo que quería: ha hecho esa obra definitiva, abre los ojos, y en ese momento baja la señal para que le tiren encima. Lo que para el tiempo de los soldados había durado dos segundos, para él el tiempo en eso que Borges llama “el mi­lagro secreto” ha durado un año, ha tenido un año de tiempo mental para terminar su obra.
 
El segundo cuento es “Eso que pasó en el Arroyo del Búho”, de Ambrose Bierce. (...) El cuento es un episodio de la Guerra de Secesión en que un grupo de soldados toma prisionero a un enemigo del otro bando, no sé si del Sur o del Norte, y deciden ahorcarlo en un puente. Es exactamen­te la misma situación del cuento de Borges: le pasan el nudo corredizo por el cuello y lo obligan a saltar del puente para que quede suspendido en el aire. El hombre salta, se rompe la cuerda y cae al agua, y aunque está completamente aturdido consigue nadar y salir muy lejos. Aunque le tiran no lo alcanzan, se esconde y después de haber descansado un poco piensa que quiere volver a su casa para ver a su mujer y a sus niños, a quienes no veía hace mucho. Empieza un viaje a lo largo de la noche y del día escondiéndose porque anda en zona enemiga hasta que finalmente consigue llegar a su casa (no recuerdo los detalles y ver a su mujer a través de una ventana. Mientras está en esa felicidad de haber conseguido llegar, las imágenes se vuelven un poco borrosas hasta que se borran del todo. La última frase de Bierce es: “El cuerpo del ejecutado se balanceaba en el extremo de la cuerda”.  

El tercer cuento, que se llama “La isla a mediodía”, cuenta cómo un joven italiano, steward de una compañía de aviación  que hace el vuelo entre Teherán y Roma, por casualidad miran­do por la ventanilla del avión ve el dibujo de una de las islas griegas del mar Egeo. La mira un poco distraído pero hav algo hermoso en eso que ve, que se queda mirándola un largo momento y luego vuelve a su trabajo de distribuir bandejas y servir copas. (...) Así, en una serie de viajes, mira cada vez esa isla griega que le parece hermosa: es completamente dorada, muy pequeña y  (...) empieza a tener una obsesión creciente por la isla. (...) Un día (estoy abreviando mucho) decide pedir una larga licencia. (...) después de dos o tres días llega una mañana a la isla y desembarca. La lancha se vuelve y él toma contacto con el grupo de pescadores, dos o tres familias que viven efectivamente ahí y que lo reciben muy cordialmente. (...) siente de golpe que ya no se va a ir de esa isla, que ése es realmente su paraíso, que toda esa vida artificial ya no tiene sentido: (...) En ese momento oye el ruido de los motores de un avión y piensa por la posición del sol que está llegando el mediodía, que es su avión, (...). En ese instante siente un cambio de régimen de ruido en los motores del avión, lo mira y ve que se desvía, gira dos veces y se hunde en el mar. (...) Se tira al agua y nada por si hubiera algún superviviente. (...) ve asomar una mano del agua. (...) saca a un hombre que se debate (...): tiene una enorme herida en la garganta y está agonizando. (...) Los los pescadores que han oído el ruido del otro lado de la isla vienen corriendo y encuentran el cadáver de un hombre con una enorme herida en la garganta tirado en la playa. Es lo único que hay; están como siempre solos con ese solo cadáver.

Es la mecánica de los dos cuentos anteriores que les conté: lo que sucede en cinco segun­dos, el avión que cae y se hunde en el mar, este hombre lo vivió en un largo momento feliz en que cumplió su sueño y lo realizó: también una especie de milagro secreto, como si le hu­bieran concedido la posibilidad última de ser feliz por lo menos un día antes de la muerte, llegar a su isla, vivir en ella. Esa lectura me parece perfectamente legítima pero también es bueno recordar la lectura del autor, que no es exactamente la misma. (...) Escribí el cuento con la impresión (y digo impresión porque nunca hay explicaciones en estas cosas), con la sensación de que en algún momento hay un desdoblamiento del tiempo, lo cual significa un desdoblamiento del personaje. (...) el avión cae y ese hombre que va a sacar del agua es él mismo que se está muriendo al caer del avión, por eso los pescadores solamente encuentran un cadáver en la orilla.
Se me ocurre que con estos tres cuentos y las posibles di­ferentes formas de lo fantástico que asumen, nos hemos metido ya en un terreno un poco más conocido que antes. Después podré hablarles bastante sobre otras formas de lo fantástico en unos pocos cuentos donde entran en juego elementos como el espacio.
 En ese cuento mío sumamente realista que es “El perseguidor” y que es la historia de un músico de jazz, hay un episodio que es quizá un pequeño cuento dentro otro cuento y que toca de cerca el problema del tiempo desde otro ángulo. Si me lo permiten leeré dos páginas:(...) Este fragmento en donde Johnny trata de contar su experiencia es mi experiencia personal en el metro de París. Aquí es donde ustedes me creen o no me creen, pero es eso que se suele llamar un estado de distracción y que nadie sabe bien qué es porque cuando somos pequeñitos nuestras madres y nuestras maestras nos enseñan que no hay que distraerse, e incluso nos castigan por lo cual quizá, acaso (sin saberlo, las pobres) nos están privando desde la infancia de una posibilidad dentro de muchas posibilidades de cierto tipo de aperturas. En mi caso me sucede distraerme y por esa distracción irrumpe lo que después da estos cuentos fantásticos por los cuales nos hemos reunido aquí.(...) que me sucedió el día en que por primera vez establecí la relación entre el hecho de que había reco­rrido dos estaciones de metro de pie entre mucha gente (y sabía perfectamente, como podía comprobarlo al otro día si hubiera qucrido, que esas dos estaciones me habían llevado exactamen­te dos minutos) en un estado de distracción en el que había recorrido un largo viaje que había hecho con un amigo en el norte de Argentina en el año 42. (...) Mi tiempo in­terno, el tiempo en que todo eso había sucedido en mi mente, de ninguna manera podía caber en dos minutos
 
(...) Los sueños han sido pues uno de los motores de mis cuentos fantásticos, y lo siguen siendo.
“La noche boca arriba” es casi un sueño y es quizá todavía más complejo. Tuve un accidente de motocicleta en París en el año 53, un accidente muy tonto del que estoy bastante orgulloso porque para no matar a una viejita) traté de frenar y desviarme, me tiré la motocicleta encima y un mes y medio de hospital.(...) Estaba cómodo y tran­quilo y de golpe me vi de nuevo en la cama; en ese momento, el peor después del accidente, todo estuvo ahí, de golpe vi todo lo que venía, la mecánica del cuento perfectamente realizada, y no tuve más que escribirlo. Aunque lo crean una paradoja, les digo que me da vergüenza firmar mis cuentos porque tengo la impresión de que me los han dictado, de que yo no soy el ver­dadero autor. (... En el cuento) Un hombre — en este caso soy yo—  tiene un accidente de moto, lo
llevan al hospital, todo lo que ustedes saben. Se duerme y entra en la situación de ser un indio mexi­cano que está huyendo en plena noche porque lo persiguen. (...) el moteca sabe muy bien lo que le espera y huye desesperadamente, huye y siente cada vez más cerca a los perseguidores y entonces brus­camente se despierta. Claro, se despierta en el hospital en donde estaba: es el hombre que ha tenido el accidente. [tras intentar luchar contra el sueño, que vuelve una y otra vez y sigue hacia su inevitable final] en lo alto ve al sacrificador que lo está esperando con el cuchillo de jade y obsidiana empapado de sangre y con un último esfuerzo de su voluntad trata de despertarse. En ese momento tiene la revelación, se da cuenta de que no se va a despertar, de que ésa es la realidad, que él es un hombre que soñó que vivía en una ciudad muy extraña con edificios altísimos, luces verdes y rojas, que andaba en una especie de insecto de metal. 
 
(Ante la pregunta de una alumna sobre el principio de incertidumbre citado en Rayuela, responde:) hemos tenido un cierto complejo de inferioridad  con respecto a los científicos porque nos ha parecido que la literatura es una especie de arte combinatoria en la que entran la fantasía, la imaginación, la verdad, la mentira, cualquier postulado, cualquier teoría, cualquier combinación posible, y corremos muchas veces el peligro de estar yendo por malos caminos, por falsos caminos y los científicos dan una sensación de calma, de seguridad y de confianza. Bueno, todo eso para mí no existe ni ha existido jamás, pero cuando leí lo del principio de incertidumbre de Heisenberg me dije: “¡Diablos, ellos son también como nosotros! 

jueves, 5 de abril de 2018

¿Es poesía una canción? - El vendedor. Mocedades.

Letra de José María Lizar. Destaco en ella la belleza de las imágenes abstractas, situaciones y emociones que se "venden".

 
En la plaza vacía
nada vendía
el vendedor.
y aunque nadie compraba
no se apagaba nunca su voz.
Voy a poner un mercado
entre tantos mercaderes
para vender esperanzas
y comprar amaneceres.
Para vender un día
la melodía que hace al andar
el agua de ese río
que es como un grito de libertad.
¿Quién quiere vender conmigo
la paz de un niño durmiendo,
la tarde sobre mi madre
y el tiempo en que estoy queriendo?
Tú eres el que ha pasado,
el que ha llegado,
y el que vendrá.
vende el árbol que queda
en la arboleda de la verdad.
Voy a ofrecer por el aire
las alas que no han volado,
y los labios que recuerdan
la boca que no han besado.
Alza cada mañana
esa campana de tu canción,
pregonero que llevas
mil cosas nuevas en tu pregón.
Vendo en una cesta el agua
y la nieve en una hoguera
y la sombra de tu pelo
cuando inclinas la cabeza.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Un 21 de marzo...


Fallece Carmen Vázquez-Vigo (Buenos Aires, Argentina, 1923-Madrid, 21 de marzo de 2018​), actriz, escritora, dramaturga y traductora hispano-argentina.

Madre de la actriz Verónica Forqué, fue una colaboradora principal en la editorial "Barco de vapor".
Su obra más reconocida se enmarca en el género de la literatura infantil, en el que ha obtenido premios clásicos como el Doncel (1966, por Quiquiriquí), Lazarillo (1973, por Caramelos de menta) y Nacional de literatura infantil y juvenil (1992, por Un monstruo en el armario).
Algunas de sus obras parten de un humor irrealista, como ¡Voy volando! (1989), donde el protagonista, harto de los "¡Vete volando!" con que su familia le da los encargos, acabará metido dentro de un globito que le han regalado en la panadería, que lo lleva volando de aquí allá.

Jorge es amigo de Alfonso, Jaime, Blanca y Alba. Ellos tienen abuelos que hacen cosas originales y divertidas para sus nietos. Sin embargo, Jorge no tiene abuelo; hasta que descubre que Antonio, el padre de su madre, vive en Buenos Aires, pero está distanciado de su hija. Jorge convence a su madre de que le dé la dirección del abuelo y le escribe una carta para que Antonio venga a visitarle a España. Cuando llega, Jorge comprueba que su abuelo no sabe hacer nada de lo que saben hacer los otros abuelos. Pero Antonio les sorprenderá contándoles maravillosas historias de viajes a lugares remotos y peligrosos, incluso a la Luna, de donde trajo un monstruo.  (Reseña de 'Un monstruo en el armario').

miércoles, 14 de marzo de 2018

Garabateando.- "Clases de Literatura", Julio Cortázar

      Los alumnos de Berkeley, en 1980, asistieron a las ocho clases magistrales que Julio Cortázar dio.

“Tienen que saber que estos cursos los estoy improvisando muy poco antes de que ustedes vengan aquí: no soy sistemático, no soy ni un crítico ni un teórico, de modo que a medida que se me van planteado los problemas de trabajo, busco soluciones”. 

Las ocho clases hablan de literatura en general, aunque basando sus experiencias en sus propios libros.

Primera clase: Los caminos de un escritor.

Segunda clase: El cuento fantástico I: El tiempo.

Tercera clase: El cuento fantástico II: La fatalidad.

Cuarta clase: El cuento realista.

Quinta clase: Musicalidad y humor en la literatura.

Sexta clase: Lo lúdico en la literatura y la escritura de Rayuela.

Séptima clase: De Rayuela, Libro de Manuel y Fantomas contra los vampiros multinacionales.

Octava clase: Erotismo y literatura.

 Este trabajo es el resultado de pasar de oído a escrito las intervenciones orales del profesor Cortázar, que nunca pensó hacer un libro con ello. "El trabajo de trece horas de desgrabaciones, fue minucioso y efectivo, y nos trajo una vez más al Cortázar oral, al tipo de lecturas variadas, al dueño de una honestidad intelectual casi sin par por estos días y por estas tierras, y sobre todo la imaginación y la creación."

Vamos a señalar lo bueno y jugoso que desde el punto de vista personal podremos extraer de semejante escritor. Aunque insistamos en lo que tantas veces hemos dicho ya de que el arte de escribir no se puede enseñar, saber qué tienen que decir los que saben es siempre el mejor método.

Clases de literatura ha sido publicado por la Editorial Alfaguara en su Colección Hispánica, en una edición de Carles Álvarez Garriga. 18,50 €

martes, 13 de marzo de 2018

Palabras al día.- Feminazi

Coincidiendo con el aumento de la violencia machista, o no aumento, sino que ahora hay más conocimiento de lo que sucede, más denuncias, menos pasividad... Sea como fuese, cuando la compostura se pierde porque duele, porque llueve sobre mojado, porque el dedo da en la llaga demasiadas veces, vienen los extremismos y eso solo revierte en intransigencia, cerrazón, fundamentalismos, fanatismos... en fin, falta de entendimiento porque no puede haber diálogo. Esta palabra acaba con él.
¿Hacía falta este prefacio para presentar esta palabra? Juzguen ustedes mismos:

FEMINAZI.-
Leemos en Wikipedia:
Feminazi es un término, tanto adjetivo como sustantivo, que es usado con sentido peyorativo para referirse a feministas que son percibidas como radicales bajo el argumento de que el feminismo no busca la igualdad entre hombres y mujeres.
 El término fue popularizado por Rush Limbaugh en 1992 para criticar al feminismo militante que él consideraba intolerante a otros puntos de vista.
 El término es un acrónimo que se forma a partir de una combinación de las palabras feminista y nazi, haciendo alusión a que este grupo de mujeres, supuestamente, pretenden tratar a los hombres de una forma similar a como lo hacían los nazis con los judíos en la Europa ocupada, es decir, despojándoles de su dignidad como personas y de parte de sus derechos civiles, ​ recurriendo para ello incluso a sus tácticas publicitarias, como la creación de nuevos términos —heteropatriarcado, falocentrismo— propios de una neolengua feminista​ (en referencia a la neolengua de la novela "1984" de George Orwell).
Aunque parece ser que se contempla su inclusión, junto a otras palabras relacionadas, el Diccionario de la RAE aún no recoje este término.

ǨÑLKjhgtfrdsa

viernes, 9 de marzo de 2018

¿Es poesía una canción?- El breve espacio en que no estás

Hubiera correspondido esta sección ayer, jueves. Por ser el día de la Mujer y apoyar la huelga, lo traemos hoy.

"El breve espacio en que no estás".
Música y letra convierten este tema de añoranza, respeto y amor a la compañera en un canto digno de figurar en esta sección para el 8 de mayo.
 Año 1984. Autor: Pablo Milanés.
Pablo Milanés nació en la ciudad cubana de Bayamo (provincia de Oriente, actual provincia de Granma). Estudió música en el Conservatorio Municipal de La Habana.
  En sus comienzos estuvo muy influenciado por la música tradicional cubana y por el feeling (‘sentimiento’ en idioma inglés), estilo musical que se inició en Cuba en los años cuarenta y suponía una nueva manera de afrontar la canción, donde el sentimiento definía la interpretación y estaba influenciado por las corrientes estadounidenses de la canción romántica y del jazz. El feeling se acompañaba de una guitarra, al estilo de los viejos trovadores pero enriquecido por armonizaciones jazzísticas. Así se establecía esta nueva forma de comunicación o "feeling" con el público.
Compositor, cantante, guitarrista y cantautor, fue uno de los fundadores —junto con Silvio Rodríguez y Noel Nicola— de la Nueva Trova Cubana.
 






Todavía quedan restos de humedad.
Sus olores llenan ya mi soledad.
En la cama, su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio
en que no está.
Todavía yo no sé si volverá.
Nadie sabe al día siguiente lo que hará.
Rompe todos mis esquemas,
no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio de lo que da.
Suele ser violenta y tierna,
no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera
sólo un día para amar.
No comparte una reunión,
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar.
Todavía no pregunte «¿te quedarás?».
Temo mucho a la respuesta de un «jamás».
La prefiero compartida
antes que vaciar mi vida.
No es perfecta, mas se acerca
a lo que yo simplemente soñé...

miércoles, 7 de marzo de 2018

Garabateando.- "Escribir novela negra", consejos de Donna Leon.

Hemos revisado consejos sobre escribir novela, cuento, simplemente sobre cómo escribir y hoy nos hallamos ante uno de mis retos favoritos, asignatura pendiente después de confesarme lectora devoradora de todo lo que bajo ese epígrafe he encontrado llámese Agatha Christie, Arthur Connan Doyle, Allan Poe, Robin Cook (sí, sí, él también), Rosa Rivas, Dolores Redondo, Lorenzo Silva y un largo etcétera que con mayor o menor acierto han llegado a mis manos.
Pues bien, nos centramos hoy en este tema, al que aplicaré una especial atención, puesto que la escritora me es desconocida a pesar de tener consigo un bagaje curricular bastante bueno.
Veamos.
Donna Leon (Montclair, Nueva Jersey, 28 de septiembre de 1942) es una escritora estadounidense  conocida por sus novelas protagonizadas por el comisario veneciano Guido Brunetti, personaje central de toda su obra y que Donna Leon creó a principios de los 90.
Dice Wikipedia: El comisario Brunetti combate el crimen en su ciudad natal, Venecia, y sus alrededores. Cada caso es una oportunidad para que la autora revele el lado oscuro y oculto de la realidad. El hecho de que pueda atacar sólo hasta cierto punto la corrupción endémica del sistema, convierte al comisario Brunetti en un hombre profundamente cínico, lo que no impide que vuelva a intentarlo una y otra vez.
La serie llega ya a la número 27. ​
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
¿Cuáles son sus consejos en "Sobre los libros" (relatos, pin, aplicables, por otra parte, al escritor de novela en general?


Empezando por el aviso a navegantes que hemos visto una y otra vez:

Creo que fue Tucídides quien escribió que «las anécdotas suceden a las personas que saben contarlas», y tengo la impresión de que es verdad.(...) La razón es evidente y no admite réplica: es algo que se tiene al nacer, o no se tiene; o naces con ese arte especial para usar el lenguaje, o no.(...)
A todo el mundo se le puede ayudar a perfeccionar su manera de escribir para que sea más clara, correcta y ordenada. Y a los que poseen el don para las palabras se les puede ayudar a ahorrar tiempo y energía en la solución de problemas sugiriéndoles fórmulas que quizá no se les hayan ocurrido. (...) No obstante —lo confieso de entrada—, yo no puedo enseñar a nadie a ser creativo.

Entramos en materia:
Quien quiera escribir una novela de intriga debe tomar una serie de decisiones importantes antes de empezar. La primera, creo yo, es fijar el punto de vista. Es decir, el autor debe determinar si el narrador será un personaje de la novela y, por consiguiente, se pasará trescientas páginas explicando lo que «yo» vi, sentí y descubrí o si la narración será presentada en tercera persona.

(...) La dificultad de utilizar la primera persona es evidente: la adquisición de información. Los medios por los que un personaje puede obtener información son muy pocos: la oye, la ve o la lee. (...) El lugar adecuado. Sea cual sea, el narrador tendrá que pasar ahí mucho tiempo para ver las cosas que ocurren y a la gente que las hace.

(...) Éstas son consideraciones de carácter práctico. Luego está el concepto estético. ¿Qué clase de persona será este narrador?(...) Yo aconsejo que crees a un narrador que sea parecido a ti, por lo menos por lo que se refiere a inteligencia o nivel cultural. Te será mucho más fácil hacerte pasar por una persona del sexo opuesto que por una persona más lista que tú. (...) es conveniente crear un narrador que sea lo bastante joven o simpático para aparecer en futuros libros y mantener el interés del lector.

Si la narración se hace en tercera persona, que es lo más habitual, hay que empezar por fijar varios puntos de partida. 
¿Cuáles serán los conocimientos, la información y las referencias del narrador? Considero que esto, en gran medida, debe determinarse en función del público al que vaya destinada la novela.

(...) Hay que fijar también el nivel de la prosa. (...) No hay nada que irrite tanto a un lector como una alusión a algo que no entiende, porque eso da al autor una imagen de pedantería, que es el beso de la muerte.(...)
¿Humor? ¿Qué le parecerá divertido al narrador y qué esperará él que el lector encuentre divertido? (...) También hay que decidir los principios éticos del narrador y, por consiguiente, del autor.(...) el lector esperará un desenlace inequívoco y terminante, dos condiciones que raramente se dan en la vida. Así pues, el autor debe determinar quién será castigado y en qué medida, porque sabe que el lector así lo espera y desea.  Un genio como Patricia Highsmith consiguió presentar a una serie de narradores totalmente amorales que, al tiempo que cometían sus diversas atrocidades, conservaban las simpatías del lector. Pero ella era un genio; el resto de nosotros no lo somos.
Luego está la manera en que el narrador se dirige al lector. Algunos lo hacen claramente, como a un interlocutor, mientras que otros, la mayoría, se mantienen a distancia y ni siquiera insinúan que exista un lector. 
(...) Una vez definida la voz narradora, el autor tiene que decidir cuál será el crimen central(...) Actualmente, los temas más socorridos son: abusos a menores, contaminación, corrupción política, drogas, la Mafia o compuestos de varios de estos ingredientes o de todos ellos. (...) exigen cierta labor de documentación. El autor deberá procurar que la cocaína proceda del país correcto, que los residuos tóxicos se embarquen por la ruta adecuada o que los ingredientes de la última droga de diseño sean los pertinentes.
Una vez el autor ha determinado el sexo y el punto de vista del narrador y la índole del crimen, debe introducir al protagonista en la acción.
Si el héroe es miembro de la policía, nada más fácil: está encargado de investigar el caso. Si es detective privado, cazador de recompensas, abogado o cualquiera de esos personajes que evolucionan por el mundo del crimen, lo mismo digo: es su trabajo. Ahora bien, si el protagonista se ve envuelto en la trama accidentalmente, el autor debe inventar una razón que justifique el interés del personaje en el crimen y un medio que le permita obtener la información que conduzca a la solución del misterio. Porque debe haber un misterio.

(...) Agatha Christie no tenía temas; ella tenía misterios.
Antes de empezar, el autor debe decidir el enfoque de la novela: tema o misterio. ¿La solución implicará a un culpable o estará involucrado en el crimen un grupo social o político más amplio? ¿Y habrá resolución o el culpable o culpables se sustraerán a la acción de la justicia?

(A mis alumnos...) Por ejemplo, les digo que hay que trazar un esquema —algo que yo no he hecho todavía—, programando lo que debe suceder en cada parte de la narración. A pesar de que, cuando empiezo un libro, nunca sé lo que va a suceder en él, yo les digo que es necesario, que es imprescindible, hacer un plan y que, antes de empezar, ya hay que tener decidido el final. Al parecer, a los escritores principiantes les viene bien imponerse esta disciplina.

(...) Una cuestión de la que no he hablado, probablemente por su carácter intangible, es la absoluta necesidad de controlar los sentimientos que el lector experimenta hacia ti, el escritor, y hacia tus personajes. El lector tiene que sentir simpatía por alguien del libro,(...) Por lo demás, es indispensable que el lector se identifique con el narrador,(...) Yo propongo que el narrador rehúya cualquier tipo de militancia —ecología, religión, jogging—, aunque sólo sea porque su postura forzosamente lo enfrentará al lector que no comparta su entusiasmo.
(...) El escritor que tenga intención de situar la novela en un medio concreto, debe conocerlo a fondo.
(...) Sobre el proceso de reescribir, corregir y repensar (...) En general, es conveniente que el escritor hable de su libro con una persona a la que considere más capacitada. (...) ya que raramente me doy cuenta de los errores que he cometido hasta que me oigo a mí misma decirlos en voz alta.
(...) Ayuda a aceptar las críticas el que el autor se distancie del texto y lo vea como un libro escrito por otra persona. Así, las críticas, que con frecuencia tienen la fuerza incendiaria del rayo, caen lejos y no hacen tanto daño.
(
Cuando hace crítica ...) Por un lado, está la persona (...) Por otro lado, está el texto, que es lo que debo evaluar.

Interesante, ameno y muy didáctico. Tenemos "Sobre los libros" a vuestra disposición.

martes, 6 de marzo de 2018

Palabras al día.- Delito... de odio.

Recurrimos como siempre a nuestro Diccionario de la Real Academia de la Lengua -¿a quién si no?- 
para ahondar en el sentido de las palabras y su evolución.
Veamos:
DELITO
De delicto*.
1. m. Culpa, quebrantamiento de la ley.
2. m. Acción o cosa reprobable. 
3. m. Der.* Acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la ley.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
* Participio pasado del verbo latino delinquo 
* Der.: Usado en Derecho.
 .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. -.-.-.-.-.
La primera sorpresa es que la expresión no está recogida (aún). Tenemos:
delito común (de un ciudadano) frente a delito político (de un gobierno o gobernante),
delito de lesa majestad (contra la realeza), delito de sangre (que causa daños o la muerte), y 
¿Y ahora qué hacemos? Pues... busquemos ODIO:
Del lat. odium.
1. m. Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.
................................................
Si sumamos, esta vez dos y dos no son cuatro, porque ¿qué odio vas a tener contra una persona a la que no conoces?
Imagen de 'El Mundo'
 Supongo que el día que recojan la definición tendrán que hablar de prejuicios, fanatismos, intransigencia y ¿por qué no? de trastorno mental -transitorio o no- que transforma en violenta a una persona o grupo contra otra u otras por razón de su color, su apariencia, sus tendencias sexuales y hasta por su forma de mirar.
No nos engañemos, bandas violentas y extremistas han existido siempre, hasta bajo las apariencias más 'normales'; pero la multiplicación de esos ataques han obligado a recoger en el mismo grupo a racistas, homófobos, y 'tarados' de todo tipo a los que al final, lo que les une es el uso de la violencia por la v iolencia, sin motivo ni justificación. Cualquiera podemos ser víctimas en potencia.
Definición del Ministerio del Interior:
¿Qué es un delito de odio? La terminología "delitos de odio" se ha acuñado para definir a una categoría de conductas que presentan como factor significativo y común la presencia de un elemento motivador, el odio y la discriminación.
Los delitos de odio son aquellos incidentes que están dirigidos contra una persona motivados por un prejuicio basado en:
  • La discapacidad.
  • La raza, origen étnico o país de procedencia.
  • La religión o las creencias.
  • La orientación e identidad sexual.
  • La situación de exclusión social.
  • Cualquier otra circunstancia o condición social o personal.
 Aclarar que he elegido esta palabra o, mejor, "frase hecha" por  noticias recientes como éstas:
Un actor negro es víctima de una agresión racista en Móstoles.
 Muere un joven de 19 años de un disparo tras una riña en Carabanchel

Una vez más, el habla (uso) va por delante de la Lengua (norma).

viernes, 2 de marzo de 2018

Salón de lectura.- ''Música para feos'', de Lorenzo Silva

Estamos acostumbrados a escuchar hablar del autor principalmente como comisario del Getafe Negro y de la serie de novelas policiacas protagonizadas por una pareja de guardias civiles: el brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro.
Aunque seguidora y ávida lectora de todas ellas [a saber: El lejano país de los estanques (1998), El alquimista impaciente (2000, Premio Nadal), La niebla y la doncella (2002), Nadie vale más que otro. Cuatro asuntos de Bevilacqua (2004), La reina sin espejo (2005), La estrategia del agua (2010), La marca del meridiano (2012, Premio Planeta), Los cuerpos extraños (2014), Donde los escorpiones (2016), Tantos lobos (2017) y la anunciada próxima publicación de Lejos del corazón (2018)] lo que  traemos a esta sección es la lectura de una pequeña joyita (diminutivo sentimental) que despertó en mí tal atractivo y ternura que robé horas al sueño para leer las 224 páginas en una sola noche:

"Música para feos" (2015, Destino)
Al final de su web, https://www.lorenzo-silva.com/ , podemos encontrar y escuchar la banda sonora con los títulos que aparecen y envuelven la atmósfera del relato.

El tema no puede parecer más insulso y trillado: un enamoramiento, una fugaz historia de amor. Ya está.

Dicho así puede parecer que esta crítica va a desollar a su autor, pero nada más lejos de nuestra intención.

Es la forma de construir y desarrollar la trama lo que la hace crecer a nuestros ojos y la convierte en un mar de sensibilidad y ternura que envuelve con las canciones, aún sin oírlas, y los intercambios casi siempre a distancia entre los protagonistas, Mónica y Ramón.

Como decimos, es un tema clásico: dos personas se conocen, se reencuentran, comienzan un romance que se desarrolla convirtiéndose en palabras de ella en “Lo único limpio y hermoso que de veras he tenido” y termina inesperadamente.

Ya está. No hay más. Pero te transporta al mundo inmaterial de los sentimientos y contra eso difícilmente se puede luchar.

Una obra de arte, señor Silva. Quede aquí mi admiración.

Continuó hasta que me vio abrir el portal. Entonces hizo un gesto de despedida, sonrió y se dio la vuelta. Se alejó calle arriba sin volverse ni una sola vez. Me fijé en su nuca, su espalda, sus pasos regulares y seguros. Algo se me quedó revoloteando en el estómago. Algo muy extraño, que no
había conocido nunca antes. Acababan de plantarme, muy posiblemente me habían tomado el pelo, y
sin embargo, cuando apoyé la cabeza en la almohada y cerré los ojos, sentí que nada de eso tenía la menor importancia, que todo estaba bien y que, contra todos los pronósticos que yo misma había hecho al principio de la noche, como quizá no habría sucedido si él hubiera subido y atrapando al vuelo la ocasión me hubiera echado un polvo sobre la marcha, la vida era bella y yo no era infeliz.

En Amazon:
Tapa blanda  EUR 8,50. Kindle EUR 8,07
En CasaDelLibro:
Tapa blanda EUR 17,10. Kindle EUR 8,49

miércoles, 28 de febrero de 2018

Garabateando.- "Escribir un cuento", de RAYMOND CARVER

En esta sección de la semana pasada trajimos los consejos a los aspirantes a escritores de GARDNER, quien fue profesor de escritura creativa de Raymond Carver en el Chico State College (California) . Vamos a adentrarnos un poco en su biografía y en su calidad indiscutida como cuentista para conocerlo algo más.

Raymond Clevie Carver, Jr. (Clatskanie, Oregón, 25 de mayo de 1938-Port Angeles, Washington, 2 de agosto de 1988) fue un cuentista y poeta estadounidense. Destacado principalmente por sus relatos de corte minimalista,​ en su mayoría ambientados en la región Noroeste de Estados Unidos y protagonizados por personajes de clase trabajadora o media baja,​ Carver es considerado uno de los fundadores y mayores exponentes del movimiento literario conocido como «realismo sucio».
Alcoholico, consiguió dejarlo los últimos 10 años de su vida que, sin embargo, acabó demasiado pronto.
Carver murió en Washington de cáncer de pulmón, a los 50 años de edad. Sin duda era su mejor cuentista, quizá el mejor del siglo junto a Chéjov, en palabras del escritor chileno Roberto Bolaño. (Fuente).

Reconociendo que le era difícil concentrarse en obras de ficción extensas ("no tenía la capacidad de concentración ni la paciencia") , se dedicó a lo que indudablemente era 'lo suyo': el relato corto.
Veamos sus mejores consejos en "Escribir un cuento"

La ambición y la buena suerte son algo magnífico para un escritor que desea hacerse como tal. Porque una ambición desmedida, acompañada del infortunio, puede matarlo. Hay que tener talento. (...) 
 
Se trata, en suma, de la firma inimitable que pone en todas sus cosas el escritor. Este es su mundo y no otro. Esto es lo que diferencia a un escritor de otro. No se trata de talento. Hay mucho talento a nuestro alrededor. Pero un escritor que posea esa forma especial de contemplar las cosas, y que sepa dar una expresión artística a sus contemplaciones, tarda en encontrarse. (...)

El escritor no necesita de juegos ni de trucos para hacer sentir cosas a sus lectores. Aún a riesgo de parecer trivial, el escritor debe evitar el bostezo, el espanto de sus lectores.(...)

Hacemos palabra y deben ser palabras escogidas, puntuadas en donde corresponda, para que puedan significar lo que en verdad pretenden. Si las palabras están en fuerte maridaje con las emociones del escritor, o si son imprecisas e inútiles para la expresión de cualquier razonamiento —si las palabras resultan oscuras, enrevesadas— los ojos del lector deberán volver sobre ellas y nada habremos ganado.  (...)

      En un ensayo titulado 'Writing Short Stories' (Escribiendo historias cortas), Flannery O’Connor habla de la escritura como de un acto de descubrimiento. Dice O’Connor que ella, muy a menudo, no sabe a dónde va cuando se sienta a escribir una historia, un cuento...
 (...) Me pereció descorazonador, acaso un secreto, y creí que jamás sería capaz de hacer algo semejante.(...)   Al fin tomé asiento y me puse a escribir una historia muy bonita, de la que su primera frase me dio la pauta a seguir. Durante días y más días, sin embargo, pensé mucho en esa frase: "Él pasaba la aspiradora cuando sonó el teléfono". (...)
a razón de doce o quince horas de trabajo. Después de la primera frase, de esa primera frase escrita una buena mañana, brotaron otras frases complementarias para complementarla.
      Puedo decir que escribí el relato como si escribiera un poema: una línea; y otra debajo; y otra más. Maravillosamente pronto vi la historia y supe que era mía, la única por la que había esperado ponerme a escribir.(...)

 
Primero es la mirada. Luego esa mirada ilumina un instante susceptible de ser narrado. Y de ahí se derivan las consecuencias y significados. (...)

Esos detalles requieren, para concretarse y alcanzar un significado, un lenguaje preciso, el más preciso que pueda hallarse. Las palabras serán todo lo precisas que necesite un tono más llano, pues así podrán contener algo. Lo cual significa que, usadas correctamente, pueden hacer sonar todas las notas, manifestar todos los registros. 

 Pueden hallar este ensayo completo en muchas páginas. Basta dar a buscar en Google. Pero por respeto a la página donde hallamos las sugerencias de lectura, enlazamos aquí.

martes, 27 de febrero de 2018

Palabras al día.- Prevaricación

En estos días en que tantos funcionarios de carrera a quienes paga el Estado, es decir, les pagamos todos (hasta los que no tienen con qué), hacen con su poder de su capa un sayo y se atreven a morder la mano que les da de comer... suena con fuerza una palabra que los une, a pesar de que sus delitos sean de muchas clases y tengan nombres como malversación, desacato, cohecho, evasión, caja B y otros...
Como decía, tienen en común un algo así como "hago-lo-que-me-sale-de-ahí-y-me-seguís-pagando" aunque estén condenados (en la cárcel, o no), procesados o simplemente huídos.

Sí, nos estamos acostumbrando a que ni nos llame la atención la palabra PREVARICACIÓN, como si no fuera con nosotros y sí va, y por eso la traigo aquí, lejos de cualquier intención política y remitiéndonos al poder de la palabra.

Acudiendo a nuestra fuente principal, la RAE, leemos:
 prevaricación
Del lat. praevaricatio, -ōnis.
1. f. Der.* Delito consistente en que una autoridad, un juez o un funcionario dicte a sabiendas una resolución injusta.
 ..................
Buscamos injusta 
Del lat. iniustus.
1. adj. No justo o equitativo. Apl. a pers., u. t. c. s.*
.....................
¿Y qué es justo? ¿equitativo?
............................
Justo:
1. adj. Que obra según justicia y razón. U. t. c. s.
2. adj. Arreglado a justicia y razón.
 Equitativo:
1. adj. Que tiene equidad.
 Equidad:
1. f. Igualdad de ánimo.
2. f. Bondadosa templanza habitual, propensión a dejarse guiar, o a fallar (aquí se refiere a decidir), por el sentimiento del deber o de la conciencia, más bien que por las prescripciones rigurosas de la justicia o por el texto terminante de la ley.
5. f. Disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que merece.
 ...........................
Vale, podríamos seguir, pero ha quedado claro que la prevaricación puede ser algo bastante subjetivo  (obrar en conciencia) cuando está en manos de quienes hacen y deshacen, porque al fin y al cabo ¿quiénes dictan las leyes? ¿quiénes las hacen cumplir?

Dice en Wikipedia: La prevaricación, por lo tanto, consiste en el abuso de la posición que el derecho otorga al Juez o funcionario, con evidente quebranto de sus deberes constitucionales. 

Artículo 404 del Código Penal español vigente:
«A la autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto administrativo se le castigará con la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por tiempo de nueve a quince años»
Punto y seguido.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
*- Der. Usado en Derecho
*- Apl. a pers., u. t. c. s. Aplicado a personas, usado también como sustantivo.
 

viernes, 23 de febrero de 2018

Salón de lectura.- 'Los herederos de la tierra', de Ildefonso Falcones

Leí de cabo a rabo 'La catedral del mar' y me enganchó y cautivó; cosa que, por otra parte, sucedió también con 'La reina descalza' y 'La mano de Fátima'.  Por ello, me convertí en seguidora del autor y esperaba con atención esta secuela.
Debo indicar que el autor sigue fiel a sí mismo y no decepciona en calidad literaria; pero, aunque no se cumple exactamente lo de que nunca segundas partes fueron buenas, sí es verdad que no mantiene la fuerza narrativa de 'La catedral...'.
No obstante, y dejando atrás el lastre que supone tal éxito con una primera parte, podemos decir que Falcones (contemplando el libro como novela independiente, sin precuela) ha logrado una vez más internarnos en una novela histórica bien construída y documentada, bien trabajada en todos sus detalles, por lo que es de agradecer el trabajo del escritor (ya de por sí arduo y difícil sin tener que penetrar en la documentación e investigación necesarias para una novela histórica).
La falta de rigor y seriedad que señalábamos en 'El código DaVinci' aquí no se da. Por tanto, felicitamos una vez más a Ildefonso Falcones y recomendamos esta nueva obra. Sea bienvenida.

Presentación en Quelibroleo con comentarios de sus lectores:

La muy esperada continuación del gran fenómeno editorial 'La catedral del mar' de Ildefonso Falcones. Hace diez años, millones de lectores se rindieron ante Arnau Estanyol, el bastaix que ayudó a construir la iglesia de Santa María del mar. Ahora, la historia continúa con esta impresionante recreación de la Barcelona medieval, una espléndida y emocionante novela de lealtad, venganza, amor y sueños por cumplir.

Barcelona, 1387.
Las campanas de la iglesia de Santa María de la Mar siguen sonando para todos los habitantes del barrio de la Ribera, pero uno de ellos escucha su repique con especial atención... Hugo Llor, hijo de un marinero fallecido, a sus doce años trabaja en las atarazanas gracias a la generosidad de uno de los prohombres más apreciados de la ciudad: Arnau Estanyol. Pero sus sueños juveniles de convertirse en constructor de barcos se darán de bruces contra una realidad dura y despiadada cuando la familia Puig, enemiga acérrima de su mentor, aproveche su posición ante el nuevo rey para ejecutar una venganza que llevaba años acariciando.
A partir de ese momento, la vida de Hugo oscila entre su lealtad a Bernat, amigo y único hijo de Arnau, y la necesidad de sobrevivir en una ciudad injusta con los pobres. Obligado a abandonar el barrio de la Ribera, busca trabajo junto a Mahir, un judío que le enseña los secretos del mundo del vino. Con él, entre viñedos, cubas y alambiques, el muchacho descubre la pasión por la tierra al tiempo que conoce a Dolça, la hermosa sobrina del judío, que se convertirá en su primer amor. Pero este sentimiento, prohibido por las costumbres y por la religión, será el que le proporcionará los momentos más dulces y amargos de su juventud.

 Diez años después de La catedral del mar, Ildefonso Falcones regresa de nuevo a ese mundo que tan bien conoce, la Barcelona medieval. Y lo hace recreando una vez más a la perfección esa efervescente sociedad feudal, prisionera de una nobleza voluble y corrupta, y la lucha de un hombre por salir adelante sin sacrificar su dignidad.


Disponible en Casa del Libro. (14,20 € en papel y 11,99 € en eBook) y Amazon   (11,39 € versión Kindle)

          

jueves, 22 de febrero de 2018

¿Es poesía una canción?.- "Si se calla el cantor" (Eraclio Catalino Rodriguez, 1975)

Como decíamos en esta sección el jueves pasado, tres canciones que fueron interpretadas por Mercedes Sosa marcaron una época y la reivindicación de generaciones que las hicieron y las harán suyas.
Trajimos "Gracias a la vida", de Violeta Parra, y hoy hacemos lo propio con "Si se calla el cantor"(1975), letra de Eraclio Catalino Rodriguez, conocido como Horacio Guarany, cantor, compositor y escritor argentino, ganador del Premio Konex de Platino en 1985 como el más importante cantante masculino de folklore de la historia en Argentina.


Dice: 
Si se calla el cantor calla la vida,
porque la vida, la vida misma es todo un canto.
Si se calla el cantor, muere de espanto
la esperanza, la luz y la alegría.

Si se calla el cantor, se quedan solos
los humildes gorriones de los diarios.
Los obreros del puerto se persignan,
¿quién habrá de luchar por su salario?

¿Qué ha de ser de la vida si el que canta
no levanta su voz en las tribunas
por el que sufre,  por el que no hay
ninguna razón que lo condene a andar sin manta?

Si se calla el cantor muere la rosa.
¿De qué sirve la rosa sin el canto?
Debe el canto ser luz sobre los campos,
iluminando siempre a los de abajo.

Que no calle el cantor, porque el silencio
cobarde apaña la maldad que oprime.
No saben los cantores de agachadas*.
¡No callarán jamás de frente al crimen!

¡Que se levanten todas las banderas
cuando el cantor se plante con su grito!
¡Que mil guitarras desangren en la noche,
una inmortal canción al infinito!

Si se calla el cantor, calla la vida...
 .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Agachadas:  en lenguaje vulgar, aceptar cobardemente alguna resolución; también decir con astucia algo distinto de lo que se piensa. Pasar algún contratiempo, persecución o acusación sin defenderse ni excusarse, para sacar después mejor partido.


 

miércoles, 21 de febrero de 2018

Garabateando.- 'Para ser novelista', de John Gardner.

Seguimos leyendo y aprendiendo de 'los buenos' para conseguir que  nuestros garabateos mejoren, siempre que las  musas estén a nuestro favor.
Ya venimos viendo que el común de los que escriben sobre el tema opina que el escritor nace, y luego se hace.
 En ello estamos, y siguiendo los consejos de lectura que vimos en este artículo vamos a entresacar las mejores líneas de 'Para ser novelista', ensayo de 199 páginas.

Una crítica sobre esta obra:
«John Gardner acumuló durante su vida más de veinte años de experiencia docente y se nota, porque sabe responder exactamente a las preguntas que con toda probabilidad hará cualquier escritor en cierne, es decir: ¿Cómo saber si se tienen las cualidades necesarias para el oficio? ¿Qué estudios se necesitan? ¿Cuáles son los entresijos del proceso de creación y publicación de una novela?... Para quienes deseen conocer las respuestas, leer este libro constituirá una auténtica satisfacción.»
(Anne Tyler, Baltimore Sun).

Vamos allá:

- No es del todo cierto que todo escritor tenga un agudo sentido del ritmo de la frase -la música del lenguaje- o de las connotaciones y del registro lingüístico (ámbito de uso) de las palabras. Hay grandes escritores que lo son a pesar de sus ocasionales deslices: frases malsonantes, metáforas inadecuadas e incluso empleo disparatado de palabras. [...] Pero aunque algunos grandes escritores escriban a veces con torpeza, está claro que uno de los rasgos del escritor nato es su aptitud para encontrar o (a veces) inventar maneras interesantes de decir las cosas.[...] El escritor con sensibilidad para el lenguaje sabe encontrar sus propias metáforas no sólo porque se le ha enseñado a evitar los tópicos, sino porque disfruta buscando la metáfora gráfica y precisa, la que, por lo que él sabe, nunca se le ha ocurrido a nadie. 

 - El talento sólo si no existe es imposible de cultivar. Bueno, normalmente. Por otro lado, si al leer comenzamos a sospechar que al escritor sólo le interesan las palabras, ello nos hace temer por su suerte como tal. Las personas normales, quienes no han sido víctimas de una mala enseñanza universitaria, no leen novelas únicamente por leer palabras. Abren una novela esperando encontrar una historia, confiando en que aparezcan personajes interesantes, posiblemente algún paisaje atrayente aquí y allá y, como mínimo, alguna que otra idea -y un abundante y sugestivo cargamento de ideas como máximo-. Aunque hay excepciones, la principal preocupación del buen novelista, por regla general, no es la brillantez lingüística -por lo menos, en su forma más llamativa y evidente-, sino contar su historia de forma que provoque reacciones en el lector, que le haga reír o llorar o sentirse intrigado, lo que sea que dicha historia concreta, explicada de la mejor manera posible, le incite a hacer.

-  Generalmente, el escritor que se preocupa más de las palabras que de la historia (personajes, acción, escenario, ambiente) no consigue crear ese sueño vívido y continuo: se estorba demasiado a sí mismo; embriagado de poesía, no distingue el grano de la paja. [...]
El escritor interesado principal o exclusivamente en el lenguaje está mal equipado para escribir novelas porque no posee el carácter y la personalidad que se requiere para ello. Por «carácter» me refiero a lo que a veces se denomina la naturaleza «inscrita» del individuo, a su yo innato; por «personalidad» aludo a la suma de rasgos típicos que se advierten en su manera de relacionarse con los que le rodean. En otras palabras, mi intención es distinguir entre el yo interno y el externo. 

 - Hay dos cosas que pueden hacer que el lector siga adelante: argumento e historia (y ambas están presentes, poco o mucho, en la buena ficción).
- Nadie que vea la realidad de forma distorsionada puede escribir buenas novelas, porque al leer comparamos los mundos ficticios con el real. La ficción creada por quienes adoptan en la vida actitudes que nos parecen infantiles o tediosas cansa enseguida.
- Lo único que hay que hacer es saber exactamente lo que se pretende decir -por ejemplo diciéndolo y revisando después lo dicho, para saber si realmente dice lo que se pretendía- y seguir trabajándolo, jugando con el lenguaje, hasta corregir todo aquello a lo que creamos que se le pueda poner objeciones.

- Si el escritor prometedor sigue escribiendo -escribe día tras día, mes tras mes- y lee muy atentamente, empezará a «cogerle el truco». Llegar a este punto es tan importante en el arte como pueda serlo en el atletismo. Las ciencias prácticas, entre las que se cuenta la ingeniería verbal que permite escribir novela comercial, se pueden enseñar y aprender. El arte, hasta cierto punto, también; pero, exceptuando ciertas cuestiones de técnica, el arte no se aprende, simplemente se le coge el truco.

-  Otro indicador del talento del joven escritor es su perspicacia. El buen escritor ve las cosas con agudeza, con realismo, con precisión y con criterio selectivo (es decir, sabe escoger lo importante), y no necesariamente porque tenga por naturaleza mayor poder de observación que los demás (aunque con la práctica lo adquiere), sino porque tiene interés en ver las cosas con claridad y escribirlas con rigor. 

- Hay otro tipo de planteamiento que requiere un tipo de perspicacia más elevada, que exige ser preciso de una forma, para mí, infinitamente más difícil. Me refiero al novelista capaz de meterse en la piel de sus personajes.[...] Tiene que ser capaz de dar a conocer de forma precisa y convincente cómo ve el mundo un niño, una joven, un asesino entrado en años o el gobernador de Utah. [...] Una vez admitido que el novelista tiene que ser capaz de abogar por toda clase de personas, de ver por sus ojos, de sentir por sus nervios, de aceptar sus más arraigadas opiniones, por estúpidas que sean, como hechos manifiestos (para ellas), se trata simplemente de comenzar a hacerlo; y a fuerza de insistir en ello -de releer, de volver a reflexionarlo, de revisarlo minuciosamente- se acaba haciéndolo bien.... [...] Hay mil maneras de estar triste, feliz, aburrido o malhumorado, y el adjetivo abstracto no dice casi nada. El ademán preciso, sin embargo, refleja con toda exactitud el único sentimiento que corresponde al momento. A esto es a lo que se refieren los profesores de literatura cuando dicen que hay que «mostrar» en lugar de «decir», A esto y a nada más, habría que añadir.

Realmente se trata de un escrito interesante, que penetra en las entrañas de las inquietudes de cualquier escritor novel y está repleto de buenas apreciaciones que lo hacen difícil de extractar (sería muy largo). Está a vuestra disposición en epub o pdf.